Capitulo 1
SAKURA
Todo en la habitación me recordaba a él. Las estanterías llenas de libros que nunca leí, el escritorio vacío y la silla deshabitada. La cama, desordenada tal y como él la había dejado la última vez que lo vi, juntaba un polvo que yo no iba a molestarme en quitar.
Y el olor a hombre que siempre estaba ahí...
Me reí sin pensar, recordando cómo en la mañana había tirado su perfume por toda la habitación. Era realmente una visión lamentable de mi misma la que veía al recordarme esparciendo la fragancia barata de esa persona —con un deje de un aroma que siempre asocié con el chocolate—por la habitación simplemente para sentir que él seguía ahí.
No me comprendía. Nunca terminaba de entender mis pensamientos estúpidos y mis acciones sin sentido que ocupaban casi todos los aspectos de mi patética vida. Porque si, esa es la palabra que se asemeja más a la realidad.
Y todo por su culpa.
¿Cómo podía irse sin siquiera decir adiós? ¿Cómo podía...haber hecho eso después de lo que pasó?
Me enjuagué las lagrimas que comenzaron a caer por mis mejillas, sintiéndome inmensamente sola. Estaba cansada, pero mi cuerpo insistía en permanecer parado hasta que no pudiera más. Siempre había deseado ser más fuerte, y mi cuerpo parecía seguir persiguiendo ese sueño aún cuando mi mente ya sabía que era algo imposible.
Me miré las manos, de un blanco níveo que parecía insano a simple vista. Siempre había odiado el color de mi piel, recuerdo que una vez hasta tomé tanto sol para que se me quitara que terminé del color de una frutilla sin mayores resultados posteriores.
"Qué bonita piel tienes, pareces tan pura como una rosa blanca."
Golpeé la pared con fuerza en un ataque de furia cuando esas palabras vinieron a mi mente, ¡¿Por qué demonios siempre tenía que recordarlas?!. Sentía la sangre caliente correr por mis venas; no quería parecer pura, no quería ser pura...
¡Yo solo quería..!
Las manos me temblaban, mientras yo me metía en un camino oscuro y frondoso que no era nada más y nada menos que mi propia mente; todo a mi alrededor parecía cada vez más lejano e irreal ¿Por qué había tenido que conocerlo? Esa era una pregunta recurrente en ese salón de discursos personal e imaginario, en el que me encontraba a mi misma sobre un estrado y siendo acusada de culpable por crímenes que no me eran propios. Si no fuera por él yo nunca habría intentado cambiarme a mí misma, nunca habría...
—Shaoran...— el fatídico nombre de esa persona solo ayudaba a aumentar mi dolor. Y yo era tan masoquista que lo repetía todos los días...que graciosa que puedo llegar a ser a veces.
Una ráfaga de viento que entró por la ventana abierta me recordó que era invierno, y me di cuenta de que el sol se había ocultado sin que yo lo notase siquiera. Me pregunté, además, cuándo había abierto yo esa ventana, pero no pude recordarlo. Aunque bueno, eso era algo usual en mí, no notar las cosas que están a simple vista y actuar por inercia...
"¿Te gusta festejar año nuevo Shaoran?"
"No, detesto que el tiempo pase"
Cuan ciertas eran esas palabras; a veces el tiempo pasaba muy rápido y las cosas buenas terminaban demasiado pronto. A veces, ni siquiera sientes que el tiempo realmente este pasando y, cuando todo acaba, es como una bofetada fría en el rostro.
"Pero mientras este acompañado, supongo que no hay problema en celebrarlo"
Eso había dicho, creando en mi una ilusión que luego se vio aplastada por la realidad que me gritó al oído lo que tantas otras veces me había susurrado para advertirme: No debes confiar en extraños.
¿Nunca te han dicho eso tus padres? Porque el mío era del tipo que fácilmente es engañado por culpa de su bondad y buenas intenciones, un completo estúpido al igual que yo, y eso es un claro ejemplo de que esa frase que te dice "de tal palo tal astilla" no es simplemente una broma casual.
Ahora que lo pienso, Jamás pudimos celebrar año nuevo juntos... y por supuesto que este año tampoco será la excepción. Me siento mal por eso, no puedo mentir, pero tampoco la pasaría con él si tuviese la opción, ¡Nunca!
"¿Con quién andabas?"
"Una compañera de trabajo"
"¡Shaoran!"
"¡Madura Sakura!"
Todos me decían eso: Madura Sakura. Yo jamás entendí por qué hasta que vi que todos se habían alejado de mí. ¿Que había hecho para quedarme sola? ¿Cómo podía remediarlo? Continuaba preguntándome una y otra vez las mismas cosas y jamás conseguía respuesta alguna.
Nunca fui buena para nada más que los deportes. Y hasta ellos me habían traicionado por una simple lesión en el tobillo, ¿Es irónico, no? Que todo sea por culpa de él es tan gracioso que hasta se me caen las lágrimas. Si no fuera por ese sujeto yo podría...podría haber...
—¡Ahhh!— el grito lastimoso intentó sacar de mi todo aquello que me agobiaba al punto de no poder mas, y de pronto yo me encontraba en el suelo abrazando mis piernas y llorando desconsoladamente.
Ja, como una niña...
No sé cuánto tiempo pasó, o si realmente pasó algo de tiempo antes de que el teléfono comenzara a sonar. Pero el molesto sonido anunciando una llamada entrante fue lo único que detuvo mágicamente otro de mis usuales ataques de histeria. Y me quede mirando hacia la sala sin moverme hasta que me di cuenta que debía atender.
A tropezones corrí hasta el angelical y a la vez endemoniado aparato. Cuando levante el auricular las palabras no me salieron, y apreté fuertemente el auricular a mi oído esperando que alguien dijera algo...lo que fuera.
Solo quería escuchar una voz que no fuera la mía...
—¿Sakura?
Un sonido extraño que relacioné con un "¿eh?" se escapo de mis labios sin avisarme. Mi corazón había dado un vuelco en cuestión de segundos. ¿Tomoyo? Podía reconocer la voz de mi prima donde fuese, pero mi asombro era realmente grande pues hacia meses que no hablábamos y sinceramente no esperaba una llamada de su parte. A decir verdad, no esperaba la llamada de nadie.
—¿Sakura? ¿Estás bien?— Me reí como si la mujer del otro lado de auricular hubiese dicho un chiste graciosísimo, ¡Pues claro que no estoy bien! ¿Es que lo obvio es tan difícil de notar? Aunque no era capaz de levantarle la voz a la buena de Tomoyo, quise responderle con la cruda verdad de alguien que hace mucho tiempo se guarda algo, pero nada salía...no era capaz de articular nada— ¿Sakura?— ahora su voz sonaba preocupada, y me asusté.
—Hola, Tomoyo...Lo siento, estaba pensando.
—¿Estás bien?— no respondí, de vuelta, y escuché algo parecido a un sollozo del otro lado del auricular— Escucha, lo siento, ya no puedo más con esto... ¿Sakura? ¿Me escuchas? Quiero decirte que no quiero que pases por todo esto tu sola...
—Pero si yo estoy bien, en serio.
Sí, yo estaba bien. La tonta de Sakura siempre estaba bien. Mis palabras eran como una grabación que se activaba con cada pregunta que cuestionara mi definición de "bien".
—No estás bien
Agradecí que Tomoyo no pudiese ver mi rostro comprimido por el enojo en ese momento; esa mujer siempre sabía cómo me sentía y cuándo mentía, por lo que desde mi mas tierna infancia jamás había podido ocultarle ni las cosas más pequeñas.
La odiaba por eso.
—Si lo estoy.
Mi voz sonó casi sorprendida de lo obvias que me parecían mis propias mentiras. De pronto me di cuenta de que en algún momento me había sentado en el sillón y que ahora jugaba con un mechón de pelo que caía sobre mi hombro. Era de un bonito color castaño, claro como el café cortado con leche y suave como un algodón de azúcar. Eso lo había sacado de mamá, lo sabía aunque realmente no recordase el tacto de su cabello entre mis manos, pero en las fotos que tenía de ella su pelo siempre se veía tan sedoso como el mio.
—Voy para allá.
—¡NO!— me paré de un salto, siendo empujada por un miedo que no tardó en controlarme por completo. ¿Tomoyo, en mi casa? ¿Ahora? ¿hoy? ¡No, nunca!
—¿Sakura?
—No quiero...que vengas a mi casa. No quiero tener nada que ver contigo... ni con nadie.
—Pero escucha Sakura...
Al diablo todo.
—¡Cállate! ¡No tienes idea de nada!
Y era cierto, la pobre de Tomoyo no tenía idea de nada. Y la odiaba por eso también, aunque fuera una ridiculez por mi parte.
Siempre tan alegre, tan madura...tan perfecta. Yo anhelaba poder convertirme aunque sea en una sombrea de lo que era ella y la imposibilidad de aquello me agobiaba.
Diablos, la odiaba, y ella no tenía la culpa de nada. Eso me hacía enfurecer aun más cuando lo pensaba.
—Entonces dime...si pudieras volver a verlo ¿Querrías hacerlo?— cortó el hilo de mis pensamientos de una manera que me pareció demasiado brusca a pesar del tono amable con el que lo había hecho.
—¿Qué...acabas de decir?
—¿Tienes la certeza de que no te arrepentirás?— ¿Qué estaba diciendo?— ¿Puedes asegurarme que volver a verlo no empeorará todo?
—¿Por qué me lo preguntas?
-Solo es una pregunta- recline mi cabeza hacia atrás, buscando en el techo una respuesta que no llegó. El peso de mi cuerpo sobre mis pies descalzos me recodó que estaba siendo inmadura y volví a sentarme.
¿Volver a ver a Shaoran?
—No se...
No había pensado en esa posibilidad, o al menos nadie me había hecho esa pregunta. Desde aquel día en que desapareció de mi vida, hace mas o menos un año o dos, jamás se me ocurrió que algún día llegaría verlo de nuevo.
Pasó un largo rato hasta que escuchara su voz de vuelta, como si se hubiera quedado pensando en qué debía contestar ahora. Por mi parte, me dí a la tarea de dibujar con los pies figuras imaginarias en la alfombra disfrutando de esos segundos en silencio que ayudaron a mi cabeza a aclararse.
—¿Quieres venir a mi casa?
—¿Eh?
—Celebremos año nuevo juntas...como solíamos hacerlo cuando niñas.
Y después yo era la inmadura, ¿Cierto? Los ojos se me humedecieron cuando lo recuerdos felices me atacaron con la guardia baja, y las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas otra vez, pero esta vez yo no entendía su razón.
¿Por qué? ¿Por qué estaba llorando?
¡Maldita sea Sakura! ¡¿Por qué sigues llorando todo el tiempo?!
—No...no tengo ganas, lo siento.
—¿Por qué no?
—Celebra junto a tu precioso novio y deja de meterte en mi vida— corté la comunicación antes de que ella pudiera darme alguna respuesta a mis palabras hirientes.
Porque sí. Sabía que la había lastimado...
Y las lágrimas no dejaban de salir.
"Vaya que eres rencorosa"
El maldito tenía razón una vez más sobre mí.
Alguien tocó la puerta y tuve que forzarme a levantarme, pese a la insistencia de mi cuerpo en hacer siempre lo contrario, e ir a ver quien llamaba.
Una pequeña emoción se encendió dentro de mi pecho a medida que me acercaba a la puerta.
"Si pudieras volver a verlo ¿Querrías hacerlo?"
Si pudiera verlo...lo mataría.
Podía imaginar mis manos al rededor de su cuello, oprimiéndolo con el único deseo de que dejara de respirar. Había soñado con eso muchas veces, durante la noche y también en el día...y la sonrisa en su rostro me atormentaba cada vez que lo recordaba.
¿Por qué sonreía a pesar de que yo lo odiara tanto? ¿No comprendía mi dolor? O...¿Le era divertido?
"¿Querrías hacerlo?"
¿Quería?
Los golpes en la puerta se cortaron de pronto, y me tiré encima de mi abrigo buscando las llaves. Sentía como si el silencio repentino significara mi propia muerte. Y de alguna manera eso no me gustó para nada.
Me tardé en encontrarlas largo rato —o al menos, a mi me lo pareció— pues no estaban en mi abrigo sino en mi cartera. Pero cuando abrí ya no había nadie allí.
Y todo se venía abajo de vuelta.
Sentía que las fuerzas me abandonaban cada segundo que pasaba, y de pronto vi frente a mis pies una pequeña nota.
La levanté para leerla, y decía...
"Te cumpliré un deseo si vienes mañana"
Y abajo había una dirección que yo conocía a la perfección.
Hola lectores! =)
Espero que esto no los haya desanimado en un día como hoy (¡feliz año nuevo!) pero sentía que debía ponerlo cuanto antes...
Esta será una historia algo especial, pues como ya notaron nuestros dos protagonistas no son ya niños de primaria, si no que rondan los 20 años y no la han pasado precisamente bien.
Es algo complicado explicar las cosas. No se cómo explicar la personalidad de Sakura, o lo que pasó entre ella y Shaoran, o por qué esta tan sola y "necesitada" (aunque no considero que esa sea la palabra apropiada)
Supongo que tendrán que leer el resto, jeje...
Ah, para los lectores de "el amor siempre florece en la adversidad" no desesperen, que sigo trabajando en esa historia, y voy avanzando *O*
Por eso, mientras tanto, espero que disfruten esta!
Apreciaría que me dejasen sus comentarios para saber que les parece la historia, y si hay algo que ya de movida no les guste a pesar de ser el primer capítulo =)
Nos vemos en el siguiente capítulo!~
