Capitulo 1: Adiós mi amado

- Infiltrarme... como si fuese tan fácil- Dice una joven de tez blanca, con ojos grandes y hermosos de color azul zafiro, vistiendo de una manera bastante extraña mas bien dicho como hombre, usaba una hakama de color gris, y una yukata de color azul oscuro, y un obi del mismo color que juntaba ambas cosas– Como lo haré, es tan difícil, - suspira cabizbaja. "Solo sé que te extrañare" – Lamentaba la joven dirigiéndose al centro de Kyoto, donde probablemente era su destino.

Dirigiendo rápidamente a un lugar, con mucha multitud logro notar que tenían a un joven, atado de pies y manos, de tez levemente morena, y ojos de color canela, que vestía unos harapos que más bien parecían de un esclavo, lo golpeaban salvajemente, y las personas que se encontraban ahí, en vez de ayudarlo, al parecer disfrutaban de tan penoso espectáculo, bien es cierto que la gente se ha vuelto mas insensible con el sufrimiento de otros, por la tempestad de la época, por los sin fin de asesinatos, que ocurrían en esta fatídica guerra, los realistas enfrentándose a los Shinsengumi, por la restauración, y las muchas injusticias que estaban ocurriendo, pero este joven, mas dicho es un niño, como de unos 13 años, como era posible que la gente no se conmoviera- "Que lamentable, este pobre joven debe ser una victima de la guerra, y posiblemente un esclavo" – Se dijo así misma la joven.

- Muy bien pequeño mocoso, te has buscado tu muerte, por querer escapar- Dice un hombre robusto, con un sin fin de cicatrices en su cuerpo, con tez morena, y ojos negros, llenos de odio y maldad, alzando su espada – Hoy es tu muerte – dice secamente, lanzando un ataque hacia él, que fue interceptado, por un extraño- Que quien eres tú como osas entrometerte en mis asuntos, es que acaso también deseas morir- dijo el hombre indignado con mucho tinte de ira en su voz.

- Mi nombre es... - dudo el extraño, carraspeando un poco su garganta- Yo soy Jazmín Rojo- dijo finalmente el joven extraño, con su cara cubierta con una especia de tela negra, que lo hacía ver como un ninja viendo como el hombre palidecía rápidamente,

- Si quiere al mocoso lléveselo- dijo el hombre de forma muy cordial- No me interesa tengo mas esclavos que lo pueden reemplazar- jalando al joven del brazo y entregándoselo, - Pero por favor... no me haga daño... yo sé que usted, es del clan Shinsengumi, y su espada es tan letal, como la de Battousai, yo no deseo morir... yo solo- el hombre vio como el joven extraño se alejaba, y el joven recién torturado lo seguía.

- Hey espérame!- gritaba el joven jadeando, y tratando de alcanzar a su héroe, el joven extraño se detuvo, lo miro con sus ojos azul metálico.

- Escúchame joven, hoy salve tu vida, pero no me interesa tu compañía, es solo que no puede ver como asesinan sin piedad a la gente inocente- dijo el joven extraño, mirándolo con una extraña mirada.

- Sí.. Si... lo sé- dijo el joven algo intimidado- Mi nombre es Yahico Myöjin... y te quería dar humildemente las gracias has salvado mi vida- dijo el joven, mientras se inclinaba en un acto de cortesía, viendo como el extraño se alejaba y lo ignoraba- HEY! Espera, que mal educado eres! Es que me has ignorado completamente! Maldito jazmín estúpido! – gritaba Yahico irritado, mientras corría rápidamente detrás de su salvador.

- Escúchame, ya te salve tu vida- dijo el joven extraño seriamente- Yo tengo muchas cosas que hacer, no tengo tiempo de andar cuidando de un crió- con una voz severa le dice- Así que es mejor que te apartes de aquí y busques a tu familia- diciendo esto se marcho.

- Muy bien, así lo haré- dice Yahico, algo decepcionado, realmente esperaba, que su héroe, lo recibiera de buena manera- Me voy- dijo tristemente.

- "Al fin este mocoso, me dejo en paz, no sé porque mierda lo ayude, corriendo el riesgo que se supiera mi verdadera identidad... nadie puede saberlo" – pensando esto se dirigió al centro del bosque, ya estaba oscureciendo y necesitaba encontrar donde dormir, lo mas probable una aldea.

Mientras la noche amenaza con caer violentamente, sobre la ciudad de Kyoto, pequeños grupos de hombre andaban revoloteando por ahí, alguno de estos se topaban en pecunias riñas sin sentido, por andar borrachos, y decir estupideces, mientras el grupo Shinsengumi caminaba por ahí, asegurándose de que la ciudad estuviera en orden, y sobre todo no anduvieran esos revoltosos de los realistas. Se detuvieron secamente, al escuchan a dos hombres conversar de algo que llamo su atención.

- No te estoy mintiendo- dijo un hombre robusto- yo tenía a ese mocoso, dándole latigazos, y estaba apunto de matarlo con mi espada y... –dice al hombre recordando lo asustado que estaba. – Y aparece Jazmín rojo, y me amenaza de que suelte al chiquillo, sino me mataría- dijo el hombre temblando mientras contaba su relato- Y esos ojos azul metálico, nunca los olvidare- asegurando de que realmente nunca lo haría.

- "Vaya, vaya, creo que alguien se llevara un gran regaño" – pensó el hombre con sarcasmo, mientras prendía su cigarro, él llevaba una hakama de color gris, y una yukata debajo de color negra, y encima de esta un uwagi de color celeste con pequeños triángulos blancos en sus mandas, y además llevaba una cinta de color blanco con un cuadrado negro en su frente, una coleta alta, y esos ojos ambarinos, este era el traje tradicional de los Shinshengumi

Estos Shinsengumi transitaban toda la noche por la ciudad ellos eran los cuidadores del Shogun Tokugawa, generalmente siempre tenían enfrentamientos con los realistas apodados Ishin shishi, siendo estos últimos los perdedores, hasta que llego ese Battousai, quien les había traído un sin fin de dolores de cabeza, por que ese sujeto era un asesino no le importaba con quien tenía que enfrentarse siempre resultaba victorioso.

- Saito!, Que bueno que te encuentro- dice un joven de cabello castaño, y ojos de color ambarino, vestido igual que Saito- Battousai, va a matar al Señor Terumoto- dijo el hombre con deje de inquietud en su voz.

- Bien Okita, apresurémonos- Insiste Saito. Möri Terumoto quien es un alto político, del Shogun, no podían permitir que el Battousai se saliera con la suya.

Se dirigían rápidamente, a la vivienda de Terumoto, que era realmente impresionante, era prácticamente una mansión, donde habían guardias vigilando día y noche, grandes jardines con árboles de cerezo, una pequeña fuente con pequeños pececillos dorados, la vivienda contaba de tres pisos, la entraba parecía la de un castillo.

- Ha llegado tu hora Möri Terumoto- dijo un hombre con ojos color ámbar y destellos dorados, el hombre que se yacía durmiendo, era un hombre de uno cincuenta años, con un bigote de color negro, y cabello del mismo color, abrió sus ojos con el peor susto de su vida.

- Como has entrado aquí, tengo mis guardias..- dijo Terumoto, muy asustado, observando rápidamente, que él llevaba una hakama blanco, con una yukata de color azul oscuro, no podía creer lo que le estaba pasando- Quien eres?- pregunto con un grito ahogado.

- Los cadáveres no necesitan saber mi nombre- dijo el hombre con sarcasmo, mientras alzaba su espada, cortando la cabeza de Terumoto, limpio su espada con un pedazo de tela, que rasgo de la sabana de la cama donde yacía muerto Terumoto, - "Misión cumplida"- pensó el joven, saliendo rápidamente de la habitación y dirigiéndose a la entrada para salir rápidamente del lugar. Se dirigió al bosque, donde sentía que unas presencias lo seguían – Ha llegado tarde el Shinsengumi, - dijo irónicamente- Al parecer nuevamente he ganado- mientras sonreía maquiavélicamente.

- Me has cansado Battousai,,, ha llegado tu horaaaa!- gritaba un hombre mientras se dirigía a Battousai con su espada, en un rápido movimiento- Vaya tú si que eres rápido,,, pero no lo suficiente- el joven sonrió, desenvainando, su espada y poniéndose en posición sitúa la punta de su mano, con la de espada y grita- Gatotsuuu!- dirigiéndose frontalmente a Battousai, quien difícilmente esquiva el ataque, resultando herido de un hombre.- Vaya tu si que eres difícil

- Calla Okita, Ryu Kan Sen- Grita Battousai, corriendo velozmente hacia su oponente, haciendo un giro de 360°, golpeando desde abajo hacia arriba. Okita dificultosamente evita el ataque resultado muy mal parado de este combate.

- Muy bien Battousai, yo Jaime Saito seré tu verdugo, te matareeee- Dice el hombre delgado colocándose en posición de combate.

- Espera Saito... - dice un Okita muy mal herido- Battousai, es mi oponente... - dijo en un suspiro, cayendo inconsciente.

- Esta vez te salvaste Battousai, pero la próxima vez nadie te salvara de tu muerte- Dice un Saito muy molesto con la situación, tomando en brazos a Okita colocándolo en su espalda, y corriendo velozmente, escondiéndose mas en el oscuro bosque.

- Seré yo quien te asesine- dijo Battousai muy molesto, envainando su espada y pensó- "Realmente ese ataque de Okita fue muy efectivo, me duele mucho mi hombro, si Saito resulta ser mas fuerte que Okita, el enfrentamiento será más difícil "- suspiro con un deje de cansancio en su voz.

Battousai se dirigía rápidamente al Ryokan (Alojamiento tradicional), salió del bosque, y camino por el centro de Kyoto, dirigiéndose rápidamente a donde se alojaban los Ishin shishi, necesitaba sacarse ese maldito olor a sangre, que lo tenía impregnado en su nariz.

Llego rápidamente, viendo como sus compañeros disfrutaban con las mujerzuelas, a quienes les pagaban muy bien por servir en todo el sentido de la palabra bien a esos pervertidos, no presto mas atención y se dirigió directamente a su habitación a darse un baño, y sacarse ese olor a sangre, terminando de hacer eso, escuchan que golpean su puerta.

- Quién es? – pregunto Battousai molesto, ya que solo quería descansar y odiaba que alguien osara en interrumpir su privacidad.

- Soy yo Katsura- dijo una voz muy alegre a través de la puerta.

- Adelante- dijo el joven pelirrojo, secamente.

- Me entere de que Terumoto, ya no será molestia para nosotros, él era un político con un alto cargo, eso hará que los del shogun, empiecen a asustarse, por eso era muy importante está misión Kenshin, por eso he venido a felicitarte, y ofrecerte a alguna jovencita para que te atienda como te lo mereces- Katsura dijo muy alegre, y agradecido, el se caracterizaba, por ser tez blanca, y ojos y cabello de color negro azabache, con un bigote muy característico de el, el sabía que este joven de no mas de dieciocho años, era su mejor hombre, nunca le había fallado, por eso considero en darle una recompensa.

- Señor Katsura, usted sabe que yo cumplo, con las misiones que se me designan, pero no me interesa de ninguna manera, entretenerme como un pervertido con esas mujeres de la vida, con lo desquiciado que soy, cualquier cosa que me moleste hará que acabe matando, incluso a una mujer- dijo Kenshin fastidiado, le molestaba que lo consideraran un pervertido igual que el resto, el sabía que era hombre, y tenía sus necesidades, pero en este momento el era un maniaco, no quería matar a una mujer inocente, por su sed de sangre que tenía.

- Esta bien Kenshin, eso lo tengo claro, si decides cambiar de opinión, o deseas algo, no dudes en consultarme- finalizo Katsura saliendo de la habitación-

Mientras que al otro lado de la ciudad, en una aldea, llego finalmente la joven con vestimentas de hombre, corrió desesperada al ver que llevaban un joven malherido con el medico, se acerco rápidamente a un hombre alto que fumaba.

- Saito! Que le ha pasado a Okita?, Quién lo dejo en ese estado?- dijo la joven, desesperada.

- Cálmate Kaoru, no estoy para responder tus estúpidas preguntas, si quieres saber quien fue pregúntale al irresponsable de Okita- dijo hastiado Saito, le molestaba que le preguntarán tantas cosas.

- Eres despreciable- dijo Kaoru, con molestia, por la forma en que el hombre le hablaba a ella, se dirigió a una habitación donde había un medico, lavándose las manos, y en un futon a un muy malherido Okita.

- Kao..ru... acércate- dijo Okita al ver a la joven, en el borde de la puerta, mirándolo con asombro.

- Quién te ha hecho esto?, - Kaoru dijo acercándose al futon del joven, acariciando su rostro.

- Hoy... me enfrente a Battousai,,, él es imbatible,,, su técnica con la espada,,, es realmente mortal- respondió agitado, y con mucha dificultad.

- Maldito Battousai, lo matare, lo odio por lo que te ha hecho- dijo Kaoru, con mucha ira en su voz, tiñendo sus ojos de un color azul metálico.

- Tranquila... no podrás enfrentarte a el,,, es muy fuerte... te matara- finalizo Okita, levantando su mano, en señal de que Kaoru se acercara mas- Tu eres una de nosotros,,, y sabes que yo... yo te amo... – dijo Okita con una voz agonizante- Por favor precioso Jazmín,,, dame un último beso... - pidió rogando a Kaoru, quien tenía los ojos llenos de lagrimas,,, quien se acerco a él, y lo beso de la manera mas tierna que existiera y con mucho, cerro los ojos disfrutando ese momento, cuando sintió, frió en su cuerpo, al abrir sus ojos, se encontró con la desagradable imagen de su amado muerto.

- NOOOOOOO!- grito con lagrimas en sus ojos, e incrédula, no podía creer lo que estaba ocurriendo, Saito llego de inmediato,,, viendo la penosa imagen de su amigo y compañero muerto,,, cuando se repuso, abofeteo a Kaoru.

- Cálmate chiquilla, por mas que grites y llores, Okita no volverá a la vida- dijo duramente Saito, intentando que Kaoru se recompusiera.

- Eres un desgraciado, tu estabas ahí, y no hiciste nada, - dijo Kaoru, con ira, sobandose su mejilla que estaba enrojecida, y desenvainando la espada que tenía Okita en su lado mirándolo con ojos llenos de ira, con un azul metálico- Te matare maldito cobarde! – grito Kaoru poniéndose en posición de ataque

- Chiquilla estúpida, en ese estado no eres capaz de ganarle ni a una mosca, - dijo Saito ya sofocado, por la actitud de la joven, y usando un tono más conciliador le dijo- Debieras estar tranquila y orgullosa, Okita murió como él quiso hacerlo, en un combate, si supieras algo de lealtad, sabrías que no podía entrometer en esa batalla, sino Okita me hubiera odiado toda la vida, así que tranquilízate, y vela a tu muerte como se merece- finalizo Saito

- Lo sé- dijo Kaoru en un susurro, limpiándose sus lagrima, muchas veces Okita le había dicho que no le gustaban las batallas injustas, donde su oponente estuviera en desventaja, eso no lo podía tolerar.

Esa misma noche, se reunieron todos los Shinsengumi, alzando sus espadas al cielo, donde una gran fogata quemaba los restos de Okita Söji,,, las llamas parecían llegar hasta el cielo, de pronto comenzó a llover, esparciéndose lo que ya era ceniza del cuerpo de Okita por todo el suelo. Corriendo todos los soldados, a esconderse en sus refugios dejando a una triste Kaoru sola.

- "Al menos esta lluvia, oculta mis lagrimas, Adiós Okita, te vengare, buscare la manera de matar a ese maldito Battousai,,, te extrañare, mi amado, seguiré con mi misión" – Pensó Kaoru, en modo de despedida.

Está historia continuará...

Espero que les guste mi FanFic, este es el original! Jajaja el otro me equivoque era un idea ,,, espero sus reviews, agregare mas gente a la historia, espero les agrade. No soy muy buena para describir lugares, agradeceré las criticas constructivas y sugerencias, agregare mas personajes en el transcurso de la historia :)