Sabor a culpa.
1
No puedo detenerme.
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Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
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-Vamos Hinata, falta que le des un poco de emoción al asunto- una picara rubia codeaba a una muy sonrojada aludida.
-Deberías ir a la torre Hokage y hacer que te tome sobre el escritorio- le aconsejo una atractiva chica de ojos verdes.
¿Cómo Hinata había acabado en esa bochornosa situación en medio de uno de los restaurantes más concurridos de la aldea? No lo sabía, pero sí sabía que quería escapar pronto, de verdad necesitaba ir a casa y esperar a que su esposo llegara a cenar, aunque probablemente aquello nunca pasara, ella tenía esperanza.
Ella y el actual Hokage, Naruto, habían contraído matrimonio hacía ya más de un año, para su tristeza, el tiempo efectivo con él era muy poco, se habían casado y ni siquiera habían tenido una luna de miel porque al día siguiente Naruto fue nombrado Hokage, todo pasó con mucha prisa y a decir verdad aún no era capaz de entender el porque. Realmente extrañaba a su esposo y realmente tenía muchas ganas de tener sexo, hace meses que Naruto no le daba más que un abrazo nocturno, le había contado su triste vida sexual a sus dos compañeras y ahora le aconsejaban cosas, que a pesar de su sonrojo, ella misma ya había pensado e intentado.
Una vez hizo lo de ir a la torre, era una noche muy calurosa de verano, sus hormonas estaban como enloquecidas y estaba realmente necesitada de una caricia, se quito la ropa interior, se colocó un vestido ligero que Naruto amaba y se dispuso a seducirlo, probablemente esta actitud era un poco contraria a su habitual estado tranquilo, pero confiaba en Naruto para esos asuntos y había descubierto junto con el rubio que ella era una amante apasionada, inteligente, demandante y creativa, solo necesitaba que su esposo estuviera solo en la torre, después de asegurarse con su byakugan entró por la ventana, claro que no sorprendió del todo a Naruto, el había sentido la cálida presencia de su esposa, desde el momento mismo que salió de casa.
-Hola Naruto-kun- le dijo ella cubriendo sus ojos, el tomó sus manos con suavidad y las llevo hasta su boca, se encontraban de pie y pudo sentir los pechos de su esposa pegarse a su espalda, se dio la vuelta y quedó de frente a ella. Lucía muy ligera de ropa y a pesar de eso tenía un fuerte sonrojo.
-¿Sucede algo Hinata?- le preguntó algo preocupado, ella tomo sus fuertes manos y las colocó sobre sus pechos, pasó saliva, no dejaba de verlo con una expresión tímida pero deseosa.
-Si Naruto-kun, sucede algo- habló casi en un susurro, su tono de voz inmediatamente mandó una punzada placentera a recorrer por completo el cuerpo de su esposo, a él le costó un par de segundos notar que su esposa no llevaba sostén y que sus pezones reclamaban atención.
-Hi-hinata- su voz salió ronca y sin quererlo sus manos comenzaron a dar ese ansiado tacto- no podemos hacer est- mientras intentaba en vano detener los deseos de su mujer, ella llevaba su mano hasta su entrepierna, cuando el rubio sintió su humedad, no pudo seguir hablando.
-Te necesito-le dijo ella cerca del oído haciéndolo estremecer, sin pensar mucho en que Shikamaru regresaría pronto, se bajo el cierre del pantalón y de un solo movimiento la colocó sobre el escritorio, mandando lejos todos los papeles que había. De forma un poco ruda la penetró, ella se sintió realmente sorprendida al notar que ansiaba esa rudeza, esa prisa. Naruto no le había quitado el vestido, solamente había dejado sus pechos fuera de el y los veía moverse con fuerza cada vez que él entraba y salía, estaba tan caliente, tan excitado que todos sus sentidos se enfocaron en sentir placer, lo admitía, necesitaba mucho de su esposa, su aroma, el tacto de su piel, su cálido interior y esos ojos que le profesaban el más puro amor.
Estaban tan metidos en lo suyo que notaron tarde que alguien entraba y salía muy rápido pidiendo una disculpa. Al parecer Shikamaru no había pensado muy bien, porque Naruto y Hinata habían estado gimiendo fuerte.
Hinata debía aceptar, solo para ella misma, que el sentirse observada no había disminuido para nada su libido, ella se puso mucho más deseosa que antes.
Naruto por otro lado salió de ella, le puso su capa de Hokage y en un puf estuvieron en casa.
-Lo siento mucho Hinata- le dijo un poco avergonzado, rascando su nuca y sonriendo nervioso.
Ante toda palabra de Naruto Hinata volvió a besarlo, pero esta vez él fue firme.
-No puedo quedarme, estamos con mucho trabajo, además creo que Shikamaru hizo que se bajara el amor- le dijo riendo un poco y dándole un casto beso en la frente, no podía tocarla más o no regresaría al trabajo.
-Pero Naruto-kun, por favor, de verdad te necesito- intentó convencerlo tocando sus pechos de forma sugerente, bajando lentamente su mano hasta comenzar a darse placer sola.
-Lo siento, te prometo que mañana te daré la atención que mereces- antes de que ella hiciera cualquier otra cosa, el desapareció y reapareció fuera de su casa, realmente necesitaba despejar su mente.
Pero mañana nunca llegó, el trabajo solo aumento y aumento y nunca concluyeron aquello, así que ahí estaba, rodeada de amigas, sufriendo y lamentando que su esposo este tan ocupado.
-Yo hago que Sai beba algo para que no me diga que no- dijo Ino con complicidad, Sakura la miró de mala manera.
-¡No puedo creer que drogues a tu propio esposo!- le dio un codazo y comienzo a reír.
-Debo hacerlo frentona, o me saldría con las mismas cosas que Naruto.
-¡Inténtalo Hinata!- gritó de pronto Sakura, ella era testigo de como Naruto anhelaba ir a casa cada noche pero el trabajo y su sentido de responsabilidad lo detenía, sabía que no pasaría nada si un día se iba temprano pero él parecía no entenderlo.
-No lo sé Sakura-chan, no se si él se moleste, además no podría drogarlo, me sentiría muy mal- Ino interrumpió cambiando el rumbo de la conversación, para Hinata fue como si le hubiera ayudado, pero en realidad Sakura y ella ahora mismo ideaban un plan, eran amigas-rivales de toda la vida y tenían un enorme grado de complicidad.
Siguieron conversando largo y tendido, hasta que Hinata fue al baño, en cuanto estuvo lejos Ino vacío un poco de polvo rosa en la bebida de Hinata.
-¿No lo notará?
-Para nada, no tiene sabor alguno, ahora debes hacer que Naruto beba un poco, te aseguro que nada impedirá que llegue a casa.
Sakura se fue rápidamente, dejando a una divertida Ino.
Cuando Hinata volvió preguntó por la pelirosa, Ino dijo que había ido a la torre por una emergencia, Hinata bebió de un solo trago lo que quedaba en su vaso y se dispuso a marcharse, ya era tarde para preparar la cena y no quería que Ino la retuviera por más tiempo, sintió un poco de alivio cuando la rubia no hizo el mínimo esfuerzo por hacer que se quedara.
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Sakura había llegado a toda prisa a la torre, preparó un limonada, vertió el polvo en un vaso y llegó a donde Naruto, pero para su mala fortuna solo estaba Shikamaru.
-¿Dónde esta?- preguntó con urgencia, un aburrido Shikamaru la miró algo extrañado.
-No lo sé, en el baño quizás- Sakura chasqueó la lengua y dejó la limonada sobre el escritorio, comenzó a buscar por todos lados como si Naruto estuviera oculto bajo la mesa o algo por el estilo- ¿Qué rayos te pasa Sakura, todo esta bien?- se puso de pie un poco preocupado, la actitud de la chica le pareció problemática, se acerco al escritorio y se sirvió un vaso con limonada, pero antes de que pudiera tomarlo Naruto entró por la puerta canturreando alguna canción infantil y rascándose el trasero, la chica salió de debajo del escritorio un poco molesta y Shikamaru dejó al descuido su vaso junto al otro, la chica lo tomó y le grito a Naruto que lo bebiera todo, el rubio obedeció y él se calmó, seguro Sakura estaba preocupada por la salud de Naruto, el tomó el vaso que quedaba en la charola y lo bebió por completo.
La chica salió complacida del lugar, era una muchacha muy rara, pasaba de la furia psicótica al encanto total en cuestión de segundos.
Pasaron unos 20 minutos y Shikamaru comenzó a sentirse un poco mal, era raro, como aquella vez que vio al Hokague con su esposa, se sentía deseoso, sabía que algo no estaba bien pero no podía pensar muy claro. Un clon de Naruto apareció en la sala.
-Avisa a Hinata que esta noche tampoco podré llegar- le ordenó Naruto al clon.
-Hey Naruto, si quieres le aviso yo, no me siento muy bien y dar una vuelta para tomar aire me caería de maravilla- tenía prisa por salir de ese lugar, realmente comenzaba a sentir sus pantalones más apretados, Naruto asintió y el desapareció, al parecer se veía mal pues no hubo ninguna traba, se dirigió a la casa del Uzumaki, toco la puerta y se encontró con una Hinata con una pijama muy pequeña.
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Llegó a casa, se quito los zapatos con calma y se dio una ducha veloz, a medio baño comenzó a sentir un fuerte deseo, ojala Naruto llegara esa noche, porque sentía un extraño calor recorrerla, tal vez recordar cosas y hablar de sexo la había dejado expectante, salió de bañarse y se sentía cada vez más y más deseosa, tendría que hacerle una visita a Naruto, no aguantaba las ganas.
Tocaron el timbre y sin pensarlo mucho se colocó solo una playera de Naruto encima, tomaría a su esposo en el recibidor si era necesario.
Al abrir la puerta sus ojos se abrieron grandes al ver a un nervioso Shikamaru que no apartaba la vista de ella.
-Hinata, Naruto no podrá venir esta noche- su voz sonaba ronca, casi animal, no sabía que le pasaba pero aunque le ordenaba a sus piernas que se largaran de ahí solo pensaba en como se sentiría tirarse a Hinata ya mismo- Hinata, disculpa lo que voy a decir, pero por favor aléjate de mi, me siento enfermo y podría lastimarte, no me puedo detener- no entendía que pasaba, podía ver sus pezones a través de esa delgada playera, pero ella no hacía nada por cubrirse, no se sonrojaba, no gritaba, solo estaba ahí parada, mirándolo de la misma forma que él a ella.
-Shikamaru-kun, no se que pasa, pero no puedo irme, yo tampoco puedo detenerme- ella alargó su brazo y lo tocó, él no pudo resistirlo más, no pensaba, no tomaba en cuenta nada, simplemente se lanzó sobre los labios de Hinata y los besó, fue liberador pues llevaba meses fantaseando con ella, desde aquella vez que vio al matrimonio Uzumaki, ella correspondió a su beso con pasión, le arrebató sus ropas y en un par de instantes los dos estuvieron desnudos.
Lo complació sentir que Hinata se ponía de rodillas y tomaba con una mano su miembro mientras lo ponía entre sus pechos, comenzando a frotarlo a lamerlo de vez en cuando, un poco de liquido preseminal salió de él y ella lo comió todo, jamás en su vida se había sentido tan caliente, la puso de pie y con premura la empotró contra una pared y comenzó a penetrarla, no había palabras pero los gemidos inundaban el lugar. Ella terminó rápido, pudo sentir como sus paredes vaginales se contraían y sin aguantar más el también terminó, dentro de ella, llenándola por completo.
Hinata dejó caer su frente sobre la de Shikamaru, ahora podía pensar con claridad y le asustó saber que no sentía culpa, que solo sentía unas ganas enormes de que Shikamaru la tomara de nuevo.
