Ambos estaban acostados en el sillón mirando el programa que el rubio había elegido. Sasuke ya se estaba aburriendo, pues era uno de esos programas donde pasaban videos de gente que se cae o hace cosas supuestamente graciosas, aunque bien, el azabache no pensaba lo mismo. Por otro lado, Naruto parecía estar muy de acuerdo con las risas que daban ambiente al programa, y se reía a carcajadas de la mujer gorda bailando que cayó encima de una silla, o del perro que por ir corriendo tiró a un bebé de espaldas.
De verdad que a Naruto le gustaba ese programa, para él, algo que te sacaba alguna risa era invaluable y no se perdía el programa por nada del mundo, razón por la cual había arrastrado a su novio a ver el dichoso programa.
Los comerciales comenzaron a oírse en el televisor, y Naruto no podía dejar de reír por el último video. Sasuke soltó un gruñido y el rubio, tratando de aguantarse la risa que aún le nacía, se volvió a él. Sabía que a Sasuke no le gustaba ese programa.
—Sonríe Sasuke —pidió aguantando la risa.
El aludido soltó otro gruñido de fastidio y Naruto se preocupó ¿sería que su novio se iría sólo por el dichoso programa? Vamos, si él siempre hacía lo que Sasuke quería ¿no podía aguantar media hora a su lado?
Naruto quería indignarse a la actitud del azabache, pero al mismo tiempo no deseaba enojarse con él, porque siempre era él quien tenía que buscarlo, y todo porque Sasuke no podía tragarse su orgullo. ¡Vamos! Sólo quedaban cinco minutos del programa ¿no podía sólo aguantarse cinco minutos?
Estaba tan enfocado en su propio enojo que ni siquiera entendió el cómo había terminado recostado en el sillón con Sasuke encima de él sonriéndole maliciosamente. Mucho menos notó que su programa ya había iniciado.
—Sa… ¿Sasuke?
—Esto lo disfrutaremos los dos —musitó acercándose peligrosamente a los labios del rubio sonrojado.
—Espera Sasuke… —pero era demasiado tarde, Uchiha ya lo había callado con un beso acompañado de caricias que subían por sus piernas y se metían por debajo de la camisa— Si sigues así…
Los labios que se habían juntado con los suyos se deslizaron por su cuello, y fue en esa área donde comenzó a sentir una humedad calidad a la cual no sabía si atender, pues las manos que serpenteaban por debajo de su ropa también lo estremecían.
Naruto se sentía confundido, pues si ello continuaba, sería su primera vez, y ello lo había tomado por sorpresa. Estaba disfrutando tanto de esas caricias que no prestó atención a lo que Sasuke le susurró al oído, para después morder su lóbulo izquierdo. El rubio suspiró.
Sasuke sentía el bulto de su novio endurecerse poco a poco con cada acción que le aplicaba. Volvió a besarle en los labios y levantó con sutileza la camisa que cubría el firme torso de Uzumaki.
—No tardes —suplicaba el de ojos azules— Sasuke…
El azabache sonrió al oír su nombre y se separó de su novio. En la tele se oía el siguiente programa de televisión y Naruto lo miró con desconcierto cuando Sasuke se levantó del sillón.
—Ya acabó tu programa, vámonos a la librería.
Uchiha dio media vuelta y salió de la casa del rubio, mientras Uzumaki hacía pucheros. Sasuke lo había dejado con las ganas, como hacía con otras cosas. Naruto algún día se vengaría.
FIN
