¡Hola, holita a todos! Sean bienvenidos a mi nueva historia tanto los que ya me conocen como los nuevos. Espero que esto sea de su agrado. Para los que ya me leen de antes ya no les sorprende que a mis historias suelo ponerles nombre de canciones.

Sólo me queda decirles que la trama está desarrollada en un universo semialterno. Sin más ¡al fic!

Disclaimer: Soul Eater no me pertenece ese es de Atsushi Okubo. Así mismo el nombre del fic pertenece a una canción de mis adorados The Rasmus.

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Madness Cap. 1 "El miedo es bueno".

"It's madness. Don't ask me to explain. Don't take away the pain. It's impossible to save me…" (Es la locura. No me pidas que te explique. No te lleves el dolor. Es imposible salvarme…) The Rasmus-Madness.

A simple vista podía parecer un desfile citadino. La gente arremolinada a las orillas de las calles, gritando furiosamente mientras que por en medio de la avenida caminaban algunas personas. Se trataban de Spirit, Sid y Nyges quienes escoltaban a Medusa y a Chrona, un par de…

–¡Brujas! –gritó alguien en medio de la multitud.

–¡Deberían de quemarlas! –gritó otro.

Chrona se atrevió a mover su cabeza hacia la derecha un poco, casi un movimiento imperceptible, con aquellos ojos llenos de temor y su característico ademán de llevarse una mano a la altura del codo. Entonces un proyectil hecho de una materia viscosa y mal oliente se estrelló en su cabello.

–¡Basta! Dejen de lanzar cosas –ordenó Spirit, pero la gente siguió gritando alborotadamente, lanzando de vez en cuando objetos que caían en el asfalto.

Puños cerrados y amenazantes. Rostros llenos de ira y desprecio e insultos que más valía no repetirlos y mucho menos recordarlos. Mientras esto sucedía para sufrimiento de Chrona, para su madre más bien parecía poco importante, pues ella caminaba con la frente en alto, con andar ligero y seguro a pesar de ir descalza. Siempre descalza. Como si no existiera calzado apropiado en todo el mundo, o quizás era que el dolor físico que pudiera sentir era mucho menor que el espiritual.

Con su mirada firme e inmutable llegaron hasta las puertas de la ciudad y ella fue la primera en detenerse. Las manos en la cintura y las plantas de los pies bien colocadas en el suelo. Atrás se escuchaba el griterío, algunos Técnicos junto con sus respectivas Armas le impedían el paso a la gente.

Spirit miró a la mujer. Con esa actitud y con la ropa que llevaba puesta, un pantalón y capucha de color negro, parecía muy atractiva. No era difícil adivinar las razones por las que Stein había optado por marcharse con ella.

–Medusa… –le dijo mientras Sid y Nyges se adelantaban para abrir las puertas.

–Dile a tu Shinigami que ha cometido un verdadero error –acotó la bruja de las serpientes antes de que el pelirrojo siguiera hablando.

–Les ha dado una oportunidad –respondió Spirit, Medusa retorció los labios en una mueca llamada sonrisa.

–Una oportunidad para la muerte y la desgracia –replicó la rubia.

Por un par de segundos se miraron en silencio, hasta que los ojos de la mujer se endurecieron y estiró el brazo derecho hacia el costado. Spirit no pudo dejar de sentir un escalofrío en toda la espalda, por un minuto había olvidado que seguía estando enfrente de una bruja, enemigos naturales. Pero se tranquilizó un poco al percatarse de que sólo se trataba de un movimiento mágico para hacer aparecer un par de escobas.

Medusa puso sus manos en los hombros de su hija conduciéndola hacia el vehículo.

–Vamos, Chrona, es hora de irnos –la angustia se dibujó con mayor claridad en los ojos de la chiquilla –.No te preocupes, volverás a verlos.

Chrona se atrevió alzar la mirada hasta ver a su madre, de pie a su lado.

–Cuida tus palabras, Medusa –dijo Nyges.

–Es su destino –respondió.

–No hay ningún destino escrito –dijo Sid.

–Eso mismo pensaba Stein y me preguntó si es que antes de morir tuvo tiempo de cambiar de opinión –replicó la usuaria de serpientes y a pesar de que trató de mantener su porte, no pudo evitar un ligero temblor en su voz.

Medusa subió a su escoba, levitando y disfrutando de aquella sensación que hacia mucho que no experimentaba.

–Sí, volverán a verla –sentenció y tras un chasquido de dedos ambas se elevaron alto.

"¿Y qué hay de ti, Medusa?", pensó Spirit, siguiendo con la mirada la trayectoria de ambas.

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Corría como si la vida se le fuera en ello, no le importaba que a ese punto ya pudiera sentir el corazón latirle a punto de estallarle y de que el aliento le empezaba a fallar. No supo de donde sacó fuerzas para gritarle a fin de hacerle detener y lo consiguió, a pesar de que su voz fue casi un hilo.

El chico de las tres líneas Sanzu se viró y espero a su amiga de pie en medio del pasillo del Shibusen.

–Maka –le dijo a modo de saludo y tratando de sonreír. En tanto la rubia apoyaba ambas manos en sus rodillas y mantenía la cabeza agachada tratando inútilmente de reponerse.

–Quieres… quieres decirme… cómo es que lo permitiste… –alzó el rostro, dejando al descubierto su frente perlada por el sudor y sus mejillas sonrojadas.

Kid apartó la mirada hacia el lado izquierdo, llevando las manos a los bolsillos de los pantalones.

–Las pruebas eran innegables, Maka. Tú misma las viste.

–¿¡Cómo puedes siquiera pensar de esa manera?! –gritó la rubia, tomándolo del cuello de la camisa y desprendiendo la insignia de shinigami.

No hubo respuesta, sólo se pudo escuchar el bailoteo del adorno metálico sobre el suelo.

–No tengo nada más que decir. Fue la decisión de shichue y la respeto –respondió tranquilamente.

–¿Y tú estás de acuerdo con ello? –respondió Maka aún sin soltarlo.

–No –los ojos claros de la chica atisbaron un halo de esperanza –Por lo que sucedió, ellas merecían la muerte.

–¡Eres un idiota! –Maka le empujó y estaba a punto de soltarle un puñetazo, pero Soul la detuvo junto a tiempo.

–Maka tranquilízate –decía su compañero batallando para contenerla.

–¡No puedo tranquilizarme sabiendo que a Chrona la acusaron de algo que no hizo! –la rubia pataleaba tratando de alcanzar al chico muerte –¿Qué no te das cuenta, Kid?

–La que no quiere darse cuenta de la realidad eres tú –habló Liz parándose detrás de su Meister y al mismo tiempo en que Patty se paraba en medio de Maka y el chico, estirando ambos brazos a los lados.

–Déjalo en paz –advirtió Patty. Sus ojos la miraban fijamente. Maka entendió que ellas no dudarían en atacarla si eso era necesario para defenderlo. La hija de Spirit dejó de moverse y Soul aflojó un poco el agarre.

Un silencio y mucha tensión siguieron a esto, hasta que Liz le puso una mano en el hombro a su Técnico.

–Vamos, Kid, es hora de irnos –el chico asintió con un movimiento de su cabeza y dio media vuelta. Patty se les unió rápidamente.

Los músculos de Maka se tensaron de nuevo y con ello el agarre de Soul volvió a hacerse fuerte. Pero entonces Kid se detuvo y dijo algo que obligó a la rubia a quedarse quieta.

–Yo la quería, Maka y fui yo quien la descubrió ¿crees que fue sencillo para mí? –Liz volteó a verlos y sus ojos reflejaban mucha tristeza y aunque la usuaria de guadañas no pudo ver el rostro de Kid, la sola expresión de las hermanas Thompson le dio una idea de la expresión de este.

Maka bajó el rostro y Soul entendió que su Técnico se había tranquilizado, así que la soltó.

–Maka… ¿estás bien? –ella negó con un movimiento de la cabeza para después abrazarse del peliplatinado.

Se sentía frustrada. Ella había prometido a Chrona que le ayudaría, se lo había jurado. Pero después estuvo esa misión a la que Shinigami sama les mandó y cuando regresaron… Cuando regresaron se encontraban con que su amiga había sido juzgada y sentenciada al exilio.

–Chrona es inocente, Soul –dijo entre sollozos.

–Lo sé –le respondió.

–¿Lo crees? –la rubia alzó el rostro.

–Creo en ti. Y si tú estás segura de que Chrona es inocente, entonces también creo en ello. Pero por ahora no podemos hacer nada. Vayamos a casa y ya más tranquilos pensaremos en algo.

Maka asintió y se limitó a seguir a su compañero.

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Kid se encerró en su habitación nada más llegar a la Shikeidai. Ahí, sentado sobre la cama, miraba el suelo, aunque en realidad no le prestaba atención alguna. Sus pensamientos se encontraban centrados en la chica de cabellos rosados.

Flash Back

Kid se removió sobre el colchón y pronto la luz de la Luna que se filtraba por la ventana le hizo despertarse.

¿Chrona? –llamó al verla de pie frente a la ventana y con la cortina recorrida.

P-perdón, te he despertado –dijo la chica soltando la tela sujetada por su mano y avergonzándose por lo ocurrido.

Kid sonrió y se levantó para acercarse hasta donde se encontraba la chica.

No te preocupes ¿No podías dormir? –él le puso las manos sobre los hombros, a lo que ella se sonrojó y agachó el rostro.

Kid volvió a sonreír.

¿Quieres que me vaya a dormir a otra habitación? –preguntó el chico muerte separándose de la pelirosa.

¡No! –el imperativo de la chica sorprendió a Kid y acentuó el sonrojo de ella. Kid ya no pudo evitar reírse.

L-lo siento. Es que yo… yo no sé como lidiar con esto –los dedos de sus manos se enroscaban nerviosamente en la tela de su pijama.

Kid se llenó de ternura infinita para con la chica. Le miró por un instante más antes de ofrecerle la mano.

Entonces vamos a dormir –Chrona dudó por un momento, pero finalmente aceptó la mano ofrecida y le acompañó, acomodándose en el regazo de Kid y al sentir la tibieza de su cuerpo su sonrojo se acentuó todavía más.

Kid por su parte tuvo que aferrarse a la promesa hecha, a saber, que esa noche sólo dormirían juntos. Chorna al parecer todavía no estaba preparada para algo más. Pero teniéndola tan cerca era difícil acatarse a lo dicho. Respiró hondo y, dándole un beso en la cabeza, cerró los ojos para dejarse vencer por el cansancio.

Te quiero, Kid –dijo tímidamente a lo que él la apretó un poco más. Si tan sólo ella hubiera visto la sonrisa con la que él se quedó dormido.

Fin del Flash Back

Kid apretó los puños, porque el recuerdo por sí sólo le era doloroso. Cerró los ojos y se mordió el labio inferior en un intento por acallar un sollozo.

Flash Back

Existe un traidor en Shibusen –había dicho Shinigami–. Te encargo la misión.

Y lo que encontró Kid no sólo fue la verdad sino también el más cruel de los dolores.

Medusa Gorgon ¿cuál era su objetivo tras todos estos actos? –preguntó Sid en el juicio.

Matar al hijo del Shinigami –respondió la rubia mirando fijamente al joven.

¿Y usted declara que Chrona, su hija, estaba ayudándola con ese fin?

Pregúnteselo a ella Medusa sonrió sabiendo la clase de respuesta que su hija daría.

Fin del Flash Back

–¿Por qué? ¿Para que engañarme de esa manera? –se dijo el chico muerte– ¿No hubiera sido más fácil sólo presentarte ante mi y dar pelea?

Pero así no hubiera sido divertido, respondió Chrona cuando se le hizo la misma pregunta.

No lo resistió más. Kid se desplomó emocionalmente, se dejó resbalar por la orilla de la cama hasta que quedó sentado en el suelo y con las piernas flexionadas comenzó a llorar en silencio.

Afuera se encontraba Liz, con una de las manos en el pomo de la puerta y sintiéndose triste por su Meister ¿Y aún así Maka seguía insistiendo en la inocencia de esa bruja? Si solamente bastaba con ver el estado en el que se encontraba Kid para saber la realidad. En su interior Liz sintió que jamás sería capaz de perdonar a Chrona.

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Las puertas crujieron al ser abiertas, dejando al descubierto varias bancas y un altar hasta el fondo. La luz nocturna entraba a través de los vitrales de diferentes colores, bañando el interior.

–Vamos, Chrona, entra –dijo Medusa ya desde adentro.

La chica se lo pensó por un momento más, pero finalmente se decidió a hacerlo. Las puertas de la iglesia se cerraron detrás de ella, robándole un brinco. Chrona se asustó y se aferró a las manijas de las puertas, tratando de abrirlas.

–Es inútil, Chrona. Las puertas sólo se abren por fuera –la pelirosa soltó un quejido.

–Tengo miedo –respondió la del cabello corto, arrinconándose a un lado de la puerta. Las rodillas flexionadas y las manos aferradas a sus propios brazos.

–Tener miedo es bueno. Te mantiene con vida, aunque muchas veces no lo desees –Medusa se sentó en una de las bancas, recargando la mano izquierda en el asiento y echando un poco el cuerpo hacia atrás, con la pierna derecha flexionada; alzó el rostro para ver la bóveda del lugar, en tanto su mano derecha se extendía sobre su cuello y parte de su barbilla.

"¿Verdad, Stein?, pensó la usuaria de las serpientes. "De haber conservado ese miedo tú estarías con vida".

Una pequeña risita la sacó de sus pensamientos. Se enderezó y fijó la vista hacia donde se encontraba Chrona. Sus pupilas se sesgaron.

–El miedo es bueno, me mantiene con vida –escuchó en un tono de voz diferente por parte de Chrona.

La puerta de la iglesia se abrió para dejar entrar a un vagabundo.

–Las puertas de esta iglesia sólo se abren por fuera –dijo Chrona y la risita se dejó escuchar de nuevo…

CONTINUARÁ…

Notas de la autora:

¿Y bien? ¿Qué les pareció el inicio de esta nueva aventura? La idea me surgió después de leer un libro llamado La máquina del miedo, del cual me llamó la atención un pequeño aspecto que es la base de todo esto y no, no tiene nada que ver con la trama de aquel.

¿Por qué Shinigami sama simplemente les habrá perdonado la vida? ¿Podrá Kid recuperarse de lo sucedido? Esto y más en los siguientes capítulos.

Matta au!