Aclaración: Todo lo que sean capaces de reconocer les pertenece exclusivamente a los productivos de Capcom (Historia base, personajes..) Yo solo he aportado un "granito" para llenar algún bache con esta serie de One-shots. (Hay algo de Lemmon)

La historia que relataré de aquí en adelante tiene lugar 4 años luego de RE2, poco después de RE:TDC pero unos dos años antes de RE4. Podríamos decir que es durante la "fase" de entrenamiento que tiene Leon con el Gobierno; asumo que él no tenía idea de que Ada había sobrevivido, al menos, en ésta historia no lo sabe. (Aunque, si jugamos RE4, la primera vez que ellos se encuentran [Justo después de que Leon salga del laberinto y poco antes de luchar contra el segundo Garrador] él no se sorprende que verla a ella con vida. Sino que, más bien, le dice: "Así que es cierto ¿eh?" a lo que ésta responde "¿Cierto, acerca de qué?" "Tú, trabajando con Wesker"... No me extenderé más, espero que les guste.. Y recuerden, Si Capcom no nos da amor, nosotros lo escribimos.


Un tesoro invaluable

Incluso aunque hubiese pasado tanto tiempo desde entonces él no conseguía olvidarlo. Ahora, Raccon City, no era más que un terrible recuerdo del pasado; Claire, Sherry y él habían logrado escapar con vida del infierno pero Leon no estaba satisfecho. Solo le bastaba cerrar los ojos para recordar su voz y las palabras que había pronunciado en aquel terrible instante:

- Leon.. Por favor.. Huye.. -Susurró ella, agonizante, mientras él la sostenía en sus brazos.

- ¡No! ¡Somos un equipo! -Respondió él decidido a llevarla a cuestas si fuese necesario.- No puedo simplemente dejarte atrás.

- Yo.. Solo soy una mujer.. -Dijo ella mientras el golpe que había recibido hacía sangrar de quién sabe qué lugar. Ella sabía que no sobreviviría y él, aunque no quisiese admitirlo, también lo sabía.- Que se ha enamorado de ti... Nada más. -Él permaneció en silencio y en respuesta a su declaración, la besó. Fue un beso triste, con sabor a despedida que al acabar los dejó a ambos mirándose el uno al otro hasta que ella tosió y al hacerlo escupió su último aliento y allí estaba ella, inerte y con la boca llena de sangre; la mujer que había dado su vida por él.. Por más que Leon gritase su nombre o la moviese, ella jamás respondió.

Y con la promesa de recordarla por siempre, él se marchó. ¿Qué más podía hacer? Tenía que ir en busca de Claire y de Sherry, debían salir de allí antes de que la detonación acabase con sus vida y así, el sacrificio de ella no sería en vano.

Solía preguntarse ¿Qué hubiese pasado de haber actuado de otra forma? Si él la hubiese socorrido cuando pudo ¿Ella seguiría con vida? ¿Habría vuelto con él y ahora..? ¿Qué sería de ellos? Pensar en ello no la traería de vuelta a la vida, él lo sabía y sin embargo no podía evitarlo. Ahora se encontraba trabajando para el gobierno de los Estados Unidos o entrenándose estrictamente para eso, al menos. Claire había vuelto a partir, aunque ya hubiese encontrado a su hermano; seguía en contacto ocasional con ella aunque hacía meses que no recibía noticias de su parte. Sherry estaba bien, bajo la custodia del estado.

El joven sobreviviente del catastrófico acontecimiento se levanta nuevamente exaltado gritando el nombre de aquella mujer a la que jamás podrá olvidar. Se sienta en la cama y se seca el sudor de la frente que empapa su cabello cenizo, suspira y se frota las cienes. Aún no se acostumbra a las constantes pesadillas que lo persiguen y.. ¿Cómo podría? De cualquier modo no es tiempo de preocuparse por eso, debe partir al trabajo; es por ello que termina de desperezarse y se mete a la ducha, para dejar allí sus terrores nocturnos porque ellos le pertenecen únicamente a él y no desea compartirlos con nadie. Se alista y se dirige hacia el lugar donde continuará su entrenamiento. Al llegar muchos lo saludan respetuosamente puesto que ya no es más "el novato" -Aunque incluso siéndolo al trabajar bajo las ordenes directas del presidente se suponía que él habría de tener grandes cualidades- podría decirse que destaca bastante, es uno de los mejores en "combate a cuchillo" y pronto, si pone algo más de empeño, puede llegar a igualar a su amigo Jack Krauser quien posee un excelente desempeño con dicha arma, él había luchado junto a Leon hace apenas unos meses; además de eso ha desarrollado una agilidad increíble siendo también diestro en combate cuerpo a cuerpo. Leon ya puede ser catalogado como un agente especial pero aún no se siente satisfecho y por ello continúa entrenando hasta llegar al límite del cansancio, recibiendo misiones complicadas.. Y cualquier otra cosa que le ayude a mejorar su rendimiento.

Ocasionalmente, como hoy, Leon decide tomarse un descanso y va a beber a un bar situado bastante cerca de su residencia; el lugar es pequeño pero tranquilo - Muy rara vez alguien llega a causar problemas- y es allí, donde a veces conoce mujeres con las que suele ligar y mantener aventuras de una noche. Por lo general aquellas mujeres guardan similitudes con Ada Wong; algunas tienen el mismo color de ojos, otras usan un corte muy parecido al de ella.. Como aquella mujer de labios sonrosados que le sonríe desde la otra punta de la barra ¿Por qué siempre la encuentra a ella adonde quiera que vaya? Se pregunta el agente mientras bebe una copa de Whiskey y aparta la vista de la muchacha.

- Que raro encontrarte por aquí, camarada. -Suelta el rubio al sentarse en un banco junto a Leon. Éste último alza la copa a modo de respuesta, si bien la compañía no le incomodaba aquel no era el mejor momento; él prefería pensar en ella cuando estaba solo. El primero aún tenía el brazo izquierdo débil debido a la última misión a la que había ido y quizás jamás se recuperaría del daño.- ¿Sigues entrenándote, verdad?

- Más o menos. -Masculló él mientras hacía sonar los hielos de su vaso- ¿Y tú, continúas bajo los servicios del gobierno o has decidido retirarte? -La pregunta que Leon había hecho, al parecer no le había sentado del todo bien a Krausser. Sin embargo, el rubio hizo un ademán con la mano, como si el asunto no fuese muy importante.

- Algo así. Pronto partiré a mi última misión. -Se palmeó el brazo izquierdo- Al parecer ya no soy lo suficientemente "bueno" para el trabajo. - Jack soltó una risotada y volvió a concentrarse en su bebida.

- Hm.. - Antes de que Leon pudiese decir algo dos muchachas bastante atractivas se acercaron a ellos. Una de ellas, la que había estado observándolo antes y llevaba el mismo peinado que Ada, se sentó junto a él mientras que la otra se sentó junto a Krauser "Espero no les moleste" dijo una de ellas, no importa cual y cómo ninguno de ellos se opuso la cosa acabó así, cada uno sumido en una charla trivial que terminaría con las jóvenes compartiendo -cada una por su lado- un momento íntimo, entre gemidos y alaridos de placer. Claro que a Leon le divertía pero seguía sintiéndose vacío.

Él lo había intentado todo, incluso embriagarse hasta no reconocer absolutamente nada pero era solo cuando compartía su lecho con alguna mujer que podía despertar sin gritar su nombre, lo sabía y quizás esa fuese la principal razón de hacerlo. Sin embargo, seguía despertándose agitado y sudoroso. Al levantarse extendiendo la mano, como si intentase tomar algo, y con el corazón latiendole rápidamente, intentó tranquilizarse. Apartó los mechones mojados por el sudor de su rostro y miró hacia un lado, donde la muchacha seguía durmiendo, suspiró e hizo ademán de levantarse con cuidado pero ella ya se había despertado.

- ¿A dónde vas? -Preguntó ella incorporándose sin preocuparse por cubrir su torso desnudo. Miró al cenizo tomar una toalla y echarsela al hombro, se mordió el labio deseando ves más que su pecho.- ¿Puedo acompañarte?

- A la ducha y no, no puedes. -Respondió él de mala gana. Ella esbozó una sonrisa.

- ¡Ah! ¿Ella tampoco puede? -Leon se volvió hacia la mujer y enarcó una ceja. Ahora que lo notaba, no se parecía tanto a Ada como él había creído. Sus ojos eran de un verde oscuro y sus cabellos marrones, sus labios eran demasiado delgados y él ya había perdido casi todo el interés hacia ella.

- ¿Ella? -La muchacha sonrió de nuevo, apartó las colchas que ocultaban su desnudez y caminó seductoramente hacia él.

- Sí, ella. -Pronunció con lentitud mientras rodeaba al muchacho con sus brazos de modo que sus senos desnudos reposasen sobre su pecho.- Ada.. -Ella acercó sus labios a los de él antes de pronunciar aquel nombre pero una vez lo hizo el apartó la cara.- Eso ha sido muy grosero, lindo, casi tanto como susurrar su nombre en mi oído mientras te venías.. A qué soy mucho más guapa que ella. -Dijo ella, con sorna. Leon apartó a la chica a un lado y se dirigió al pequeño baño de la recamara; antes de entrar y sin mirarla le dijo:

- Deberías marcharte. -Dicho ésto le cerró la puerta en la narices. No era la primera vez que algo como eso sucedía, claro, pero para él seguía teniendo siempre el mismo impacto, con el agua fría cayendo sobre su rostro pensó nuevamente en ella, apoyó su cabeza contra la pared y dejó que los recuerdos lo invadiesen todo. Definitivamente esa no era la forma en la que él deseaba recordarla.

Los meses pasaron sin demasiados altercados -Más que los de costumbre-, hasta que cierto día luego de su arduo entrenamiento alguien le avisó a Leon acerca del fallecimiento de su ex-compañero Jack Krauser. "Hace tan solo un par de meses me comentó que iría a su última misión..." Piensa Leon con tristeza mientras se acaba su tercer vaso de Whiskey "¡Y en un accidente de helicóptero!" se quejaba el cenizo mientras pedía otro trago. Era la primera vez en mucho tiempo que no se sentía a gusto en aquel lugar que ya no era ni agradable ni acogedor. El agente continuó bebiendo, dejando que la pena por la muerte de su amigo se uniese a sus dolores pasados; recordándolos a ambos, embriagándose con los recuerdos y de pronto olvidándose de todo.

Aquella noche tuvo sueños distintos a los que estaba acostumbrado y aunque soñó con ella, no se trató de una pesadilla. Pudo escuchar el sonido de su voz, sentir su respiración y percibir el débil rastro de su perfume y como si fuese realmente posible creyó oír su risa, lejana pero lo suficientemente clara como para aferrarse a ella. Se despertó bastante tarde, cosa poco habitual en él y lo que era aún más extraño, había despertado sin exaltaciones de ningún tipo y aunque su cabeza dolía un poco debido a los excesos de la noche pasada se sentía fresco. Miró al rededor y se descubrió en su propia habitación pero.. ¿Cómo es que habría llegado hasta ahí? Descubrió sobre su cama, junto a la almohada que solía utilizar, una servilleta que además de tener marcados unos labios rojos citaba en delicada caligrafía:

"Hasta que volvamos a vernos"

Leon no comprendía el mensaje y no importaba cuantas veces lo leyese pero algo era claro, una mujer lo había llevado hasta su habitación. Ya habría tiempo de descubrir los detalles, por ahora tenía que volver a su rutina diaria; ducharse, desayunar, alistarse y acudir al trabajo que por los momentos -mientras no le asignasen ninguna misión- se resumía en entrenamientos para mejorar sus capacidades. Luego de un día extremadamente largo y agotador, se dirigió a aquel bar por segunda noche consecutiva lo cual se sumaba a su lista de "cosas fuera de lo común" que habían ocurrido entre los últimos días. Se sentó en el lugar de siempre, ordenó un trago y se dispuso a entablar una conversación "trivial" con el cantinero antes de soltar la pregunta que carcomía su cerebro.

- Ayer.. -Comenzó el agente mientras removía descuidadamente su trago.- ¿Tienes idea de como salí de aquí, Luigi? -El hombre alto y robusto que respondía a aquel nombre soltó un risa y asintió.-

- Hecho una cuba. -Respondió y Leon sonrió mientras volvía a beber del vaso, como si aquel tema le resultase de lo más trivial. Aunque eso, claramente, fuese una mentira.- Una mujer que no había visto antes te sacó de aquí a rastras.

- Ah.. ¿Si? -Preguntó el muchacho con la vista fija en el vaso-

- Claro. Era bastante atractiva, si me lo preguntas, aunque las chinas no me van. -Dijo el hombre sonriendo y el corazón de Leon dio un vuelco ¿Era asiática? No.. No podía aferrarse a una idea tan estúpida, si ella siguiese con vida lo hubiese buscado.- Normalmente no te hubiese dejado ir con alguien que no conozco pero en cuanto la viste prácticamente te lanzaste hacia ella.

- Mencioné.. ¿Mencioné su nombre? -Preguntó él notoriamente nervioso. Con la mano temblando, haciendo que su vaso tintinease. El hombre se acicaló el bigote y frunció los labios.

- Ella me pidió que lo mantuviese en secreto pero.. -El hombre se detuvo como si luchase consigo mismo pero acabó por suspirar y soltar lo que sabía- La llamaste Ada, según me parece.

- ¿A.. Ada? -Preguntó él sorprendido, más que sorprendido escandalizado y quizás hasta aterrado.- ¿Cómo reaccionó ella?

- ¿Ella? Se rió.. ¿Ocurre algo malo, Sr. Kennedy? -Preguntó obviamente preocupado mientras secaba uno de sus vasos. El joven se apresuró a negar.

- No. Nada malo. -Dijo en modo automático y volvió a fijar su atención en el trago que ahora no le sabía a nada.

Aunque aquello era obviamente una mentira, tenía que serlo.. Ella no podía estar viva, no. Aunque una parte de él deseaba fervientemente que aquello fuese cierto otra, mucho más pequeña y egoísta no lo quería porque si fuese realmente cierto.. ¿Por qué no lo había buscado? Ella lo amaba o eso había dicho entonces.. ¿Por qué? ¿Estaba ella enamorada de él, mentía? Si así fuese ¿Por qué?

¿Estaba Ada Wong realmente con vida?


Y éste es el final de mi primer One-shot sobre RE ¿Qué les pareció? Espero actualizar pronto esta historia (Por que no, no termina aquí.)

- See Ya! ~~