Hola a todos y a todas. Pues aquí les traigo OTRA nueva historia; pues aprovechando que ando escribiendo mucho últimamente –que no suba rápido los capítulos es otra cosa– y como ya debieron haber notado, esta es mi segunda historia de los creepypastas. Y esta vez será un Laughing Jack x Leila. Bueno, ahora sin más preámbulo…eh aquí…el primer capítulo…
Capítulo. 1. Cuando te conocí
Eran las 3 de la mañana. Nos encontramos en una casa que se ubica prácticamente junto al lado del bosque, separándolos solo por una cerca electrificada. Pero bueno, volviendo al tema. Vemos como un ente con apariencia de payaso se escabulle dentro de dicha casa. Recorre un largo pasillo hasta llegar al cuarto del fondo. Con ayuda de su nube negra, pasa por debajo de la puerta evitando hacer cualquier ruido.
Y ahí estaba.
Lucio.
Un niño de 12 años que ha tenido en la mira desde hace varias semanas. Logro engañarlo diciéndole que era su amigo imaginario; y ahora, por fin podría "jugar" con él, al igual que había hecho con Isaac y con todos los demás niños con los que se había encontrado.
-Veamos, ¿Cómo jugare contigo?- susurraba para sí mismo –tal vez te arranque los dientes primero o podría abrirte y sacarte los órganos uno por uno…valla, hay tantas cosas que podría hacer; pero supongo que empezare sacándote los ojos, si no vez quien te está matando será más aterrador para ti-
Jack saco unas largas tijeras, las cuales acercaba cada vez más a los ojos de Lucio. Estaba a punto de empezar a cortar el primero…
Tap…tap…tap…
Cuando escucho pasos que se acercaban; así que decidió ocultarse en el armario que quedaba frente a la cama. Una vez que termino de esconderse, la puerta del cuarto se abrió, dejando ver como una pequeña niña entraba. La verdad, no sabía quién era esa niña, no la había visto antes. Entonces, vio cómo se colocaba al lado de Lucio y empezaba a moverlo un poco.
-Lucio…Lucio-
Laughing Jack nunca había escuchado una voz como la de esa niña. Tan suave, un poco aniñada y muy dulce. Negó con la cabeza, tratando de quitar esos pensamientos de su cabeza. Volvió a concentrarse en la escena que tenía frente a sus ojos al ver que Lucio se empezaba a despertar.
-Ahhh- bostezo -¿Qué pasa, hermanita?-
-No puedo dormir, tuve una pesadilla- respondió al mismo tiempo que abrazaba a su conejito de peluche -¿puedo dormir contigo, hermanito?-
-Claro que si Leila, entra- dijo Lucio al mismo tiempo que se hacía a un lado para que su hermana se acostara -¿estas cómoda?-
-Sí, gracias Lucio-
No paso mucho para que ambos hermanos cayeran dormidos.
Laughing Jack salió de su escondite y se acercó a donde estaban ambos infantes.
-Perfecto, ahora tendré doble diversión jajajaja- decía lo más bajo posible
Leila empezó a removerse en su lugar con el ceño fruncido. Pareciera que estaba teniendo otra pesadilla. Jack se quedó viéndola por unos momentos, parecía que en realidad estaba sintiendo mucho miedo. Acercó una de sus manos hacia la pequeña niña, pero la retiro rápidamente estando algo inseguro de lo que estaba pensando en hacer. Finalmente, volvió a acercar su mano y con sus garras empezó a acariciarle cuidadosamente la mejilla. Leila pareció calmarse ante aquel tacto. Laughing Jack no podía creer que existiera una piel tan suave…tan delicada.
-Ahhh- suspiro Leila con una pequeña sonrisa
Laughing Jack rio para sus adentros. Esta niña le parecía muy tierna…e interesante.
Empezó a acariciarle también su cabello. Leila ya no parecía tener pesadillas, ahora parecía que tenía un lindo sueño, pues no dejaba de sonreír. Laughing se había olvidado completamente que estaba ahí para matar a Lucio, para ahora parecía que era mucho más importante quedarse a ver a Leila. Y estaba tan concentrado en acariciarle la cara y el cabello, que solo se detuvo cuando se dio cuenta que ya estaba amaneciendo.
-¿Qué? ¿Estuve aquí tres horas solamente mirando a esta niña?- pensaba atónito
Se dio cuenta que Lucio empezaba a levantarse y también escucho como al menos dos personas se acercaban al cuarto. Así que sin perder tiempo, se dirigió a la ventana para salir por ahí; dio un último vistazo a la pequeña niña y con resignación se fue hacia el bosque. Al estar ya oculto entre los árboles, observo como unos minutos después, ambos hermanos salían a jugar al patio que formaba una pequeña parte del bosque, claro…sin llegar a estar muy cerca de la valla electrificada. El solamente se concentraba en la niñita con la que había estado el resto de la noche; no sabía muy bien que era, pero si sabia y admitía…que estaba empezando a sentir algo por esa niña.
-Leila- susurro –lindo nombre- decía con una sonrisa
Una semana después
Desde aquella noche. Laughing Jack dedicaba sus días enteros o a veces solo la mayoría, a observar a Leila. Aún seguía sin saber bien que sentía por esta niña, tal vez quería saber de ella para luego matarla o simplemente le daba curiosidad. Pero de algo de lo que si podía estar seguro…es que estaba empezando a tener una obsesión con Leila, no sabía muy bien el porqué, pero así era. ¿Qué cómo sabía que estaba obsesionado? Pues porque desde que la conoció, supo que ella tiene 5 años; cumple el 19 de marzo; no le gusta socializar mucho; prefiere estar con su hermano mayor; sus colores favoritos son el morado y el negro; le gusta mucho dibujar; no le gustaba usar vestidos o faldas; su mascota soñada es un murciélago; su papá es policía; sus sándwiches favoritos son los de jamón con queso amarillo, queso de hebra, chile y mostaza; su fruta favorita era la uva verde; no le gustan las cerezas; quiere aprender robótica y su pastel favorito es el de oreo…todo eso en una sola semana.
Ahora mismo, Leila se encontraba sola jugando en el patio. Pues sus padres y su hermano habían ido a comprar la despensa, pero ella había decidido quedarse. Jack la cuidaba desde el bosque, no le quitaba la vista de encima ni un solo segundo. De un momento a otro, se escuchó como algo se rompía dentro de la casa. Leila se levantó, tomo a su conejito de peluche y entro para ver qué había pasado. El payaso fue tras de ella quedándose a fuera para que no lo descubriera y espiándola desde la ventana. El ruido había venido de la sala; cuando Leila llego ahí, no podía creer lo que veía.
Había un ladrón en su casa.
El ladrón –el cual no traía pasamontañas– vio a Leila, pero al no encontrar a una niña de 5 años como una amenaza, dejo todo lo que había robado a un lado y se acercó a ella.
-Hola pequeñita- dijo el tipo el cual parecía tener cerca de 30 años
Leila retrocedió inmediatamente -¿Qué hace en mi casa?- dijo con desconfianza
-Solo vi algunas cosas que me gustaron y entre para tomarlas-
-Pues regréselas, no le pertenecen- decía con enojo
-Valla, valla, para ser muy pequeña tienes carácter…y también eres muy bonita- decía para después intentar acaríciale la mejilla, pero ella retrocedió rápidamente
Laughing Jack estaba furioso. Nadie pero NADIE más que él podía acariciarla o si quiera pensar en acariciarla. Solamente EL podía tocarla y nadie más.
-¿Sabes? Cuando regrese a mi casa iré por un helado- decía el sujeto al mismo tiempo que se acercaba a Leila -¿quieres acompañarme?-
-¡No, déjeme en paz!- le grito Leila, pero antes de que intentara correr, el tipo la acorralo contra la pared
El sujeto la tomo por el mentón para que lo viera fijamente al mismo tiempo que él se acercaba a su rostro. Laughing Jack al ver lo que el tipo estaba por hacer, la ira lo invadió y estaba decidido a entrar y torturar a ese desperdicio de humanidad de la peor manera posible; pero cuando estaba a punto de entrar, vio como Leila sacaba un cuchillo de la parte trasera de su pantalón y apuñalo al tipo en las piernas, haciendo que cayera al piso por el dolor y empezara a desangrarse. Leila corrió hasta donde estaba el teléfono y llamo a la estación de policía
-Policía- respondieron del otro lado
-¡Mike!- casi grito Leila al reconocer la voz del compañero de su papá
-¿Leila? ¿Por qué llamaste? ¿Está todo bien?-
-¡No! Un ladrón entro a la casa e intento tocarme- decía con algo de miedo en su voz
-¡¿QUÉ?! ¡Vete a tu cuarto y no salgas de ahí, iremos enseguida!-
-Está bien- Leila colgó el teléfono y salió corriendo con dirección a su cuarto, donde Laughing Jack ya se encontraba para cuidarla mejor
Un rato después
La policía ya se estaba llevando al ladrón. El cual tenía varios cargos por robo, allanamiento de morada y por secuestro de niños. Luis, Laura y Lucio se encontraban abrazando a Leila y agradeciendo a Dios de que ella estuviera bien. Mientras tanto, Jack veía todo desde un árbol, no podía creer lo que había pasado.
El. Siempre buscando el sufrimiento de los niños.
Pero ahora, buscando el bienestar de Leila.
Ahora sabía que es lo que tenía. Lo que sentía por Leila. Una sola palabra, la cual cambiaba toda su inmortal vida.
Amor
Él estaba enamorado de Leila
Y hasta aquí el primer capítulo. Bueno espero que les allá gustado. Este fic llevaba meses en mi cabeza y cuando digo meses en que son MESES. Bueno, dejen review diciéndome que les pareció, si quieren que lo siga o que de qué. Ok, nos leemos luego.
¡Hasta el próximo capítulo!
¡Princesa Twilight Sparkle 1, fuera!
