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Pasión con el jefe
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Capitulo Uno
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—Entonces, ¿cómo se llama, naruto? —Le preguntó sakura mientras ambos abandonaban el restaurant.
—¿Quién?
—La mujer que te está distrayendo —replicó sakura, con una mirada cómplice—. ¿Cómo si no iba yo a poder derrotarte con un marcador tan amplio?
Naruto sonrió muy a su pesar. Él también le había hecho aquella pregunta a su amigo en alguna ocasión. La diferencia era que, cuando él cuestionó de este modo a sakura, sí que había habido una mujer distrayendo a éste, la que en aquellos momentos era su esposa. El caso de naruto era muy distinto. Él no tenía intención alguna de dejar que nadie se le acercara tanto.
—No tiene nada que ver con mi vida social, sino con el trabajo.
—Pues parece que necesitas que alguien te dé unos minutos, al estilo de sasuke. Vente a cenar a casa con nosotros.
—¿Cómo? ¿Esta noche? No me parece justo decírselo a tsunade así, en el último momento.
—Tú eres de la familia.
Antes de que naruto tuviera ocasión de protestar, sakura marcó el teléfono de su casa. Dos minutos más tarde, colgó y dijo:
—Arreglado.
A naruto no le quedó más remedio que aceptar. Sabía que su amigo lo hacía con la mejor de las intenciones. Además, no creía que pudiera encontrar una sustituta para Di aquella noche. La empresa de trabajo temporal le iba a enviar a alguien a primera hora de la mañana y esperaba que esa persona se quedara el tiempo suficiente hasta que pudiera encontrar una sustituta adecuada mientras su asistente estaba de baja por maternidad. Simplemente tendría que ser paciente.
Ja. Paciente. Esta palabra apenas aparecía en el vocabulario de naruto. Cuando él quería algo, lo conseguía. No perdía el tiempo. Por eso, el hecho de tener que estar pendiente de los planes de otras personas era el modo más rápido de volverlo loco.
No tardaron en llegar a casa de sakura. Entraron y él se dirigió directamente a la cocina donde besó a su esposa muy cariñosamente, tomándose su tiempo.
—Suéltala ya, por el amor de Dios. Llevan casados tres meses ya. Deberías haber superado ya esta etapa —dijo naruto desde la puerta.
Sakura simplemente se echó a reír.
—Ya veo que estás algo decaído, naruto. Toma, consuélate con esto hasta la hora de cenar —le dijo, señalando un plato de canapés que había sobre la encimera que ocupaba el centro de la cocina.
—Gracias, sasuke —dijo naruto sentándose sobre un taburete.
—De nada. Bueno, ¿nos vas a contar qué es lo que te preocupa?
—Ojalá comprendiera por qué diablos las mujeres quieren tener hijos —suspiró naruto—.no ha dejado de vomitar desde el día en el que se hizo la prueba de embarazo y…
Se detuvo en seco al notar la mirada que sasuke y estaban intercambiando. La clase de mirada que sólo podía significar una cosa.
—Vaya, lo siento… Soy un impresentable. Perdonadme… y, por supuesto, lo que acabo de decir no se aplica a ustedes. Me alegro mucho por los dos.
—Eso espero —dijo sakura—, ya que te vas a convertir en tío honorario de la criatura.
Por lo que naruto sabía, cabía la posibilidad de que ya fuera tío. Decidió no pensar en eso. La decisión que había tomado había sido difícil, pero también era la única posible. Si se hubiera quedado, habría terminado como el resto de los hombres de su familia.
—Gracias —dijo, cortés mente—. Me siento muy honrado. ¿Para cuándo lo esperáis?
—Dentro de seis meses —respondió sasuke, riendo—. Veo que te estás esforzando mucho por decir lo que debes, ¿verdad, cariño? —añadió, mientras le revolvía el cabello de camino al frigorífico.
Sasuke estaba tratando a naruto como si fuera su hermano mayor y esto hacía que él se sintiera muy raro. Como si tuviera un espacio vacío dentro de él. Como si quisiera formar parte de una gran familia.
Ridículo. Estaba perfectamente bien solo. Mucho mejor que formando parte de una gran familia. Ya lo había sido y no tenía intención de volver atrás.
—Sí, pero sólo porque tú vas a preparar la cena y quiero que me des de comer —replicó.
—¿Y quieres que me crea eso? Sé que en realidad eres como un gatito.
Sakura se echó a reír. Se sentó y agarró a su esposa para que se le sentara encima mientras le colocaba las manos con gesto protector alrededor del vientre.
—Te aseguro que por ti, sasuke, podría serlo —bromeó naruto—, pero desgraciadamente tienes un esposo al que seguramente no le haría mucha gracia. Me conformaré con que me des de cenar.
—Tus deseos son órdenes para mí —replicó ella—. Bueno, ¿qué es lo que ha pasado? ¿Que tu secretaria tiene náuseas por las mañanas?
—Y a la hora de comer. Y por la tarde. Mi despacho es un lío y ella ni siquiera ha podido instruir a la temporal, si es que la hay mañana, y yo tampoco y… Ya he tenido bastante caos por el momento. He mandado a que se tome la baja para lo que le queda de embarazo. Necesito a alguien que pueda organizarme el despacho antes de que pierda más oportunidades.
—Alguien que sea buena organizadora —dijo sasuke, pensando—. Creo que podría ayudarte. tenten, mi proveedora favorita, tiene una hermana que soluciona problemas en empresas y despachos.
—¿De verdad?
—Es una persona organizada y eficaz a la que se le da muy bien solucionar las cosas. ¿Has visto alguna vez esos programas de televisión en los que la gente viene a tu casa a ayudarte a limpiar o a organizar los armarios? Bueno, pues eso es lo que hace hinata en la vida real, aunque se centra en despachos y empresas. Ella se podría encargar de todo…
—¿Tienes su número?
—No, pero tengo el de su hermana —dijo sasuke. Desapareció unos minutos y regresó con una tarjeta—. Aquí tienes.
—«Productos orgánicos Fleet» —dijo naruto leyendo la tarjeta.
—Hacen zumo de manzana, vinagre balsámico y… bueno, todo lo que se espera de una tienda de productos orgánicos —explicó sasuke—. Pregunta por shizune. Dile que yo te di su número y que necesitas hablar con hinata.
—Gracias —replicó naruto mientras se guardaba la tarjeta—. Espero que sea buena…
—Podría estar ocupada…
—Hmm, eso fue lo que le dijo alguien a sakura sobre ti, pero de todos modos consiguió que cocinaras para él —le recordó naruto con una sonrisa—. La llamaré a ver si puede. Gracias por tu ayuda.
—Bueno, ya está hecho —anunció sasuke, después de abrir la puerta del horno—. vamos los dos al comedor.
Sakura y naruto obedecieron enseguida.
Naruto fue el primero en probar la comida.
—sasuke, esto es maravilloso. Si alguna vez decides que te aburre ser una princesa, puedes venir a mi casa y convertirte en mi ama de llaves.
—Te aseguro que no se aburrirá —le informó sakura—. Encuéntrate tu propia princesa.
—Yo no soy un príncipe —repuso naruto—. Ni necesito princesa.
Lo único que él quería era una buena asistente para su trabajo, un ama de llaves a tiempo parcial y un montón de novias que quisieran divertirse y que aceptaran el hecho de que él no estaba buscando nada permanente.
Aparte del problema de su asistente, que esperaba solucionar con la persona que sasuke le había recomendado, así era su vida en aquel momento. Y le gustaba.
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continuara
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