HOLA, CHICOS! Bienvenidos a otro fic de Kick Buttowski! Este tiene más onda, pues tiene más humor y ambiente de Kick Buttowski, no como el otro. En fin, la historia está basada en un episodio de mi vida, pues admito que esos días fueron los mejores del año, así que, a compartirlo con ustedes! Aunque claro, no todo será 100% mi experiencia, hay que cambiar unas cosas e_e
ADVERTENCIA: Tiene temas de adultos, pero no descriptivas, así que estará calificada en T.
NOTA: Siempre que hago fics de KB, siempre lo sitúo años después, donde los personajes son mayores, rozando los 17 o 18 años. Por lo tanto, los estilos varían. Y como en el otro fic, KICK YA NO USA CASCO.
Capítulo 1: Un mes.
Miró detenidamente a su padre. Él le devolvió la mirada. Miró a su hermana y a su madre. Sus padres estaban separados, pero no cambiaba el hecho de que esta reunión era realmente importante. Linnie trató de sonreírle, formando una mueca nerviosa.
Kendall Perkins solo tendió a tragar saliva.
Abrió con delicadeza el sobre que determinaría su futuro. Sus ojos esmeraldas se posaron en las palabras que había. Un largo silencio se hizo presente en los cuatro presentes.
Los orbes de la hija menor se llenaron de lágrimas, espantando a los presentes.
— ¿Kendall?
—…— Sonrió. — Me aceptaron…— Musitó. — ¡Me aceptaron en la Escuela Médica de Harvard! — Habló más alto.
Linnie fue la primera en reaccionar y la abrazó, sorprendiendo un poco a la rubia menor. Si bien nunca tuvo una relación muy amistosa con su hermana pero se querían, su contacto físico era casi nulo. Entonces recordó que Linnie nunca logró cumplir su sueño en cuanto a lo que aspiraba ser, quedándose atada entre las empresas de sus padres. Supuso que estaba orgullosa que ella no haya tomado el mismo rumbo.
Sí.
Ya era hora que su vida tomara un nuevo rumbo.
Uno que dejara de ser tan enredado.
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Una nueva mañana se avecinaba y con ella el sol aproximándose a alumbrar las casas. Sus ojos azules se abrieron con pereza. Era extraño en él levantarse antes de que el despertador sonara. Decidió apagarlo, pues se le había esfumado el sueño de un segundo a otro. Entró al baño para darse una corta pero refrescante ducha, pues apenas amanecía y ya estaba bastante calurosa la mañana.
Sonrió al salir de la ducha.
Un mes.
Tan solo un mes.
Y sería libre.
De la preparatoria.
De los idiotas que había soportado durante años.
De sus estúpidos maestros.
Y de ella.
Vio de reojo la ventana de la casa que estaba al lado de la suya. Obviamente ella ya estaba despierta, podía ver su silueta.
Desvió la mirada.
Eso ya era historia.
Ya ni siquiera había odio entre ellos.
No había…
Nada.
Clarence Buttowski no había cambiado mucho su personalidad a la de años atrás, solo había cambiado un poco su vestimenta. Pero eso había sido hacía casi un año.
La razón de su cambio había sido gracias al viaje de estudios que habían realizado en aquel entonces. Desde ese entonces, había cambiado un poco. Nadie sabía el por qué, claro, a excepción de Gunther y otra persona que le causaba cierto malestar.
Se vistió tranquilamente, a diferencia de la persona de la otra casa, que se vestía con más prisa, pero tampoco con rapidez. Parecía que le era más simple estar lista antes.
Para todos los ojos de la preparatoria, incluyéndolo a él, Kendall Perkins había cambiado muchísimo. Pero eso fue notorio desde que había terminado con Reynaldo dos años atrás. Seguían siendo compañeros en muchos proyectos y generalmente se llevaban bien, pero no volvió a pasar algo entre ellos. El rubio seguía enamorado de Perkins, pero ella le siguió rechazando.
Al estar nuevamente soltera, la rubia comenzó a aislarse más de los demás, negaba los puestos de presidenta del salón, estar a cargo de proyectos (prefería hacerlos sola), y fue aún más notorio cuando ni siquiera los profesores se acercaban a ella como cuando era más pequeña. Siempre era vista leyendo todo tipo de libros además de las horas de clases.
La soledad se había vuelto una fiel amiga de la rubia.
Hasta el chico emo tenía más amigos que ella.
Pero no cambiaba el hecho que la cerebrito se había vuelto atractiva. Su cabello había crecido hasta cubrir su espalda por completo, y seguía con su estilo de ropas elegantes, pero la de ojos esmeraldas tenía un exquisito gusto, así que su vestimenta se complementaba con su popularidad ante la vista masculina.
Kendall lo ignoraba.
No estaba interesada en seguir con una relación, o más bien, sostener lazos con nadie en especial.
Era amable con las personas que se lo merecían, pero cuando se trataban de otras cosas, como molestarla, ella seguía con ese carácter de arrogancia y orgullo para defender su dignidad.
Y curiosamente…
Clarence Buttowski y Kendall Perkins se llevaban con una indiscreta e indiferente amabilidad.
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— ¡Hola, Kick!
— Hey. — Sonrió, pero entrecerró los ojos cuando vio a su amigo tan… resplandeciente. — ¿Qué diablos, Gunther?
— ¿Por qué?
— Te ves…— Decirle que estaba irradiando de felicidad sería extraño. —… Inusual.
— ¿Tú crees? ¡Yo me siento en las nubes! — Kick iba a seguir con su camino, pero el vikingo lo agarró del brazo. — ¡Hey, espera! ¡Hay que esperar a Jackie! — El castaño alzó una ceja.
— ¿Jackie? — Vio con la boca abierta como la nombrada había salido de la casa de SU MEJOR AMIGO despidiéndose de los padres de este. —… Ah…
Ahora entendía el por qué de… Su brillo.
Se notaba a leguas que habían tenido sexo.
— ¡Ten, para sobrevivir hasta el almuerzo! — Le extendió una lata de Guepardex. Kick la recibió en silencio mientras seguía viendo a la castaña aproximarse a ellos con una mueca burlona.
Terminó por sonreír sin humor.
— Andando.
Llegaron al garaje de su casa y los tres se subieron a la motocicleta del castaño. Si se preguntaban cómo rayos cabían tres, Gunther llevaba a Jackie en sus hombros, ya era algo común en ellos.
Antes de salir, los ojos del temerario se desviaron hacia una rubia que había pasado en dirección a la preparatoria Mellowbrook en un silencio que había pasado desapercibido incluso para él.
Kendall sintió unos ojos en su espalda, así que se volteó levemente para encontrarse con Kick Buttowski observándola.
Los amigos del medio doble de riesgo también la miraron.
—… Buenos días. — Saludó ella con una sonrisa antes de voltearse y seguir su camino, sin esperar respuesta de ellos.
Claro, era algo que la casi siempre ocurría.
Lo único inusual fue la pequeña pero notable sonrisa en los labios de Kendall Perkins.
Verla sonreír fue algo muy inusual.
Jackie se lo preguntó en voz alta.
Kick lo hizo mentalmente al igual que Gunther.
Ninguno de los dos mejores amigos prefirió mencionar algo en voz alta.
Lo ocurrido, había quedado allí, y se quedaría allí.
. . .
¡Tengo una sorpresa para ti hoy! ¡Es por tu gran esfuerzo, Barbie!
Linnie.
Kendall hizo una mueca de desagrado cuando leyó cómo su hermana le había llamado en el mensaje de texto.
Nunca le gustó que le dijera así, pero lo dejó pasar.
Una sorpresa, ¿eh?
— ¡Muy bien, chicos! — El director entró, desconcertando a todos. — ¡Les queda solo un MES de clases y después irán a la universidad… o a cualquier cosa que quieran hacer!
— ¡WOOOOJOOOO!
— ¡SÍ, YA ERA HORA!
— Sin embargo, ya saben lo que viene antes de que el mes acabe, ¿verdad?
Todos se miraron entre sí, confundidos. Kendall suspiró.
— Las alianzas. — Decidió hablar la rubia.
— ¡Exacto señorita Perkins! Por cierto, muchas felicidades, nos llegó la noticia ayer. — La rubia sonrió un poco, asintiendo con la cabeza.
Kick alzó una ceja.
¿Qué significaba eso?
— ¡En fin! Como dijo la señorita Perkins, la última semana de este mes se celebrará el aniversario de nuestra preparatoria y con ella las alianzas de la escuela.
Entonces todos recordaron. Era la celebración mediante la participación de los alumnos para ganar suficientes puntajes y obtener la victoria. En todos los años que estudiaron, siempre quedaban en último lugar, lo cual no les dejaba un buen sabor en la boca y no les atraía la idea de querer participar el último año.
— Nah, no queremos participar. — Mouth se cruzó de brazos. — Siempre perdemos.
— Sí, es cierto.
— ¡Aburrido!
— ¡Pues hay alguien que los convencerá de una forma u otra! — Miró la puerta, donde divisó una silueta. — Ya puedes pasar.
La persona entró, descolocando a todos.
Sobre todo a Kendall.
Se trataba de una mujer joven y muy hermosa, debería tener sus veinte años. Tenía el cabello rubio, pero con suaves ondas y sus ojos eran verde agua. Vestía una bonita falda de mezclilla junto con una blusa rosa que se complementaba con sus zapatos tacón alto del mismo color.
Kendall deseó que la tierra le tragara.
—… Linnie.
Todos la miraron.
—… Se parece mucho a Kendall…— Musitó uno.
— ¡Claro que se parece a mí! — Todos volvieron a mirar a la mayor, quien portaba una picarona y bella sonrisa en sus labios pintados. — Soy su hermana mayor.
Kick no estaba sorprendido. Chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.
Gunther lo miró.
— ¿La conocías?
— Sí. Fue el primer amor de Brad. — Hizo una mueca de asco. — Y al parecer, ella es la causa de que sea tan…
— ¿Odioso?
— Sí, algo así.
No le tenía rencor a la rubia mayor, pero si hubiera terminado su relación con su hermano de forma más sutil, él no se hubiese transformado en la persona que era ahora.
— ¡MUY BIEN, CHICOS! — Golpeó el escritorio del profesor. — Sus exámenes acabaron y solo les queda ESTE MES. UN MES, ¿comprenden? — Los chicos babeaban por la belleza de la mujer y las pocas chicas que habían, comentaban que Linnie tenía gran estilo y personalidad. Kendall, Jackie, Kick y Gunther estaban callados. — Este es el último año de MI HERMANITA, así que de regalo, yo pasaré tiempo con ustedes como su mentora, para que ganemos.
— ¡¿Qué?! — Kendall se levantó de su asiento, sorprendida. — Linnie…-
— Toma asiento, Perkins.
La rubia menor de cabellos lisos le dirigió una mirada asesina. Linnie le sonrió con burla.
— Es tu regalo de felicitaciones, preciosa. Deberías agradecerme.
— ¿Regalo de felicitaciones? — Se preguntó Jackie en voz alta.
Linnie le escuchó.
— Vaya, parece que aquí eres muy conservada, hermanita. — Miró a todos, que estaban curiosos. — Estoy aquí por mi hermana, eso es obvio. La razón es porque logró entrar a la Escuela Médica de Harvard. — Sonrió, orgullosa.
Kendall se tapó la cara con sus manos, avergonzada. No quería que todos lo supieran.
— ¿Eso es cierto, Kendall? — Reynaldo le preguntó, sorprendido.
La rubia solo tendió a asentir, sin mirarle, aún abochornada por lo grande que era la boca de su hermana.
El rubio no supo que pensar. Seguía enamorado de la chica, el que ella se fuera le partía el alma.
Jackie alzó una ceja y miró de reojo a Gunther, para ver su reacción.
No le sorprendió ver a su novio mirar a su mejor amigo con preocupación.
Kick mantuvo una expresión fría con la noticia.
Ella se iría.
Sonrió con crueldad.
— "Cobarde."
Continuará…
OOOOOOOOH! Comienzo incómodo!
En este fic, Reynaldo no es malo, pero interferirá mucho, porque de verdad está enamorado de Kendall. Y si ella se va, lo lógico sería que él deseara pasar el mayor tiempo posible con ella.
Supongo que habrán notado la extraña relación que llevan Kick y Kendall.
La razón será revelada el próximo capítulo!
Espero que les haya gustado!
Nos vemos…
Rossana's Mind.
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