Autoras: The Three Queens

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no nos pertenecen. Solo somos tres simples autoras que en conjunto decidimos escribir esta historia y que esperamos que les guste.

Advertencias: AU. Precuela de "Harry Potter and The Wiccan Power" (La nueva versión)

Summary: Lily y James sobreviven, y su hijo Hayden, el mayor de los gemelos Potter, es el Niño-Que-Vivió. Pensando en el bienestar de su niño, los Potter´s deciden dejar, o mejor dicho; abandonar, a Harry en casa de sus tíos, pero durante cuatro años, este solo es maltratado por ellos, por lo que el pequeño decide escapar, y de alguna manera termina siendo adoptado por la familia Snape-Black.

Pairings: Draco/Harry, Severus/Ariel (OC), Lucius/Narcissa, James/Lily y Hayden/Draco.

Dedicatoria: Esto es para ti DREAM, gracias por la ayuda

"Harry Potter y Los Lazos de Sangre"

Capitulo 1: Milagros de Navidad

24 de Diciembre de 1985, Londres, Inglaterra.

Las nubes oscuras cubrían el cielo nocturno mientras la nieve blanca caía lentamente, cubriendo a la ciudad con un frío manto blanco acorde con las festividades. Desde el interior de las casas se podía apreciar las luces multicolores provenientes de los árboles navideños y la risa ahogada de las familias reunidas alrededor de la mesa mientras cenaban.

Ariel Black suspiro pesadamente mientras caminaba por las calles del Londres muggle. Su mirada estaba perdida en la nada y sus pasos eran lentos e intranquilos, sin rumbo alguno. Negándose a regresar a casa.

Se sentía perdida y cansada mientras la angustia la consumía lentamente, clavándose en su pecho sin permitirle respirar. Preguntándose mentalmente en que momento su vida se había convertido en este calvario rutinario. En donde su hogar, aquel que había formado con tanta ilusión, se había transformado en el mismo infierno.

Cerrando sus ojos se dejo caer pesadamente en un banco de madera de uno de los parques del lugar. Abrazándose a si misma intentando detener el frío que se calaba a través de su largo y elegante vestido de seda blanca y su túnica del mismo material. Después de todo hasta hace una hora atrás había estado en la fiesta navideña de los Malfoy junto con su esposo.

Su esposo. Al recordar el rostro severo de este se estremeció involuntariamente mientras sus ojos se llenaban nuevamente de lágrimas. Intentando sacar de su mente los ojos entristecidos y defraudados con un borde frío con los que su esposo la había mirado aquella noche trágica. Había fallado y le dolía ver cuanto su esposo parecía despreciarla por eso.

Por el amor de Merlín. Su marido ni siquiera la miraba a los ojos desde lo sucedido. Ya no había más sonrisas o charlas amenas ante el calor de la chimenea o después de hacer el amor. Ahora solo había frialdad en su mirada y en su actitud.

La culpa y el dolor ahora eran su única compañía.

Abrazando sus piernas permitió que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas, como hace años que no lo hacían. Lloró como cuando era una niña y se encontraba asustada de su madre. Pero ahora ya no había nadie que la consolara y alejara sus temores. Ni sus hermanos mayores ni su esposo estaban allí para protegerla y susurrarle que todo iba a estar bien.

Estaba sola y odiaba eso.

Internamente se reprocho su debilidad. Recordándose que era una Slytherin y una Black, y ante todo debía mostrar superior e indiferente. Una Black no llora, y menos se permite mostraban debilidad. Pero en ese momento poco le interesaban las orgullosas enseñanzas de su familia.

Quería llorar el dolor que tenía clavado en su pecho. Llorar por su pequeño niño nonato muerto. Aquel que con tanta ilusión habían estado esperando y que a final de cuentas no pudo ser.

No supo cuanto tiempo se encontró así, pero su cuerpo comenzaba a entumecerse y supo que tendría que volver a casa, sino quería coger una pulmonía. Levantándose lentamente, tratando de mantenerse de pie camino lentamente e intentó orientarse y encontrar la salida del parque, al cual se había adentrado demasiado.

Pero no habría caminado mucho cuando escucho un gemido. Deteniéndose abruptamente y sujetando fuertemente su varita, en caso de que debiera defenderse, observo atentamente su alrededor, buscando la fuente del sonido

Su ojos se agrandaron al ver a un pequeño niño, de no mas de tres o cuatro años, que se encontraba sentado en uno de los bancos, en la misma posición en la que ella había estado hace pocos minutos, abrazando sus rodillas y sollozando suavemente. Sus pies estaban descalzos y se tornaban con rapidez de color azulados al igual que sus pequeñas manos.

Su corazón se oprimió con tristeza ante la vista y su instinto materno la hizo apresurarse al niño, el cual al sentir su presencia alzo la cabeza permitiéndole ver la carita sucia y machucada en algunos lugares, con los labios azulados por el frió y los ojos rojos y opacados.

"Pequeño" murmuro suavemente, esperando no asustar al niño, pero este seguía observándola fijamente.

Quitándose su capa cubrió al pequeño, esperando poder brindarle algo de calidez a pesar de que la capa no era muy abrigada. Miro a su alrededor, esperando encontrar a alguien. Ciertamente el niño no podía estar solo, ¿Cierto? Quiso patearse al darse cuenta de lo inocente que había sido ese comentario. Obviamente el niño estaba solo y abandonado. Sus ojos se tiñeron levemente con ira, ¿Quien en su sano juicio abandonaría a un niño? Si alguna vez encontraba a esa persona se encargaría de hacerla sufrir.

El pequeño niño observo a la joven mujer, sorprendido y algo temeroso. Parecía un ángel. Se dijo mentalmente. Su cabello negro y largo contrarrestaba con su piel nacarada, haciendo destacar sus ojos azules. El vestido blanco de esta se aferraba a sus curvas y la tenue luz de las lámparas del parque le daba un toque etéreo a la figura esbelta. Mientras que el rostro de la mujer se notaba juvenil quizás algo aniñado, sus ojos mostraban una afilada inteligencia.

No supo porque, pero su rostro le resulto levemente familiar y ante esto se estremeció. Rogando por estar equivocado y que la mujer no lo conociera.

Sacudiendo su cabeza, Ariel se dispuso a tomar al niño en sus brazos, debía llevarlo rápidamente a su casa. No sabia muy bien donde podía hallar un hospital muggle y estaba segura de que el niño no seria aceptado en San Mungo. Además ella no era por nada una medimaga.

Cuando la mujer intento tomarlo, se tenso, y quiso salir corriendo, temiendo que la joven pelinegra lo devolviera con sus tíos, pero sus piernas no le obedecieron, desde hacia un rato que había dejado de sentirlas.

Cuando lo alzo entre sus brazos, no se sorprendió de lo liviano que este era, ni tampoco que este se tensara y comenzara a temblar.

"Por favor no...No me lleves de vuelta...no quiero estar con ellos" rogó comenzando a llorar, asustado.

No quería regresar a esa casa. Prefería morir en ese parque, pero definitivamente no deseaba regresar.

Ariel frunció su ceño aun mas profundamente mientras su mente trabajaba rápidamente, tratando de reunir todas las pistas que tenia frente a ella y encontrar una conclusión. -"No te voy a hacer daño, pequeño, ni tampoco pienso permitir que te vuelvan a lastimar. Pero debemos ir a un lugar mas calido, podrías coger una pulmonía"- trato de explicarle, rogando para que el niño le permitiera llevarlo a casa.

Al escuchar su voz calida, llena de sinceridad y preocupación, dejo de luchar, mientras sus mejillas se sonrojaban. Nunca nadie le había hablado de esa manera ni mucho menos lo había sostenido como la mujer lo estaba haciendo. Y mentalmente, en su mente inocente, se pregunto si era así como se sentía estar en los brazos de una madre.

Sus ojos comenzaron a cerrarse por el cansancio y descansando su cabeza sobre el hombro de la mujer, arrullándose por la suave y rítmica respiración de esta, se permitió caer en los brazos de Morfeo mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.

Si esto era un sueño no quería despertar.

Ariel sonrió tímidamente, después de no haberlo hecho durante tres meses, mientras admiraba al niño caer profundamente dormido. Acomodándolo en sus brazos, permitió que este se acurrucara y hundiera su rostro en la curvatura de su cuello, cosa que hizo que ella recordara a sus hijos, Melissa y Lance.

Por un momento se sintió estúpida por haberse olvidado de sus hijos. Había estado tan ciega por el dolor de haber perdido a su bebe que había ignorado el hecho de que sus mellizos aun la necesitaban. Pero este niño le había ayudado a recordar que aun tenia que ser fuerte, sino lo hacia por ella, por sus otros dos hijos y también por su esposo.

Y ahora, quizás, por este niño también. Después de todo ella le había prometido que ya no permitiría que nada malo le sucediera.

Las campanadas provenientes del Big Ben, anunciando la media noche, la sobresaltaron. Pero sonrió al recordar que tan especial era esa noche. Finalmente era navidad y los más maravillosos milagros podían suceder. Esta noche ella había sido testigo de uno. Llenándola de esperanza

"Una vez alguien me dijo que durante la navidad podían suceder verdaderos milagros. Creo que tú eres uno de ellos. Gracias pequeño ángel"- murmuro Ariel besando la frente del pequeño, notando la cicatriz en forma de relámpago que este tenia. "...Oh Merlín"- susurro temerosa con voz entrecortada

HPHPHPHPHPHP

Manor Snape. Escocia.

Su lengua degusto el líquido semi-amargo y fuerte del firewisky y su cuerpo se estremeció ante el placentero calor ajeno que le brindaba la bebida. De reojo observo el reloj. Pasaba de la media noche y su esposa aun no regresaba a casa.

En algún momento de la fiesta de los Malfoy, mientras el conversaba con Lucius. Su Ariel había desaparecido de su vista, pero no se dio cuenta de su ausencia hasta que Narcissa le pregunto si sabia donde se encontraba su 'pequeña prima'. Puesto que la mujer mayor llevaba un buen rato buscándola y no podía encontrarla.

Al principio creyó que Ariel simplemente había regresado a casa. Después de todo su mujer no había tenido ningún deseo de asistir a la festividad en primer lugar. Pero cuando había llegado, con sus dos hijos, a la pequeña mansión, esta se encontraba totalmente a oscuras y desabitada de toda alma, a excepción de los elfos domésticos.

Una vez que había acostado a los mellizos en sus respectivas camas, se sentó a esperar a su esposa. En un principio tenia pensado llamar vía flu a las amigas de su esposa, pero recordó que las únicas personas en las que verdaderamente confiaba la morena eran Narcissa y Andrómeda. Pero la mayor de las primas Black se encontraba en América con su esposo y su hija. Por lo que descarto la idea rápidamente, aunque estuvo a punto de llamar a la bolsa de pulgas. Pero tampoco creía que estuviera con él, puesto que Ariel había dejado de hablarse con su hermano desde hace algún tiempo...

El sabía que las cosas en su matrimonio no estaban funcionando del todo bien. La relación había estado decayendo desde el momento en que el bebe había muerto. La fresca imagen de los ojos sin vida de su esposa, recostada en la cama del hospital después de la cesaría de urgencia, aun lo frecuentaban.

Y cada vez que la observaba podía revivir aquella imagen, llenándolo de culpa e impotencia. Las palabras del pulgoso aun resonaban en su mente sin permitirle pensar con claridad.

La puerta de su casa se abrió abruptamente, sacándolo de sus pensamientos, girando sobre sus pies, con la varita alzada, listo para atacar o defenderse. Pero bajo su varita al reconocer a su esposa.

Esta lucia molesta, sus labios estaban fruncidos, sus ojos azules estaban helados ya que ardían con un destello de rabia, que pocas veces, agradecidamente, había visto en su mirada, y entre sus brazos cargaba a un pequeño niño de forma sobre protectora. Su actitud y postura le dijo que si alguien intentaba acercársele ahora mismo y arrebatarle al niño, esa persona sufriría... y mucho.

"¿Ariel...?"- intento cuestionar pero fue abruptamente cortado por ella.

"Ahora no Severus. Tráeme algunas pociones curativas y mi maletín, estaré en el cuarto de huéspedes, este niño necesita ayuda"- ordeno en forma clínica y fría, con una determinación que no había visto en un largo tiempo.

Su esposa subió rápidamente las escaleras, dejándolo mudo durante unos segundos, antes de que la esquina de su boca se alzara levemente en una media-sonrisa.

HPHPHPHPHPHP

Manor Snape. 28 de Diciembre, 4:20 PM.

Ariel observo al niño fijamente, durante días se había quedando velando el sueño de este y siempre que tenía una oportunidad lo vigilaba, viendo ávidamente con sus ojos cada rasgo del moreno. Una y otra vez, hasta que su mente ya no tuviera ninguna duda de quien era este niño.

Muchas veces, en medio de la noche, el niño se despertaba abruptamente, lloriqueando y asustado, y a duras penas podía tranquilizarlo. La única manera de lograrlo era abrazarlo mientras lo hacia beber una poción tranquilizante, asegurándole que estaba a salvo y que ella y su familia jamás lo dañarían.

La puerta de la habitación se abrió silenciosamente y supo que esposo entro por ella.

"Es él"- murmuro silenciosamente sin despegar su mirada -"Es Él, Sev. No puedo creerlo..." negó con su cabeza.

"¿Quien?" inquirió Severus.

"Harry...Harry Potter" respondió quedadamente, volteando a ver a su marido.

El silencio reino después de esa declaración. Severus no mostró ninguna emoción pero por un breve momento, Ariel pudo ver la incredulidad en su mirada oscura.

"Creí que habías dicho que Evans y Potter lo habían dado en adopción, para que pudieran dedicarse a Hayden"- hablo con voz tranquila.

"Lo hicieron...o eso creía...pero anoche cuando Harry se despertó me lo dijo todo...bueno, casi todo..."- respondió dudosa, antes de tomar una bocanada de aire, para intentar calmarse.

"Continua"- pidió sentándose a su lado.

"Al parecer Harry ha estado todo este tiempo con la hermana de Lily...Dios, Sev, esos muggles son unas escorias...Si antes creí que Evans era una perra egoísta ahora estoy segura de ello" dijo rencorosamente.

"¿Que tanto pudo haberle afectado al niño vivir con esos muggles?, no puede ser tan malo" inquirió, pensando que tal vez su esposa estaba exagerando un poco las cosas.

Pero trago en seco cuando su esposa los miro asesinamente con los ojos helados y oscurecidos. "¿No pueden ser tan malos, dices tu? Bien Sev, veamos que tanto ha afectado a Harry vivir con esos muggles"- dijo con voz tranquila y monótona, pero era evidente la rabia silenciosa de la morena. Con un fluido movimiento de su mano, sumamente elegante, sostuvo una planilla. "Harry posee un grado alto de desnutrición y deshidratación"- comenzó a informar con los dientes apretados "...principio de pulmonía, tres costillas rotas, ciertas perforaciones de objetos filosos en varias partes de su cuerpo; especialmente en su espalda, al igual que varias cicatrices y moretones..."- su vista se levanto de la planilla y miro a su esposo, quien parecía mas pálido de lo normal "¿Quieres que siga querido?"- pregunto con voz falsamente dulce.

Severus suspiro cansadamente, su esposa podía ser sumamente cruel, si esta así lo quería. Silenciosamente agradecía que esa rabia que su esposa estaba conteniendo no se dirigiera a él, sino a los Potter´s y a la hermana de Evans.

"¿Entonces que quieres hacer?"- cuestiono resignado, sabiendo claramente lo que Ariel iba a decirle y no gustándole nada.

"Quiero adoptarlo"- declaro.

Ambos se miraron silenciosamente, manteniéndose la mirada, Ariel esperanzada y Severus resignado. Finalmente Snape asintió con su cabeza, para el agrado de su esposa.

"Gracias Sev, te prometo que no te arrepentirás"- dijo antes de besarlo sanamente en los labios. Ambos gimieron ante el calido contacto inocente.

Severus pasó sus brazos por la estrecha cintura, atrayéndola mas cerca, había pasado demasiado tiempo desde que había degustado los suaves labios de su esposa.

Una tos los interrumpió y ambos se separaron rápidamente, con las mejillas algo sonrojadas. Ambos voltearon hacia la cama, en donde un sonrojado e incomodo Harry los observaba tímidamente con cierta mezcla de temor.

"¡Despertaste!" dijo alegremente, antes de acercarse a la cama y sentarse junto al niño "¿Como te sientes cariño?" pregunto de forma maternal y Severus puso los ojos en blanco- "¿Tienes hambre? ¿Te dueles algo? ¿Quieres ir al baño? ¿Tienes frío?" bombardeo al pobre y confundido niño.

"Ariel, deja que el niño te responda por lo menos una de tus tantas preguntas" la reprendió Severus, en un tono juguetón, que solo su esposa podía reconocer.

Ariel se sonrojo levemente "Lo siento...Harry, ¿Hay algo que quieras?"-

"¿Es cierto...?" pregunto dudoso, Ariel pestaño confundida, notando esto "¿Es cierto que me van a adoptar?" volvió a preguntar, apretando las sabanas.

Severus y Ariel intercambiaron una mirada, antes de que Severus respondiera "Si así tu lo quieres, si"

"¿Por que?"

No comprendía como estas personas, a pesar de no conocerlas totalmente, pero que habían sido nada mas que buenas con él en esos días, pudieran quererlo. El no era más que un monstruo. Uno que solo sabia causar dolor.

Porque cuando ni sus padres ni sus tíos lo habían querido estas personas estaban dispuesto a quererlo. No tenia ninguna lógica para el.

"Porque podemos y queremos que formes parte de nuestra familia..." respondió Ariel con voz entrecortada.

Harry simplemente apretó con más fuerza las sabanas, a tal punto que sus nudillos estaban blancos por la falta de sangre.

"Niño" lo llamo Severus e inmediatamente Harry se encontró viéndolo a los ojos, sin poder rehuirle la mirada y no precisamente porque el hombre le sujetaba con suavidad la barbilla "No se exactamente que es lo que te haya sucedido. Quizás algún día tú estés dispuesto a contarme. Pero te diré algo. Mi familia no es muy grande, en realidad, solo somos cuatro con mi esposa y mis dos hijos. Yo soy profesor en una escuela y mi esposa es sanadora. Nuestra casa no posee grandes lujos, pero vivimos cómodamente, hay veces en que yo suelo ser muy frío con mis propios hijos y bastante severo, pero yo los amo y estoy dispuesto a quererte y a protegerte de la misma manera. Ahora la pregunta no es porque nosotros queremos adoptarte, sino, ¿Quieres formar parte de esta familia?"

Ariel no solo estaba sorprendida sino también conmovida, Severus no era alguien que expresara sus sentimientos o hablara de esa forma. Pero pudo notar que su esposo se había encariñado con el niño, a pesar de ser el hijo menor de su rival de la escuela; James Potter.

"Si...Si quiero" murmuro en un tono tan bajo que Ariel apenas lo oyó.

"¿Perdón, que dijiste no te escuche?" pregunto Snape y su esposa lo miro asesinamente, sabiendo que el hombre estaba mintiendo.

"¡¡Dije que SÍ!!"- grito Harry, para luego sonrojarse.

Snape sonrió afectadamente "Bien, porque nosotros queremos que formes parte de la familia, también" - dijo caminando hacia la puerta y abriéndola de golpe "¿No es así niños?"- le pregunto a sus dos hijos, quienes obviamente habían estado escuchando detrás de la puerta, aunque se sorprendió que su hijo mayor lo hiciera, ya que Lance poseía el mismo carácter que él.

"¡Claro!" contesto alegremente Melissa, levantándose con ayuda de su mellizo y corriendo hacia la cama, trayendo consigo a su hermano -"Viste Harry, ¡Te dije que mis padres eran genial!" salto sobre el muchacho, abrazándolo, Lance rodó sus ojos pero se sentó del otro lado del ojiverde.

Harry sintió sus mejillas arder y no precisamente por la fiebre y asintió con timidez. "Si" susurro.

Severus se acerco a la cama, disfrutando de la escena, Su esposa sonreía felizmente, como nunca la había visto y sus hijos no podía estar mas feliz, incluso Lance se había dignado a sonreír y hablar con suavidad y alegría, algo que su primogénito no hacia, con nadie, a excepción de su hermana y ahora Harry.

"Bienvenido a la familia Snape-Black, Harry"- dijo mientras apoyaba su mano sobre la cabeza pelinegra y le revolvía aun mas los cabellos.

Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas, pero esta vez, no eran de tristeza o temor, sino de felicidad y mirando a las cuatro personas, por primera vez en sus cinco años de vida, supo saberse amado...

Finalmente estaba en casa.

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The Three Queens: Si lo sabemos, muy fuera de carácter por parte de snape, pero no siempre será así. Hey disculpen las faltas de ortografía. Y un agradecimiento especial a Dream por habernos ayudado. Esperamos que quieras seguir beteando nuestros capítulos.

Cristal: Hemos vuelto, como el ave fénix que resurge de sus cenizas y ahora con una nueva integrante, mi querida (noten mi sarcasmo) musa-prima, ahora escritora, Umi. A quien parece que tendré que soportar toda la vida.

Umi: ¬¬ hey, recuerda quien te ayuda a hacer estos fics.

Lady: Para aquellos que creían que estábamos muertas, lo siento mucho, no les daremos esa satisfacción.

Cristal: Los personajes están algo fuera de carácter, pero me gusta de esta manera. Quisimos darle otra visión a los hechos ¡¡¡Hey si vamos a hacer un AU, hagámoslo bien AU!!!

Lady: Er...si tu lo dices, pero reconozco que me gusto como esta. Bien esta es una precuela a nuestra nueva y rescrita historia de "Harry Potter y The Wiccan Power"

Umi: Esperamos que sea de su agrado. Esta historia no tendrá mas de 5 o 8 capitulo, quizás sean menos, aun no hemos sacado cuentas.

Lady: Esperamos sus comentarios ávidamente de parte de todos ustedes, ya que nos dan ánimos para continuar.

Umi: Gracias por todo y disculpen la molestia que estas dos les han causado con su retraso. Pero no se preocupen, estimados lectores, yo me encargo de que estas dos "Barbie-girls" no se vuelvan perezosas- dice con una mirada traviesa- manden muchos Reviews por favor.

Ja ne.