El cielo se había empezado a nublar en la ciudad del oeste y unas pequeñas y finas gotas de lluvia habían empezado a caer mojando las calles. Por ellas corría una niña de cabellos azules de no más de doce años de edad, era tarde y tenía que volver a casa, no llevaba paraguas por lo que se estaba calando completamente.
Jamás dejaba pasar tanto el tiempo, pero aquel día había sido diferente a todos, porque había sido la primera vez que había practicado artes marciales, y debía reconocerlo, le había gustado, quizás demasiado para ser la primera vez.
Era muy diferente a su hermano, él, des del primer momento en que nació aprendió a luchar, practicaba dia sí y día también con su padre, hasta volverse realmente fuerte, un auténtico guerrero saiyan, en cambio ella, aunque siempre había sentido curiosidad jamás se le permitió luchar, ¿Tal vez por ser mujer? No lo creía, lo que sí sabía es que Vegeta, su padre, tenía un trato diferente con ella… ¿Las niñas son de los padres?
Pero aquel dia había faltado a su palabra, le habían hecho prometer que jamás lucharía, y ella lo había hecho, había estado toda la tarde practicando artes marciales junto a Pan
-FLASH BACK-
-Vaya Bra! –Exclamó una Pan más que sorprendida- Eres realmente buena! Seguro que mientes cuando dices que jamás has entrenado.
-Pero es que es la verdad, jamás he luchado, mi padre siempre se ha negado, tu misma lo sabes-
La niña de pelo azabache asintió con la cabeza y después rió entre dientes
-Aun recuerdo cuando éramos pequeñas, en el último torneo de Artes Marciales, en el que yo participé, tú dijiste que también querías y el dijo que por encima de su cadáver.
Bra cogió impulso y se subió en un muro, sentandose encima de éste con gesto pensativo.
-Lo que no me explico es por qué mi hermano sí y yo no –Dijo frunciendo el ceño-
-Quizá no quiere que te hagas daño, tu padre es muy protector contigo –Contestó Pan sentandose a su lado con una sonrisa –No crees?
-O quizá piensa que no estoy a la altura… -Masculló la de cabellos azules y después miró el reloj- Dios mio! Es tardísimo! Tengo que ir a casa, luego te llamo! –La niña saltó y empezó a correr hacia su casa-
-FIN DEL FLASH BACK-
Encajó la llave en la cerradura, abrió y cerró con cuidado, miró al suelo, un gran charco se había formado por lo empapada que había llegado, unos segundos más tarde, Bulma se asomó.
-Bra! Pero qué..? –La mujer corrió con una toalla- Se puede saber que andabas haciendo?
-Estaba jugando con Pan en su casa –Mintió- Cuando me quise dar cuenta ya era tarde, asi que vine corriendo y me pilló la lluvia.
-Bueno, no pasa nada, corre a cambiarte antes de que te resfries! –Dijo mientras revolvia el pelo de su hija sonriendo
La niña obedeció y a los pocos minutos ya se encontraba en la cocina, con ropa limpia y seca, se sentó en una de las sillas, pensativa, mientras observaba a su madre que iba haciendo la cena, finalmente después de unos minutos de silencio preguntó
-Mamá, donde está papá? –Bra se había vuelto a poner de pie-
La madre se giró mirándola con ambas cejas arqueadas –Pues en la camara de gravedad imagino- Respondió- Por qué..?
Pero ya no obtendría respuesta pues su hija se había ido corriendo hacia dicho lugar.
Lo meditó un momento antes de picar, tenía que decirle lo que realmente pensaba, aunque le costara admitirlo, debía reconocer que si su hija quería pelear, como él, no podria negarse, por sus venas también corría sangre saiyan
Se escuchaba un ruido muy fuerte, seguramente estaría entrenando con su hermano, para no variar, finalmente y mientras respiraba hondo dio dos golpes secos a la puerta.
No pasó demasiado tiempo, a los pocos segundos la puerta se abrió y detrás estaba Trunks, era de imaginar.
-Anda hermanita, jamás pensé que te vería aquí – Dijo con una sonrisa – Que ocurre?
-Quiero hablar con papá, es importante – Dijo con voz tranquila y madura, quizá más madura de lo normal para ser una niña de su edad-
La miró durante un momento, extrañado, sabía que si queria hablar con su padre y no con su madre era porque le pasaba algo grave.
-Bueno, pasa –Se hizo a un lado y Bra pasó con paso decidido y el rostro serio, encontrandose ahora con la mirada de su padre, y no era precisamente agradable.
-Espero que sea importante jovencita, me has hecho perder un tiempo de entrenamiento bastante valioso – Dijo su padre mientras se pasaba una toalla por la cara y se sentaba –
-Es que necesito hablar contigo, solo será un momento, y… - Miró a Trunks – A solas, por favor..
Trunks se encogió de hombros y salió de la sala de gravedad para que su hermana pudiese hablar tranquilamente, aunque no dejaba de extrañarle tanto misterio.
-Y bien? – Vegeta arqueó ambas cejas – Que es eso tan importante que me tienes que decir?
Bra tomo aire en silencio, apretó los puños y finalmente habló.
-Quiero saber por que no quieres entrenarme como a Trunks –Seguidamente se cruzó de brazos y puso una cara que claramente recordaba que el príncipe de los saiyans era su padre.
Vegeta por su parte frunció el ceño todo lo que le fue posible –Si vas a volver a sacar el tema ya te puedes ir, no voy a cambiar de opinión, mantengo la misma posición des del dia en que naciste, no voy a cambiar ahora, Bra.
-Pero por qué no? –Notó como empezaba a subir el tono de voz pero no le importó- No puedo entender por qué con el no dudas en venir aquí y dejarte la piel durante horas y en cuanto a mí no accedes ni a enseñarme lo básico! –Frunció aún más el ceño – Es injusto!
-Basta! –Vegeta dio un golpe con el puño al lado de donde estaba sentado haciendo que Bra diera un respingo – He dicho que no y es que no! –Se levantó y se dirigió a los controles – Y ahora si eso era todo ya te puedes marchar, tengo que seguir entrenando.
La niña de cabellos turquesa fijó la mirada en el suelo, incapaz de creerse lo que estaba oyendo, unas pequeñas lágrimas aparecieron en su rostro, resbalando por sus mejillas.
-Yo pensaba que me querías… - Susurró con una voz apenas audible – Pero ya veo que no…- Se levantó y alzó la mirada, mirando a su padre, a quien, junto a su madre, le dio la vida – Te odio! – La pequeña tenía una mirada que jamás había tenido, llena de ira y de odio, seguidamente salió corriendo de allí, llorando como jamás había hecho.
Trunks volvió a entrar y miró a su padre con gesto preocupado.
-Os he escuchado, ha sido inevitable… - Dijo el joven guerrero – Tal vez deberías…
-Entrenarla? –Dijo mirandolo con unos ojos que podrian atravesarle el alma –No pienso entrenar a Bra! Es una niña! No quiero que… -Cerró los ojos con fuerza mientras fruncía los labios
-Ya papá, pero...
-Pero nada! –Dio un golpe a una de las paredes de la nave, la cual hizo un ruido fuerte – Y ahora, preparate, vamos a seguir.
El chico asintió y se puso en posición de guardia.
Mientras tanto, Bra lloraba abrazada a su cojín, tirada en su cama con las luces apagadas, en ese momento solo deseaba desaparecer, no podía entender porqué no quería luchar con ella, ahora solo tenía un objetivo, encontrar a alguien que pudiera entrenarla para convertirla en una gran guerrera, aunque sabía que eso no sería nada fácil.
