¡Hola queridos amigos! Hace tiempo que no tengo el gusto de verlos pero ahora estoy aquí y como les dije antes traería un fic de mi propia autoría. Hoy tengo la alegría de por fin publicarlo.
Es una historia que realmente no dejo de pensar y que poco a poco estoy construyendo. Su marco principal está basado en hechos reales de la historia de mi país (¡No, no se aburran!) son hechos que personalmente considero importantes e inolvidables así que... Espero que les guste esta historia ¡A mí me encantó escribirla!
¡Ahora sí pasemos al fic!
Nota: Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
...
Caminos Cruzados
En la etapa más tierna de sus vidas; los niños saltan, ríen y viven la vida de forma entusiasta sin pensar en su futuro más que la diversión presente en sus pequeñas vidas.
CAPÍTULO 1: Promesa
Naruto y Sasuke eran unos niños alegres, vivaces y sobre todo muy unidos. Ambos pertenecían a familias poderosas, casi inquebrantables con un largo recorrido político en Japón, motivo suficiente para comenzar desde temprano una educación política en sus jóvenes herederos. Naruto y Sasuke eran susceptibles a esto, solo querían disfrutar de su plena y gustosa niñez.
Aquel día, era muy especial pues el pequeño Naruto cumplía 10 años y su padre le hizo una gran fiesta. Los niños corrían de un lado a otro inquietos, su energía los hacía imparables.
-¡Naruto! – El rubio se detuvo, reconocería aquella voz en cualquier lugar.
-¡Hinata! – Naruto abrió los brazos para recibir a la niña de no más de 6 años -¡Pensé que no vendrías!
-Hinata, llegaste –Sasuke se aproximó y ambos la tomaron de las manos ayudándola a adentrarse en la fiesta, el resto de la tarde no se separaron ni por un instante.
Los tres tenían un laso fraternal inmenso. Naruto y Sasuke eran amigos desde que tenían recuerdos, siempre juntos como dos grandes hermanos, aunque a veces peleaban ello no menguaba en su amistad ya de por si inquebrantable. Por otro lado estaba la pequeña Hinata, heredera de los Hyuga; desde que llegó al mundo despertó el interés y curiosidad de los niños haciéndose incondicional para ellos. Los tres eran los mejores amigos, mejores compañeros, mejores hermanos y esa noche sería testigo de su más inusual promesa.
-Muchachos… - susurró Sasuke moviendo ligeramente a sus amigos – Ey, despierten – Naruto abrió los ojos con dificultad, un poco molesto.
-¿Qué sucede Sasuke? –Naruto y Hinata estaban confundidos.
-Voy a prometerles algo – Sasuke sentía adrenalina corriendo en su ser a causa de lo que iba a decir – Hoy marco el inicio a mi gran sueño…Yo seré el presidente de esta nación, lo juro.
La habitación se llenó de un profundo silencio. Sasuke se mantuvo firme aunque un poco nervioso esperando la reacción de sus amigos; de repente una risotada le hiso reaccionar.
-¿De veras? ¿Cuándo? –Dijo Naruto en tono burlón–Primero vas a tener que derrotarme.
Ambos amigos se vieron fijamente, nunca jamás se vería tal decisión en la mirada de unos pequeños. En ese momento Sasuke y Naruto marcaron un futuro lleno de contiendas, luchas y mucho sacrificio; los dos lo sabían, que algún día llegaría el día de combatir, un día en el que ya no serían más los fieles amigos que habían sido hasta el momento.
-Es una promesa – dijeron ambos chocando los puños. Hinata sintió una ligera incomodidad.
-Y Yo no dejaré que se hagan daño… lo prometo – dijo en sus adentros.
….
Dos años corrieron con rapidez. Desde el cumpleaños los niños iniciaron un estudio autodidacta y se la pasaban horas leyendo diversos temas, llenando su mente de prodigiosos conocimientos.
-¿Cuándo van a dejar esos libros? – Preguntó la doméstica – Ya no tienen pestañas.
-Shizune, esto es necesario –Replicó Sasuke como en tantas ocasiones.
-Apuesto que dejarían cualquier libro por venir a recibirme.
Ambos niños alzaron las orejas por la voz tan familiar que escucharon. Hinata se encontraba de pié en el umbral de la puerta.
-¡Hinata! – exclamaron al unísono y se aproximaron inmediatamente a ella.
-Qué le dije Shisune –Logro decir Hinata antes de ser abrasada por sus amigos.
-Debería venir más seguido, niña Hinata.
-¡Eso haré, si me dejan respirar! –Los niños soltaron a Hinata y luego la jalaron hacia su mesa de estudios sentándola en una silla a merced de ellos.
-A ver señorita ¿Quién le dijo a usted que podría perderse una semana y no llamar, sin siquiera enviar una carta? –preguntó el rubio Naruto simulando enfado.
-Eso sin contar que se fue sin una merecida despedida – Le siguió Sasuke
-Además de que…
-¡Muchachos! – Interrumpió la jovencita – No es para tanto ¡Y si llame! Muchas veces, pero ustedes se encontraban encerrados aquí – Los niños se miraron entre sí.
-Eso no explica tu abandono –Naruto se acercó a Hinata con miraba muy seria, la niña estalló en risa.
-¡Nunca cambiaran!
Los niños le platicaron sobre los últimos acontecimientos y lo ansiosos que estaban por el viaje de estudios que sus familias les prometían desde varios meses atrás.
-¿Paris?
-Es un poco lejos, pero recibiremos la mejor educación –Dijo Sasuke notando la nostalgia de Hinata – No será por mucho tiempo.
-Volveremos cada verano –Se apuró a decir Naruto tomando la mano de Hinata –Puedes venir con nosotros, Sasuke y yo hablaremos con tu padre…
-Lo siento, no puedo – Hinata de puso de pie y caminó hacia la ventana más próxima.
-¿Sucedió algo cuando estaban de viaje, Hina?
La interpelada perdió su vista en los hermosos campos que rodeaban la casa.
-No tendré carrera política –Ambos niños no evitaron sus sonidos de asombro –Mi padre vio que no sirvo para algo así, me dio de baja. Van a darle la oportunidad a mi primo Neji –Hinata se oía muy triste reconociendo aquello – Espero que él lleve en lo alto el apellido de mi familia.
-Es muy injusto –dijo Naruto molesto –Me va oír…
-¡Naruto! ¡Así no se arreglan las cosas! –Sasuke reprendió a su amigo –Ya es un hecho que no podemos cambiar.
-Pero Sasuke…
-Sasuke tiene razón – Hinata volvió su rostro limpiándose las lágrimas –Yo me encuentro bien, la vida política no era para mí.
Naruto tuvo que fundir su naciente molestia luego se aproximó a Hinata y la jalo hacia él abrasándola con delicadeza; Hinata respondió el gesto con lágrimas primero liberando dolor y pronto, emoción. El apoyo de sus amigos hizo que la pena desapareciera, pronto sintió los brazos de Sasuke abrasándola también.
…
Los niños decidieron salir al jardín y liberarse unas horas del salón de estudios, Hinata se ofreció a llevarles galletas, pero cuando estaba a punto de abrir la puerta que llegaba al jardín un joven se le interpuso abriéndola antes que ella.
-Pasa, Hinata – La niña parpadeó y pasó el umbral de la puerta con la cabeza agachada.
-Gracias Neji –Susurró y se apresuró a ir con sus amigos, pero Neji la detuvo de un brazo.
-¿Por qué me re huyes, prima? –Hinata podía jurar que había agresión en las palabras de Neji, entrecerró los ojos regañándose internamente por no ser más rápida. -¿No me invitas una galleta? O ¿Hasta en eso eres tan inútil? –Hinata alzó la cabeza, los fríos ojos perlas de su primo la observaban duramente, en ellos podía ver la misma decepción y molestia de su padre.
-Lo siento –logró decir con un vocecita casi apagada, Neji la soltó sin dejar de mirarla con desprecio y Hinata lo sintió a pesar de que ya iba camino con sus amigos; esta vez trató de ir lento, deseaba reconfortarse antes de llegar son los chicos.
El jardín era inmenso, lleno de vegetación y con espacio suficiente para las mascotas, Naruto trataba de entrenar a su enorme perro que para gracia de sus amigos era muy terca.
Hinata había logrado obtener la atención del animal dándole galletas, lo cual molestó a Naruto.
-¡Hinata, que vamos a comer!
-Cállate, zoquete –Dijo Sasuke asestándole un golpe en la cabeza.
-¡A quien llamas zoquete! –Naruto se abalanzó contra Sasuke haciendo que se revolcaran en el suelo, el can se les unió al juego llenándolos de su baba.
-¡Kurama! –Exclamaron molestos contra la mascota -¡Te volviste loca!
-Yo creo que ustedes se volvieron locos –Dijo Hinata sin poder aguantar la risa. De pronto los chicos se pusieron serios; confundida volvió el rostro y observó a los padres de Naruto y Sasuke avecinándose. Cuando llegaron ante ellos la niña les hizo una reverencia.
Minato Namikaze le sonrió.
-¿Cómo estas querida Hinata?
-Bien, señor Minato.
-Los veo algo serios –Dijo Sasuke.
-Así es hijo – contestó Fugaku Uchiha –Venimos a darles un comunicado.
Los muchachos se tensaron pues la voz de Fugaku sonaba confusa, no podían identificar si era algo bueno o malo. Se hiso un insondable silencio que inquietó más a los niños, fue Minato quien lo rompió.
-Naruto, Sasuke, parten a Paris la próxima semana.
Nuevamente se hizo el silencio. Los muchachos asimilaron la noticia y poco a poco se fue formando una sonrisa en la comisura de sus labios. Naruto apretó los puños por la naciente emoción, Sasuke hizo lo propio exclamando un "¡Sí!". De inmediato sus padres los abrasaron.
Hinata los contemplaba con el rostro desencajado. Kurama le lamía la mano pidiendo atención pero ella no lo sentía, su mente se había bloqueado en la frase "Parten a Paris la próxima semana". Sin que lo controlase, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Hinata ¿Estas bien? –Preguntó Naruto -¿Por qué lloras?
Sasuke se deshizo del abraso de su padre y se aproximó a la niña.
-¿Tan pronto van a irse?
Los varones sintieron las inocentes palabras de la niña de 8 años como un ruego afligido, de repente Hinata se fue corriendo con las manos en su rostro y siendo seguida por Kurama, Naruto quiso ir detrás de ella pero su padre le detuvo negando con la cabeza.
-Necesita hacerse a la idea.
Los días restantes fueron un completo alboroto, los niños estaban tan abrumados que ni ganas tenían de tocar uno de sus valiosos libros.
-¿Ella, te ha hablado? –Preguntó Sasuke.
-No… supongo que a ti tampoco –respondió Naruto –Esa niña, cree que puede abandonarnos cuando quiera… Que no la vuelva a ver porque si no…
-Deja de decir tonterías –Le calló Sasuke algo irritado.
Desde el día que anunciaron el viaje no volvieron a saber nada de Hinata; Hiashi Hyuga visitó la casa pero no tenían ánimo de hablarle al hombre que desacreditó a su propia hija y así pasaron 6 días, estaban a vísperas del ansiado viaje que marcaría sus vidas y Hinata no aparecía.
-Creí que solo le tomaría un día.
-Tiene 8 años, le está costando mucho.
-¿Y cuándo preguntará por nosotros? ¿Cuándo estemos en Paris? – se quejó Naruto, Sasuke resopló irritado, él también deseaba ver a Hinata, al menos por última vez hasta el verano.
Los chicos fueron enviados a dormir pero no pegaron los ojos en toda la noche, primero por la emoción que demandaba un viaje como aquel y segundo, porque aún no había señales de que Hinata vendría a despedirse.
Con mucho esfuerzo apenas durmieron un poco pero sin comodidad puesto que los gritos de la servidumbre los despertó de inmediato. El gran día había llegado.
…
-Listo muchachos, cuando lleguen, les estará esperando un Tutor que encomendó nuestro partido político… -No prestaban atención a las indicaciones, simplemente no podían, estaban a minutos de su viaje y miraban a todos lados esperanzados en hallar a la linda niña de ojos perlas.
-Muy bien chicos, es hora.
Naruto y Sasuke tragaron saliva, ciertamente estaban ansiosos, iban a dejar su nación por mucho tiempo pero el deseo de cumplir sus sueños les dada impulsos de continuar.
Justo antes de dar un paso adelante escucharon un grito.
-¡Esperen!
Era la misma voz chillona que les daba alegrías todos los días. Dejaron el equipaje tirado y corrieron hacía la niña de ojos perlas que corría también hacía ellos.
-¡Perdónenme, Naruto, Sasuke! ¡Lo siento tanto!
-¡Cálmate Hinata, ya no llores!
-¡Siempre vamos a estar contigo!
Los 3 se unieron en un fuerte abraso, derramando lagrimas por saberse pronto separados.
-¡No quiero que se vayan! ¡No quiero que me dejen!
-No vamos a olvidarte, Hinata – dijo Sasuke besando la frente de su amiga –Eres muy importante para nosotros.
-Hinata, te escribiré –Naruto tomó las manos de la niña–Te enviaré fotos, te llamaré…
Hinata apretó con fuerza las manos de Naruto sintiendo que la vida se le iba de las manos. Fue difícil soltarlo, precisamente a él. Cuando solo los unían sus dedos, el llanto ahogó su voz.
-Te extrañaré… mucho…
Hinata contempló a sus amigos abordar el avión con sus manitos pegadas a la ventana, trató de convencerse que todo ello era para bien, que su separación no sería en vano y que era lo mejor para sus amigos. Desde lo más profundo de su corazón les deseo muy buenos deseos para que cumplieran sus sueños. Hinata sonrió débilmente y agitó la mano en señal de despedida hacia los chicos.
Por su lado, Naruto y Sasuke ya no sentían aquella molesta ansiedad, la llegada de Hinata había disuadido todo el temor que albergaron. Con la mirada y el paso firmes se adentraron al avión y ese fue el primer movimiento que dieron en paralelo por cumplir su ansiado sueño.
…
Meses después.
-¿Tú también extrañas a los chicos? –Hinata acariciaba a Kurama quien ya no estaba tan alegre como antes –Créeme, te comprendo - Se acurrucó al lado del animal mirando las nubes del cielo.
-Yo veo… Yo veo…
-Naruto, eres tan idiota que no puedes darle forma a una nube.
-¡Repite eso!
-¡Idiota!
Hinata sonrió tristemente evocando los recuerdos. Extrañaba tanto a ese par… Pero tenía que ser fuerte, tanto o más que ellos.
-Lo sé… pero no puedo simplemente ir a Francia… ¡Esta bien, está bien! –Hiashi colgó el teléfono con furia, Hinata se puso de pie tan rápido como pudo y corrió hacia su padre.
-¡Padre! ¡Padre! – Gritaba Hinata -Lo escuché, llévame contigo ¡Te prometo no ser una carga!
Hiashi frunció el ceño asimilando las palabras de su hija.
-Hinata Hyuga ¿Eres consciente de lo que me estas pidiendo?
-Padre te lo suplico, necesito ver a mis amigos, estos meses han sido una tortura.
-No puedes simplemente ir allá, ellos no deben distraerse ¿Acaso eres tan egoísta?
-¡Padre! No me hable así –exclamó la pequeña ofendida –Solo quiero verlos…
-Lo siento Hinata.
-¡Padre por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! –Hinata corrió hacia su padre hasta abrasarlo por atrás.
-¡Hinata! –Su padre la tomó de los hombros y la sacudió con violencia -¡Entiende que NO! Podría aceptarlo si quieres visitar a Neji, pero ¿a Naruto y Sasuke? ¡Esos niños ya se han olvidado de ti! ¡ENTIENDELO! –Le gritó mientras la empujaba a un lado–Es mejor que te hagas a la idea que ellos ya no son tus amigos.
Algunas veces esa terrible idea cruzaba por su mente, pero quiso ocultarla manteniendo la esperanza de que su amistad no pudiera terminarse esa manera, había albergado en su interior ese deseo y cubierto la inquietud. Pero… ¿Y si era verdad? ¿Y si ya la habían olvidado?
Hinata se aferró a la pared mirando al vacío mientras Kurama le lamía una mano pidiendo atención.
Continuará...
...
¿Y qué tal? ¿Le dán una oportunidad?
Estoy muy ansiosa de saber lo que opinan, qué les pareció este primer capítulo, qué esperan para el próximo, en fin todo lo que quieran comentar... ¡Me interesa mucho su opinión! Así que... ¡Comenten por favor!
Bueno amigos, aqui me despido. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo! ¡Hasta pronto!
