Hola! Vuelvo, esta vez para traducir un fic de inglés a español para que lo podáis disfrutar. A mí me encantó, así que vengo a compartirlo. Espero que os guste y que no os parezca Ooc. Yo creo que está muy bien llevado, aunque siempre es difícil con un personaje como Sherlock. Espero que os guste,

Disclaimer: Nada es mío, ni siquiera la historia, que es de somethinginthewayful (www(punto)fanfiction(punto)net /u/2271530/ somethinginthewayful, sin espacios). Lo demás, de Conan Doyle y la BBC.

Por supuesto, quiero darle las gracias a su autora, que es un encanto. Aquí el link a la historia original, en inglés: www(punto)fanfiction(punto)net/s /7748422 /1/ The_Long_Way_Home (sin espacios).

El camino más largo a casa (The Long Way Home)

Salvando a Molly Hooper.

Molly Hooper dejó la fiesta navideña del 221B de Baker Street un poco pronto. Había sonreído y dicho a todo el mundo que estaba agotada y dejó que John la acompañase hasta la puerta, añadiendo una disculpa por Sherlock de su propia cosecha. Ella asintió, sintiendo que se ponía colorada ante los recientes recuerdos y saliendo del piso, sin haber intercambiado una palabra con Sherlock.

Observando toda la calle se dio cuenta de que había muy pocos coches, y ni un solo taxi que la llevara a casa. Suspirando irritada, se ajustó su abrigo y se reprendió mentalmente por su elección de zapatos y ropa interior incómodos. ¿Qué pensaba realmente que iba a ocurrir esa noche? Era Sherlock después de todo, un hombre casado con su trabajo que nunca había mostrado ni un poquito de interés sincero en ella. Y ella le había comprado un regalo.

Afortunadamente Londres no estaba cubierto de nieve, y después de caminar una manzana Molly se quitó los dolorosos tacones y los guardó en la bolsa vacía en la que había traído el regalo, cruzando otra solitaria calle de Londres descalza. Se sentía como una idiota.

Al pasar por un pub echó un vistazo al interior, viendo a los pequeños grupos de sonrientes amigos y a los amantes susurrándose, mientras una parte de ella deseaba ser uno de ellos y no una solterona torpe que olía a muerte y hablaba a un gato. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero parpadeó y siguió caminando.

Detrás de ella podía oír claramente las murmuraciones de un borracho y empezó a acelerar su ritmo, los pelos de su brazo erizándose de los nervios.

"¡Hey!" gritó una voz ronca, pero antes de que Molly pudiera echar a correr una mano se apretó alrededor de su brazo y la atrajo de vuelta.

"¡Suéltame!" se echó hacia atrás, su bolsa resbaló de su mano y se arrugó en el suelo, "te he dicho, ¡fuera!".

"¿No quieres tomar algo conmigo?", olía a whiskey.

"No, no quiero, gracias", educada incluso mientras era asaltada, manejándolo maravillosamente, Molly.

Él sacó el hombre de su abrigo, dejando al descubierto su cuello y sonrió, apretando su mano sobre ella. Molly miró al pub por encima del hombro y abrió la boca para gritar. En ese momento, cuando no estaba mirando a su atacante, él empujó su espalda contra una pared, golpeando su sien con el lateral del edificio. Dejó escapar un grito agudo, pero eso fue todo lo que pudo hacer, los dedos de él estuvieron alrededor de su garganta en un instante y la petición de ayuda murió en sus pálidos labios.

La cara de Sherlock apareció momentáneamente en su mente y ella deseó que de alguna manera la encontrara, le quitara su atacante de encima de ella y la envolviera en sus brazos, con palabras tranquilizadoras y besos en la frente. Molly casi se rió de sí misma mientras se resistía, era tan idiota por pensar que a Sherlock podría importarle.

El aire llenó de repente sus pulmones al ser de repente dada la vuelta, su abrigo ahora quitado y su cuerpo retrocediendo cada vez más hacia un callejón cercano. El miedo se apoderó de ella mientras escuchaba su vestido rasgarse de arriba abajo, ser arrancado de su espalda y hundiéndose sus brazos. Inmediatamente después sus manos y sus rodillas se clavaron en la arena al morderle él el hombro, empujando hacia abajo su cuerpo y haciéndola jadear.

Tenía que librarse de él, sabía que si permanecía en esa posición mucho más tiempo pronto su ropa interior sería arrancada y las cosas empeorarían rápidamente. Cuando el hombre apartó su cara de la suya y agarró la parte baja de su espalda Molly se dejó caer al suelo y aprovechó el momento en el que la soltó para levantarse otra vez rápidamente, golpeando con la palma de su mano su nariz. El gritó en su etílico estupor y se agarró la nariz ensangrentada. Por si fuera poco, le dio una patada en sus partes con rapidez y lo vio doblarse del dolor.

Abandonando su vestido y agarrando su abrigo lo envolvió a su alrededor sin orden ni concierto y corrió hacia delante saliendo del callejón, dirigiéndose hacia el 221B de Baker Street.

Su cabeza estaba borrosa por el golpe que se había dado y podía sentir la sangre cayendo por un lado de la cara, su garganta le dolía también y estaba desorientada. Cayendo frente a una puerta, buscó a tientas su móvil, escondido en el bolsillo de su abrigo y buscó en sus contactos. Quería llamar a Sherlock, pero la lógica ganó la partida y subió unos cuantos nombres más.

Sonó tres veces y una cálida voz dijo, "Hey, Molly, ¿te olvidaste algo?".

Molly buscó su voz un momento y finalmente dijo, "John…".

"Jesús", le escuchó decir a través de sus borrosos pensamientos, "Molly, ¿estás bien?".

"Necesito ayuda", se las arregló para decir a través de su cacareante voz y tosió. Mirando el número del edifico más cercano a ella lo intentó de nuevo, "324 de Paddington, por favor".

"Ya voy, Molly", escuchó entre la confusión de la fiesta que había dejado hacía poco, "Sólo permanece aquí conmigo, ¿de acuerdo?".

"Sí", jadeó.

"¿Estás a salvo, Molly? ¿Dónde estás?"

Ella abrió la boca para responder pero se quedó congelada cuando oyó la profunda voz de Sherlock preguntar al fondo, "Pregunta por sus heridas, John, rápido, puede que no tengamos el tiempo suficiente".

Escuchó la voz de John otra vez, "Molly, ¿estás conmigo? ¿Cómo de herida estás?

"Bien", dijo, "a salvo por ahora".

"Vale, bien, eso es bueno Molly", ella escuchó un sonido amortiguado y se imaginó a John cubriendo el auricular con su mano e informando a Sherlock y Lestrade, y su voz volvió de nuevo, "Paddington no está lejos, ya lo sabes, estaremos allí pronto, ¿vale?".

Ella exhaló un pequeño gemido en acuerdo, hablar estaba volviéndose más difícil.

"Molly", era la voz de John de nuevo, "¿estás sangrando?".

"Sí", se tocó el lado de la cara y se miró los dedos, "En la cabeza".

"Dios", la voz de John sonó grave, "Vale, estás bien, Molly, ya estamos casi…"

"… ¡Allí!" la voz de Sherlock se oía a través del auricular y también por el aire, y ella casi sonrió.

Dejó el teléfono caer de sus manos, se apretó el abrigo a su alrededor y abrió más los ojos, inclinándose para mirar hacia donde venía su voz. John, Sherlock y Lestrade corrían hacia ella, John y Lestrade arrodillándose de inmediato para hacer balance de sus heridas, mientras Sherlock corrió un poco más allá y finalmente volvió sus ojos hacia Molly.

John le tocó la cara ligeramente, "Hey, Molly, ¿puedes oírme?".

"Sí" intentó pero entonces se tocó la garganta.

"Ha sido estrangulada", dijo Sherlock, "y muy bien dado cómo están los moratones".

"¡Sherlock!" le regaño John ante sus poco delicadas palabras, y agitó la cabeza.

"Estoy bien", lo intentó, y trató de estabilizar su respiración mientras John examinaba la herida de su cabeza.

Él asintió en acuerdo, "Vamos a llevarte de vuelta a Baker Street, te atenderemos allí y pasarás la noche con nosotros".

"Va", asintió y les permitió ayudarla a ponerse en pie, sus manos todavía agarradas furiosamente al abrigo. Una cálida mano la agarró por el codo suavemente y la ayudo a levantarse y ella miró atrás, a los penetrantes ojos azules de Sherlock –llenos de furia y terror. Ella se estremeció, pero asintió ligeramente con la cabeza para transmitirle su agradecimiento.

"¿Puedes andar?" le preguntó Sherlock.

Ella asintió y vio como John y Sherlock intercambiaban una mirada y Lestrade aprovechaba el momento para interrogarla, "¿Sabes quién te ha hecho esto, Molly?"

Ella agitó la cabeza.

"Sólo un poquito más", la prometió John mientras iban por Baker Street, por el café de Speedy, con la puerta del 221B a la vista.

Una vez estuvieron arriba la dejaron en el sofá. Mrs. Hudson había preparado té y repetía todo el rato "¡Señor!" y "¡pobre niña!".

Los tres hombres de sentaron a su alrededor, John en la mesa enfrente suyo para atender su herida en la cabeza y Lestrade y Sherlock cada uno en uno de sus lados. Mientras Lestrade estaba girado hacia ella, las rodillas de Sherlock apuntaban hacia fuera, con sus ojos fijados en su garganta y sus manos unidas con furia.

"¿Dónde ocurrió esto, Molly?", preguntó gentilmente Lestrade.

Ella le dio el nombre del pub, "Cerca de aquí".

"Vale, bien", Lestrade se levantó y abrió su teléfono, llamando a su gente y dándoles una serie de instrucciones. "Yo voy a supervisarlos, puedo venir a por tu declaración más tarde, ¿vale?"

Ella asintió y lo miró, de repente estaba sola con Sherlock y John y se formó un nudo en su estómago. No quería quitarse el abrigo, pero tenía miedo de que John insistiera para poder cuidar sus heridas.

"El corte en tu cabeza no está tan mal, Molly", le aseguró John, "lo estás haciendo bien".

Ella sonrió débilmente, "Gracias por venir, a los dos".

"Por supuesto" sonrió John.

"Deberías inspeccionar su garganta, John", cortó con dureza Sherlock.

John asintió sin mirar a su amigo y tocó cuidadosamente los moratones de su cuello, "Tienes un pequeño hinchazón, que es por lo que estás teniendo problemas al hablar, pero debería desaparecer en poco tiempo, no hay daño permanente", le sonrió.

Ella se movió ligeramente para permitir a John ver un lado de su cuello y sintió su largo abrigo por encima de su rodilla, expuesta al aire.

Sus ojos se entrecerraron, al ver a Sherlock mirando hacia abajo un momento antes.

"Molly", la voz de Sherlock era dura y ella sabía exactamente que estaba pensando, "tu atacante, él te…"

Sus ojos se abrieron mientras giraba la cabeza, mirando hacia atrás y hacia delante entre los dos hombres, "No", murmuró.

"Tus rodillas" declaró con sencillez.

Ella se mordió el labio y miró sus medias rotas y sus rodillas ensangrentadas. "Lo intentó", admitió, "pero luché".

Sherlock apretó la mandíbula y las manos. John observó su reacción y llamó la atención de Molly lejos de él. "Eso está bien, lo hiciste genial, y estás a salvo ahora".

"Lo sé", respiró.

"Voy a conseguir algunas vendas más para tus rodillas, ¿estás herida en algún sitio más?".

Ella se estremeció notablemente y asintió débilmente, no servía de nada negarlo. Se bajó torpemente el hombro del abrigo, asegurándose de que solo se deslizara hacia abajo por atrás, y siseó ligeramente cuando el abrigo dejó al descubierto las sangrantes marcas de los dientes.

Sherlock lo miró primero y sus cálidos dedos rozaron la piel antes de gritar, "¡Brillante!".

"¡Sherlock!" gritó John y Molly se entristeció.

"Oh, no, Molly", le dijo Sherlock, "tu atacante había perdido 2 dientes" los dedos se detuvieron en su espalda y se convirtieron en una palma suave y cálida que la calmó, se diera él cuenta o no, "eso significa que podemos encontrarlo mucho más fácilmente".

Ella asintió e inclinó la cabeza hacia sus manos, dejando escapar un largo suspiro.

"Molly, ¿te duele la cabeza? ¿Estás mareada? Comprobó John.

"No", murmuró, "Una brillante y roja Navidad", dijo con voz ronca.

Una pequeña y simpática sonrisa apareció en la cara de John, "Pero lo has hecho genial, Molly, y en cuanto tenga esto limpio te pondremos en la cama, y todo estará bien por la mañana."

"Vale".

Ella sintió a John irse y miró a Sherlock, cuyos ojos estaban estudiando su hombro mordido. "Gracias" le dijo.

"Ya lo has dicho" señaló él.

"Lo sé", murmuró, "pero lo digo en serio, no pensaba que vendrías".

Sus ojos se fijaron de golpe en los de ella, y podría haber jurado que algo así como el dolor cruzó sus rasgos antes de que recuperara la compostura, "¿por qué no lo haría?".

"Yo solo…" ella quería explicarlo pero las palabras estaban atrapadas en su garganta, "yo nunca te he… agradado… realmente, así que pensé….".

Sherlock apretó la mandíbula de nuevo antes de abrir la boca y agitar la cabeza, "No importaría si fueras mi archienemiga, Molly Hooper, no te mereces esto. Nadie se lo merece."

Ella le miró, sus ojos brillando, "Gracias".

Él asintió y retiró su mano de su espalda, cambiándola topemente y acariciando con cautela su antebrazo.

Ella dejó escapar una risa extraña y Sherlock frunció el ceño, "¿Qué?".

"Tú" ella tragó dolorosamente, "tratando de consolarme".

"Bueno, nunca he tenido que consolar a una mujer asaltada antes", él volvió a su posición original resignado, "No es realmente lo mío".

Ella asintió, "Creo que eso cuenta".

John volvió entonces, y aunque quería mencionar lo que acababa de presenciar entre los dos, pensó que lo mejor era dejarlo pasar en ese momento, "Bueno, Molly, un poco de mercromina y vendas y podemos dejarte dormir".

"Gracias".

Una vez que las vendas estuvieron en su sitio y que John la había ayudado a levantarse, se detuvieron un momento, tratando de determinar donde iba a dormir.

"Toma mi habitación", Sherlock habló primero, para sorpresa de John, "te la mostraré".

Ella sonrió gentilmente y arrastró los pies para seguirlo, John yendo detrás.

"Puedes coger una camiseta para dormir si la necesitas", Sherlock se aclaró la voz y le alcanzó una a ella.

"Va" ella tosió y gimió suavemente.

"Bien", John se arrastró de vuelta y asintió con la cabeza para que Sherlock le siguiera, "si necesitas cualquier cosa durante la noche, llama".

"De acuerdo", ella se volvió hacia la cama, "Gracias de nuevo".

"Claro, Molly" dijo John.

Y Sherlock añadió "Duerme… bien", mientras miraba su habitación y esperaba que ella no curioseara.

Mientras salían de la habitación y cerraban la puerta silenciosamente Sherlock observó su abrigo deslizarse desde sus hombros hasta sus pies. En esa fracción de segundo observó varias cosas acerca de Molly Hooper. Un moratón se estaba formando en su espalda, otra zona en la que su agresor se había ensañado; así como un hematoma con la impresión de una mano en el muslo. Mentalmente calculó sus medidas, su tono de piel, su régimen de ejercicios, y se aclaró la garganta mientras se volvía para mirar a John.

"¿Qué fue eso?" dijo John en voz baja, dirigiéndose hacia el vestíbulo.

"El qué, John?"

"Dejándola tu habitación, tu camiseta… siendo tan amable con ella", dijo.

Sherlock levantó una ceja y apretó los dientes antes de soltar, "La han atacado, John, solo estaba tratando de ayudarla ya que la has traído de vuelta al piso", miró la manta y luego de vuelta para enfrentarlo, "tengo que llamar a Lestrade".

"¿Para qué?"

"Para decirle donde encontrar a su agresor", Sherlock marcó el número y se puso el móvil en la oreja, "sus heridas cuentan más que la escena del crimen".

"Lestrade", habló una voz en su oreja.

"¿Lo has encontrado ya?" preguntó con dureza.

"No, hay obvios signos de un forcejeo en el callejón pero él no está aquí".

"Estás buscando un hombre de aproximadamente 1´80 metros, estaba borracho cuando hirió a Molly así que pregunta en el bar para que te den una descripción facial. Ha perdido dos dientes inferiores en la parte delantera de la boca y vestía un abrigo de color camel con botones marrones, uno obviamente desprendido, y tenía el pelo castaño claro. Era diestro, y tenía una vieja herida en su brazo izquierdo. Llámame tan pronto como lo encuentres."

"Gracias" dijo Lestrade pero el teléfono estaba ya siendo colgado.

Hubo una larga pausa antes de que John lo mirara, "¿Un abrigo de color camel?"

"Había fibras de color camel en el abrigo de Molly y un botón marrón se cayó de él cuando estábamos en la calle Paddington".

"Bien" John paró y le miró fijamente, "¿estás bien?"

"Claro, John", Sherlock se echó en el sofá, mirando el teléfono antes de subir el volumen y ponerlo sobre la mesa.

"Pareces un poco, fuera de ti", empezó John, "es entendible, viendo una amiga pasando esto, yo solo…".

"Molly Hooper no es mi amiga" le corrigió Sherlock.

"Vale, compañera", clarificó John, claramente irritado.

"John, considerando que ni es detective consultor ni miembro de Scotland Yard difícilmente puede ser considerada una compañera. Conocida, quizás".

"Maldita sea, Sherlock, vino a nuestra fiesta de Navidad, lo menos que puedes hacer es reconocer que tiene algún tipo de papel en tu vida".

Sherlock, tirado en el sofá, volvió bruscamente la cabeza hacia John, "Bien, Molly es una… compañera, y sí, no me gusta verla en apuros, pero estoy perfectamente bien, es por ella por la que deberías estar preocupado si quieres preocuparte por algo".

Una pequeña sonrisa se apoderó de John, "Bien, de acuerdo, me voy a la cama, si me necesitas házmelo saber".

"Bien".

"Bien". John rodó sus ojos y se dirigió a su habitación.

A través de la pared Molly Hooper estaba llorando suavemente, con su cabeza palpitando y su hombro doliéndole. Se enterró a sí misma más profundamente en la cama de Sherlock, respiró su olor y cerró los ojos con fuerza, sabiendo que estaba fuera.

NOTA DE AUTOR: Fin del primer capítulo, la mayoría de 'Un escándalo en Belgravia'. Para que lo sepáis, voy a omitir la parte de Irene, porque la mayoría es desde el POV de Molly y creo que escribir sobre Irene sería confuso e irrelevante para la historia.

P.d: Se ha descubierto que dejar reviews adelgaza. xDDDDD