Summary: ¡No puedo Bella! ¡Me gustas demasiado como para dejarte en paz! ¡No puedo dejar que te lastimes, porque me lastimas a mí! ¡Y no puedo dejar que pienses que a nadie le importas porque me importas a mí! –me quedé helada. ¿De verdad me acababa de decir eso?

Capítulo 1

Edward PDV

Me desperté con el peor dolor de cabeza. Todo me daba vueltas. Cuando mi visión se empezó a aclarar miré a mi alrededor y noté que estaba echado en la cama de una chica, no tenía ropa puesta. Se notaba que la noche pasada la había pasado increíble. Tal vez me había emborrachado un poquito más de la cuenta. No tenía idea de que mierda había pasado ni de cómo chucha había llegado aquí.

Me levanté de la cama, agarré mi bóxer, que estaba encima de la silla, mi camisa, mi pantalón y fui a cambiarme. Por alguna razón extraña la casa me era familia, no le di vuelta al asunto no tenía tiempo para eso, necesitaba irme rápido. Me cambié volando. Tenía que llegar al colegio. Sabía que en el momento que ponía un pie en el piso Emmett, mi hermano, me iba a interrogar y me iba a decir lo preocupada que estaba mamá. Agarré las llaves de mi carro y me fui.

Quien quiera que haya sido la chica con la que me acosté anoche iba a estar un poco decepcionada de no verme a su costado, o tal vez ella también se había pasado de tragos y no se acordaba de nada, ojala pasara eso. De camino al colegio sonó mi celular, no me sorprendía ver el nombre de mi hermano en la pantalla. Apreté en botón rojo y le colgué, no estaba de ánimos para que me gritaran.

Llegué al colegio, estacioné mi carro en el sitio del director y caminé hasta donde estaba mi grupo. Todos se estaban matándose de la risa.

-¡Miren quién decidió aparecer! –dijo James cuando me vio bajar del carro. –Que bueno emborrachada la de ayer broder –todos se rieron de nuevo. Ni tenía idea de que había pasado ayer, solo sabía que había hecho el ridículo. -¿Con resaca?

-¡Puta mare! ¡Solo dame una puta pastilla! –dije molesto. La cabeza me retumbaba.

-Broder, ayer te perdiste, ¿Dónde te habías metido? –Me preguntó Jasper al entregarme la maldita pastilla. Me la tomé y luego respondí.

-Me tiré a una flaca, puta, pero no sé ni quien mierda era –todos se rieron. Era normal que pasara eso, nunca me había acostado con alguien que luego no supiera quién era. –Mierda, la wevona es fichasa, no podía encontrar la salida de la puta mansión.

-¿Sabes que creo? –me preguntó Jasper, y todos voltearon a mirarlo. –Tienes que dejar de tirarte a cada flaca que se te cruza –no pude evitar soltar una carcajada. ¿Yo? ¿Dejar de tener sexo? Ja, no iba a pasar de aquí a mil años.

-Mira quién habla –dijo Mike. –Don yo-me-tiro-a-todas –Me volví a reír.

-Es diferente, al menos yo sé a quienes me tiro –se defendió Jasper.

Los cuatro nos fuimos a clase, luego de que la campana sonara. Tenía clase de Mate, eso significaba dormir. El Sr. Young me odiaba con toda su alma, pero no hacía nada en absoluto para mantenerme despierto. Ya no podía conmigo. Siempre pasaba sus exámenes, pero nunca prestaba atención en clase ni estudiaba. Entré al salón quince minutos tarde y el Sr. Young solo me miró.

-Me alegra Sr. Cullen que haya decidido unirse a mi clase –dijo él. Lo ignoré y fui a sentarme al final de la clase, donde en general me sentaba. Tiré mis libros causando que la clase se sobre saltara. –Bueno…-continuó el Sr. Young. –Como estaba diciendo, antes de que el Sr. Cullen nos interrumpiera, este proyecto va a ser el 50% de su nota. Si no pasan, ni piensen que van a pasar mi curso. ¿Alguna pregunta? -Nadie dijo nada. –Bueno empezaré a llamar sus nombres. –la clase se quedó en silencio, mientras iba a buscar la lista con los nombres:

-La Srta. Standley y Sr. Griffiths…. La Srta. Mallory y el Sr. Caicedo –así siguió hasta que escuché que mi nombre era llamado. –Nuestro querido Sr. Cullen va a ser con la Srta. Swan -¿Quién chucha era la tal Swan? ¿Era nueva?

-¿Quién chucha es Swan? –volví a preguntar solo que en voz alta.

-¡Sr Cullen, cuide su vocabulario! –me gritó el profesor de mierda. –Srta. Swan por favor párese para que el Sr. Cullen se entere de su existencia –toda la calase se miraba entre sí, nadie tenía idea de quien chucha era esta Swan. Nadie se paró. –Veo que Bella ha faltado de nuevo, pobre niña. Bueno Sr. Cullen tendrá que enterarse por su cuenta de quién es Bella –después de eso continuó con su clase.

Me quedé dormido, para variar. Cuando el timbre sonó me desperté y fui directo a mi segunda clase. Así pasó el día hasta que llegó el almuerzo. Jasper y Mike me dieron el alcance y nos fuimos a nuestra mesa, donde James y Laurent ya estaban sentados. No me sorprendía ver a Victoria ahí también, comiéndole la cara a James.

-El Sr. Young se volvió loco –dije apenas me senté. –Nos mandó a hacer un puto trabajo y me puso de pareja a una tal Swan. ¿Alguien sabe quien mierda es ella?

-Toma eso wevón –se rió James. –Te jodiste broder. Swan es esa de ahí que está sentada sola –miré hacia donde James estaba señalando y me encontré con la mirada de una chica, que rápidamente la desvió.

Ella tenía el pelo marrón chocolate, que le llegaba hasta la cintura. Usaba lentes, que hacían casi imposible ver sus ojos marrones y debajo de esos ojos tenía ojeras moradas, pero ojeras que parecía que no había dormido por una semana, o tal vez en toda su vida. Estaba usando ropa muy suelta. Tenía un suéter blanco con rojo, lleno de huecos, un jean muy suelto, que también tenía huecos y converse rojas. Estaba leyendo un libro, que un poco más y se la salía la carátula, pero sonreía, ella estaba sonriendo.

-Dios mío –no tenía palabras. –Puta, esa cosa no va ser mi pareja. Oh no, me rehúso. Mírenla, es demasiado rara, ¿qué pasa si está loca y me trata de matar? Además miren su ropa. Aj no, esa cosa no va a ser mi compañera de mate –todos se rieron.

-¿No exageras un poco? –preguntó Mike. –Tal vez no tiene plata o algo para pagar su ropa.

-Broder, dicen que es una 'freak'. He escuchado que mató a sus papás y ahora vive sola y siempre está drogada –dijo Jasper.

-Yo he escuchado que vive con su papá, que es un pedófilo, y la han violado –dijo Laurent.

-Puta, eso es pura mierda. Yo he escuchado que los negros son traficantes de órganos, pero hasta ahora no veo que trafiques nada –dijo James mirando a Jasper. -Lo único que les puedo decir de Swan es que no tienen amigos, siempre llora en el baño y no habla, o al menos eso es lo que dicen. Nunca la he escuchado hablar –dijo James mirándola.

Pasaron unos minutos y nadie dijo nada, James y Victoria se habían ido, bien sabe dios para qué, Jasper, Mike y Laurent se habían ido a comprar su almuerzo y yo estaba solo, sentado en la mesa, mirando a Swan. Había algo en ella que la hacía peculiar. No sé que era, pero me llamaba la atención. Esa sonrisa, que no era sonrisa y esas lágrimas, que tampoco eran lágrimas. Algo estaba mal con ella y por alguna razón necesitaba averiguarlo.

Jasper apareció con Mike y se sentaron a mi costado. Distraje mi vista por un segundo y cuando volví a mirar a la mesa donde estaba Swan, ya no estaba. Se había ido, así con un pufff. Miré a la puerta de la cafetería, para encontrarme con ella saliendo, rápidamente. Había dejado todo en la mesa. Realmente Bella Swan era bien rara.

-¡Hey! ¡Edward! –me llamó Jasper. -¿Vas a ir este fin de semana a la casa de playa de James?

-No me la pierdo por nada won –dije, olvidándome por completo de Bella. -¿Sabes cuantas flacas van a ir? Va ser el mejor fin de la historia.

-¿Crees que me puedas dar una jaladita? Estoy sin carro –dijo Jasper y Laurent se mató de la risa. -¡Hey! ¡No es gracioso! Mi carro se malogró.

-Fresh, te llevo, no hay roche –le respondí y luego ellos volvieron a su tema.

Me paré de la mesa y fui a caminar un rato. Ni si quiera sabía yo para que me había ido de la cafetería, solo lo había hecho. Caminé hasta llegar al edificio cultural, nadie nunca iba ahí. Había estado cerrado desde hace tres años por un accidente que ocurrió. ¿Qué estaba haciendo yo parado al frente de un edificio que ni se usaba ya? Ni idea. Tal vez me estaba volviendo loco. Empecé a caminar hacia la entrada del edificio hasta que sin darme cuenta estaba adentro.

Todo era tan oscuro y frio. Podía escuchar como los papeles que estaban pegados en las ventanas sonaban por el viento y podía escuchar le viento. Todo era tan callado. Involuntariamente empecé a subir las escaleras, hasta llegar al tercer y último piso. Ahí solo había un pasillo y al final del pasillo había una puerta de donde salía música. ¿Quién estaba acá? Puta, la persona tendría que estar loca para estar acá.

Caminé hasta la puerta y la abrí. Me di con una sorpresa. Ahí estaba Bella Swan, agarrando una navaja. No sabía qué hacer. Tenía la navaja demasiado cerca a su muñeca, me daba miedo asustarla y causar que se corte accidentalmente, pero también me daba miedo no hacer nada y que se cortara apropósito. ¿En qué mierda estaba pensando Bella?

-No te recomiendo que hagas eso –dije al fin, pero ella no hizo ninguna señal de vida. Era como si no me hubiera escuchado. -¿Estás bien? –me empecé a acercar a ella.

-Ya no puedo más –dijo su suave voz. –Por favor no me hagas nada, no he hecho nada malo, por favor –escucharla me estaba destrozando, podía escuchar como sufría. Ni si quiera le iba a hacer nada.

-No pensaba hacerte algo –le dije, mirándole, pero ella seguía mirando el piso. -¿Estás bien? –volví a preguntar.

-Solo lárgate –dijo ella nuevamente, agonía en su voz.

-Pero no entiendo ¿Qué es lo que he hecho?

-Nada, no has hecho nada –susurró Bella. –Nadie nunca hace nada.

-Si me dijeras que te pasa tal vez podría hacer algo para ayudarte –le dije. No sabía que decir, las palabras estaban saliendo de mi boca solas.

-Nadie puede hacer nada para ayudarme –eso fue lo último que escuché antes de que desapareciera al frente mío.

Puta, la cojuda estaba más que mal. Tenía esta sensación de que la tenía que ayudar, pero ¿Cómo? Ni si quiera la conocía, ¿Por qué mierda la quería ayudar? Pero igual sentía la necesidad. No quería ayudarla, quería sentir nada por ella, pero no podía, no podía ignorar el sentimiento dentro de mí que me decía que ella me necesitaba. Ella necesitaba un amigo. Nunca nadie la había visto con alguien. James me había dicho que nadie nunca la había escuchado hablar, pero me habló como si nada.

Agarré mis cosas y me fui del edificio. Por lo visto ser amigo de Bella iba a ser un poco difícil. Caminé hasta la cafetería y fui a sentarme de nuevo con los demás. Jasper me miró, pero no preguntó nada, su mirada se desvió a la entrada de la cafetería por donde Bella se estaba yendo.

-Me tengo que ir –dijo James tan pronto vio a Bella irse.

Nos quedamos hasta que el timbre sonó. Me preguntaba por qué James había salido justo detrás de Bella, no tenía sentido. Quería pensar que James necesitaba estudiar, pero eso iba a ser mentirme a mí mismo, porque bien sabía que James jamás estudiaba. Agarré mis cuadernos y me dirigí a la clase de Biología. Esa era la única clase que me gustaba. Quería ser doctor cuando sea grande, pero para eso necesitaba buenas notas.

Llegué a la clase y el Sr. Banner todavía no había llegado. Caminé hasta mi sitio y vi que alguien estaba sentado a mi costado ¿Desde cuándo alguien se sentaba a mi costado? Miré quien era y para mi sorpresa era Bella. Esto era inusual. Ella jamás se había sentado ahí, o yo era realmente ciego y no me daba cuentan de las cosas.

La miré bien, para asegurarme que fuera ella, se veía diferente. Su pelo tapaba toda su cara, estaba abrazándose a ella misma y no tenía sus lentes puestos. Se veía aterrada. Podía sentir como su corazón estaba latiendo a mil y estaba temblando. Algo le había pasado. Odiaba esto. ¿Cómo era posible? ¿Por qué me importaba? Ella era una completa extraña, pero aún así me importaba. Me importaba que le había pasado y sabía que algo le había pasado. ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

-¿Bella? –la llamé, pero no hubo respuesta de su parte. -¿Estás bien? Estás temblando –ella solo movió la cabeza, negando mi pregunta. -¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? ¿Quieres ir a la enfermería? ¿Quieres que llame a tu papá? –apenas terminé mi última pregunta Bella me tomó de la mano.

-No, no –susurró. –No hagas nada –lágrimas habían empezado a salir de sus ojos. –Yo… me tengo que ir –agarró sus cosas y salió disparada de la clase.

Dios mío, que freak que era Bella Swan. Me iba a mantener loco por toda la hora. Ella no estaba bien. Para nada. El señor Chu entró a la clase y empezó a dictar. Mi cabeza no podía pensar en otra cosa aparte de Bella. ¿Qué era lo que me estaba haciendo? La clase se acabó y salí corriendo. Necesitaba encontrarla. Necesitaba ver que estuviera bien, ¿Por qué? Ni si quiera la conocía, ¿Qué chucha me importaba si se moría o no?

La busqué por todas partes, pero nada. No había rastro de Bella. Esto estaba mal. ¿Desde cuándo, yo, Edward Cullen, se preocupaba por alguien? Suspiré y empecé a calmarme. No valía la pena seguir buscándola. Fui a mi Mercedes y manejé hasta mi casa. Estaba cansado. No quería pensar en nada, quería llegar a mi cuarto, tirarme en mi cama y dormir. No quería ningún tipo de molestia.

Llegué a mi casa y vi que estaba el carro de mi papá. Esto era inusual. En general él nunca llegaba antes de las nueve. Bajé del carro y caminé hasta la entrada. Antes de poder entrar la puerta se abrió y salió Esme con una sonrisa en la cara, pero apenas me vio su sonrisa se fue al piso. Creo que estaba molesta.

-¡Edward Carlisle Cullen! ¿Dónde has estado? –gritó Esme, cosa que volvía a ser inusual, ella jamás me gritaba.

-¿En el colegio? –pregunté indiferente. Si ella sabía donde había estado para que me lo preguntaba. Ella suspiró antes de responder.

-Solo entra a la casa. Emmett ya está ahí –con razón no lo había viso en el colegio. –Tu papá y yo tenemos algo que decirles.

Entré a la casa, como Esme me lo había pedido, y fui directamente a la sala. ¿Por qué siempre me tenían que arruinar las cosas? ¿No podía tener mi paz? Qué estresante. Me tiré en el sofá, empujando a Emmett al otro extremo. La cara que tenía Emmett era la otra cosa inusual. No tenía la sonrisa de siempre; estaba molesto, o más que eso. ¿Qué había pasado?

Luego de media hora de silencio (exagero) mi papá habló.

-Estoy muy molesto contigo, Edward, pero eso es un tema que después hablaremos –empezó. -Lo que les quería decir es que –miró a Esme y luego continuó: -va a haber un nuevo miembro en la familia. –silencio en toda la casa. ¿A qué se refería?

-Puta ¿No está un poco vieja, Esme, para tener hijos? –Carlisle me fulminó con la mirada.

-Edward –dijo entre dientes –Esme no está embarazada, y, para tu información ella tiene treintaicinco, vieja estará tu abuela.

-¡Papá! ¡¿Le sacaste la vuelta a Esme? –no hubo respuesta. Lo único que sentí fue la palma de la mano de Carlisle hacer impacto con mi cara. -¡Puta! ¡¿Qué mierda te pasa? -grité y me paré del sofá.

-¡Te quedas sentado! ¡Estoy arto de tu comportamiento! –me volví a sentar. -¡Emmett te paras de reír en este instante! –tomó aire y continuó. –No sé que voy a hacer contigo Edward.

-¿Qué tal si me dejas largarme de la casa? –le pregunté, pero nuevamente me fulminó con la mirada. –Está bien, esa idea está descartada.

-Esme has algo, ya no puedo con él –Carlisle se dejó caer al sofá y puso sus dedos en sus sienes. –Alice ven acá –llamó mi papá.

Todos nos quedamos en silencio. Se podían escuchar los pasos que venían de las escaleras. Volteé, para ver quién era esta tal Alice, y me encontré con una enana, de marrón y ojos verdes. En sus ojos podía ver la culpa, pero si no me fijaba bien, la sonrisa que tenía en la cara, podía engañarme. Entró a la sala y se paró al costado de Esme. Ella le pasó y brazo por el hombro y le besó la cabeza.

-Ella es Alice –dijo Esme. –Tiene quince años y la hemos adoptado. A partir de hoy día, ella es parte de esta familia tanto como ustedes lo son.

-¡Alice! –gritó Emmett como tarado y fue a abrazarla. -¡Wa siempre he querido una hermanita! Esto va a ser genial, te llevo tres años, al fin alguien a quien pueda atormentar y mandar –Alice se rió.

-Seré menor que tú, pero ya verás quien va a ser la que mande –Emmett retrocedió y la miró de pies a cabeza. –Que mi tamaño no te engañe.

-Una Pixie me acaba de amenazar. Que gracioso –Emmett cargó a Alice y se fue corriendo, dejándome en la sala solo con mis dos papás, que estaban muy molestos.

Me quedé sentado en la sala, esperando a que el silencio terminara. Esme y Carlisle me estaban mirando, pero no decían nada. Tenía un sentimiento de que me iban a castigar, pero ¿Desde cuándo Yo, Edward Cullen obedecía un castigo? Me paré del sofá y me fui. Que chuca me importaba lo que me fueran a decir. Siempre era lo mismo; me sentaban en la sala y yo me largaba. ¿Por qué no seguir con la tradición?

Me encerré en mi cuarto y fui donde estaban mis libros. Necesitaba encontrar el libro del colegio. Necesitaba ver a Bella, saber desde cuando había estado en el colegio y por qué nunca había sabido de ella. Todos mis amigos parecían haber escuchado algún rumor de ella pero ¿yo? Cero, nada, nothing.

Abrí el libro y empecé a buscar a los alumnos. Estaban James, Victoria, Josephine, Laurent, Mike pero no podía encontrar a Bella. Luego de mucho trabajo, la encontré. No había foto de ella, salía que había estado ausente ese día. ¿Osea que Bella si había estado en el colegio desde antes? Necesitaba hablarle, necesitaba conocerla. Había algo que me llamaba a hacerlo. Era como si la necesitara, pero no sabía por qué. Tenía una desesperación por ir mañana al colegio y hablarle.

Me metí a la cama, luego de bañarme, y me quedé dormido. No me sorprendió haber soñado con ella.

N/A:Miren gente, esta historia ya está escrita y terminada, pero quiero su opinión (sí, me importa mucho la opinión de ustedes gente). Obviamente con otros nombres y todo, pero amo a la gente de ff so decidí que le ponía los nombres de los personajes de Twilight y esperaba a que ustedes me dijeran. Mi otra historia va a seguir parada porque sigo tratando de averiguar qué hacer, pero ya que esta está terminada no la voy a sacar ni no la voy a no terminar, ya saben el motivo. Espero reviews… me sentiría ofendida si no los recibiera :( no quieren eso ¿o sí?