Sí y No

Cruzó sus brazos sobre su pecho y escondió sus manos en las mangas de su ahori. Suspiró por ¿décima vez? Diablos, había perdido la cuenta. Kagome había estado tocando sus peludas orejas desde que se habían sentado a los pies del árbol Goshimboku, hacía como diez minutos. Al principio no le molestaba. Pero luego el constante roce de sus finos dedos comenzaron a incomodarlo.

Ella sabía que Inuyasha odiaba cuando hacía eso y que estaba comenzando a enojarse, y eso le hacía poner más empeño en su tarea.

Por su parte, Inuyasha sabía que ella lo hacía a propósito. Pero de todas maneras mantuvo su boca cerrada. Odiaba que tocara sus orejas, pero al mismo tiempo amaba el hecho de que podían compartir un momento a solas.

Aún así, su paciencia tenía un límite.

-Kagome…-dejó escapar un suave murmullo.

Ella simplemente sonrió sin detener su tarea. Amaba cuando él pronunciaba su nombre de esa forma.

-Kagome.-volvió a reprochar Inuyasha, un poco más fuerte esta vez. Pero nuevamente ella lo ignoró.

Sí, definitivamente su paciencia ya se había agotado. Abrió sus ojos, que habían permanecido cerrados, y la miró, mientras tomaba sus muñecas suavemente entre sus manos. Kagome se sorprendió, pero luego le sonrió dulcemente. Inuyasha alzó su comisura izquierda en una pequeña media sonrisa como respuesta.

-Hey, detente.-pidió con voz suave y ronca.

-No.-rió Kagome.

-Sí.-respondió él con un tinte de diversión en su voz.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-¡Sí!-exclamó el.

-No.-casi gritó Kagome estallando en risas.

Inuyasha frunció levemente el ceño y la acercó más hacia él, pegándola más a su cuerpo. Sus manos seguían apresando las pequeñas muñecas de la joven.

-Sí.- dejó que su aliento caliente chocara contra el rostro de Kagome de una forma demasiado provocadora para la chica. Ella simplemente mordió su labio inferior y acercó su rostro hacia el del chico.

-Te prometo que después te preparo todo el ramen que quieras.-intentó convencerlo, sus narices rozándose.

Inuyasha le dio una atenta mirada y luego la soltó. Se giró y se recostó sobre el verde y mullido césped, apoyando su cabeza en las piernas de Kagome, quien ensanchó su sonrisa aún más.

Nuevamente sus manos se dedicaron a acariciar suavemente las pequeñas orejitas de Inuyasha.

Suspiró, otra vez. Aunque admitía que la oferta que le había hecho Kagome era demasiado tentadora, no le importaba si la cumplía o no. Solo quería pasar más tiempo con ella.

Simplemente era eso lo que deseaba. Permanecer pasa siempre con ella.

~X~

Buenooo..¿qué les digo? Esta es mi primera historia. Porfa, dejen un comentario y digan que les parece.

Pueden decirme:

-Hey, linda historia sigue así!

o

-¿Qué onda con eso? Fue un asco!

jajaja, posta cualquier comentario es bienvenidoo!

saludos!

~White Nightmares