Soy inmortal.

Ha pasado el tiempo, en mi lúgubre castillo, camino por sus grandes pasillos recorriéndolos con ansiedad. Esperando la nada, olvidándolo todo, y ansiando el presente. Camino sin energía, aburrido de la monótona vida. No tengo nada que hacer… solo estoy yo en este lúgubre castillo.

Hace ya muchos años que no tengo a mis hijos, y muchos más a mis amigos, o personas a las que algunas veces les confié mi vida.

Ahora que soy inmortal, pedí el deseo de la juventud eterna. He eslavizado el planeta, he matado a todo aquel que no comiera de mi mano, a todo a que que se atreviera a desafiarme, a todo aquel que de mi este en contra. Los he matado a todos.

A tal punto me llevo mi locura que he matado a las personas que alguna vez ame o respete.

Todo era secreto hasta que una vez, ella murió. Si, esa mujer que estaba en mis sueños, pasó a estar en mis pesadillas; sumergida en un llanto continúo que suplicaba misericordia y piedad. Pero no podía hacer nada.

Cuando ella se fue, también se fue mi cordura, también se fue mi alma… me quede vacío y solo en mi castillo. El castillo que hoy día llamo hogar, donde quien sabe hace cuánto tiempo, rebalsaba felicidad y alegría. Donde gente bailaba y disfrutaba su vida; ahora solo bailan las sombras en las noches de luna llena.

Vivo esperando un rival que me rete, que me asesine, y termine con mi miseria. O eso quiero creer, invento falsos consuelos para dar alivio a mi mente.

—Ah… —Suspire, pase mi mano tocando el cristal de una foto de mi amada y difunta esposa— Algún día te acompañara, Bulma… mi amada Bulma.

Seguí caminando, pos esos pasillos. En las noches de luna llena, esos pasillos te adsorbían en su oscuridad. Había que caminar con cuidado.

Me pare frente a una ventana, era de noche, la luna bañaba el bosque robusto que tenía frente —Luna llena, te había extrañado— Dije mirándola con pena— Así que ha llegado el día… Era inevitable.

Yo ahora, era diferente, tenía algo que me hacía destacar de entre la multitud…

En una de mis incursiones por el mundo, me topé con un hombre. Lo asesine sin piedad, pero antes de eso el me mordió. Clavo sus colmillos en mi piel. Ahora soy como él. Un vampiro, diferencia de él. Yo soy inmortal, no necesito sangre para vivir.

Y tengo un amigo. Es inmortal, como yo. Hoy nos reuniríamos.

Camine por el frente del castillo, llegue hasta el bosque. Hay me detuve, sentí el viento gélido que revoloteaba mi pelo y mi vestuario.

Él estaba frente a mí. Con su pelaje terso y áspero, enseñaba sus caninos y sus garras. Estaba lleno de tierra; a veces olvido que vive en el bosque.

— ¿Cuánto llevas esperándome? —Me pregunto, se sentó en sus cuatro patas como un perro.

—Lo necesario —Conteste— ¿A qué se debe tu pregunta?

El me miro, inclino su cabeza y se rasco la oreja con su pata trasera—Bueno, es que estoy seguro que llegue mas tarde de lo usual.

—No, llegaste a tiempo, Kakarroto —Conteste, después de todo. Él era mi única compañía. Y solo lo veía una vez al mes… con suerte.

—Excelente, entonces —Dijo— ¡Ah, tengo una idea! ¿Qué quieres que hagamos?

Él estaba feliz, era feliz sobre todas las cosas. Nada lo hacía sentirse mal.

—Kakarroto, cuéntame: ¿Por qué eres tan feliz? —Me senté en el suelo, él se acercó de inmediato y se sentó junto a mí, para ser un hombre-Lobo es más perro que otra cosa.

—Bueno, no puedo sentir lastima siempre ¿o no? —Me dijo sonriendo— Milk no lo hubiera querido… o eso creo.

— ¿Fue duro, no? —Le pregunte— Su muerte fue tan repentina. ¿Verdad?

Su cara cambio de una sonrisa a una mueca torcida llena de pena y melancolía.

—No lo puede evitar… ella…. Explote —

— ¿Enserio? —Le pregunte— ¿La mataste? Bueno, yo sabía que no podías controlarte pero… ¿Tanto?

— ¿Quieres que te cuente? —

—No —

—Me vale, te cuento igual—

Flashback de Kakarroto

"La sangre me hervía, sentía como me quemaba mi ansioso corazón. Estaba sentado en el comedor de mi casa. Tenía los codos sobre la mesa y las manos aprisionaban mi cabeza. Estaba enojado, irritado, eufórico.

Sabía que si explotaba seria capas de destruir todo a mi paso. Intentaba estar calmado, tranquilo y paciente. Mientras no me expusiera a algo que acelerada mi ritmo cardiaco, podría esperar a que el efecto se fuera y todo volvería a ser normal. Sí, todo volvería a hacer como era antes.

— ¿Goku? ¿Qué haces, que no ves que estoy limpiando? —Milk estaba enojada, ella podría comenzar una guerra entre la paz y el odio.

—Milk…. Ah… por favor, no es momento para esto…. —Dije entre cortado, intente no parecer diferente.

— ¿Momento para esto? —Grito— ¿¡Lo vez!? ¡Nunca hay tiempo para nada entre nosotros!

—…Milk… por favor, no me grites—

— ¿Gritarte? —Ya se había enojado muy feo— ¿Cómo te atreves? ¡Eres el peor, jamás tienes tiempo para mí o lo niños y encima te quejas!

—Milk —

— ¡Solo entrenas, entrenas, y entrenas! —Grito más fuerte, casi no puedo contenerme— ¿Alguna vez en has ayudado con la casa o con los niños? ¡Eres un mal padre y un mal esposo!

— ¡Milk! —No lo puede evitar, estaba pasando. MI sangre salvaje no me dejaba estar en paz— ¡Cierra la boca, Bruja cuervo!

Me levante hecho una fiera, la sangre me hervía, era incontenible. Estaba por hacer algo que me arrepentiría de por vida.

— ¿C-como me has… dicho? —Repetido insegura, podía oler el miedo y escuchaba el corazón que se aceleraba dentro del pecho.

Es cuchaba como bombeaba sangre fresca, jugoso elixir, quería tener esa carne entre mis garras y mis colmillos. Oh, por Kami .Yo quería…

— ¡Te voy a estrangular! —Le grite, me fui a cercando más a ella. La pobre torpe confiada estaba quieta e inmóvil, sin saber que hacer— ¡Te voy a reventar la yugular!

Mi voz era otra, mi apetito insaciable, mis garras afiladas, mi pelo abundante, mi cola esponjosa… Yo no soy yo. Soy una especia de… Licántropo. Escuchaba el corazón, oh, que dulce melodía.

Me acerque a ella. Salte sobre ella tumbándola en el suelo, la escuchaba gritar y pedir ayuda.

—Nadie te va a ayudar, ahora, mujer —Le dije con voz ronca— Nadie te va a salvar hoy de mis garras.

Puse una de mis patas delanteras sobre su vientre, clave con firmes para evitar que se moviera, la sangre manchaba su vestido. La otra le clave sobre su rostro, podía seguir gritando mientras le reventaba la cuenca ocular.

Acerque mi boca a su cuello, lo lamí para sentir su sabor. Ella comenzó a llorar. Antes de que pudiera seguir gritando, clame mi mandíbula y empezó a masticar su cuello a carne viva. Salía sangre y carne. Cuando llegue al hueso de la nuca, ella ya no respiraba.

¡No podía!

No había forma que llegara a los pulmones el aire…. No tenía garganta, lo único que rumia su cabeza a su torso era su columna vertebral.

Me senté sobre ella, mirando mi obra de arte. Mire las escaleras y dije—Y si bajan los mocosos, me los como—

Nunca bajaron. Salí al bosque, y de ahí en mas no tengo memoria"

Fin flashback de Kakarroto

—Eso paso… creo… la verdad me siento tan apenado por eso —Dijo bajando la cabeza.

Yo escuche atentamente lo que dijo, el hecho de pensar en sangre abría mi apetito.

—Bueno, seguiste tu instinto. Es normal —Le conteste— No veo el problema.

—Yo si —Me dijo mirándome con la mirada desafiante— ¡Ella confió en mí y yo la mate! Y… y no solo eso ¡La torture, me la comí viva!... ¡VIVA!

—Ya, bueno, pero me grites, tarado —

Continuara…