-¡Es la chica, es la chica!- Dijo una voz femenina terriblemente emocionada, mientras observaba el cuerpo inerte de una Gryffindor de cabello castaño- ¡Hay que matarla!- Dijo aún con más emoción.

-No.- Dijo una voz grave, masculina, que era la persona que sostenía a la chica en brazos- El señor tenebroso quiere a Potter, no a su amiga sangre sucia.

Hermione en la batalla del ministerio, había recibido un Desmaius muy eficaz, en estos momentos Yaxley la sostenía como si fuera la cosa más repulsiva de todo el planeta, varios mortífagos se habían reunido alrededor de Yaxley y de Bellatrix, que trataban de determinar el destino de la joven.

-Pero no podemos dejarla así como si nada- Dijo otra voz, que correspondía a Lucius Malfoy- Podría despertar en cualquier momento y delataría nuestro paradero.

-Vaya Malfoy- Contesto sarcásticamente Yaxley- Tú fuiste el que sugirió que la trajéramos a tu mansión, debimos de haberla dejado en el ministerio.

Hermione se movió ligeramente, lo que hizo que todos los presentes en el gran salón Malfoy se pusieran alerta.

-¡Era eso o que empezara a chillar y llegara la orden hacia donde estábamos nosotros!- Gritó molesto Malfoy.

La Gryffindor soltó un gemido y entonces todos supieron que estaba a punto de despertar del encantamiento, Bellatrix, más impacientada que nunca, susurró.

-Démonos prisa, ¿Qué hacemos con ella?

-Podemos regresarla…- Susurró una voz lejana.

-Sí claro- Respondió Malfoy con acidez- Y que delate el paradero del señor tenebroso.

-Y si la matamos…- Sugirió otro.

Ya se había pensado esa opción, pero había sido rechazada desde el principio, aunque ahora, la idea no estaba tan mal…

-¿En este momento?- Dijo una emocionada Bellatrix.

- Claro, hay que terminar con esta asquerosa sangre sucia. Dijo Malfoy con desdén, así que mientras los mortífagos salían del salón para recuperar su varitas mágicas (Sí, las habían olvidado) Un chico de cabello platino que había estado escondido en otra habitación se acercó al cuerpo de Hermione, el cual se movía demasiado y estaba a punto de despertar.

-Granger…- Susurró, mientras sacaba su varita mágica y apuntaba al cuerpo sereno de la castaña.

Murmuró algunas palabras, pero lo único que se alcanzó a escuchar fue "Obliviate".