Bueno, heme aqu con otro fic nuevo... ¿Por qué no espero a acabar los otros para empezar otro? Porque hay que darles a las musas lo que piden. Por cierto, este fic esta basado en unos hechos que "pudieron ser reales" pero con muchas modificaciones en beneficio de la trama. No os preocupéis, quien tiene que saberlo ya lo sabe y no es relevante.
Los luchadores de la wwe se pertenecen a sí mismos y los personajes a la empresa. Menos Jeff, que ya no trabaja XD.
Los dos hermanos se detuvieron frente a la puerta. Habían tenido suerte al encontrarse con el portal abierto, ahora sólo tenían que llamar a la puerta. Jeff se apoyó en la pared, bostezando.
-Tengo sueño... - Se quejó el del pelo multicolor frotándose un ojo.
-¿En serio esa es la primera impresion que quieres darle? - Le regañó su hermano mayor - Recuerda que en este país hay relativamente pocos seguidores de la lucha libre. Tal vez no sepa quienes somos.
-Mejor... así se sorprenderá .
Por un instante los dos hermanos se miraron, intentando comprender qué impresión debían producir a alguien que les viera por primera vez sin saber nada de ellos. Aún no llamaron al timbre.
-Bueno... ¿cómo te sientes sabiendo que ya no eres el pequeño? - Preguntó Matt.
-Psch... - Jeff se encogió de hombros - ¿Cómo te sientes al saber que vas a tener que cuidar de un adolescente, otra vez?
-Si pude cuidar de ti puedo cuidar de cualquiera.
Se instaló otro silencio, Matt suspiró y finalmente llamó al timbre, recordando el momento en que el padre de ambos les llamó para darles la noticia que les habían llevado hasta allí.
Matt estaba sentado en una silla frente a su padre y Jeff estaba en el sillón, como si fuera una muñeca rota a la que le hubieran cortado los hilos. En cuanto al padre de ambos, estaba en el sofá, mirando la taza de café que tenia entre las manos.
-Venga, papá ... - Murmuró el menor con desgana. - Sea lo que sea lo que tengas que decirnos, suéltalo ya...
-Dadme un momento, no es fácil...
-Eso, Jeff, ten paciencia. Aunque siendo el pequeño mimado es difícil. - Se burló Matt.
-En realidad... - intervino su padre - No es el pequeño.
Aquello hizo que Jeff se incorporara un poco y que su hermano mirara a su padre con el ceño fruncido. El del pelo multicolor sonrió nervioso.
- ¿De qué estás hablando? ¿Nos has llamado para gastarnos una broma?
-No. Veréis... hace unos 17 años vino una mujer de vacaciones al pueblo. Y ella y yo... bueno, pasamos una noche juntos y... ella se quedó embarazada. Yo estaba dispuesto a cargar con todas las consecuencias, pero estaba casada y no quer a problemas, así que decidimos no decir nada. De todos modos, me he mantenido en contacto con ella, pero... ayer no me cogió el telefono ella, sino su hija, mi hija, vuestra hermana. Apenas habla inglés, pero bastó para que me explicara que se había quedado huérfana hace una semana. No le he dicho nada aún.
Los dos hermanos se quedaron en silencio unos instantes, mirando a su progenitor como si no pudieran entender.
-Somos la única familia que le queda ¿verdad? - Afirmó Matt, sacando su lado responsable.- Por eso nos lo cuentas.
-17 años... ¿Nos has mentido durante 17 años? - Pregunt Jeff, incrédulo.
Su padre asintió con un suspiro de derrota.
- ¿Dónde vive? - Pregunt Matt. - Pediré unos días libres para ir a verla y hablar con ella.
-En España, os daré la dirección.
- ¿España? Eso es una isla, ¿no? - Preguntó el del pelo multicolor.
Matt sintió ganas de darle una colleja.
-No, es una península. - Contestó su padre con paciencia.
- ¿Y dónde está , en África?
-Casi. En Europa, justo debajo de Francia - Le informó Matt con cierta ironia.
-Ah...
Después de aquello, habían cogido la dirección que les había anotado su padre, con la autonomía (fuera lo que fuera eso) y la ciudad incluídas, se habian ido a su casa y a la mañana siguiente ya habían cogido un avión para ir a conocer a su hermana pequeña.
Oyeron soltar un juramento dentro del piso, ladridos de un perro y pasos apresurados. La puerta se abrió bruscamente, dejando ver a una chica de unos 16 años, con el pelo largo y negro, salvo una mecha verde junto a su rostro. En esos momentos iba con unos simples pantalones de chándal y una sudadera roja. Tenía la forma de los ojos de Matt, pero del mismo color que Jeff y con las mismas cejas del segundo. En cambio, tenía una boca muy parecida a la del mayor, pero más grande y carnosa. En conjunto parecía una chica muy dada a besar y abrazar. Y, por la forma en que sus ojos estaban abiertos y sus labios apenas separados, sí sabía quienes eran.
-Esto... ¿hola? - La saludó Matt, intentando hablar en español apesar de su horrible acento. Aquello era más difícil de lo que se había esperado. ¿Cómo iban a decirle que ella era la tercera de los hermanos Hardy?
