Lección 1: Gigai


Urahara-san sonrió bajo su sombrero. No era una de sus típicas sonrisas, esas que Kurosaki-kun decía eran grotescas, esta era una de esas que das cuando estas complacido. Cuando de alguna u otra forma, ayudas a alguien.

-Y bien Cifer-kun, ¿Cómo te sientes?- Urahara-san sonrió divertido.

-Pesado-

-Eso es normal Cifer-kun. Recuerda que ahora todo tu reiatsu esta comprimido en el gigai. ¿Algo más? ¿Sientes comezón?-

-La verdad es que me aprieta de- desvié la vista, aun así logre captar cuando señalaba su entrepierna.

-Ojojojo- rio Urahara-san dándose aire con el abanico –Mi culpa. Lo siento Cifer-kun pero ya era muy tarde cuando me percate que había tomado mal las medidas- Ulquiorra lo miro por un momento sin decir algo, haciendo que Urahara-san riera aun mas, casi con nerviosismo –no te preocupes, después de unos días te acostumbraras y este a su vez se estirara y acomodara-

-Bien-

-Ahora, nos harías el favor de caminar hacia allá y regresar-

-¿Por qué?-

-Oh, solo es rutina. Ya sabes por si hay algo más que te incomode- sonrió. No había duda de que Urahara-san lo estaba disfrutando.

Ulquiorra camino hacia la otra esquina pero, algo estaba mal. Toda la elegancia con la que lo había visto caminar, había desaparecido y ahora era como si caminara con el mundo sobre sus hombros y marchara al mismo tiempo.

Parpadeamos confundidos.

-¡No! ¡No! ¿Qué es eso Cifer-kun? ¿Qué ocurre? ¿Te soca demasiado que no puedes caminar?-

-Ya dije que me siento pesado. Esta cosa es muy difícil de controlar. Y si, me soca demasiado-

-Ah, pero eso no es excusa. Vamos de nuevo. Recuerda sacar el pecho y meter la barriga- recito seriamente apuntando con su bastón.

Ulquiorra lo intento un par de veces más.

-¡Vamos Cifer-kun! Piensa que estas en una nube y te deslizas por ella. Ahora, recuerda levantar la barbilla-

Pero después de 3 horas, Ulquiorra seguía sin poder.

-Ah- suspiro Urahara-san -¡Jinta! ¡Ururu! ¡Traigan unos libros y algunas tablas! Creo que lo haremos a la antigua-