¡Hola

¡Hola! ¿Cómo están? … Bueno les dejo el primer capítulo de esta nueva historia que pretendo continuar. Tal vez piensen que este primer capítulo es muy "normal", pero prometo que la acción viene de a poco… Espero que les guste, y please déjenme sus Reviews, me interesa saber su opinión ) .

Victim of a Foolish Heart

Capítulo 1.

Después de aquél día, su vida tomó un rumbo diferente, ni siquiera Dabura hubiera podido predecir lo que el destino tenía guardado para ella. Quién hubiera pensado que ella: una chica poco femenina, con el carácter fuerte, un toque infantil y poseedora de una fuerza extraordinaria promovida por la sangre de su abuelo; terminaría convirtiéndose en toda una jovencita y luego una mujer. La vida le dio sorpresas, y una de las más grandes fue descubrir que estaba enamorada de su amigo, quién le llevaba 11 años de diferencia; y luego saber que dicho amigo también sentía una emoción fuerte hacia ella.

Así se dieron las cosas, y ella no podría haber estado más feliz. Al principio les había costado presentarse a su familia como la nueva pareja, después de todo ellos eran como familia, eran como hermanos o primos. Pero por suerte ningún lazo de sangre los unía, solo el hecho de que se amaban mutuamente. Era una relación fructuosa, y además su más valioso secreto podía ser demostrado a todo esplendor ya que ellos poseían las mismas cualidades.

Durante el noviazgo las cosas eran las mismas que en cualquier relación, solo que para ellos no. Sentían que nunca antes habían sentido una emoción igual a esa, estaban seriamente enamorados por primera vez. Ella había tenido sus noviecitos pero digamos que siempre esos pequeños romances se acababan cuando los chicos descubrían su fuerza. Y él, había sido todo un galán, las chicas siempre lo rodeaban y no tenía problemas en encontrar compañía, pero eso no era lo suyo, él necesitaba a una mujer que lo quisiera por ser él mismo, no por su dinero ni su fama. Por suerte ambos encontraron lo que tanto habían buscado en el sexo opuesto.

Un día, después de cinco meses de noviazgo, él le propuso matrimonio. Ese momento había sido inolvidable; en una isla, con la luz de la luna alumbrando sus preciosos ojos celestes, y su típica sonrisa mientras sostenía una pequeña cajita de terciopelo negro, arrodillado con una sola pierna. Obviamente ella respondió 'Si, sí quiero'.

Nunca hubieran imaginado que esto les pasaría, nunca pensaron en enamorarse el uno del otro tan así. Años atrás pensaban en que uno era un hombre aburrido que solo servía para arreglar cosas que tuvieran que ver con tecnología, y otra que era una niña irresponsable, arriesgada y con un temperamento peor al que de su abuela. Ahora ya estaban casados, hacía un año recién, y hoy era el aniversario.

Pan estaba sentada en el sofá mientras sostenía en una mano una lapicera, en su otra mano el teléfono, y en su regazo un cuaderno.

"Bra, sabes bien que mi tío Goten es así, tienes que acostumbrarte mira de quién es hijo, además lo amas porque es así o ¿no?" Otra vez lo mismo, Bra llamándola para contarle la vergüenza que le hizo pasar su tío en un restaurante. Lo más gracioso era que si Goten se quedaba callado o tratando de comportarse como una persona normal, Bra le hacía un escándalo o incluso peor… una escena de celos. Eran totalmente una pareja dispareja, pero todos sabían que se amaban, y que esas contradicciones en sus carácteres los hacían incluso una mejor pareja.

"Bueno, creo que debo irme, todavía no preparé la cena y solo me quedan 3 horas… Está bien, adiós" Sacó el inalámbrico de su oreja y presionó el botón para apagarlo y luego tirarlo en un costado del sofá.

Se levantó y se dirigió hacia su habitación para tomar un abrigo. Luego bajó por las escaleras y se puso los zapatos que reposaban en la entrada de su casa. En estos momentos deseaba tanto poder hacer la tele transportación, le ahorraría mucho trabajo. Vagamente se calzó bien sus zapatos y abrió la puerta para salir volando hacia la metrópolis. Por lo menos era un alivio que sabía volar.

Mientras Pan iba de compras, en la metrópolis de la capital del oeste se encontraba Trunks en la oficina de la empresa.

Paró de firmar unos documentos y recostó toda su espalda en la silla, se sacó los anteojos para dejarlos sobre el escritorio y vagamente subió la manga de su saco para fijarse la hora en su reloj de muñeca.

"3 horas…" dijo para sí mismo. Estaba tan cansado que no veía la hora de salir de la oficina y quedarse en su casa con su amada esposa.

Sonrió. Pensar en ella siempre le sacaba la mejor de sus sonrisas. Comenzó a imaginarse las posibles caras que habrá puesto cuando le envió las flores y los bombones mientras ella estaba en casa. Imaginó su sonrisa y sus ojos brillosos tomando entre sus brazos las rosas rojas y contorsionándose para tomar la cajita de bombones y tratar de firmar los papeles de entrega. Sonrió otra vez, a veces era tan despistada. Suspiró, deseaba tanto poder haber pasado todo el día a su lado, celebrando su primer aniversario de casados, pero no. Lamentablemente era el jefe de una empresa multimillonaria y debía ocuparse de todo. No se quejaba de su trabajo, ya que tenía que ver con tecnología y esas cosas, y a él le encantaba todo eso. Pero a veces deseaba poder pasar más tiempo en su casa, además muy pronto tendría que ser padre y debía estar con Pan más tiempo. Sería más fácil si pudiera hacer la tele transportación. Quién no querría poder hacerla.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por su secretaria que entraba por la puerta principal cargando una montaña de carpetas.

"Señor Briefs, debe firmar estos proyectos cuanto antes, se los dejo aquí" La joven se acercó al escritorio y dejó las carpetas en frente de su jefe tapándolo por completo.

Trunks no alcanzó a decir nada, su rostro lo decía todo. Esas carpetas significaban más trabajo y menos descanso. Pasó su mano a través de su cabello y con disgusto volvió a ponerse los anteojos; tomó la lapicera y comenzó a leer.

Aterrizó en la parte delantera de su hogar, con sus manos llenas de bolsas. Caminó hacia la puerta y la abrió como pudo. Dejó sus zapatos, y caminó descalza sobre el piso de madera hacia la cocina.

Dejó las bolsas en la mesada y se recogió el pelo.

"Muy bien, es hora de preparar todo" Con eso dicho empezó a desempacar las bolsas llenas de víveres para preparar la cena que tenía planeada hacerle a Trunks.

Las horas habían pasado rápido, y ya era hora de salir de ese lugar. Quería llegar lo antes posible así que abrió la ventana y salió volando del lugar en plena noche. Eran las 8 p.m. y podía ver como las luces de la ciudad comenzaban a encenderse. Pronto comenzó a ver bosques y profundizó la velocidad. Su casa se hallaba entre uno de esos valles, era una mansión con todos los lujos al igual que la casa de sus padres, solo que más pequeña.

Vio su casa y aterrizó. Caminó hacia la puerta y la abrió. Se sorprendió al ver todo oscuro así que hizo lo que se le ocurrió.

"¡Pan! Ya llegué…" Comenzó a caminar, estaba oscuro pero algo podía ver. Estando en el living pudo ver que por la puerta corrediza que daba al comedor había un pequeño resplandor, como si fuera el resplandor de una vela.

Caminó y abrió la puerta de par en par. Y allí vio lo que lo esperaba.

La mesa lista, con candelabros, la comida hecha y alrededor pétalos rojos cubriendo los huecos vacíos que quedaban. Pero faltaba algo.

"Pan…" Fue lo último que dijo, y ella salió detrás de él para abrazarlo por la cintura y reposar su mentón en su hombro.

"¿sorprendido?" Sus manos recorriendo el abdomen de su marido, sintiendo con sus dedos su físico en prefecto estado.

Trunks se dio vuelta y la abrazó por su cintura. La observó bien, tenía un vestido rojo que hacía resaltar su cabello moreno, su tez blanca y sus incomparables ojos oscuros, esos que lo cautivaban a cada instante.

Se agachó un poco y le dio un beso como respuesta. Ella se separó del beso y lo llevó para que se sentara. Luego se dio vuelta y se dirigió a su lugar.

"¿Recibiste mis regalos?" Preguntó con una sonrisa al saber cuál seria la respuesta. Su sonrojo.

Ella lo miró y se sonrojó. No pudo evitar recordarse tratando de agarrar todo por la emoción y al mismo tiempo tratar de firmar los papeles de entrega.

"Sí, hermosos, gracias…" Y así comenzaron a comer y hablar.

Ya habían terminado de cenar y ahora Pan se sentaba en su regazo, mientras lo abrazaba con un solo brazo por detrás de cuello, y él la sostenía de su cintura.

Una vez más se besaron, y el clima comenzaba a surgir.

"No crea que la velada terminó Sr. Briefs…" Susurró en su oído, mientras sonreía provocativamente.

"¿Ah, no? Y que falta todavía Señora Briefs...?"

Pan se levantó delicadamente, y tomó su mano para conducirlo directo a su habitación.

Trunks en respuesta sonrió, y se dejó llevar por su amada. Pero cuando estaban por subir las escaleras, no aguantó el impulso y la cargó estilo novia todo el camino restante.

El día se asomaba por el ventanal de la habitación, reflejando los cuerpos de dos enamorados apenas cubiertos por las sábanas. Ambos abrazados y completamente desnudos. La noche había sido agitada, y por suerte ninguno de los dos necesitaba controlar su poder, podían dejarse llevar sin lastimar al otro.

Con el cantar de los pájaros, Pan comenzó a despertarse y abrir los ojos lentamente. Parpadeó y finalmente abrió los ojos por completo dejando salir de su boca un bostezo. Vio que su cuerpo estaba un poco sobre su marido y no pudo evitar sonreír y abrazarse más fuerte a él. Luego recordó que debía ir a C.C. ya que vegeta la estaría esperando para entrenar.

Sí, a entrenar. Aunque hasta a ella misma le costaba asimilarlo Vegeta había aceptado entrenar con ella, al principio había sido difícil porque digamos que sus temperamentos pueden llegar a asimilarse al igual que su orgullo saiyajin; pero con el tiempo ambos comenzaron a respetarse. Él se había ganado su confianza y había demostrado ser un poco 'humano' después de todo, pero solo con ella. Y Pan se había ganado el orgullo de ser aceptada como el mejor partido para su hijo, y que a pesar de ser solo ¼ saiyajin tenía más agallas y ánimos de pelea que los propios herederos al trono de su raza.

Tratando de no despertar a Trunks se levantó de la cama y se puso su camisón, el cual estaba apoyado en la silla del tocador. Pero Trunks ante el movimiento de la cama se despertó todavía algo somnoliento.

"Pan, ¿a dónde vas?..." sus dedos refregando sus ojos, tratando de quitar el sueño. Ella se acercó hacia el borde de la cama y se sentó a su lado mientras acariciaba su rostro.

"Tengo que ir a entrenar con tu padre, ¿no lo recuerdas?" Por tanto que le costaba dejar a su esposo solo, debía entrenar, necesitaba entrenar, su sangre se lo pedía.

Trunks se sentó y acomodó sus brazos en la cintura de Pan. Reposando su cabeza en su pecho. Sintiendo el dulce aroma característico de su piel, ese aroma que no cambiaría por nada en el mundo y que estaría dispuesto a todo solo por sentirlo.

Pan lo abrazó también, ese gesto era típico. Tal vez tendría una afición por sus pechos, pero era algo que siempre hacía y no le molestaba. Se sentía amada.

Bajó la cabeza y besó su revuelto cabello color lavanda. A veces se preguntaba cómo serían sus futuros hijos. Si tendrían el cabello de su padre, o el de ella. Le encantaba fantasear con el aspecto de su futuro hijo o hija. Le gustaba imaginar poder sentir entre sus brazos el fruto de tanto amor, algo que compartirían sin importar lo que pasara, algo que era de los dos.

"Debo darme una ducha…" Se separó del abrazo y se levantó.

Trunks observaba sentado en la cama, como su esposa caminaba hacia el baño privado y mientras se sacaba el camisón. Su cuerpo era perfecto, una figura pequeña pero potente, podía ver como la línea de su espalda se arqueaba tratando de quitarse el fino vestido de seda.

Definitivamente se sentía el hombre más afortunado, y pelearía con toda su fuerza si alguien llegara a arrebatársela. Pero también eso sería imposible, porque sabía que ella sentía el mismo amor que él sentía… O eso creía.

Con una sonrisa en su rostro, al escuchar el sonido del agua, se levantó y se dirigió a la ducha con Pan.

N/A: Espero actualizar rápido… Y una vez más, dejen sus opiniones…. )