Baladí

¿Qué es este precipicio? ¿Cuál es la razón por la que lo siento cerca? No es que me duela, es que siempre está en mi ese pequeño rastro de esperanza afilada a mi conveniencia, sin querer ver la realidad ante mí, y aun peor, ante todos. Cualquiera puede decirlo. Lo suyo es una cuestión baladí.

Piensas, piensas en la situación humillante en la que has caído, no deberías hacerlo, ahorita mismo dos de tus pacientes necesitan tu ayuda, pero como tonta a cada instante lo piensas, eh intentas que por lo menos se disimule que tienes la cabeza en la situación del paciente.

- Creo que lo mejor sería que investigara su análisis más a fondo- Suenas lo mas convincente que puedes – Que le parece si regresa mañana? Intentare tener diferentes resultados – Le reglas una sonrisa y así se marcha.

Lo cierto es que, en estos precisos momentos no tienes la cabeza para estar salvando vidas, agradeces que solo falten 10 minutos para tu salida. Así que comienzas a arreglar tus cosas para partir hacia tu hogar. Con cierta alegría te despides de tus compañeros de trabajo, entre ellos a tu mejor amiga, que con sinceridad te dice que te cuides. Le contestas lo que siempre por costumbre, no te inmutaste en tomarte enserio las palabras, pero que mas daba, querías llegar a tu hogar para dormir y dejar de pensar, para relajarte, y echar cabeza de una vez a tu trabajo.

¿Cuándo fue que tu plan se vio frustrado? Cuando al salir ahí lo viste, sentado al borde de la banca que hay justo enfrente, con las piernas abiertas, encorvado con los antebrazos reposando en los muslos y la cabeza gacha. Ante esa postura, supiste que ya tenía rato esperándote, no evitaste soltar una risilla y sorprenderte ante la molestia que se habrá tomado al esperarte.

En cuanto te sintió, levanto la cabeza, taladrándote con su mirada azabache, se levanto y se dirigió hacia ti, tu también caminaste hasta el. Se detuvieron a cierta distancia, solo se miraron, pero viste en sus ojos el deseo, maldito Uchiha, ni siquiera te miraba a los ojos, te estaba mirando los labios, lo supiste de inmediato, quería follar contigo otra vez, eso te excitó, ya estabas mojada, podías sentirlo en tus bragas, también querías follar, así que solo faltaba la pregunta clave.

- En tu departamento ó en el mío?-

-Hmp – tras su contestación, estiro de tu mano para jalarte a un rincón oscuro, la noche logro que todo se viera sumido en sombras, y la calle estaba tan desértica, que nadie lograría verlos, para besarte, te estaba besando, moviendo los labio con fiereza contra los tuyos, abriendo paso entre tus labios con su lengua para poder entrar. Tu pasaste los brazos detrás de su cuello, aferrándote a su espalda ancha y dura, el rodeo tu cintura con sus manos, apegando más hacia tu cadera y notaste su erección.

Se separaron por la falta de oxigeno, ambos sabían que no podían pasar a mayores, no en el lugar en el que se encontraban, así que antes de que te volviera a besar y perdieras la poca cordura que te quedaba le dijiste.

- En tu apartamento entonces.-

Se separo de ti y comenzó a andar, tu le seguías atrás y a los pocos minutos ya se encontraban en la puertas de su edificio. Siempre te ah gustado su apartamento, elegante y refinado, parecido a él, así que cada vez que se te da la oportunidad de escoger, escoges el suyo, ya que la mayoría de las veces, te arrastra a cualquier parte devorante los labios, o simplemente cundo llegas a tu hogar, el ya esta ahí, esperando que entres por esa puerta para avalarse sobre ti.

Cuando pasas esa gran puerta de cristal hacía la recepción, te das cuenta del porque quizás no deberías estar ahí, la recepcionista te mira con mala cara, y tu solo sientes remordimiento, hasta ella sabia de lo suyo, sabia que no era una relación sana ni mucho menos agradable, que era una relación de solo follar, sin compromisos, sin sentimientos, solo estaba la necesidad de satisfacer necesidades sexuales, y lo peor de todo, es que solo uno de los dos tenia que satisfacerlas. Y no eras tu. Tú eres solo su juguete sexual, como su puta personal y nada más.

No sabes porque a pesar de saber esto, no eres capaz de regresar sobre tus pasos y salir corriendo, no sabes porque a cambio de eso, estas entrando al elevador detrás de el, no sabes porque mierdas estas correspondiendo a su excitante e inexpresivo beso al momento en el que se cierran las puertas del elevador.

Quieres decirle a tu consciencia que se calle de una maldita vez, que ya sabes que toda esta mierda esta mal. Pero al momento en el que te besa, esa oración de mierda puede irse al demonio, solo para ayudarte en el cometido de entregarte a el cuantas veces le plazca. Ahora ya no sabes si solo es él el que satisface necesidades.

Se separa de ti y solo se miran unos instantes, el sale del ascensor, después tu. Su apartamento es con total sentido, inmaculadamente elegante; aparte de su gran tamaño, esta perfectamente diseñado y con pocos muebles, muy adecuado a el, piensas en cuanto se formula en tu cabeza.

Ya no te dio tiempo de juzgar más, pues sientes como tras dejarte pasar, azotó la puerta y los 10 pasos que diste, fueron superados por su gran velocidad, sujetándote desde atrás, apretando su ya grande erección contra tus nalgas, gemiste al instante, ahora son sus labios los que devoran tu cuello, descendiendo desde la clavícula hasta detrás de tu oreja, una descarga eléctrica te recorrió desde los talones hasta los bellos de la nuca. Levantó tu blusa hasta el cuello, buscando tus pechos, apretandolos hacia arriba con ambas manos empujando aun mas hacia atrás, sientes su duro pecho contra tu espalda y sus abdominales contra tu baja espalda. Sus labios torturan tu cuello y sus manos pasaron de estar en tus senos a tu intimidad, recorriendo tu abdomen en el descenso con sus manos, llegando arrasando con sus firmes dedos por sobre la ropa.

En un impulso desesperado, te giraste sobre sus brazos y desesperadamente lo besas con frenesí, el quiere comenzar a caminar, pero el primer paso se vio torpe, pues tu te aferras a la tarea de besarlo con desespero, notas por sobre tus labios, su sínica media sonrisa, se esta riendo de ti, de tu ansias necesitándolo, elevas tus manos hasta su cuello, enredando tus dedos en su hermoso cabello, te levanta de las nalgas y tu gruñes ante la brusquedad, comienza a caminar al tiempo que tu enredas las piernas en su cadera, de pronto sientes la suavidad del edredón en tu espalda, te ah dejado caer ala cama, mientras el se ah desabrochado el pantalón y bajado lo suficiente para notar su erección. Se tumba arriba de ti apoyando los brazos en la cama y separandote las piernas con su rodilla. Tu son poder resistir mucho mas, le alcanzas los labios y pasas las manos por su nuca. El se voltea junto contigo y ahora eres tu la que esta encima besándolo, bajando por su cuello, lo sientes erguirse y gruñe en cuanto clavas levemente los dientes en su yugular; sus fugases manos ya se hayan levantando la falda sobando tus nalgas, la otra ah alcanzado la blusa subiéndola hasta el sujetador, tu intimidad roza su erección y los dos gruñen al instante. Ya sin poder aguantar mucho tiempo más, el hace a un lado ropa interior, libera su ya erecto pene, y te penetra, sin delicadeza alguna, tu incluso abriste la boca y cerraste los ojos de golpe ante la brusquedad. y comienza a moverse, el dolor pasa a ser desquiciaste de placer rápidamente, mientras te penetra, tu mueves las caderas para que sea mas profunda. Si antes estabas apoyando tu peso entre los brazos, no sabes en que momento te dejaste caer en su pecho embriagada por el placer, el solo te empuja las caderas para lograr la penetración. Ya estas a punto de llegar, el acelera las embestidas y tu estas haciendo un intento sobre humano por no gritar. Llegan juntos al clímax, lo sientes correrse en ti interior al momento que gruñe. Se quedan así un momento, recuperando el aire.

Estas con los ojos cerrados tumbada en su pecho, escuchando los latidos de su corazón acompasarse. Tienes la sensación de que te gustaría estar así siempre, pero de pronto tras removerte un poco notas que aun traen la ropa puesta, que no se la quitaron para follar. Y ahí caes otra vez en la cuenta. Siempre es rápido cuando ocurre en su apartamento.

Notas como te aparta para levantarse y como comienza arreglarse las ropas cuando ya esta de pie; tu solo te limitas a verlo sentada en la cama.

Se encamina hacia la cocina, y te sorprendes de que no te haya pedido que te marches.

No sabes como debes actuar. No sabes si seguirle o quedarte ahí. Optas por quedarte ahí sentada acomodando también tu ropa y removiendo tus dedos con nervio.

Tras un par de minutos, regresa con un vaso de agua cristalino en los labios bebiendo el contenido de golpe.

Se queda ahí, viéndote desde arriba, y tu no sabes que hacer ante esa mirada que te esta comiendo.

Tienes que salir de ese transe, así que sin más dices.

- Ya me voy- quisiste que tu voz sonara firme, en verdad que lo intentaste. - Tú tendrás cosas que hacer- no sabes porque de pronto tratas de mejorar tu argumento.

Pasaron otros minutos mirándote ahí apoyado en la pared sin decir nada.

Prácticamente saltaste de la cama y pasaste junto de el aspirando su aroma embriagante. El camino se vio despejado hacia la puerta, sin pensarlo más, tomaste la decisión de salir de ahí.

Estúpidamente tenías la esperanza de que te detuviera, pero tocaste la manija de la puerta y no lo hizo, ni lo haría y ya sabias la razón.

El no te quería, tu solo le agradabas para una cosa: follar. Y así ah sido siempre, nunca te ah demostrado nada, desde que ah empezado esta relación de solo tener sexo, es lo más cerca que has estado de el, y aun así no lo has oído hablar mas de lo necesario. Vaya, si que te sientes una mierda, no sabes porque siempre optas ese puto estado de animo cuando sus travesuras terminan. Quizás por que lo amas, y esto significa algo mas para ti, y te lastima saber que para esos ojos negros no eres más que un objeto.

El miedo empieza a inundar tu interior cuando al salir por las puertas del edificio, todo esta negro, iluminada escasamente por los rayos de la luna, todo esta desértico, comprobando tu teoría de que ya debe de ser realmente tarde.

Realmente esperas que puedas encontrar un taxi para volver a casa.


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Espero que les guste. Comenten para animarme a subir el segundo capítulo.

xoxo