HOLAA!!! Bueno, este fue el primer fic que lei en toda mi vida, me lo descargue y ahora quiero compartirlo con todos vosotros.
Advierto, es largo y poco o nada hay de la verdadera Orden del Fenix, asi que creo que se puede disfrutar como otro fic normal sin version veridica.
DISCLAIMER: Por ser, ni siquiera es mío, todo queda entre JK y Mery
HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FÉNIX
Por Mery
CAPITULO PRIMERO: LA LLEGADA
Aquel verano se le hacía a Harry insoportable; tan sólo el consuelo de la llegada de alguna carta de su padrino y sus amigos le alegraba la existencia. Cada vez añoraba más Hogwarts (la escuela de Magia y Hechizería a la que acudía) y todo lo que ello implicaba, pero tenía un presentimiento de que éste, el quinto, sería un año difícil. Además, sentía un algo inexplicable que permanecía aún en su interior y estaba a punto de salir.
Hacía unos días que habían llegado cuatro felicitaciones, junto con cuatro notas por su quinceavo cumpleaños.
Así decía la carta de Hermione Granger, su mejor amiga:
Querido Harry:
¡Felicidades! Espero que estés bien y que estés pasando un verano más o menos llevadero con los Dursley. Estoy pasando las vacaciones en España., es un lugar precioso; me encantan sus playas. Ron ya me contó que no podías ir a su casa por órdenes de Dumbledore. Lo siento. Sabes una cosa, es magnífico, ¡Me han hecho prefecta! Tengo muchísimas ganas de verte. Felicidades Harry.
Besos,
Hermione
Ésta era la carta con la clara letra de Hermione que le había regalado, nada más y nada menos que ACCESORIOS IMPRESCINDIBLES PARA LA SAETA DE FUEGO.
Era el último modelo, había salido a la venta tan sólo hacía unas semanas.
Ron Weasley, su otro mejor amigo, le había escrito una carta mucho más breve.
Hola Harry,
¡Felicidades!. Es una lástima que Dumbledore no te deje venir a casa. ¿Cómo lo llevas? ¿Ya sabes lo de Hermione? ¡ Prefecta! Me alegro mucho por ella. Supongo que nos veremos pronto en King's Cross.
Recuerdos de:
Ron
La mitad de la carta hablaba de Hermione, como en la mayoría de las que le había enviado. La carta de Hagrid le había sido imposible leerla, pues su letra era horrorosamente ilegible.
Sirius le había escrito también, junto con su carta le había enviado unos preciosos mapas del sistema solar que a Harry le vendrían de perlas para Astronomía.
Los Dursley habían pasado por alto su cumpleaños, y él, como siempre, seguía en aquella casa como el hombre invisible. Como no soportaba más aquella situación, decidió marcharse antes y alquilar una habitación en el Caldero Chorreante como había hecho dos años atrás.
En la hora de la cena se armó de valor y dijo:
- Mañana podríais llevarme a Londres -dijo con un murmullo.
- ¡Vaya una faena! ....- exclamó tío Vernon.
Justo iba amenazarlo con el cuento de que su padrino Sirius Black (el que ellos creían que era un asesino) se lo tomaría muy mal, él añadió de mala gana:
-...pero bueno.
Esa noche, Harry durmió plácidamente después de recoger sus cosas y ponerlas en el baúl escolar.
La mañana amaneció calurosa, y en un abrir y cerrar de ojos estaba en el Caldero Chorreante.
Durante esa semana, no tuvo tiempo de aburrirse: paseaba contemplando las tiendas, o bien tomaba un apetitoso helado bajo un toldo de Florean Fortescue, repasando las asignaturas de los años anteriores y empezando a leer de pasada los libros nuevos que parecían bastante difíciles.
Terminó, por suerte a tiempo, el trabajo sobre venenos que el profesor Snape, el menos apreciado por Harry, había mandado para vacaciones. Y entre tanto se acercó el día en que debía tomar el tren para volver a Hogwarts, el 1 de septiembre.
Una vez en el andén 9 y ¾ , entre los 9 y 10 de la estación de King´s Cross, buscó a sus amigos ,y,aunque había crecido y era alto, estaba tan abarrotado de gente que no conseguía encontrarlos.
-Eh. Harry... Aquí- dijo una voz femenina agitando una mano.
Se dirigió hacia allí, eran Ron y Hermione. La verdad es que ella estaba muy cambiada. Estaba muy morena, y la reducción de sus dientes era más evidente que nunca, además su cabello ya no estaba tan enmarañado. Ojalá él hubiera podido decir lo mismo del suyo, que seguía tan rebelde como siempre. Ron había crecido considerablemente y sus pecas, si Harry no se equivocaba, habían aumentado de número.
-¡Harry!- saludó Ron
- ¿ Que tal?- les preguntó.
- Bien, como siempre- contestó él.
-Id subiendo- dijo Hermione mirando su reloj- o el tren os dejará en tierra.
-¿No vienes?- le preguntó Ron
-No. Tengo que estar en el compartimento de los prefectos.- respondió, un poco colorada.
- Ah bueno, pues ve al compartimento ese. -dijo- Se ve que lo prefieres a estar con tus amigos- añadió sarcásticamente.
-¡Ron! - empezó a protestar, pero un chico más mayor le cogió un brazo. Ella giró y dijo al verlo:
- ¡Bryan! ¿Cuándo llegaste? Te estuve buscando. Te presento a Ron Weasley y a Harry Potter.
- Encantado de conoceros- dijo afablemente- deberíamos subir o el tren se irá sin nosotros.
- Nos vemos luego- se despidió Hermione.
Subieron al tren. Ron estaba más rojo que nunca. Harry adivinaba porqué.
-¿Quién era ése?- preguntó serrando los dientes.
-No sé, ya nos lo contará Hermione- dijo Harry despreocupadamente.
Ron estuvo durante todo el viaje hablando sobre lo que le parecía la conducta de Hermione, Harry pensó que ésa debía ser su forma de hacerse pasar los nervios. Pero él estaba absorto pensando en otra cosa, últimamente los objetos se le caían de las manos con mucha facilidad, y le dolían extrañamente las manos. Suponía que debía ser el golpe que aún le duraba de cuando ese verano se había caído de un árbol, huyendo del perro de tía Marge, Ripper.
Pero eso seguía sin ser lo único que le preocupaba, ¿Qué habría pasado con Madame Maxime y Hagrid? ¿Y, quiénes serían la antigua pandilla que había dicho Dumbledore? Pero lo que más vueltas daba en su cabeza era: ¿Para qué, según había dicho Dumledore,tenía que estar preparado Snape? Sumido en estos pensamientos Ron le gritó:
-¡Harry! ¿ Me estás escuchando?
-Claro que sí- contestó sobresaltado.
- Te digo que ese tal Bryan no me gusta.
-Pero si no lo conoces -intentó decir.
-Me da mala espina- finalizó él.
No discutió más con él sobre ese tema y dejó que hablara cuanto quisiera, por suerte no mucho tiempo más, ya que pronto llegaron Neville Longbottom y Seamus Finnigan, compañeros de Gryffindor, con los que pudo conversar sobre Quidditch, el deporte mágico.
-Ya hemos llegado-dijo Neville, de repente.
Todos bajaron del expreso de Hogwarts, y Ron y Harry se reunieron con Hermione, que para colmo, según Ron, estaba hablando con Bryan. Al final Ron consiguió separarlos porque debían ir por cursos. Entonces él sometió a Hermione a un interrogatorio como si hubiera cometido un delito y tuviera que ser llevada a Azkaban.
- Bien, ¿Nos vas a contar quién es ese tal Bryan?- más que preguntándola se lo exigió.
- Ese tal Bryan- repitió con desdeño- es un amigo mío.
- Querrás decir un mero conocido- la corrigió él.
- Te equivocas- dijo triunfante- Conocí a Bryan este verano en un curso de Magia intensivo de un mes en Portsmouth
- ¿¡Y esa es razón para que tus viejos amigos ya no sirvan para nada !? ¡Viva lo nuevo y fuera lo viejo!- gritó enfadadísimo
- Como te atreves...-contestó ella ofendida
- Sólo es un amigo- dijo Harry,comprensivo, intentando creérselo él mismo.
El carruaje frenó y Hermione bajó echa una furia. Se colocó bien la túnica, y moderando su temperamento le dijo a Harry lo más amablemente que su ira le permitió:
-Nos vemos en la sala común.
-Vale- asintió él.
Ella se dirigió con los demás prefectos, y Bryan era uno de ellos. Harry y Ron fueron al castillo para tomar parte en el banquete de principio de curso.
Como cada año, el sombrero seleccionador, distribuyó a los atemorizados alumnos que iban a iniciar su primer curso en sus correspondientes residencias.
Después del ritual Dumbledore se alzó y empezó a decir.
-Queridos alumnos y alumnas, antes de que empecemos este banquete, ah, y os sugiero que probéis el pastel de chocolate de sauce...
-Profesor- dijo la profesora McGonagall dirigiéndole una severa mirada.
-Ah, sí. Como decía -prosiguió- antes de empezar con este banquete debo presentaros a la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Se oyó un gran murmullo por toda la sala. Era la primera vez que una profesora, es decir, una mujer, impartía clases de Defensa Contra las Artes Oscuras. Cuando los murmullos cesaron Dumbledore volvió a tomar la palabra:
-La nueva profesora es la Srita. Nimue Mab.
Una mujer joven, no tendría más de 27 años, se levantó de su silla, y era evidente que fue aplaudida más por su belleza que por otra cosa.
-Y debo anunciaros la llegada de otro profesor, que, en este caso impartirá las clases que por otros asuntos el profesor Snape no podrá dar, el profesor OSullivan será su ayudante. Y ahora a comer. ¡No dejéis ni una miga!
Harry habló con Hermione y Ron, y advirtió que, como muchas otras veces, ellos se habían puesto de acuerdo simultáneamente para no hablar del tema por el que discutían.
La noche transcurrió como la de cualquier primer día de curso. A la mañana siguiente Hermione se fue muy temprano con Bryan. Suerte que Ron todavía estaba durmiendo. Cuando Ron despertó, Hermione ya había vuelto; resultaba que había ido a buscar los horarios que debía repartir. Tenían Cuidado de criaturas mágicas a primera hora, después Herbología, y...
- ¡Oh, No!- exclamó Harry -¡ Dos horas seguidas de Pociones!
- A lo mejor no tenemos a Snape y nos la da el profesor O' Sullivan. -intentó animarlo Hermione.
Hagrid les preparó una clase muy entretenida. Trajo varios duendecillos muy pequeños vestidos con unos atuendos negros con unas pequeñas alitas doradas.
-¿Alguien puede decirme qué son?-pregunt
Hermione levantó rápidamente la mano y, seguidamente, Harry también la levantó.
-¿Sí, Harry?
- Creo que son guzznags- dijo lentamente
- Correcto. Cino puntos para Gryffindor
Hermione bajó la mano medio desanimada medio contenta por ver que alguien había seguido su consejo de empezar a estudiar.
Resultaba que los guzznags eran seres muy revoltosos atraídos por el color blanco. Descendían de una mezcla entre elfos y criaturas del bosque. Siempre llevaban una pequeña cerbatana con la que disparaban un poderoso somnífero. Aunque resultaba ser su primera clase, Hagrid les puso deberes, y además complicados: debían realizar un mapa de los lugares donde habitaban esos bichos, y además traer la composición del somnífero.
Después de terminar la clase de Herbología (con un trabajo sobre las plantas carnívoras) se dirigieron a las mazmorras para la clase de Pociones.
Al entrar encontraron al profesor O'Sullivan sentado en su silla. A la hora exacta empezó a dar clase.
-Bien, alumnos, su profesor me ha informado de que debemos empezar por los venenos y sus antídotos. Así que abran el libro por la página doce.
-¿Alguien sabe que clases de venenos hay?- preguntó.
Ni tan sólo la mano de Hermione se alzó.
-¿Nadie?-volvió a preguntar
Lentamente Hermione levantó la mano insegura. Con un gesto el profesor le indicó que hablara y con otro que dijera su nombre.
-Hermione Granger,profesor.No estoy segura, pero, creo que están los venenos con fines curativos y los venenos prohibidos, que a su vez se dividen en tóxicos a corto y a largo plazo- finalizó.
- Excelente, Srta Granger, merece diez puntos. Por ahora estudiaremos los que tienen fines curativos.
La clase fue difícil de entender pero el profesor explicaba tan bien que no había lugar para las dudas. Tan sólo hubo un pequeño incidente que costó diez puntos a los de Slytherin. Para variar, el profesor les mandó resumir el tema y esquematizarlo. También debían presentar un trabajo en noviembre, acerca de los venenos, lo más detallado posible ¡ Debía ocupar seis rollos de pergamino, como mínimo!
- No sé que les pasa a los profesores- comentó Ron- con tanto trabajo, resumen y esquema ¡ Tan sólo acabamos de empezar!
- Sí, pero este año tenemos unos exámenes muy importantes, los T.I.M.O- dijo comprensiva Hermione
-Pero seis rollos de pergamino es excesivo- declaró Ron.
- En eso estoy de acuerdo- dijo Harry - Este verano me temía el aumento de trabajo.
-¡Ahí va! -exclamó Hermione desesperada, mirando el reloj- Llegaré tarde a Aritmancia. Adiós.
Ron se puso a jugar al ajedrez con un contrincante imaginario pues Harry no había aceptado jugar una partida con el montón de trabajo que tenía, además, esa tarde perdería dos horas, pues empezaban los entrenamientos de quidditch.
Harry y Ron comieron juntos, pronto tenían Adivinación y de camino a la torre norte se encontró con Hermione y Bryan hablando acaloradamente.
En Adivinación debían aprender a echar las cartas del tarot, pero acabaron jugando una partida de poker. Al salir, Harry corrió al campo de Quidditch; allí estaba todo su equipo, excepto el antiguo capitán y guardián, que había terminado el año pasado. Entró como guardián un chico llamado Gilbert Andrews, Ron también se había presentado pero tan sólo Harry apoyaba su entrada en el equipo. Después por mayoría total se decidió que Harry sería el nuevo capitán.
Después del entrenamiento, que fue agotador, Harry intentó consolar a Ron, pero al ver que no conseguía nada se puso a terminar el trabajo. Hermione, Ron y Harry tomaron una cena ligera. Después Harry empezó a trabar un poco de amistad con Bryan que era un chico bastante simpático, inteligente con el que se podía hablar sin aburrirse, sin embargo Harry sintió algo de celos porque Hermione prefería su compañía a la suya. Él sabía que eso no era cierto del todo, pues pasaba más tiempo con Bryan porque al ser prefectos tenían mucho de que hablar.
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Fin del capitulo Uno. A Mery le gustaria recibir muchos reviews y a mi tambien, que me he tomado la molestia ;).
