Fred & George – La Madriguera
Tres meses habían pasado desde que el trío de oro se había marchado sin dar explicaciones a nadie. La manecilla de Ron en el reloj de la casa marcaba "desaparecido". Navidad en la Madriguera, los gemelos estaban de acuerdo en que no había nada que celebrar, pero Molly se empeñaba en que debían hacerlo. El olor a pavo inundaba toda la casa. Arthur lucía una vistosa bufanda que su esposa había tejido, era verde esmeralda. También había tejido una para cada hijo. Fred y George hicieron lo de siempre, que era intercambiar los paquetes, puesto que su madre siempre se los daba mal. Habían intentado zafarse de llevarla pero había terminado semi estrangulados por su madre cuando se las puso a la fuerza. Ginny, sentada en la vieja butaca del comedor, llevaba la suya colgada sobre los hombros. Estaba quieta y callada, eso no era natural en ella pero, dada la situación, era entendible. Dos paquetes pulcramente envueltos estaban colocados a los pies de la chimenea, uno era para Ron y en la etiqueta del otro podía leerse "Percy".
Un bufido salió de los labios de Fred al ver este último.
- Es un idiota, ¿cómo puede no aparecer en un momento así?
- Es adoptado. – dijo George asintiendo con un golpe de cabeza- Prefiere correr tras el nuevo ministro que venir a dar apoyo a su familia, menudo imbécil.
Estaban apoyados en el quicio de la puerta, uno a cada lado de esta, observando a su hermana.
- ¿Y qué le pasa a Harry? ¿Es que no piensa ni felicitarle las navidades? – Estaban irritados, más irritados que cuando mamá les bloqueaba las bromas que querían hacerle a Percy, y eso es estar de muuuy mal humor.
- ¿Y Ronald? – George pateó el marco de la puerta y ni con esas Ginny hizo señales de enterarse de lo que ocurría a su alrededor - ¡Él también es adoptado!
Cansados de ver a su única y pequeña hermana con esos aires de depresión se acercaron a ella y cada uno de ellos se colocó a un lado de la butaca, en cuclillas usando los codos para apoyarse en el reposabrazos.
- Ginny. –empezó George.
- Estamos preocupados por ti, hermanita. –siguió Fred.
La Weasley los miró a ambos, sus labios se curvaron en una fugaz pero verdadera sonrisa.
- Estoy bien. –dijo con un hilo de voz, y acto seguido les besó sus pálidas frentes- Un poco cansada, no duermo bien. Pero no os preocupéis.
Y los gemelos besaron las sienes de ella a la vez.
George volvió a mirar el reloj. Bill tampoco iba a venir, les había dicho que pasaría sus primeras navidades de casado con "Fleeeeeeggggg". Charlie seguía en Rumania, estaban acostumbrados a su ausencia, Percy… En fin. Y Ron, ¿dónde diantres estaba Ron? Así que se sentaron a cenar al cabo de media hora, los gemelos, Ginny, Arthur y Molly. La mesa estaba hasta los topes de comida, vale, son los Weasley, pero incluso aquello era demasiado para ellos. Se sentaron lo más juntos que pudieron, fue tarea difícil puesto que su madre quiso dejar el hueco de las sillas vacías por si alguien aparecía.
Cenaron en silencio, bueno "cenaron" picoteaban de aquí ya allá, miraban sus platos sin decir nada. Hasta que algo les llamó la atención, el llanto de Molly.
Neville – Hogwarts
"Querida abuela;
Siento no poder pasar las navidades contigo, espero que no te sientas sola. No voy a mentirte, las cosas aquí no están bien. Los Carrow nos obligan a utilizar maldiciones con los de primero, pero yo me negué, así que me castigaron. Conseguí esconderme, ¡nunca me atraparán! No temas por mí, estoy crecido y sé cuidar de mí mismo, tal y como me enseñaste, tal y como ellos querrían. La navidad sin tu comida no es lo mismo, no paso hambre, aunque tampoco asisto a banquetes. Seguimos sin noticias de Harry. Seamus y yo hemos conseguido sacar a algunos de los alumnos y esconderlos con nosotros, tampoco sabemos nada de Dean. Dime, abuela, ¿crees que ellos estarán orgullosos de mí?
Feliz navidad, tu nieto que te quiere.
Neville".
