¡Hola a todos chicos!
Es un placer poder escribir una historia por fin! *O* me alegra tanto~
Bueno este es mi primer FranxHaru ._. además de ser mi primera historia...pero por favor no me vayan a matar o a sacar del escenario si no les gusta! TwT denle una oportunidad TwT
Supongo el capitulo me salió algo largo pero está bien...creo...jeje aunque es algo esencial para la continuación del resto de la historia ._. Lamento mucho si Fran, Bel o alguno de los personajes me sale muy OOC, en serio mil disculpas, y también a quienes no les gusta mucho esta pareja ._.
Sin más demoras les dejo aquí el primer capítulo de mi historia!
Disfrútenlo mucho! (o al menos eso espero)
Postdata: Lo olvidaba!
―lalalalalalala (dialogos)
lalalalalalala (palabras sobresalientes)
"lalalalalala" (pensamientos)
Disclaimer: KHR no me pertenece por más que lo desee le pertenece a Akira Amano, solo la historia es de mi autoría y uno que otro OC que aparecerá mas adelante.
Capítulo 1.
The girl with the broken smile.
"Chocolates….dulces….pasteles de cereza por doquier…"
Estaba a punto de darle un mordisco cuando…
― ¡Hahi!― el sonido del despertador la despertó de sopetón.
"Vaya manera de destruir los sueños de Haru" se quejó mentalmente una castaña de obres cacao mientras con algo de pereza se levantaba de la cama, era otro día mas de instituto, ese año la habían cambiado por pedido suyo a Namimori High School para comenzar su último año de la trayectoria escolar más larga de su vida. El colegio. No le molestaba mucho haber dejado a unas cuantas amigas suyas al cambiarse, aunque en realidad no tenía muchas que se diga pero había logrado encontrar a la persona perfecta en Namimori High School, Kyoko Sasawaga, además de haber encontrado más amigos de los que pensó alguna vez tendría y entre esos su amor platónico, Tsunayoshi Sawada, más conocido como Tsuna-san o simplemente Tsuna.
Lo había conocido cuando la salvaba al haber caído al rio, era una persona gentil y muy dulce pero sobretodo valiente y le llamaba mucho la atención pero no había logrado decirle nada y no es que las niñas deban de confesarse a los niños pero en su caso él era un chico demasiado tímido y siempre estaba rodeado de sus también amigos, Takeshi Yamamoto y Hayato Gokudera ―aunque este ultimo la considerara simplemente una "mujer estúpida"― cosa que le dificultaba acercarse a él y hablar de sus sentimientos que venían floreciendo desde hace ya mucho tiempo.
―Buenos días hija― saludó el señor Miura mientras terminaba de tomar su café.
―Buenos días papá― saludó animosa mientras tomaba su taza de chocolate caliente y una tostada, estaba algo retrasada por quedarse pensando en su querido Tsuna-san.
Terminó su desayuno y salió corriendo, no quería llegar tarde y toparse con Hibari-san, el prefecto del colegio y de Namimori…no quería ser mordida hasta la muerte.
Estaba por llegar, veía la entrada tan cerca cuando de la nada un chico alto se cruzó frente a ella y terminó chocando con su espalda provocando que la castaña cayera al suelo.
― ¡Hahi! ¡Ay!― chilló mientras intentaba levantarse.
Alzó la mirada para terminar topándose con un par de ojos verdes sin emoción alguna con unas marcas negras debajo de ellos.
"Que chica más rara…tiene la cabeza tan dura como una roca…" pensó el chico sin mucha emoción.
―…Lo siento…― terminó diciendo mientras se daba media vuelta dejándola allí botada.
"Que chico más raro y descortés"; pero al notar la forma en la que había caído se levanto tan deprisa como pudo, estaba roja de la pena…esperaba el no haya visto nada de nada.
Ya en clases había encontrado que por motivos de saludTsuna-san había tenido que faltar, estaba algo cabizbaja por ello pero prefirió no demostrarlo para no preocupar a los demás.
Luego de varios minutos llegó su Sensei a impartir la primera materia del dia, matemáticas, "bien, la mañana empieza ejercitando el cerebro", y no es que le encantase la materia, simplemente su padre le había enseñado que las matemáticas eran la mejor manera de ejercitar su mente y como dicen: cuerpo sano, mente sana ¿no?
―Bueno estudiantes, el día de hoy tenemos nuevos compañeros que se integraran a ustedes hasta lo que queda del año, por favor sean buenos y recíbanlos con mucha alegría― repuso su Sensei mientras hacia una seña con la mano para que entren sus nuevos compañeros.
A Haru casi se le cae la mandibula al ver quienes entraban.
―Ushishishi~ mi nombre es Belphegor, pero pueden llamarme Príncipe…o genio ushishishi~― soltó un chico alto, de tez blanca, con unos cabellos dorados que cubrían sus ojos y una sonrisa increíblemente extensa en su rostro de facciones perfectas.
―Fran…―fue lo único que dijo el chico a su costado, alto, de tez blanca igual que el otro chico pero de cabellos verdes con un sombrero de rana encima de su cabeza, ojos del mismo color que su cabello con esas marcas raras pero llamativas debajo de sus ojos, parecía ser más joven que el otro joven por sus facciones.
Su Sensei les indicó sentarse en dos puestos vacios en la parte media del salón, al rubio con risa extraña le toco sentarse cerca de Hana y Kyoko, mientras que el chico de mirada apática le toco sentarse en…
"Esperen… ¡le toca delante de Haru!" se quería morir de la vergüenza…primero choca con él y aunque no la ayudo y se fue del lugar dejándola botada en media calle ella había sido la culpable del golpe que le dio en la espalda; además de lo vergonzoso que hubiese sido si de verdad la hubiese ayudado, sea cual sea lo que hubiese sucedido terminaría siendo algo completamente vergonzoso para ella que era una dama.
Por su parte el chico de cabellos verdes notó a la chica con la que se había topado antes sentada justo detrás de donde lo habían mandado a sentarse, logró verla mirándolo y ponerse roja por su acción, de seguro por la vergüenza pero algo en el fondo le gusto de una forma un tanto extraña pero le gusto de todas maneras.
Luego de que tomaron asiento Haru quería que se la tragara la tierra. Él la había visto justo cuando ella había posado sus ojos directamente en su rostro y tuvo que voltearse rápidamente para ocultar el sonrojo en sus delicadas mejillas, el día no estaba siendo como lo esperaba.
La clase pasó entre cuchicheos y los regañadientes del Sensei porque estaban más que distraídos con los nuevos chicos.
Terminada la clase el Sensei llamó a Haru y le pidió algo que ciertamente no le agrado a la castaña.
― ¿L-Le está pidiendo a Haru q-que les enseñe el colegio a-a…esos chicos?― preguntó incrédula, ¿por qué de todos los chicos del curso precisamente era ella a la que le preguntara aquello? No era la presidenta de la clase, mucho menos del comité pero parece que todos querían hacerle algo este día.
―Por favor señorita Miura si no es mucha molestia― ella no se pudo negar a sus buenos modales.
―Está bien Sensei, ¡Haru dará lo mejor de sí misma en esta tarea!― exclamó un poco más confiada, si a ella le habían asignado algo así era por algo y no quería defraudar a nadie, además podía hacer que su día cambiase de mal a mejor y en la salida ir a visitar a Tsuna-san. Sí, ya tenía la determinación en ella, nada se la quitaría….o al menos eso era lo que esperaba.
―Gracias señorita Miura― fue lo último que dijo el Sensei antes de salir de clases.
Bien ahora le tocaba ir con ellos y decirles…pero para ello esperaría al receso, le daría tiempo de pensar cómo es que iba a decirles su encomienda.
Pasaron el resto de horas restantes y Haru aun no encontraba en su cabeza la mejor manera de acercarse a ellos y decirles su tarea. Es que…era tan complicado, se notaba que no eran chicos cualquiera...es que… ¡vamos! ¿A quién en todo el mundo se le ocurriría ir con un gigante sombrero de rana y con los cabellos cubriéndole el rostro al colegio? Bueno aunque ella tampoco es que era tan normal que se diga…
Sacudió su cabeza un poco desesperada, no tenía que pensarlo mucho ¿no? Solo decirlo y ya. Sí, eso era, soltarlo era la mejor manera de acabar con todo rápido.
Se levantó algo temerosa y caminó hacia ellos antes de que se escapen de su vista.
―E-Etto…―dijo llamando un poco la atención de los recién llegados.
―Ushishishi~ mira que tenemos aquí rana, una dulce plebeya, ¿qué se te ofrece?― preguntó el chico blondo.
Haru se ofendió un poco por su referencia hacia ella ¡¿plebeya? ¡¿Por donde? Pero la dejo pasar por ahora.
―H-Haru tiene el trabajo de enseñarles el colegio― dijo algo apenada, sentía la mirada de ambos chicos sobre ella y no podía hacer más que sentirse de esa manera, aunque a uno simplemente lo quería golpear.
El rubio levantó una ceja que obviamente no podía ser vista y el chico de cabellos verdes simplemente ladeo un poco la cabeza hacia un costado, "¿por qué se apenaba?" Pensaron juntos sin quererlo.
Se quedaron callados unos segundos provocando que Haru levantase su cabeza con la esperanza de que no se hayan ido y la hayan ignorado.
―Ushishishi~ está bien plebeya.― dijo finalmente Belphegor dándose la vuelta y saliendo del curso.
―…― el chico con el sobrero de rana no dijo nada solo salió siguiendo al blondo.
Haru sonrió alegre y salió con ellos no sin antes decirle a Kyoko que no podía comer con ella y los chicos hoy.
-.-
―Y e-esta es la s-sala de maestros…― dijo una castaña frente a una sala con una gran puerta negra.
Había sido el recorrido más tortuoso que en su vida pudo dar.
Primero el chico llamado Belphegor se la paso lanzándole cuchillos a Fran por el simple hecho de que estaba "aburrido", lo más extraño es que el chico de cabellos verdes no se había inmutado mucho que digamos, en uno que otro rato soltaba un "Sempai…dolió" pero sin mostrar emoción alguna aunque en ratos le parecía un chico adorable; segundo la llamaba plebeya a cada instante y eso a Haru le molestaba más que el "Mujer estúpida" por parte de Gokudera-san; tercero quiso que lo cargue a mitad del camino porque estaba cansado, y por ultimo casi acuchilla por gritarle que no era un Príncipe.
Aunque aun no sabía si sentirse con miedo o simplemente enojada por las acciones de él, más por su parte Fran se comportó lo más callado que pudo, por alguna razón no estaba con ánimos de molestar a su Sempai enfrente de aquella chica de la cual aun ambos desconocían su nombre ya que su Sempai se paso llamándola plebeya todo el trayecto.
Y no solo era eso lo extraño sino que varias de sus expresiones le parecían…lindas, por razones que claramente el desconocía.
― ¿Esto es todo plebeya?― Bel por su parte estaba más que solo cansado, la rana por ahora no lo había molestado y lanzarle cuchillos sin un motivo especifico no valía la pena, la chica era un tanto interesante…más que solo eso…era como un nuevo juguete para un rato de diversión pero cuando comenzó a ignorarlo su aburrimiento se mezcló con enojo por no ser tomado en cuenta, él es un Príncipe, nadie ignora a un Príncipe y menos a uno como él.
Haru se volteó molesta ante el uso de su nuevo apodo por parte del que se hacía llamar así mismo Príncipe.
―Si eso es todo― respondió de manera seca. Se había cansado de llevarle la contra cuando notó que mientras ella más se enojaba más ensanchaba su sonrisa. Se estaba poniendo demasiado enojada por lo que optó dar su retirada ―Bueno ya saben cómo llegar al salón de clases, Haru tiene que irse.― y sin más dio media vuelta dejándolos atrás.
Hasta ese entonces ambos habían logrado aprender tres cosas de esa chica.
1.-Era muy ruidosa.
2.-Tenía cierta manera de expresar sus emociones usando expresiones muy divertidas y referirse a si misma en tercera persona.
3.-Era muy interesante. Ninguno de los dos había conocido a alguien tan interesante y ninguna persona había captado su atención en tan corto tiempo como ella.
"Ushishishi~ esa plebeya será mi juguete personal~", si claro, si es que ella se lo permitía claro está.
"Extraña…"aunque de una manera que ni el mismo entendía hasta ahora.
-.-
"Se acabaron, ¡por fin!" Pensó mientras ordenaba sus cuadernos para junto a los chicos dirigirse a la casa de su amado Tsuna-san.
― ¿Haru-chan?― llamó una voz algo familiar.
― ¡Hahi! ¡Kyoko-chan!― sonrió al voltearse a ver a su mejor amiga, no había hablado con ella en casi todo el día gracias a que tuvo que dar ese recorrido a los nuevos chicos.
―Haru-chan ¿qué tal te fue con los chicos nuevos?― preguntó como si le estuviese leyendo la mente a Haru, claro, eran mejores amigas, se conocían desde hace algunos años y habían llegado a formar un lazo tan fuerte que ciertamente podrían hasta saber si estaban mal solo por mensajes de texto.
Haru soltó un pequeño suspiro, iba a decirle que mal muy mal y a contarle lo malo del recorrido cuando no solo notó al chico con sombrero de rana frente a ella sino que se sintió mal, ella no era así de juzgar a la gente de esa manera, aunque el tal Belphegor ese se lo merecía pero el lindo Fran no…
― ¡Muy bien! No fue como Haru esperaba pero estuvo bien― sonrió sinceramente; si dejaba de lado lo molesto del chico blondo no había sido tan malo como esperaba y decidió pensar así sobre eso.
Kyoko sonrió muy feliz por su amiga, la quería demasiado y se preocupaba de ella como una hermana se preocupa de otra.
―Cierto Haru, hoy es tu día.― terminó anunciando Kyoko, casi lo olvida por completo.
Con tu día no necesariamente se refería al "día de apreciación de Haru" sino a que era el turno de ella de quedarse arreglando su salón de clases, genial…y ahora ¿Cómo iba a poder ir a tiempo a casa de Tsuna-san? Veía cada vez más negra la posibilidad de ir para allá pero si se apresuraba quizás pueda ir un rato antes de regresar a casa a preparar la cena.
Su amiga vio su consternado rostro por un rato.
―Si quieres yo puedo quedarme y hacerlo por ti no creo que noten que soy yo la que se ha quedado en vez de hacerlo tu.― propuso esperanzada de poder alzarle los ánimos a su mejor amiga.
― ¡No te preocupes Kyoko-chan! Haru puede hacerlo, tú ve con los demás y adelántense a casa de Tsuna-san, yo estaré allá apenas termine.― sonrió mientras alzaba un puño al aire.
―Está bien Haru-chan nos vemos allá, ha cierto, el día de hoy es en parejas, la presidenta me informó que era mejor que lo hicieras con uno de los chicos nuevos para que se acoplen al ritmo, escuché que son extranjeros, de Italia.― terminó comentando.
¿Italia? Sabía que eran extranjeros, se les notaba en sus facciones no propias de su país pero no esperaba que sea del país que más le gustaba en el mundo (además del suyo claro). Lo peor de todo era que uno de ellos había sido escogido para quedarse con ella ese día y ella rogaba a Kami que no sea el rubio con complejo de príncipe.
―E-Etto….Kyoko-chan… ¿quién es el otro encargado?― definitivamente no quería saber la respuesta.
―Creo que se llama Francesco, el chico del sombrero lindo.― a Haru le regresó el alma al cuerpo cuando escuchó a Kyoko decir eso.
―Gracias Kyoko-chan― sonrió y se despidió de su amiga.
Comenzó a buscar al inconfundible sombrero entre sus compañeros restantes y lo encontró a punto de cruzar la puerta de salida, corrió hacía él con la esperanza de que no vaya a irse y a dejarla sola.
― ¡Fran-san!― el ojiverde giró su apático rostro para toparse con unas grandes orbes chocolates mirarle con cierta alegría, algo dentro suyo se sintió cálido ante esa mirada…le era casi imposible despegar los ojos de los suyos…la pregunta era ¿por qué?
―Fran-san hoy le toca quedarse con Haru arreglando el salón de clases, es una digamos táctica que la presidenta ha decidido para que se acople más rápido al ritmo del salón.― explicó contenta de que con ayuda podría terminar el trabajo más rápido e ir a casa de Tsuna-san temprano.
Fran se la quedó observando un rato más sin decir nada…algo en ella además de lo que ya sabía atraía su mirada como un imán atrae a un metal hacia él.
―Nh…―fue lo único que pudo soltar mientras con un gran esfuerzo de su parte entraba al salón de clases ignorando la mirada cacao de la chica.
Belphegor observó la escena algo pensativo… ¿qué pasaba entre esos dos?...tenía que averiguarlo…pero…lo haría luego de alimentar su estomago, su raro tío Lussuria que le pedía siempre llamarlo Luss-nee o mamá Luss por alguna extraña razón lo esperaba con su almuerzo listo en casa y su querido estomago real le pedía alimentarse…y pronto, así que dio media vuelta y salió del curso esperando encontrarlos cuando termine de almorzar.
Felizmente Haru distribuyó las diferentes actividades que tendrían que hacer para arreglar el salón; el pizarrón y el leccionario lo haría ella mientras que las sillas y papeles en el suelo se encargaría Fran.
Al inicio fue un poco incomodo, no lograba dejar de sentir una mirada sobre ella mientras limpiaba el salón pero poco a poco se sintió más…en confianza y terminó su trabajo tan pronto como empezó.
Por su parte Fran había terminado su labor mucho antes que ella, y se había dedicado a esperarla mientras jugaba KOF* en su PSP portátil, regalo de su tío Mukuro la navidad pasada, para evitar posar la mirada sobre la castaña aunque perdió una que otra vez por desviar su mirada hacía ella y no notar el ataque de su contrincante cibernético.
Cuando Haru alzó su rostro del leccionario vio el curso arreglado y limpio.
― ¡Hahi! Fran-san ha hecho el trabajo más rápido de lo que Haru esperaba.― sonrió ampliamente la castaña mientras se levantaba luego de guardar el leccionario en el cajón del escritorio.
Fran se levantó también guardando su PSP en el bolsillo de su pantalón, Haru se preguntó ¿cómo le entraba ese aparato en su bolsillo? Pero decidió no alargar más la charla y el asunto para ir a casa de Tsuna-san en lo que quedaba de la tarde.
Salió del establecimiento con Fran pisándole los talones, no le molestaba su presencia, es más era tan…callado, tan…monótono que parecía que no estaba allí aunque ella sabía que obviamente la acompañaba; estaba tan cerca de su destino y seguía creyendo que Fran estaba consigo, sería algo bueno integrarlo al grupo o al menos suponía que lo sería pero cuando volteó a buscarlo él ya se había ido.
Suspiró y se llamó tonta internamente, quizás él la estaba acompañando hasta encontrar el desvió a su casa pero ella no le habló así que de seguro pensó que lo estaba ignorando.
Lo que Haru no sabía era que en realidad él se había quedado unas cuadras más atrás atándose los zapatos, cuando notó que la castaña no se detuvo pensaba que estaba con prisa y dentro suyo una pizca de curiosidad afloró así que decidió bajar su velocidad al caminar y mantener la distancia para ver a donde se dirigía con tanta prisa y ansias; quería saber a qué se debía esa sonrisa muy diferente a la que le dedicó horas antes, esa era una sonrisa de felicidad simplemente una que cualquiera puede tener al no quedarse solo, pero esta nueva era de felicidad mezclada de un sentimiento diferente, y añoranza acerca de algo.
Cuando Haru dio la última vuelta que faltaba hacía la casa de su querido Tsuna-san vio una escena que hubiese preferido evitar sobre cualquier cosa…
Allí estaban…su mejor amiga Kyoko…con el chico que sentía amaba…Tsunayoshi…dándose un beso…ambos con las mejillas sonrojadas por la pena pero con una pequeña sonrisa aflorando en sus rostros…
Sentía que verdaderamente quería desaparecer…que quería hundirse en lo más profundo de la tierra y nunca más salir de allí…sus piernas se paralizaron…no podía moverse pero comenzaba a llorar y no quería que sus sollozos hicieran notar su presencia…así que saco fuerzas de donde las tenía ocultas y corrió los más rápido que pudo lejos del lugar escuchando su nombre ser gritado por ambos…
Fran observó la escena a la distancia…vio lo mismo que la castaña observó, y se sintió algo molestó al ver como la sonrisa de aquella chica tan feliz se quebraba ante tal espectáculo…parecía que se caería en pedazos allí mismo pero logró correr y escapar de esa pesadilla que parecía perseguirla…no sabía qué hacer si ir tras ella y secar sus lágrimas cosa que era lo que algo en el fondo le decía o dejarla que se desahogue sola consigo misma cosa que le decía su conciencia.
Decidió seguir lo que esa cosa en el fondo le decía pero solo por esta vez y corrió técnicamente detrás de la chica…le perdió el rastro a la vuelta de la esquina pero se dejo guiar por los pequeños sollozos que se escuchaban desde un parque en la siguiente cuadra.
Haru corrió lo más que pudo y se detuvo en el parque desierto cerca de su casa…entró y se dejó caer junto a un árbol en una esquina…estaba destrozada, no sabía que las cosas serían de esa manera…Kyoko…su mejor amiga…ella sabía….ella sabía más que nadie que ella amaba a Tsuna…sabía que él era el chico de sus sueños con quien soñaba casarse y ser feliz…pero…ella en el fondo supo siempre que él no sería para ella…que él solo tenía ojos para su mejor amiga…y si se correspondían…¿quién era ella para separar a dos personas enamoradas una con la otra?...nadie…no era nadie…
Fran se detuvo frente al parque buscándola con la mirada, parte de él sabía que era algo estúpido, que ella lo vería y lo mandaría volando por irrumpir en su vida…pero no podía evitar sentirse como se sentía, alcanzó a ver a una chica de cabellos castaños recogidos de espaldas a donde él estaba…se acercó con cuidado, no quería asustarla, no ahora.
Haru logró sentir que alguien estaba viéndola…la misma sensación de momentos atrás con Fran-san, se giró alzando la mirada…
Y allí estaban…
Chocolate con menta…
Haru solo sintió el impulso de abrazarlo y eso hizo, se lanzó sobre él abrazándolo y rompiendo en llanto…
Los ojos de Fran se ensancharon por milímetros mientras de poco a poco correspondía su abrazo…en su pecho algo se oprimía…ella había sido a su manera tan extraña muy buena con él, tanto que le parecía espantoso verla llorar…y no porque se la viera fea sino porque algo dentro de él odiaba eso…le gustaba su sonrisa…le gustaba mucho la calidez que transmitía con ella…pero ahora estaba rota…y él la quería devuelta…sea como sea…
Era estúpido pensar como dos desconocidos habían llegado tan rápido a algo como esto pero…el amor se manifiesta de maneras que la misma razón jamás logrará entender…aparece de la nada…y así de la nada también se va…aunque a veces…aparece de la nada y se queda allí…por siempre…
¿Y bien que les pareció? owo
Preferí usar los títulos en ingles espero sirvan ._.
Acepto todo tipo de críticas constructivas, opiniones, lindo, malo, bueno, regular, asqueroso, etc! sus opiniones y criticas son los que ayudaran a que esta historia tenga un progreso y a que pueda crecer como escritora también.
Gracias por leer~! :D
Pero esto es como la alquimia un intercambio equivalente, yo les doy algo que leer y ustedes unos lindos reviews ¿no? owo
