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Heart's a mess

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Disclaimer: Los personajes de Fate son propiedad de Type-Moon y Nasu Kinoko


Contempló el vino a través de la copa, lo contoneaba con movimientos circulares de su mano, creando dentro del cáliz cristalino una diminuta marea roja. Inclinó la cabeza hacia atrás para clavar la mirada en el techo, alzó la copa posándola frete a su rostro para cambiar su visión.

Lo deleitaba disfrutar el sabor dulce del tinto proveniente de sus tesoros, como el Rey de los Héroes que es no podía permitirse morapios como el que Iskandar le ofreció momentos antes en la especie de reunión de reyes que solo lo ayudo a comprobar que tanto el macedonio como Saber era tan solo aprendices frente a él. El primero pretendía lucirse, anunciar de manera vulgar el título que ostentó en su época; por otro lado, Saber era una chica inexperta, una mártir capaz de sacrificar su vida por simples vasallos.

Ella no aspiraba más que a servir.

Dejó la bebida a un lado y se dirigió a la ventana con las manos en los bolsillos. Esa niña tenía el reino, la vida y el corazón hechos un completo desastre.

Aún con eso, teniendo en cuenta la necedad en sus palabras y acciones, no podía dejar de pensar en ella.

El Rey de los Caballeros era hermosa. Detrás de esa careta inflexible, de esas reacciones tan ásperas y crudas, se escondía una chiquilla torpe incapaz de disciplinar a un pueblo, de mantener el orden dentro de Bretaña y no perder todo por lo que luchó.

Idiota. Saber no era más.

¿Y qué era él en ese instante? ¿Qué lo instaba a persistir en el recuerdo de la rubia?

Gilgamesh no mostraría compasión por nadie en esta guerra, sin esfuerzo alguno podría ganar. Como era de esperarse Gate of Babylon era el esplendor, el Noble Fantasma supremo.

Tamborileó con los dedos el marco de la ventana. Si su victoria era infalible ¿qué era esa inquietud que lo invadía?

Es que ella…

Debía entender que no estaba hecha para luchar, sino para ser un trofeo.

— ¿Acaso añoras tu vida anterior? ¿O contemplas en los cielos los astros que no te pertenecen? —odiaba tanto el cinismo de Kirei. Muchas veces detestas lo mismo que eres—. No pensé verte así, Gilgamesh.

— Un Rey debe contemplar todas las posibilidades antes de la guerra.

— ¿Sientes insegura tu victoria?

Sonrió burlonamente sin darle la cara a Kotomine. Permaneció mirando las estrellas, bajó la mirada hacia sus manos.

— Siéntete bendecido de mi buen humor o pagarías la ofensa con tu miserable vida— volvió parsimonioso a su asiento. Extrañaba tanto sus cómodos aposentos en Uruk, tenía que vivir como un menesteroso en esta época—. Esta guerra está asegurada para mí desde el instante que fui invocado.

— Me alegra escuchar que obtendrás el trofeo.

— Sí, obtendré el Grial —posó en sus labios la copa de vino y bebió por completo su contenido—, aunque lo más importante…

Su mente solo pensó en los ojos esmeralda de Saber.

—… El tesoro del Rey estará completo.


Para mí, Gilgamesh está obsesionado con Arturia. Puede ser algo escueto pero llevo tiempo contemplando escribirla, creo que el momento llegó por fin.

Gracias por leer, un beso.