Disclaimer: Death Note no nos pertenece sino Abejita estaría con N y Waffles con L.

Simplemente L

Pastel de fresas

En el cuartel, todo parecía estar muy tranquilo, el sonido de las teclas de los teclados de los computadores siendo apachurradas por los delicados dedos que las poseían era lo único que se escuchaba en la habitación en donde Ryuusaki y Light estaban trabajando.

L estaba buscando exhaustamente información sobre el caso que los tenía más que absorbidos: el de Kira.

Receta para pastel de fresas.

Fue una de las entradas que encontró cuando andaba buscando información en internet sobre las muertes semanales.

-Pum… pum… pum… pum… pum, pumpumpuumpum… -empezó a cantar Ryuusaki mientras daba vueltitas en su silla de rueditas.

-Ryuusaki –Light intentó llamar su atención; cuando L lo volteó a ver preguntó-: ¿Existe alguna razón por la que estés haciendo eso?

-Claro que sí Light –Ryuusaki lo fulminó con la mirada-. ¿Sabes…? Para que mi cerebro funcione a la perfección necesito un pastel ¡Con urgencia!

-Ryuusaki… voltea a tu lado… ¡Hay tienes uno! –le dijo Light con exasperación marcada en su voz.

-Light, Light… Light –repitió con un tono reprobatorio-. Este pastel es… ¡De chocolate! Y sí, me encanta, pero ¡No es de fresas! ¡Necesito uno de fresas!

-Ryuusaki… si quieres un pastel de fresas, sólo tienes que buscarlo porque… resulta y sucede que hay un cuarto lleno, ¡repleto!, de dulces haya abajo –su voz estaba cada vez más desesperada conforme fluía la conversación.

-Tranquilo, Light. Yo sé que esta ese cuarto de delicias, pero… lo que pasa es que el pastel que yo quiero no es cualquiera. No, ese fue especialmente creado por mí ayer cuando no podía dormir –L sonrió mentalmente ante el recuerdo de su delicioso pastel de fresas creado por él mismo.

-¿Y eso nos lleva a qué…?

-Quiero que me ayudes a prepararlo –dijo con su típica voz calculadora.

-Ryuusaki –Light suspiró profunda y exhaustamente-. ¿Qué no notas que estamos en plena investigación?

-Light, debes de saber que yo no trabajo así. Ya llevamos unos meses e conocernos… entonces yo no veo la lógica con la que estableces dicha pregunta.

Light suspiró, apretando el puente de la nariz con una fuerza un tanto preocupante.

-Bueno, bueno. Entonces ve y prepara tu chingado pastel.

-No –L lo miró un tanto feo-. Es un trabajo de equipo. No puedo hacerlo sólo, tú igual eres esa parte del E-qui-po.

Light alzó la mirada, fulminándolo con sus ojos y suspiró tanto que no quedó nada de aire en su sistema respiratorio.

-Buen, Ryuusaki. Te ayudare pero después debemos regresar al cuartel inmediatamente –su ojo derecho se movió con un pequeño tic.

Luego de que Light aceptara preparar el pastel con él, L corrió hacía el teléfono que estaba en la mesa y lo agarró como era natural para él: utilizando únicamente dos dedos, como si le tuviese repulsión. Marcó el número de Watari y al segundo timbrazo él contesto.

-Dime L –contestó con voz calmada.

-Watari necesito que me traigas harina, fresas frescas, un horno, también un batidor y varias potencias, platos, embudos… un recetario de postres. Son de vida o muerte.

-¿Pastel de fresas? –preguntó.

-Tú si me entiendes, Watari.

Y con eso colgó.

-Pum, pum, pum, pum… pum, pum pum –así fu como L mataba su tiempo, al igual que mientras elegía que dulce comer para esperar su pastel. Todos se veían tan deliciosos y suculentos pero al final se decidió por un muffing de chocolate que devoró con emoción.

Luego de 10 minutos… los más largos de la v ida de Light, todo lo que L le había pedido a Watari, llegó.

Entre las cosas que Watari les había llevado estaban dos mandiles, el primero decía: Tori, que fue el que se puso L y el segundo decía Uke

Light lo voltea a ver tan feo que cualquier persona se hubiese orinado del miedo por su cara.

-¿Por qué yo soy uke? –preguntó con la voz contenida.

-Yo soy cocinero principal. Lo siento Light pero eso te pasa por dormir –le dijo con una pequeña sonrisa torcida bailoteando en su linda carita.

-Creo que no usare esto –dijo Light enojado-. Mejor iré a buscar un daikuru… es de fresa, es japonés y sabe muy bien ¡Y te lo tragaras todo!, y me dejaras de molestar y querer probar que eres un magnifico chef.

-No quiero probar nada, Light –le dice mirando al piso-. ¡Sólo quiero mi pastel! –dijo, alarmado, con sus ojos bien abiertos, con un aspecto un tanto psicópata.

Light, se sentó en la silla más cercana, dándole la espalda a Ryuusaki, con los brazos fuertemente cruzados a su pecho.

-No usare un mandil de Uke.

L lo miró sobre su hombro, con un aspecto un tanto macabro y dijo con una voz muy calmada:

-Light… tú lo usaras.

De la nada, L saltó sobre Light y empezó a forcejear con él para ponerle el chingado mandil, Light, al ver que no tenía oportunidad se dejo ponérselo hasta que estuvo bien ajustado.

Cuando Light estaba mezclando los huevos con la harina, L se le quedó viendo de un modo penetrante hasta que Light notó su mirada y lo volteó a ver:

-¿Qué quieres? –preguntó con cara de pocos amigos.

L suspiró muy profundamente y dijo:

-Lo que pasa es que… la mayoría de las maestras de kínder fumas, toman y se drogan –hizo una mueca de horror. ¡¿Y sabes por qué?

-¿Por qué, Ryuuzaki? –preguntó exasperado.

-Por el estrés –suspiró y negó con la cabeza un par de veces.

-¿Y eso por qué, puta madre, salió al tema? –preguntó con irritación-. ¿Sabes? No debería escuchar lo que dices.

-Me doy cuenta de que tú no tenía una mísera idea de eso –susurró.

-Pues, Ryuuzaki… yo ¡¿para qué voy a querer hacer eso? –preguntó un tanto enojado.

-¡Para cuando seas un hombre y tengas tus hijos! Y sepas que son una pequeña y hermosa molestia y hay que alimentarlos con dulces para calmarlos y acelerarlos y por eso estamos aquí, hoy, ahora. ¡Estas practicando, Light! Primero, conmigo, para mi pastel. Luego podrás prepararle pastel a tus pequeños y bebitos hijos y así estarán felices.

Luego de que acabaron de preparar la masa del pastel y la metieron al horno en un refractario con borde de galletita de chocolate. Light se sentó y cerró los ojos al par que se quitaba el condenado y maldito mandil de Uke y se limpiaba la cara liego de que a L se le ocurrió ver "qué pasaba si ponía la licuadora sin tapa" –se nota que nunca vio la tele-, lo que para Light realmente era una estupidez enorme.

De un momento a otro Light abrió los ojos y vio a L cantando, otra vez, su "pum pum pum… pum, pum, pum…" y saltando con su silla para que ésta avanzara más y más. Y entonces recordó lo del mandil, la llamada y el daikuru, y lo quiso tirar de la silla.

Light, de un momento a otro, se le acercó, siguió su silla con rueditas hasta que estuvo detrás de él y L, al notar las malas intenciones de Light paró el movimiento de su sillita y volteó a ver a Light por encima de su hombro.

-¿Qué intentas hacer, Light? –preguntó con voz tranquila.

-Que te calles.

-Light… -dijo de un modo calmado-. Mejor dame una fresa con chocolate caliente que esta ahí –dijo, señalando su bandeja de fresas con chocolate.

-¡No soy tu sirviente! –dijo Light.

-No, no lo eres… -suspira-. Mejor juguemos cartas.

-¿Qué quieres demostrar quién es mejor igual en eso? –preguntó Light exasperado.

-Sólo quiero matar tiempo, ven…

Después de eso L sacó un juego de cartas para que jugaran mientras el pastel terminaba su aventura en el horno.

-¡Te ganare, Ryuuzaki! –exclamó Light con competidísimo.

-Competitivo, el Light –dijo con un tono de falsa sorpresa.

"Pip, pip, pip, pip, pip, pip". Empezó a sonar el horno con el pastel, anunciando algo no muy bonito.

-Bueno –dijo L mirando el pastel quemado, cuando abrió el horno y dejo salir todo el humo negro que desprendió-. Esto… realmente es un verdadero desperdició. Y estoy más que seguro que ya no sirve mi cosita de fresa, así que… ¿te lo comerás tú?

Light volteó a ver al horno y luego a L y así sucesivamente. En su ojo se vio el pequeño y un tanto discreto tic.

-¡No! –dijo al fin con exasperación.

L caminó y tomó el teléfono con su destacado modo de tomarlo y telefoneo rápidamente ese típico número:

-Watari –dijo cuando éste contestó-. Necesitamos más harina y todo el material que te había pedido… otra vez.

Entonces, de la nada… un perro entró corriendo, logrando derribar a L y Light se empieza a reír, capturando la mirada de L.

-¡No hablaba en serio cuando dije que te lo comieras! –dijo L.

Mientras L se levantaba del piso, Light miraba como el perro, que Misa-Misa había dejado entrar, se comía todo el pastel quemado que ellos habían preparado y por su cara, se notaba que lo estaba disfrutando: quemadito, pero rico.

-¡¿Pero qué demonios? –gritó L-. Eso se suponía que era mío. ¡NO! –gritó, lanzándose de rodillas, con los brazos extendidos hacía el techo-. ¿POR QUÉ ME ODIAS? –Preguntó al aire, Light sólo se le quedó mirando raro, mientras L se volvía en su forma chibi, levantándose con lágrimas falsas.

Miró al perro con tristeza-enojo y se giró hacía Light. Suspiró y luego volteó a ver al perro.

-Este perro no sale de la habitación de Amane –dijo L viendo su pastel con tristeza.

-Shu, shu, ushcale… jálale, vete con Misa –le dijo Light, moviéndole las manos, indicándole que se fuera.

El perro, agarró el pastel y antes de que el perro lograra salir con el pastel dentro de su pequeña boquita de cachorrito, Misa llego y los miró feo.

-¡No! –dijo, tomó al pequeño perrito entre sus brazos y miró a Light-: Él tiene nombre… se llama Pucho Yagami Amane.

Light miró a Misa de un modo horrible que sólo la hizo sonreír de un modo nervioso.

-No se llamara así –dijo Light.

-No… ¡Ya, se llama así! –dijo de un modo burlón y salió del lugar rápidamente antes de que Light dijera algo más.

-¿Sabes Light? –llamó la atención L-. Misa es desesperante…

-¡Ya te escuché! –gritó Misa.

Cuando Light se aseguró que Misa ya no escuchaba su conversación dijo:

-¡Cállate!-lo fulminó con la mirada-. ¡Fue tu idea que siguiera con ella! ¡Yo quería acabar todo! Pero… ¡No! Tú: dale y dale que siguiera con ella.

-Bueno… te decía Light, que el otro día vi en la tele que en las familias japonesas comen cosas en forma de pulpos –dijo con una sonrisa mental y ojos felices.

-Entonces… ¡¿Quieres un pastel en forma de pulpo? ¡Ryuuzaki, eso seguro es para los niños pequeños…

-Entonces ¿tengo que pasar el resto de mi vida sin comer un pulpo no marino porque tú me juzgas? No me agrada eso.

-Mira, Ryuuzaki, te meteré un putazo.

-¿Y mi pulpo? –preguntó con voz de niño pequeño.

-Bueno… pídele a Watari tu estupidisimo pulpo no marino y ¡Te lo tragas y dejas de chingar!

-Bueno –tomó el teléfono y antes de marcar dice-: ¿Me lo darás…? ¿Verdad?

-¡No te daré de comer en la boca, animal! –gritó exasperado.

Light lo miró feo y expresó:

-Ryuuzaki –su voz era contenida y hablaba entre dientes-. Tienes manos y por lo tanto yo creo… supongo, intuyo que con ellas puedes agarras ¡La putísima comida! ¡Para algo las tienes, animal!

-¿Y entonces cómo continuare investigando? Me estas regañando por no continuar con la investigación y cuando consigo una solución, ¡te opones! Enserio, Light, ¡No te entiendo! Decídete ya por favor.

-¡No tengo por qué darte de comer mientras trabajas!, porque resulta que… ¡yo igual tengo que trabajar! –rugió.

-Sí, Light, pero tú eres el que me reclamas. ¡Por favor! Toma una decisión. ¡Jamás puedo complacerte con nada de lo que hago!

-Carajo, ¿qué no me escuchas ó estas sordo? –puso los ojos en blanco-. ¡NO TE VOY A DAR DE COMER EN LA BOCA, COMO SI FUERAS BEBÉ, ASÍ QUE DEJAME SEGUIR TRABAJANDO Y COMETE TU PULPO NO MARINO! ¡Y esa es mi decisión!

-Ahh… pues no importa. No puedo trabajar si no me ayudas –dijo L, desesperado por la falta de apoyo de Light.

-Pero… entiende, Ryuuzaki –dijo con la voz contenida y hablando entre dientes-. El hecho de que te dé de comer en la boca no ayuda en la investigación. Además ¡Estamos perdiendo tiempo y no me importa que cantes tu pum-pum-pum… te voy a ignorar sobre cualquier cosa que no tenga que ver con la investigación… de acuerdo a mi criterio, no al tuyo! –ahí fue dónde Light Yagami, explotó.

L sólo pudo quedársele viendo un momento extensó, sin parpadear ni hacer muecas.

-Bueno… si no querías hacerlo y no querías que cantara, sólo tenías que decírmelo de un modo tranquilo; pero ahora que ¡cantare! –dijo mirándolo con cara de "Tomala".

Light lo ignoró mientras L, felizmente daba saltitos (con su espalda encorvada) alrededor suyo, cantando su "pumpumpumpum".


Waffles: Hola, pues… eh… :D Esta historia es de…

Abejita: Mía y de Waffles (:

Waffles: Bueno, apurémonos D: Tengo que ir por L :I Sera mi mejor amigo de aquí y para siempre *.*Y cocinaremos pastel y… y… ¡wuuu! (bailecito extraño, sí, bailo raro ¿y?:D)

Abejita: Yo tengo que secuestrar a Near (emoción) y… y… seremos felices juntos(:

Waffles: Pum, pum, pum… tiene derechos reservados de autor… L y yo D: Así que… no se roba… no.

Hablamos al mismo tiempo, porque somos gays ¬¬: Adiós, hasta el próximo ya pensado aún no escrito ·_·