Descargo de responsabilidad: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.
Notas: Hola, ¿qué tal? Yo soy Lu y me gusta escribir fics sobre parejas inusuales. Quienes ya me conocen saben de qué hablo. En esta ocasión Hinata estará acompañada del caballero Genma Shiranui. En realidad tenía pensado un fic bastante oscuro porque estaba reciclando escenas de un oneshot que medio escribí para participar en un reto, sin embargo, la luz ganó y eliminé casi todas las escenas creepy gracias al cielo. Cualquier duda o comentario, respondo por MP. No será un fic largo, no creo que pase de los cinco capítulos. En cuanto al nombre del fic... realmente ni yo me acuerdo de por qué le coloqué ese título... es un misterio.
Aviso: La primera parte del capítulo es como una especie de prólogo, lo demás continúa con la trama del fic.
Este es un pequeño regalito para mi muy querida amiga especial edición limitada Ninde Elhenair. Espero que te guste, y si puedes dime qué quieres que pase.
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Calabaza
I. Gutural
Genma no sabe exactamente por qué alguien como Hinata está con él. Se considera sarcástico, mujeriego, le gusta visitar los bares y no es hombre de quedarse en un solo sitio. Ama viajar, el dolor en las plantas de sus pies cuando lleva días caminando o corriendo para llegar a otra aldea y llevar a cabo su misión, le gusta ser libre, estar lejos de su patria y pensar que no la volverá a ver en muchos años. Le gusta estar tranquilo, decir alguno que otro chiste malo o grosero, enredarse con las lindas mujeres de Iwagakure y después irse sin decir nada.
No le gusta sentirse atado pero… voltea a su izquierda. Hinata duerme de lado, sus manos juntas bajo su mejilla, respiración pausada. A Genma le parece casi un ángel y vuelve a preguntarse por qué ella no se va, por qué no lo deja solo.
El castaño sonríe a la mitad y deja que el viento le arranque el senbon de los labios. No es que ella no se vaya, responde en su interior, es que él siempre la busca. La contempla con lentitud, preguntándose cómo es que terminaron tan juntos.
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Hace un año.
Ese día, un ANBU lo había despertado temprano, anunciándole que el Hokage necesitaba verlo de inmediato para una misión. No se podían dar detalles por escrito, así que el castaño tuvo que levantarse para asistir a la oficina del Rokudaime con gran fastidio. Se duchó rápidamente y se vistió con el típico uniforme estándar de Jōnin, además de su calzado. Ató bien la banda ninja y quitó el pan con mantequilla que había dejado tostando en la estufa. Fue comiendo en el camino tranquilamente, observando que los puestos apenas estaban empezando a sacar sus mercancías.
Cuando llegó a la oficina del Hokage, Genma lo miró con los ojos entrecerrados, mientras sostenía una carpeta donde explicaba la misión que se le estaba asignando. Kakashi bufó.
—No me mires así. Es una misión importante. Al menos lee el contenido.
—Apuesto a que lo hiciste para fastidiar mi día libre.
Kakashi se rió un poco, aparentemente de buen humor.
—Sí, en realidad ese era mi único fin. ―musitó con sarcasmo.
Cualquiera que estuviera presente tomaría a Genma por un grosero irrespetuoso, porque no era posible que le hablara al Hokage con tanta confianza, sin embargo, ellos se conocían desde pequeños gracias a Gai. Genma estaba en el mismo equipo del cejotas mayor, y quisieran o no, fueron coincidiendo muchas veces hasta que se formó una extraña especie de camaradería.
—Bien, como sea. ¿De qué se trata? ―exclamó, malhumorado.
—Yugakure no sato.
El solo nombre de esa aldea abandonada hizo que el silencio se irguiera sobre la pequeña oficina. No era que existiera algún peligro en Yuga, después de todo era una aldea en ruinas que desde hace tiempo había sido despoblada por culpa de la Tercera Guerra Ninja. Las leyendas decían que era un lugar maldito e infestado de demonios y fantasmas, productos de tantas muertes que hubo en dicho lugar. De alguna manera el nombre de Yugakure era algo así como un tabú para los ninjas.
—¿Qué hay con esa aldea? Está abandonada, ¿no? ―Genma intentó sonar casual, como si no le importara tanto, aunque en su mente empezó a recordar todos los mitos oscuros de aquel lugar.
—Recibí un reporte de actividad sospechosa.
—¿De quién es el reporte? ¿De tu alumnito Uchiha? Ese chico traumado incluso teme la rebelión de los conejos del bosque.
—No le digas así ―Se enfadó Kakashi, cruzándose de brazos ―. Al parecer un ninja desconocido fue visto por allí. Sasuke lo siguió, está buscándolo. Pero no está de más enviar a alguien que investigue las ruinas de Yugakure.
El Shiranui puso los ojos en blanco.
—Te asignaré un chūnin como apoyo. ―Agregó Kakashi revisando unas fichas de shinobis y kunoichis que estaban en su escritorio.
—¿Puedo pedir a alguien en especial? ―inquirió Shiranui tomando valor.
Kakashi levantó la mirada de los papeles que tenía y entornó los ojos hacia el castaño.
—Depende. ¿A quién quieres?
—A la niña Hyūga. ―Soltó sin vacilación.
Kakashi puso los ojos en blanco y se burló de él, lanzando una pequeña risita.
—No sabía que te gustaba la pequeña Hanabi. Eres un abusador, Genma, me das miedo…
—Idiota. ―Se quejó con gesto adusto ―. Me refiero a su hermana mayor; Hinata.
—Hinata no es una niña. ―sonrió de medio lado.
—¿Y luego quién es el pervertido? ―Se quejó, rodando los ojos.
—¿Por qué la quieres a ella? O mejor dicho, ¿desde cuándo la has querido?
—¿La puedes asignar sí o no? ―Cortó el rollo de Kakashi, molesto por el comentario.
—De acuerdo. No te enfades. ―Escribió en un pergamino el nombre de la kunoichi ―. Listo ―sonrió alegremente ―. Ten, ve por ella. Tomate las cosas con calma, ¿de acuerdo? Vuelvan cuando quieran, oh y Genma, se dulce con ella, ¿quieres?…
—Estás enfermo, Kakashi, lo juro. ―Frunció el ceño para después salir de allí azotando la puerta mientras Kakashi se reía con diversión.
.ɸ.
La madrugada había llegado y precisamente eso era lo que temía. Su sueño tardó en llegar, cerrando los ojos casi a las tres de la madrugada, pero no tardó en irse, pues se despertó cuarenta minutos después. Tenía que partir hacia la puerta sur y esperar a su superior a las cuatro en punto.
La tímida Kunoichi estaba nerviosa mientras caminaba sola entre las calles de su aldea. No había nadie transitando, normalmente las misiones iniciaban entre cinco y seis de la madrugada, pero no tan temprano como a las cuatro. Suponía que era porque debían llegar a Yugakure de día.
Mientras apuraba sus pasos, pensaba en que nunca había salido de misión más que con los once de Konoha y sus respectivos senseis. Esa era su primera misión con un desconocido. El Rokudaime le dijo que quería sacarla de su zona de confort para que explorara nuevas formas de equipo y también para ganar experiencia. La misión en Yugakure no sato la realizaría al lado de un shinobi llamado Genma Shiranui.
Intentaba recordarlo, pero no lograba vislumbrar en su mente a alguien con ese nombre. Analizaba el nombre de su superior sin darse cuenta. Era Genma. No sonaba como alguien joven, pero tampoco viejo. Sin embargo, había un hecho que la hacía sentir nerviosa y eso era el grado ninja que tenía el tal Shiranui. Era un Tokubetsu Jōnin, un ninja especialista. No cualquiera podía llegar a tal grado de entrenamiento. Muy pocos ninjas se especializaban en esos días. Eso lo convertía en una persona capaz, digna de ser el encargado de una misión de rango B.
Normalmente cuando se enviaban pergaminos sobre misiones, se adjuntaban las fotografías de los miembros del equipo, siempre y cuando fueran genins o chūnin. Pero cuando se trataba de Jōnins, las fotografías nunca aparecían para seguridad de los mismos. Aquello solo hizo que se pusiera más nerviosa.
Suspiró resignada a pasar el resto del trayecto estresada.
¿Sería una persona amable? ¿Ella podría serle útil en la misión? ¿Cómo era Genma Shiranui?
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Recién había llegado a la puerta sur. Izumo y otro ninja que no conocía, estaban en sus puestos como guardias. Lo saludaron, intercambiaron algunas palabras sobre el clima, y finalmente Genma se volteó, recargando la cadera contra la caseta, esperando a su ayudante chunin. No tuvo que esperar mucho, solo cerca de medio minuto. La kunoichi venía caminando rápido y cuando lo vio esperando, apresuró sus pasos.
—B… buenos días. Mi nombre es Hi… Hinata Hyuga. ―Se presentó entre tartamudeos, dejando escapar algo de vapor de su pequeña boca. La mañana estaba helada.
—Lo sé. ―dijo él sin mucho humor, mirándola desde arriba con algo de irritación. No era ella, era que le fastidiaba levantarse temprano.
—¿Usted es… Shi-shiranui-san? ―inquirió con timidez.
—Sí. ―contestó sin verla, se giró para firmar la hoja de registro de la caseta.
—Hola, Hinata-sama. ―La saludó Izumo alegremente ―. Espero que le vaya bien en su misión.
—Cuídese mucho. ―Agregó Iwashi, el nuevo guardia.
—G… gracias, I-izumo-san, Iwashi-san. ―Les sonrió cálidamente con algo de prisa, puesto que Genma dejó la pluma en su lugar y comenzó a andar, sin siquiera despedirse. Hinata lo miró desconcertada.
—No es tu culpa. ―Le confió Izumo al verla contrariada ―. Se amarga porque no le gusta madrugar, pero es un buen ninja, no te preocupes.
—S-sí. Gracias. H-hasta luego.
Se despidió cortésmente de los guardias y trotó un poco para darle alcance al Jōnin de la aguja. Se colocó a un lado de él y empezó a andar a su paso. Con curiosidad lo miró de reojo, pero no podía vislumbrar bien su rostro debido a la penumbra. Ella esperaba que Izumo tuviera razón y solo se tratara de un mal humor mañanero.
Continuó caminando a la par de su líder y siguió escrutándolo con la mirada de vez en cuando. Él nunca volteaba a verla, no le hablaba, solo seguía caminando con la mirada al frente. Lo advertía alto, de cabello café, y de cuerpo firme. Aquél pensamiento la hizo ruborizarse y regañarse internamente por andar mirando de más. Pero era cierto, ¿qué más daba? Su líder era una persona de apariencia joven-madura. Se sonrojó de súbito al reconocerlo como un hombre guapo. Bajó los ojos al suelo, avergonzada de sí misma. Era una misión de rango B, tenía que concentrarse.
.ɸ.
La kunoichi del Byakugan iba a un par de pasos atrás del Jōnin. Transitaban por el camino de tierra entre el bosque del país del Fuego. La noche pasada le había llegado un pergamino a Hinata donde decía que la misión era de rango B. Cuando vio esa letra Hinata sintió escalofríos pero no pudo mandar su negativa al ver lo orgulloso que Hiashi estaba con el hecho de que tomaran en cuenta a su hija para ese tipo de misión.
La tierra estaba húmeda y las plantas frescas, al parecer hacía poco que había llovido por esos lares. Ahora recordaba a su superior, había sido uno de los sensores de los exámenes chunin de hace años, el encargado de supervisar el examen de su querido primo Neji y de su amado Naruto. Aun sabiendo eso no podía tranquilizarse, no podía sentirse bien al lado de ese ninja castaño.
Pronto se escuchó un viento fuerte que no tardaba en venir, se oía furioso a lo lejos y aún no llegaban a su destino. No pasaron ni diez segundos cuando la lluvia filosa arreció sobre ellos. Las gotas parecían kunais y picaban en la piel. Genma se encaminó con paso tranquilo hacia un árbol y Hinata en vez de ir tras él, corrió para refugiarse sin esperarlo. Cuando estuvo bajo el frondoso árbol vio la parsimonia con la que Genma caminaba hacia ella, observándola tranquilamente.
—Seguro pasará rápido. ―Le aseguró el ninja mientras se sentaba sobre una raíz saliente y gruesa.
Hinata se mantuvo de pie por un rato, pero a eso de los veinte minutos la lluvia ruidosa y los truenos retumbantes no paraban, así que mejor se sentó en una raíz del árbol, un poco alejada de su superior.
Los rayos plateados de repente la cegaban, obligándola a cerrar los ojos por un segundo, estaba asustada, la lluvia no paraba y además tenía por compañero a alguien que casi no conocía, a un shinobi con el que ni siquiera había cruzado palabras anteriormente.
"No hay por qué temer, no hay por qué temer", se repetía mentalmente pero un fuerte trueno aturdió sus oídos y la hizo gritar, abrazándose a sí misma. Cuando el estruendo pasó, abrió los ojos y se encontró con la mirada café de Genma mirándola fijamente de manera tranquila y analítica. Se sintió cohibida de que la observase así, tal vez estaba decepcionado de la kunoichi a la que le habían dado como apoyo, y no lo culpaba.
Al poco rato los truenos fueron haciéndose más suaves hasta que el cielo quedó en silencio. La lluvia poco a poco fue aminorando hasta que se convirtió en una lluvia normal, ni fuerte ni lenta. Pero eso solo fue una calma relativa… solamente relativa… cuando todo estuvo por volverse silencio sobrevino un sonido, algo que hizo que Hinata abriera grandes los ojos y se le erizaran todos los vellos de la piel como si quisieran despegársele y salir corriendo lejos. Genma, como Jōnin que era, ni siquiera pudo evitar ese rostro, estaba sorprendido y totalmente perturbado, era la segunda vez en mucho tiempo, en muchos años, que sentía el miedo entrando por los poros de su piel tan furiosamente.
Un rugido fantasmal. Grueso, grave, gutural, lejano…
—¿Q…? –Hinata apenas iba a hablar cuando Genma se apresuró y le tapó la boca con una mano, con fuerza y rapidez, atento por si aquél sonido del infierno se dejaba escuchar nuevamente.
"¿Una bestia?" se preguntó Genma en su interior, tratando de calmar los latidos pulsantes de su corazón, tratando de mantener un rostro sereno y a la vez analizar lo que estaba pasando.
Rápido. Opciones.
Una bestia, ¿Pero cuál?
Entretanto, otro sonido grueso y potente se dejó escuchar, era un sonido igualmente grave, pero al parecer esa cosa pérdida entre el frondoso bosque se ahogaba estrepitosamente. Después no se escuchó nada.
Genma y Hinata estaban al borde del colapso nervioso, esperando un nuevo sonido, pero lo único que sintieron fue que el suelo temblaba un poco.
"Cuatro patas" se dijo Genma en su fuero interno. La colosal criatura con solo caminar podía hacer cimbrar el piso. Genma no se dio cuenta de que casi se quedó petrificado hasta que sintió agua en su mano, parpadeó un par de veces y volteó hacia Hinata, ella había derramado una lágrima de angustia. Fue entonces que la soltó y Hinata se tocó la boca, lo observaba pidiéndole una explicación con los ojos. Genma solo pudo desviar la mirada hacia dónde provino el sonido bestial.
El suelo quedó fijo, anunciando que la criatura se había alejado.
El shinobi apretó las manos en puños un momento y después sacó un kunai especial con veneno. Solo había hecho eso una vez, únicamente cuando no se sentía lo suficientemente seguro con su aguja en la boca. Volteó hacia la señorita y le indicó que guardara silencio, también que ocultara su chakra. Ella asintió. Se mantuvieron quietos por varios minutos que les parecieron eternos. El castaño se inclinó hacia Hinata y le empezó a susurrar instrucciones en el oído.
—Hay que caminar, sigue escondiendo tu chakra. Sígueme.
Hinata no sabía si era capaz de moverse, pero cuando Genma se fue alejando, ella lo siguió con rapidez para no quedarse sola.
Cuando llegaron al área que Genma indicó, no encontraron ninguna huella. El shinobi estaba anonadado.
―Imposible. Debería haber huellas aquí. ―Parecía hablar más consigo mismo que con su acompañante.
―T… Tal vez en otro lado. ―Sugirió, nerviosa.
Genma volteó a verla como si recién se diera cuenta de que Hinata estaba ahí. Volteó a su alrededor y siguió caminando con el kunai en la mano, apretándolo fuertemente. Después de media hora de recorrer el área, el castaño se detuvo, guardó el kunai y volvió a depender de su aguja.
―Está amaneciendo, será mejor que regresemos a nuestra ruta. ―Indicó, caminando sin esperarla.
Hinata quería preguntar qué era lo que habían escuchado, pero por alguna razón sentía que no era correcto preguntar eso, al menos no por el momento. De repente ya no le importaba que Genma estuviera con ella, era realmente un alivio tener a un Tokubetsu Jōnin como su superior.
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Hinata nunca se había puesto a pensar en la diferencia de resistencia que podría haber entre un Tokubetsu Jōnin y un chūnin de nivel medio. Ahora lo sabía. Llevaban todo el día caminando. Por la posición del sol Hinata calculó que eran más o menos las cuatro de la tarde. Ni siquiera habían desayunado ni comido, tampoco se habían detenido para tomar un poco de agua. Sentía que sus piernas empezaban a temblar. Ni siquiera sintió que se le iba la fuerza hasta que de pronto cayó de rodillas. Genma se detuvo y volteó hacia atrás.
―¿Qué estás haciendo? ―Levantó una ceja.
―Creo… que estoy cansada.
Genma elevó sus ojos hacia el cielo y luego lanzó un suspiro de cansancio. Entonces, se quitó la mochila de su espalda, tomándola con la mano y giró su cuerpo hacia Hinata, llegó hasta ella y luego flexionó las rodillas y la espalda.
―Sube.
―¿Qué?
―Súbete, aún tengo energía para recorrer como cuarenta kilómetros más. Quiero avanzar lo más posible durante el día, estos caminos no me gustan, son peligrosos.
Hinata se sonrojó súbitamente de solo pensar en subir a la espalda del ninja, no se sentía cómoda de tener ese contacto tan cercano con él pero tenía que hacerlo, sus piernas no daban para más y no quería molestarlo. Con el rostro enrojecido puso las manos sobre los hombros de Genma y él, en un movimiento rápido y desesperado por avanzar, le sujetó por las piernas, levantándose como si en realidad cargara una pluma. Ella intentaba estar lo más alejada posible de él pero no podía evitar que sus pechos de vez en cuando le rozaran la espalda. Estaba muy avergonzada.
Continuaron caminando por casi una hora y media más. Para ese tiempo transcurrido Hinata estaba más relajada sobre la espalda de Genma y el ninja no parecía aminorar su paso, seguía rápido y constante como un auténtico soldado ninja. La kunoichi se sorprendió cuando de pronto Genma detuvo sus pasos y echó una larga mirada hacia una dirección en particular.
―¿Sucede algo? ―inquirió nerviosa.
―Creí escuchar… voy a bajarte, niña ―Le indicó inclinándose hacia abajo, Hinata finalmente puso los pies en la tierra y se estiró de pies y manos descuidadamente ―, ¡cuidado! ―gritó el Shiranui demasiado tarde, Hinata sintió un filo recorrer suavemente el lateral de su abdomen justo un segundo antes de que Genma se tirara sobre ella para ponerse pecho tierra. Con alarma Hinata encendió su línea sucesoria para analizar aquél ataque, no vio ningún chakra cerca de ellos. ― ¿Ves algo? ―preguntó rodando para ponerse al lado de ella.
―No. ―gimió tocándose a la altura de la costilla, sus dedos estaban manchados de sangre, lo que indicaba que algo la había cortado.
―Te hirieron. ―observó Genma masticando la astilla que traía en su boca, frunciendo el ceño como usualmente lo hacía cuando estaba realmente concentrado.
―Estoy bien.
―No, se ve profunda. ―Genma se levantó rápidamente, tomó a Hinata en brazos e inmediatamente hizo un Shunshin no Jutsu para moverse rápido de ese lugar. Pronto llegaron a una parte del bosque donde había muchos árboles altos y en gran cantidad que les brindaba un escondite perfecto. Genma cayó descuidadamente al suelo junto con Hinata debido al sobre esfuerzo que había hecho minutos antes ―. Lo siento, me quedo sin chakra.
―Está bien, no se preocupe. ―Hinata se sentó con la espalda recargada en un árbol y se levantó la blusa para verificar su estado. Había una rasgadura de unos diez centímetros. Hizo un gesto de dolor y se apresuró a moldear chakra curativo.
―Sin chakra, Hinata ―Le advirtió Genma de inmediato mientras dejaba su mochila en el suelo de hojas secas y sacaba unas cosas ―, no sabemos qué nos atacó, será mejor mantenernos ocultos.
Shiranui ya estaba preparando una venda, gasas y una aguja grande. Hinata lo entendió enseguida, iba a coserla manualmente. Odiaba eso pero era necesario. Con suma vergüenza se subió la blusa sobre las costillas e intentó mantenerse serena mientras Genma limpiaba el corte con un líquido que ardía, debía ser alcohol puro o algo. El dolor le ayudaba a no desmayarse de vergüenza. Con manos expertas el ninja de cabello castaño comenzó a suturar limpiamente. Hinata decidió observar analíticamente por si le tocaba hacer eso. Las manos de él no eran ásperas como pensaba, sino suaves y bastante frías, le provocaban cosquillas combinadas con dolor. Una mezcla muy extraña. Le colocó una gasa y le pidió a ella que la sostuviera con su mano mientras él desenrollaba parte de la venda. Empezó a vendarle el área dando vueltas, pasándole la venda por detrás de la espalda y cuando hacía eso él se pegaba tanto que las puntas de su cabello castaño le rozaba el estómago provocándole un sonrojo involuntario. En una de esas vueltas Genma entornó la mirada hacia ella y la pescó mirándolo.
―No te hagas ilusiones. ―Le sonrió de medio lado.
Hinata hizo cara de asustada y volteó hacia otra parte.
―C-Claro que no.
Determinaron descansar por una hora. Genma necesitaba dormir con urgencia así que Hinata se quedó vigilando. Lo vio dormir tranquilamente, no se movía para nada. "No te hagas ilusiones", se reprendió al recordar la manera en que le había hablado, ¿cómo era capaz de pensar semejante cosa? Ella era una chica muy dulce, nunca puso el enamoramiento por encima de una misión. Agh. Debía dejar de pensar en esas cosas y ponerse a vigilar. ¿Por qué él la ponía tan nerviosa? Probablemente era porque nunca antes había tenido como compañero a un ninja tan experimentado y maduro como Genma Shiranui. Un segundo. Se estaba yendo por las ramas otra vez. Se dio un golpe mental y volvió a concentrarse en su puesto de vigía.
El atardecer anaranjado estaba cayendo lentamente sobre ellos. El bosque se sentía ajeno y silencioso, tan mítico. Los búhos hacían sus ruidos oscuros y de repente a lo lejos se escuchaba un aleteo que lograba espabilarla mientras su líder seguía dormido. Para las seis de la tarde las sombras de la noche comenzaban a emerger sin que nadie se diera cuenta. Genma despertó regañándola por haberlo dejado dormir más de la cuenta pero no parecía malhumorado. Se levantaron, cargaron sus cosas y anduvieron a pasos lentos para que Hinata no se sobre-esforzara.
Pronto pudieron divisar las ruinas de la antigua Yugakure no sato. No sabían los horrores que les deparaban ahí.
Dije que había eliminado casi todas las escenas creepy, CASI. Perdónenme, no puedo darles una trama 100% romántica, tenía que meterle mi magia maligna "Lu". Si quieren saber qué les espera a Genma y Hinata en Yugakure, ¿saben lo que tienen qué hacer? Dejar un review y esperar. Si no recibo 50 comentarios no continúo… jajaja ¡es broma! Lean, comenten solo si quieren ;) Cualquier duda, opinión, aclaración, corrección, amenaza de muerte son bien recibidas siempre y cuando se hagan con respeto.
Nos leemos en el próximo capítulo.
18/05/17
