Hola gente!

Dios que me ha tomado tiempo escribir esto, pero es que simplemente, mi mente está a mil por hora. Es mas, no parece querer parar, asi que probablemente no lo haga.

Este fic tiene también propositos de investigación. ¿Me siguen? Tratemos de hacer un experimento: Voy a probar la clásica movida de poner Ost en ciertas partes de la historia. Si me ayudan a experimentar con esto, simplemente, cuando el texto lo pida, busquen en Youtube la canción fijada y pongan el primer vídeo que aparezca. Normalmente es el de la canción.

Luego, traten de imaginar lo que están leyendo mientras escuchan la música de fondo. Luego, díganme que les pareció. Se que esto no es lo mas original del mundo, pero quiero opiniones directas sobre la situación (Me servirían mas de lo que se pueden imaginar, si me hicieran el favor :D )

Les agradezco mucho, muy mucho a quienes me siguen. Prometo no decepcionarlos, y poner esfuerzo en mis otras historias, que ya merecen una actualización bastante importante.

Sin mas que decir, no los entretendré mas.

SALTEMOS A LA HISTORIA!


PD: Este es un fic que sigue como continuación de un oneshot llamada "Jaune Arc: It has to be this way", en la cual narran el "Incidente" de Nathan Meller en detalle. No hace falta leerlo para saber de que va la historia, pero si para agregarle sentido, y no transformar este en un fic mas de como Jaune empieza siendo un superhéroe incomprendido.

Hay mas historia detrás de eso :D


Capítulo 1: En frente del cambio.

Estaba cansado.

Sus hombros dolían. Dolían mucho, y sus piernas, tanto por los golpes, como por el esfuerzo desmesurado para moverse con tal peso encima, daban señales de no querer seguir trabajando.

Pero estaba bien, después de todo, había logrado mas de lo que pensó que lograría alguna vez.

Incluso Glynda Goodwich, la bella asistente del director de la academia, le miraba con ojos sorprendidos tras sus anteojos redondos.

No hacía mucho, ese muchacho torpe había ingresado a la escuela con mucha suerte de sobrevivir el día a día.

Y si bien mucho no había cambiado su torpeza, su tonto intento de darse una imagen confiada, y su no muy gran capacidad perceptiva...

Estaba mejorando enormemente en el combate.

¿Por que?

Quizá por que empezó a perder miedo al dolor. Esa era la explicación mas lógica.

Las clases de combate estaban preparadas para formarse en duelos. Luchas uno a uno para demostrar y comparar habilidades, mejorando gracias a una mirada objetiva del resto del alumnado, y de ella misma.

Sin embargo, pese a eso, el voluntario para la demostración siempre podía pedir por su rival...

O rivales.

No era algo poco común, claro. Ciertos estudiantes "Superdotados" en el arte del combate eran probados contra varios contrincantes a la vez.

Pero Jaune Arc no era ni de cerca un luchador digno del adjetivo "Superdotado". Y sin embargo...

Desde el incidente de Meller, las cosas habían cambiado...

El muchacho simplemente había comenzado a tomar casi todos los combates que podía cuando pedían voluntarios en la clase, y siempre, a petición del voluntario, en contra de todo un equipo.

Y no un equipo aleatorio formado de estudiantes que no se conocieran en el campo de combate, si no equipos coordinados, y preparados para actuar en conjunto...

El sol contra cuatro, tantas veces... las derrotas eran desastrosas, por no decir humillantes.

Y sin embargo, lo repetía. Una y otra vez. Contra varios equipos distintos, en distintas ocasiones.

Fuera de clases la gente lo evitaba, a causa del incidente de hacía un par de semanas, pero el muchacho no dejaba de entrenar.

A veces, encontraba alguien con quien practicar el combate, y luego de perder, ganar o simplemente aprender, seguía entrenando solo.

Una determinación, acaso discreta, se veía en su accionar. Y era evidente que eso, luego de un tiempo, comenzaría a dar frutos...

En el campo de combate, Glynda observaba a Jaune Arc, el joven rubio, cansado y con la guardia baja, jadeando...

Y de la misma forma, se encontraba todo el equipo rival, llamado RWBY. Jadeando y cansadas todas...

Claro que Jaune Arc había perdido. No tenía manera de ganar contra cuatro contrincantes organizados en un eficiente equipo...

Sin embargo, había arañado el resultado con bastante fuerza. Era algo remarcable.

La auto exigencia daba sus frutos.

Sin embargo, era todo un desafío a como debían hacerse las cosas en Beacon, y si un torpe como Jaune demostraba posible, aunque fuese con mucho trabajo, el derrotar a un grupo tan formidable como el de RWBY, quizá mas personas le siguieran en sus ideas.

No un riesgo que ella quisiera correr. Así lo pensó Glynda.

- Como todos ven, el resultado sigue siendo el mismo – Indicó, con la planilla de notas en sus manos y su escéptica mirada tras el vidrio de los anteojos, mientras la pequeña capa negra le ondeaba en su espalda – Si bien el señor Arc ha demostrado su mejora en sus habilidades combativas en estos últimos días, no importa la fuerza del oponente, el resultado de un solo contrincante contra un grupo organizado como el de RWBY es inevitable. Quizá si el señor Arc decidiese invitar a su grupo con el a la batalla, la cosas se desarrollarían de manera distinta.

El muchacho simplemente dejó que sus cuerpo temblara, mientras se sacudía hielo de los hombros. El combate había sido duro, y en el se habían visto disparos, choque de metal, e incluso el uso de elementos en su estado mas primitivo y hostil.

- Piénselo bien la próxima vez señor Arc. ¿Algún otro voluntario?

Mientras la asistente perdía interés en el, el rubio simplemente llenó sus pulmones de aire en abundancia, y luego enfundó su espada en la cintura...

Una espada familiar, con extrañas facultades, cuyo filo se mantuvo en condiciones espectaculares durante varias generaciones en su familia. La Crocea Mors...

Para luego, usar sus dos brazos para levantar el enorme arma que había adquirido hacía un tiempo ya.

Un hacha enorme, con el filo del tamaño de su torso y, fundido con metal y gran habilidad, la imagen del cráneo de un carnero en su contrafilo.

Bajando hasta llegar al mango, habían varios remaches de metal hábilmente colocados, dando paso a un cómodo preparado de cuero formando el lugar de agarre del arma.

En la parte de atrás del enorme hacha , había un par de propulsores similares a los caños de escape de una motocicleta.

La "Bloodtrocuted". Una adquisición de la cual estaba muy orgulloso, aunque no tanto del "Como" la había obtenido.

La segunda arma era tan grande que debía llevarla con la dos manos, arrastrando, o sobre los hombros. Y así era como la cargaba ahora.

- Algo mas, señor Arc – Indicó la asistente del director, mientras devolvía su atención hacia el de una forma mas personal, sin hablar a todo el alumnado – Últimamente ha llevado su … "Adquisición" a todos lados. Eso no hará bien ni a sus hombros ni a su espalda. Trate de posicionar esa propiedad en un lugar fijo.

- No creo que esto entre en ningún locker – Resopló el muchacho en respuesta, llevando el semejante objeto en los hombros.

La asistente cerró los ojos profundamente, como sopesando una idea. Luego los volvió a abrir, con una certeza abrumadora – Podemos ofrecerle un espacio libre. Quizá, una habitación que se desocupó hace poco. Creo que sabe a cual me refiero ¿Verdad?

Jaune ocultó su vista enturbiada tras sus rubios cabellos. Si, lo sabía. Lo sabía y lo odiaba.

Odiaba recordar eso. El cuarto desocupado...

Pero los alumnos le evitaban, los empleados, reconstruyendo el desastre, se lo recordaban, y la habitación desocupada que nadie había querido ocupar en mucho tiempo era simplemente una prueba de lo que había ocurrido.

La única habitación en Beacon preparada para una sola persona.

- No quisiera incomodar...- Sonrió con incomodidad el muchacho.

- No es posible que incomode mas de lo que ya ha incomodado, señor Arc – Afirmó la asistente con frialdad, ganándose una discreta mirada de odio por parte de su escucha – Pero quizá pueda, así, dejar de concentrarse tanto en el combate, y observar los errores que está cometiendo como líder de un grupo. Es todo, señor Arc.

El muchacho resopló mientras abandonaba el escenario, distrayendo su mirada de la asistente del director.

Mientras tanto, del otro lado, el equipo RWBY estaba retirándose por su cuenta.

Yang, una muchacha rubia vestida de forma extravagante y con un tema unitario en su ropa el cual era el color amarillo, fue la primera en hablar mediante jadeos – !Rayos¡ El chico vómito... estuvo duro como... piedra...

- Mas que dureza, fue perseverancia – Indicó Blake, una chica de cabellos negros y vestida de negro y blanco, también de forma extravagante. Un moño oscuro cubría su cabeza – Jaune se resistió a rendirse en varias situaciones en que debería haberse declarado perdido. Aguantó mas, es todo.

- Sigue siendo el mismo bufón arrogante de siempre – Dijo una voz... pero la voz no pertenecía a Weiss, la chica vestida de blanco, super refinada y educada, como todos esperaban. Para sorpresa de todos, venía de la líder de grupo.

Ruby Rose, joven y talentosa luchadora, vestida de negro con una caperuza roja - Y ahora se cree con derecho a luchar sin equipo. El día de mañana se va a encontrar vomitando solo por ahí...

Un silencio incómodo se sucedió a esas palabras mientras pasaban por los pasillos. La líder del grupo hacía poco que tenía estos arranques de enojo frente al muchacho, o a su mención.

Desde hacía unos días, luego de una llamada por parte del director Ozpin hacia Jaune y Ruby para hablar en privado.

Algo de esa conversación había transformado a la chica en un manojo de enojados nervios cuando se trataba de Jaune.

Así que, como siempre, Yang acudió a su recurso de distracción: Desesperar a su hermanita - !Hey¡ ¿Alguna a estudiado para los exámenes del fin de semana?

- !Los exámenes del profesor Port¡ !Y aun no empecé a leer¡ - Con una inmensa rapidez,, la muchacha de rojo salió disparada, dejando varios pétalos rosas en el aire.

- Eso fue muy bajo de tu parte – Sonrió Weiss, encantada de no tener a su líder cerca. No era que la odiara. En el fondo, su líder le parecía una buena persona, pero era, simplemente, demasiado chica. Un tiempo sin ella no era buscado, pero era agradecido – Aunque es bueno saber que tenemos una forma de hacer que Ruby estudie como se debe. Todo el día leyendo revistas de armas, jugando juegos de mesa o leyendo historietas de cazadores no le ayudará en nada a subir sus calificaciones.

La conversación siguió tomando esos rumbos, hasta que Blake, callada y taciturna, decidió interrumpirlas – Hoy es el día en que tomamos el siguiente turno de exploración en la ciudad ¿No?

Sus dos compañeras la miraron apreciativa mente. Luego resoplaron – Estuvimos hablando, Blake. Aceptamos hacer esto extracurricular mente, incluso poniendo en peligro nuestra permanencia en Beacon, pero no vamos a seguir haciéndolo si no duermes como se debe – Weiss parecía decidida en sus palabras, y el silencio de Yang, sumado a su mirada de preocupación, denotaban la realidad de la sentencia.

- No tengo tiempo para perder. Pensé que lo había dejado claro – Indicó la muchacha del moño negro, tratando de combatir sus ganas de dormir. Muy pocas horas de sueño, y unas enormes ojeras probaban el punto de su amiga, pero ella se negaba a aceptarlo – Si no quieren ayudarme, bien. Lo haré yo sola. Pensé que quizá mis "Amigas" entenderían lo que está en juego aquí.

Sin mas, y con su enojo casi palpable, se adelantó a sus compañeras, muy resentida.

Weiss y Yang la miraron irse con preocupación.

Por que, en parte, era cierto. Era mucho lo que estaba en juego:
El equipo de RWBY había estado saliendo de noche a hacer una investigación particular sobre los movimientos de una organización terrorista llamada "White Fang".

Al parecer, ellos son extremistas pro faunus, quienes son aquellas personas que han nacido con rasgos animales en el cuerpo.

Curiosamente, los vieron haciendo tratos con un humano normal en los puertos, y en base a eso, organizaron estas expediciones a la ciudad.

De echo había encontrado de nuevo a este humano en una ocasión, habiéndolos este perseguido con un robot de combate bastante pertrechado, terminando en una violenta noche.

Algo grande estaba pasando, y ellas debía averiguar que.

Pero Blake, al parecer, estaba obsesionada. Simplemente dormía muy poco, se negaba a atender situaciones que no fueran específicamente relacionadas a la investigación, y ni hablar de comer bien, o siquiera asearse como es debido.

No era que oliera mal... pero la colonia no era un olor al cual acostumbrarse.

Weiss y Yang observaron la situación de su equipo.

Una líder que se abstraía de los estudios en los hobbies y estaba irremediablemente enojada con un muchacho.

Una compañera que se abstraía de la vida de estudiante por una obsesión casi demencial por un caso de terrorismo de estado.

- Ese es mi equipo – Apreció Yang, mientras se dirigía a los lockers a guardar sus armas.

Wiess, resoplando, la imitó.


En una habitación de uno de los equipos de la academia, un muchacho entró y se dejó caer sobre la cama.

Ahora, por fin, tenía un tiempo para juntar la cabeza con su almohada.

Esos últimos días habían sido siniestramente intensos.

Entrenar con el hacha, clases, entrenar con Pyrrha, dormir.

Su vida simplificada en esa tres cosas. Y aún así, algo se sentía mal. Fuera de lugar.

Miró a su alrededor. Ninguno de sus compañeros de equipo había llegado aun a la habitación. El estaba solo...

Quizá era un recordatorio de su verdadera situación en estos momentos.

Desde el incidente de hacía unas semanas, todos se habían alejado de él. Algo que dentro de todo le parecía normal. Doloroso, pero normal...

Después de todo, él, el torpe y adorable bufón de la academia, había matado a alguien.

¿Para proteger? ¿En defensa propia? Las razones podían ser varias, pero la verdad era una sola. Lo había echo.

Normalmente, a esa academia se iba a entrenar para medirse contra monstruos. Seres sin alma conocidos simplemente como "Grim". El derramamiento de la sangre humana era algo a lo que, supuesta mente, el cazador era ajeno.

Y sin embargo, Jaune Arc ya la había derramado.

Ni siquiera cumplía un año en la academia, y ya había terminado con la vida de alguien. Y no era cualquier alguien.

Su victima no había sido otro que Nathan Meller, un hombre de enormes músculos y gran estatura. Extremadamente violento y con habilidades increíblemente poderosas.

Y el lo había matado.

El miedo recubría a la gente que pasaba cerca de él, temiendo por sus vidas. Jaune había pensado que estaría bien con este aislamiento, mientras conservara a sus amigos...

Pero el destino le escupió a la cara cuando Ozpin, el director de la academia, les llamó a el y a su primera amiga, Ruby Rose, para intercambiar un par de palabras importantes...

Y fue entonces que la muchacha supo de su mayor secreto. El nunca había ingresado a Beacon. El había falsificado sus resultados en el examen de ingreso.

Luego de una muy dura reprimenda por parte de la muchacha, ella comenzó a evitarlo. Era claramente el fin de su amistad...

El resto del su equipo la seguía para no ocasionar problemas dentro del grupo, y dado que el equipo RWBY y ,el suyo propio, de nombre JPNR, eran muy cercanos, decidió por el curso de acción mas "Heróico", y comenzó a encontrar espacios para comer solo, mientras sus amigos congeniaban.

Con los días, ya sea la normalidad de la situación, o simplemente que al no tenerlo cerca, pudieron cultivar su resentimiento hacia el, el resto de su grupo también comenzó a alejarse.

Ahora, los amigos que tenía se alejaban lentamente de él. Y la única persona que se había mantenido cerca era ella. Pyrrha Nikos, campeona (Una cantidad de veces que el muchacho nunca se molestaba en recordar) De un torneo muy importante (Que tampoco se molestaba en acordarse) Que, en el pasado, ya había sabido de su secreto y lo había aceptado, ademas de ofrecerse a entrenarle y ayudarle a volverse mas fuerte.

Claro que ahora debía entrenar dos veces al día. Una con Pyrrha, que le enseñaba a usar la espada, y otra solo, practicando con el enorme hacha.

Su escudo se había perdido en el incidente con Nathan Meller.

Los entrenamientos con Pyrrha iban volviéndose cada vez mas rigurosos, pero sus frutos ya podía notarse. O por lo menos, así lo sentía Jaune.

Su cuerpo se movía mas rápido, sus músculos se desarrollaban con mas tonalidad, y sus reflejos eran mas precisos.

Claro que aun faltaba demasiado para siquiera estar a la altura de su maestra, pero ya era un buen progreso el que llevaba.

Por el lado del hacha, encontró que el usarla no era lo difícil. De echo, manipular un arma de esas extensiones era bastante sencillo, ya que cubría mucho terreno y tenía un área de golpe bastante ancha.

Los problemas eran varios otros...

Era pesada. Debía requerir grandes esfuerzos el mover la "Bloodtrocuted" durante un combate.

Era lenta. Un ataque "Completo" del arma tomaba un tiempo precioso, el cual podía ser usado para esquivarle o incluso atacarlo.

Y, por ultimo, tenía varias capacidades secundarias que debía aprender a manejar.

Por ejemplo, cuando tomaba uno de los cuernos de carnero del contrafilo y lo giraba cual manecilla, el arma se prendía al rojo vivo. El filo al menos.

La uña del hacha tenía dos pequeños propulsores, que con una pequeña patada a un palanca del arma, se encendían durante unos segundos, ganando un impulso bastante potente...

Mas de una vez tragó tierra antes de aprender a apuntar el arma bien para usar este ultimo aditamento.

Y luego estaba una ultima particularidad.

Un lugar diseñado para una llave. Una llave que Nathan, en su ultimo aliento, le había entregado.

Aun no lograba descifrar para que era la llave en cuestión, pero le llamaba la atención de sobremanera.

Ya había probado poniéndola en el arma, pero nada. Ninguna reacción.

Todo un misterio.

En la ultima semana había practicado usando ataques incompletos. Golpear con el mango y la punta del hacha, mas que con el filo, sirviéndose del tamaño y alcance del arma para cubrirse y atacar, pero aún seguía siendo lento.

Siempre podía tratar de formar un estilo propio de combate. El usar su espada con una mano para los ataques veloces y con el hacha para los potentes, pero tomaría mucho tiempo afianzarse a esa táctica.

Y no parecía haber nadie que compartiera su idea sobre el estilo de combate que pudiera ayudarlo de forma mas directa. Tendría que entrenar con Pyrrha, y practicar solo por su lado. Por lo menos hasta manejar el peso del arma.

Pero sus hombros le dolían cada vez mas, y su espalda le provocaba un suplicio al intentar moverse luego de una sesión de entrenamiento.

Era cansador. Pero debía hacerlo...

Se lo debía a Nathan.

La promesa había sido el perseguir su sueño. No el de sus padres, no el de sus amigos, no el de nadie mas... que el de él mismo.

Y su sueño era ser un héroe. Uno a la altura de aquellos que habían colmado su infancia de buenos recuerdos.

Pero ¿Que es ser un héroe?

Alguien que se pone en la línea de fuego para proteger a quienes no pueden protegerse ¿Verdad?

¿Darlo todo, y mas? Quizás si.

Pero para ello necesitaría aun mas practica. Aun mas determinación.

No solo en combate, si no en el oficio del heroísmo, si así se podía llamarle.

Solo lo lograría de una forma. Y esa forma era mucho mas peligrosa, quizá, de las que venía intentando hasta el momento.

Quizá pudiera terminar gravemente lastimado...

Tomó un saco marrón bastante grueso, se lo puso encima de la armadura, y se dirigió a la cafetería. Si iba a hacer esto, necesitaría café.


Sus conexiones ópticas se reanudaron. Las claves de su sistema se reingresaron y sus funciones sinápticas encendieron.

Para el resto de los humanos, esto quería decir "Estar despierto"... claro que ella no era un humano. No tenía el privilegio.

Recobró la capacidad de reconocer los alrededores rápidamente. Estaba metida en un lugar oscuro. Su visión nocturna estaba, de alguna forma, bloqueada. Al parecer, sus engranajes se habían estropeado.

Debería conformarse con su mirada normal. Aunque claro, sin engañare. Ella no era humana, aunque ahora debiera ver como una.

No debía mentirse. Mentirse creaba esperanza, y la esperanza era para las personas.

- Así que, aquí tenemos a la "Muchachita" del general Ironwood. Esto es simplemente precioso- Sonrió un sujeto en frente de ella.

Por lo que podía ver, esta persona estaba vestida con negros pantalones y un saco fino y blanco. Cuando avanzó hacia su rango de vista, pudo distinguirlo mejor.

Usaba unos guantes negros, un bastón rojo, y tenía un sombrero en su cabeza. Peinado para el costado, consiguiendo tapar uno de sus ojos, mostraba una sardónica sonrisa.

En su base de datos, buscó esa imagen para identificarlo como una posible amenaza. Y lo encontró.

Roman Torchwick, ladrón de profesión y buscado por las autoridades durante años.

Debía atraparlo y llevarlo ante quienes cuidaban de ella, para que le encerraran como a todos los criminales.

Tiró de sus brazos para liberarse. Pero se sorprendió al ver que no respondían.

Sus manos estaba conectadas por puertos externos hacia unos gruesos cables.

Esto no le gustaba nada.

- ¿Que quieres conmigo? - Preguntó, extrañada y seca mente. Normalmente su actitud era mas jovial ante los extraños, pero este era uno de los "Malos". Había que hablarles de mala forma ¿Verdad?

- O querida, tantas cosas … - Susurró Roman, apoyándose en su bastón – Primero, ver si nuestra teoría era cierta. Alguien nos pasó la información de que en ti el pobre general ponía toda su confianza. Quien diría que pondría todo lo que sabe en una maquina – Rió el sujeto, mientras llevaba un cigarrillo a la boca. Luego de encenderlo, continuó – Vamos a analizarte, desarmarte, usar tus partes y luego a reconstruir cientos de muchachitas como tu. ¿Sabes? No estamos quedando cortos de personal, y la verdad que nos vendría bien engrosar nuestra "Mano de obra".

- Desarmarme sería... bueno, no sería agradable – Indicó la autómata, ladeando la cabeza para el costado – Preferirá no ser desarmada si se puede elegir...

- Una lastima, querida. Pero no se puede explorar una maquina sin abrirla con detalle ¿No crees? - Sin decir mas, el sujeto desapareció, dejándola sola en la oscuridad.

Ella esperó lo que debería continuar con ansias y miedo, pero nada pasó por varios minutos. Nada, cuando menos, que la obstaculizara al pensar …

Iba a ser utilizada. Iba a ser usada para hacer el mal. Para hacer algo terrible, estaba segura.

Y todo por que era una maquina. Una chica "Echa".

No para hacer amigos. No para tener una vida como el resto de las personas...

¿Entonces para que? Ella no quería ser una máquina. Ella quería ser una chica de verdad. Una muchacha normal, que pudiera hacer amigos de forma normal, ir a la escuela de forma normal, sentir de forma normal... Oler, degustar, probar, reír, llorar.

¿Por que tenía que ser un autómata? ¿Por que tenía que sentirse encerrada en si misma todo el tiempo?

- Esperen... esperen...- Murmuró, mientras varias personas, vestidas con uniformes negros, chalecos de metal gris y una máscara blanca en sus rostros comenzaron a hacer aparición, conectándole cables en sus caderas y nuca – Ya no quiero... ya no quiero ser una maquina...

Su voz necesitaba... quería quebrarse en llanto. Pero no podía. No tenía como. Era una máquina.

- Yo solo quiero... yo solo quiero a mi amiga de nuevo...


Ni ella sabía por que, pero Pyrrha decidió salir a dar una caminata nocturna por los patios exteriores de la academia antes de irse a la cama.

Ren Y Nora, sus otros dos compañeros, estaban charlando con algunos miembros de RWBY, y su líder Jaune probablemente estaría en su habitación.

La muchacha tenía un poco de tiempo para ella sola, por lo que había decidido tomar algo de aire fresco. Vestida con su ropa de combate, la cual constaba de un grueso y ajustado escote, unos short y una roja tela colgando de sus caderas, igual de roja que su pelo, salió a caminar.

El aire de la noche era húmedo y fresco, pero no demasiado. Perfecto en su opinión.

Un viento soplaba entre el césped, y el silencio era casi una ley en esas horas. Era bello para pensar, y relajarse.

Su familia le había hablado hacía unas horas, antes de su entrenamiento con Jaune, para averiguar como iba en sus estudios y estadía en la academia. Todo parecía ir en orden en su vida.

Con excepción de su equipo.

Su líder, Jaune Arc, estaba cada vez mas alejado del resto. Y esto le incomodaría menos de lo que ya le incomodaba, de no ser que todos duermen en la misma habitación...

Y que Jaune era su amigo. Quizá lo sentía como algo mas, incluso.

Ella quería que el estuviera bien. Que estuviera orgulloso de si mismo. Que fuera mas fuerte y confiado.

Ese muchacho tonto, torpe y poco perceptivo... ella lo cuidaría con todo su esmero. Era su amigo. Era alguien a quien quería...

Entonces pasó. Su adorable pupilo... había matado a alguien.

La idea le aterró, pero lejos de alejarla, la hizo acercase aun mas al muchacho, temerosa de que en ese chico ya no estuviera el tonto al que ella tenía tanto afecto.

Pese a todo, el muchacho seguía siendo el mismo.

Solo que la determinación de quien tiene una meta prendía fuego sus ojos.

El resto parecía ver aun mas en el muchacho. Aun mas, haciéndoles temerle...

Su equipo funcionaba como tal, de todas maneras. Obedecían cuando se necesitaba unidad. Ayudaban cuando se necesitaba ayudar, y en las clases tenía un funcionamiento óptimo. Pero fuera de eso, cada vez había mas distancia.

Ella solo quería que todos fueran amigos como antes...

En el silencio de la noche, un sonido llamó su atención.

Un sujeto con saco marrón, podría decirse de cuero, caminaba por los patios de Beacon.

Quizá fue su aburrimiento, su necesidad de encontrar un propósito, aunque fuera, cercano a algo productivo...

O el simple echo de que medía lo mismo que Jaune, lo que le hizo seguir a este extraño.

El sujeto tenía el grueso saco cerrado y subido hasta el cuello. Una capucha cubría su cabeza, aunque no era parte del saco, si no que venía de una prenda debajo de dicho saco.

Unos jean y unas zapatillas negras conformaban el conjunto del sujeto, quien entró en la cafetería mirando a ambos lados antes de pasar. Luego, al no encontrar a nadie ni dentro ni fuera, pasó rápidamente, se dirigió a las maquinas expendedoras (Mirándolas con discreto rencor) Puso una moneda en ellas, y poniendo el vaso debajo del pico de la maquina, empezó a hacerse el primer café negro que iba a probar en su vida.

Luego, Pyrrha echó para atrás su capucha.

- !Pyrrha¡ - Exclamó Jaune, perplejo, mientras se apretaba contra la maquina como si fuera una balsa en el medio de un océano tormentoso.

La pelirroja le miró con una sonrisa – Jaune... ¿Se puede saber que haces a estar horas de la noche vestido como si fueras un pandillero de las calles?- Lo sonrisa de Pyrrha denotaba un claro doble sentido.

Un "Quiero sonreír, pero debería estarte atravesando con la mirada".

- Eh... yo... - Suspiró. El rubio ya le debía demasiado para mentirle. Además, era la única moderadamente "Cerca" de el en estos momentos, así que le debía al menos eso – Iba a salir a la ciudad... a "Patrullar"

- ¿Patrullar?

- Si. Mira... hace un buen tiempo que descubrí que es lo que quiero para mi – Indicó el muchacho. Luego volvió a suspirar. Decírselo a viva voz a alguien no era fácil, por que en cuestión, sonaba muy idiota, incluso hasta para el – Yo quiero ser un héroe. Uno del cual se puedan escribir historias, o del cual se puedan contar cuentos a los niños que les ayuden a dormir. Que les llenen la infancia de buenos recuerdos. Eso es lo que quiero para mi.

Pyrrha le miró extrañada. En el fondo, ella sabía que el deseo de todo quien aspiraba a ser un cazador era ese, pero que alguien quisiera ser un héroe de forma particular... Era algo que solo le oiría a un niño.

- No me dice nada – Protestó calmada mente la pelirroja, queriendo saber el significado de "Patrullar".

- Mira Pyrrha. Quiero... Necesito hacer esto. Voy a salir a la ciudad, y durante unas horas estaré caminando, buscando cualquier señal de que alguien necesite mi ayuda. Entonces, acudiré. Eso es lo que voy a hacer. Y necesito que me apoyes en esto – La voz de Jaune susurrando sonaba llena de duda y miedo. Incluso se podría decir que su voz temblaba.

Pero la pelirroja vio en esos ojos celestes algo mas que simple miedo. En esos ojos estaba la determinación que ella quería ver. Que ella deseaba para el.

Fue entonces que supo que fue ella quien, de una forma u otra, había ayudado a que el muchacho tuviera esta chispa de fuerza que ahora ardía con fuerza.

Y se sintió bien. Y mal al mismo tiempo.

Bien, por que su líder, pese al suceso crítico que marcaría el resto de su vida habiendo sucedido hacía unas semanas apenas, ahora mostraba el deseo de salir adelante. De perseguir una meta.

Mal, por que ella sabía que si quería que el creciera como persona, debía dejarlo ir. Y ella no quería dejarlo ir, por que sentía que si lo hacía... si en ese momento hacía la vista gorda y no le seguía, perdería su oportunidad...

Sin embargo, ella era una orgullosa guerrera. Encontraría la forma de salir adelante, y conseguiría su victoria mediante la madurez de Jaune Arc.

- Mucha suerte entonces...- Susurró, mientras le alcanzaba el café que el mismo había pedido a la maquina- Cuídate mucho, por favor.

El muchacho la miró con sus ojos celestes abiertos como platos, y luego, súbitamente, la abrazó con fuerza.

La pelirroja sintió esos brazos rodearla, y supo que pasara lo que pasara, el siempre estaría con ella, de una forma u otra. Y ella podría ser feliz, tarde o temprano, con el Jaune en el que ella le viera transformarse de ahora en adelante.

- Gracias. Me cuidaré. No me esperes para dormir – Le susurró, mientras la soltaba, y comenzaba a correr hacia afuera de la cafetería, tomando todo el café de un trago y echándose la capucha arriba.


Weiss sopesó sus opciones duramente.

Blake iba a comenzar a patrullar sola, no dejándose persuadir por nadie ni nada.

El baile de promoción se acercaba, estando apenas a unas semanas de distancia, y Blake tenía un "Pretendiente" si se le podía llamar así, que era, no en la opinión de Weiss, encantador. Y parecía lo suficientemente persistente y apuesto para su amiga. Harían una buena pareja.

Pero esta investigación sobre los White Fang la estaba consumiendo, hasta el punto de transformarla en un zombie durante su vida en la escuela.

Eso no era bueno para su salud, para el equipo, ni para sus amigas. Debía hacer algo al respecto.

Pero ¿Como hacer que Blake dejara de obsesionarse tanto con una investigación tan infructífera como la que llevaban a cabo?

Una respuesta rápida le vino a la mente. Hacer la investigación "fructífera".

Si trataba de hacerla cambiar de opinión, solo lograría enojarla mas. Y si la obligaba a hacer algo, no podía esperar que le fuera mas beneficioso.

La tortura aceptada no es tortura, y la salud no aceptada es enfermedad.

No recordaba donde había escuchado eso, pero venía a colación perfectamente con la situación a mano.

Le quedaba una sola opción. Hacer una patrulla sola, conseguir alguna pista que indicara que habían tenido un avance en la investigación, y quizá así, Blake se tranquilizara.

Podría pedir a Ruby y Yang que vinieran con ella, pero eso levantaría sospechas, y haría que Blake quisiera ir.

En las investigaciones , muy seguido, terminaban entabladas en combates de vida o muerte, y no podía permitirse llevar a su amiga de negro en ese estado a esos encuentros.

Necesitaba hacerlo sola, no durante mucho tiempo, y ser muy cuidadosa.

Hacía un buen tiempo que ella había comprendido que no podía hacerlo todo por su cuenta, y si iba a salir a "Patrullar" de noche sin compañía, mejor que no se metiera en problemas.

Se sentía mal al ocultárselo al resto de su equipo, pero era mejor así.

Sin mas, buscó su ropa mas discreta, y con un grave suspiro, salió de los vestidores. Era hora de ir a la ciudad...

Pero ¿Como iría? ¿A pie? Eso simplemente era tonto...

Una luz a cierta altura llamó su atención.


La habitación de Nathan estaba en un quinto piso, pero daba a un techo bastante pronunciado.

Con algo de suerte, si aceleraba lo suficiente, podría usar las baldosas como rampa para pasar encima de los monitores primarios de los androides apostados como guardias en los límites de la academia, y tomando un atajo por el bosque, tomar el desvío hacia la ciudad.

Era un plan estúpido, insensato y poco brillante...

" Pero voy a hacerlo igual ¿No? " Se preguntó, mientras dejaba su frente golpear el manubrio de la motocicleta. Esa idea era, en pocas palabras, lo suficientemente loca para que lo intentase "Soy un idiota. Pero se lo debo... bien Nathan, esta va por ti..."

Antes de que pudiera dar una patada a la palanca de freno, escuchó unos pasos en la habitación.

- Veo que alguien quiere salir de la academia fuera de hora...- Dijo una voz familiar a su espalda. ¿Podía ser Weiss? !Diablos¡ Ya bastante tenía con haber matado a una persona y seguir en Beacon, pero si ahora lo sorprendían con una motocicleta armada dentro de una torre del alumnado, tratando de salir del establecimiento fuera de hora, seguramente la valdría la expulsión.

Pero quizá era lo que se merecía. Quizá era todo por culpa de...

- No se quien eres ni que quieres. Pero, podemos hacerlo a tu manera, en la cual doy una alarma lo suficientemente fuerte para llamar la atención de todo Beacon. O, lo podemos hacer a mi manera – Weiss interrumpió la cadena de pensamiento con su fría voz de terciopelo – En la cual, tu me llevas hasta la ciudad, y me recoges en unas dos horas luego de que me hayas dejado, justo en donde me hayas dejado. Y aquí nada pasó ¿Que elijes?

El muchacho se paralizó encima del vehículo.

Claro. Tenía sentido.

No podía tomar ningún vehículo hasta la ciudad ahora por que, simplemente, sería demasiado evidente que ella se había ido después de la hora permitida.

Además... ¿Que podía pasar? Al parecer, su capucha y anteojos negros funcionaban después de todo, dándole la ventaja de que ella no sabía quien era él.

Ahora a responderle. Pero ¿Como responder sin evidenciarse?

Decir una frase rebuscada. Eso era algo que Jaune Arc no hacía seguido. Una frase rebuscada...

¿Cual era esta canción que Nathan escuchaba siempre? !Ah¡ Claro...

- "Lock and Loaded" - Respondió, haciendo la voz mas grave que pudo, mientras indicaba con un ademán que se sentara detrás de el.

La muchacha entendió eso como una forma metafórica de decir "Súbete y agarrate".

De acuerdo. Ella ahora estaba yendo a la ciudad, sola, a altas horas de la noche con un perfecto extraño que parecía estar a punto de usar una moto para saltar de una torre de cinco pisos hacia un techo, y escapar así de la academia.

La habitación, gigantesca y carente de muebles, dejó que el viento abriera la ventana al balcón de par en par, moviendo las cortinas negras con una suave briza.

El vehículo se prendió con un estruendoso sonido.

"Mas vale que me lo agradezcas algún día BlaaaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAKEEEEEEEE"


Pararon en la plaza frente a la torre mas alta de la escuela Signal.

Weiss no pudo estar mas de acuerdo con dos cosas: Una, el lugar donde este extraño la dejaba. Pese a todo, el lugar gozaba de seguridad la veinticuatro horas, y, si cualquier cosa pasaba, ella sabría a donde volver en caso de necesitarlo. Al parecer, el extraño sabía un par de modales, ya que la dejó bajar en frente de la escuela y esperó a que ella cruzara la calle antes de continuar camino. Las segunda, era de tocar el suelo.

Si lo conociera mejor, diría que ese extraño no sabía como manejar el vehículo, o era demasiado torpe para hacerlo.

De todas formas, se sentía aliviada de tener dos horas antes de que el sujeto volviera por ella.

Estaba sola, frente a la ciudad, de noche.

A buscar información.

¿En donde comenzar?

Primero debía ver que pistas tenía.

La primera vez que se encontraron con el sujeto, según lo que le informaron, fue en los muelles. Buen lugar para comenzar una búsqueda.

Sin mas, con su estoque, Myrtenaster, listo en su cintura, comenzó su marcha hacia el puerto.


En una negra habitación, alguien sopesaba sus logros.

El tener a la chica era uno de sus mas brillantes y satisfactorios robos. No por que el robo en cuestión hubiera sido un éxito rotundo (Aunque lo fue. Después de todo, el era un profesional) Si no que en cuestión, este autómata guardaba en su memoria todos, o casi todos, los comandos del equipo brindado por el general Ironwood a la seguridad de Vale en estos últimos años. Desde los que la gente veía... hasta los proyectos militares mas secretos.

Entre ellos, varios de los cuales el ya había robado, y solo podría probar una vez tuviera los códigos de acceso a todas las funciones de esas maravillas del campo bélico.

Claro que el sistema de esta muchachita era todo un dilema, ya que ni sus mejores hackers podían entrar en su procesador central. Pero alguien (No él, claro) Había venido con la idea de que , quizá, si la conectaban con uno de los recientemente robados "Paladines", podría activar su funcionamiento al cien por ciento de forma pre ordenada.

Roman no era muy conocedor del tema, así que se quedó al margen, diciendo que si a todo, mientras pensaba en las maravillas que podría hacer cuando filtrara a las autoridades que tenía a la autómata en su poder. Podría pedir lo que quisiera.

Este aparato era enormemente valioso para no merecer un "Rescate". Y este podría ser inmensamente jugoso.

Quizá tanto como para retirarse, y por fin tener la vida que siempre había deseado. Que siempre la fue negada por las circunstancias...

En eso pensaba, mientras, a varios metros de el, sus ayudantes comenzaban a cargar los datos, mientras los cables conectados a la autómata comenzaban a brillar.

Estos llegaban hasta un paladín, una armadura de combate de cinco metros de alto, llena de armamento y con extremidades humanoides.

Con estruendosos movimientos, comenzó a operar en sus funciones básicas sin tener un piloto dentro.

Quienes manejaban las computadoras miraban maravillados como el enorme traje se movía de un lado a otro, acatando sus ordenes atravez de la chica "Echa", quien mantenía la mirada abajo, perdida en el suelo.

Torchwick miró el escenario desde lejos, sentado en su silla con los pies sobre una mesa negra.

Debía admitir que en el fondo de su ser sentía algo de lástima.

La autómata se veía como alguien casi real. Una niña de unos quince años aproximadamente, con pelo naranja agarrado en un espiral hacia adelante, con un moño rosa en la parte de atrás de su cabeza. Vestida con una blusa clásica, y con unos ojos verdes como dos enormes uvas, la imagen era la de una muchacha con el corazón roto. Rendida, colgando de los cables conectados a sus manos, suspendidos estos en el aire por dos potentes soportes metálicos.

"La vida la va a endurecer, supongo" Pensó el ladrón, mientras exhalaba un poco de humo por su boca. Como si fuera una invocación, ese gesto invitó al desastre.

O así pareció.

- Quieren una robot...- Comenzó a susurrar la autómata, con algo muy parecido a un odio frío y sin esperanzas – Les daré una robot que no podrán contener …

Con varias chispas, los cables conectados al paladín comenzaron a sacudirse violentamente. Las computadoras de los operadores dejaron sus monitores quemados con una pequeña explosión eléctrica.

Entonces, con una rapidez abrumadora, el paladín abrió su cabina de piloto, y fue tirado con fuerza hacia adelante...

La autómata consiguió reincorporarse lentamente, mientras miraba a todos con rencor – Mi nombre es Penny... - La cabina se cerró sobre ella, y varios cables salieron de su cuerpo para conectarse con los alrededores, poniendo el traje activo al cien por ciento - !Y si me quieren, tendrá que desarmarme de una manera mas complicada¡

Al decir esto, el robot empezó a desplegar armas alrededor de todo su metálico cuerpo, mientras comenzaba a brillar con un color verde flúor en sus cables.

El mismo color de los ojos de la autómata.

- Siempre hay algo ¿Verdad? - Se quejó Roman, mientras tomaba su bastón, y el resto de sus ayudantes desenfundaban armas. Esto iba a ser difícil...


La ciudad estaba bastante iluminada para ser de noche. Aunque eso no ayudaba al muchacho a dejar de llenar el cesto de basura con vómito.

Luego de su desagradable episodio, se reincorporó, escupió hasta que el sabor a café y bilis abandonaran su boca, y se puso a pensar.

¿Quizá era que la taza de crimen no estaba tan alta como el pensaba? No había forma de saberlo, pero Jaune caminaba con la capucha encima y un par de anteojos negros, alerta ante cualquier posible pedido de ayuda.

Pero ante la falta de una, las dudas comenzaron a asaltarlo.

Un héroe tiene que estar disponible cada vez que lo llamen. Pero ¿Que tal si en este momento no hacía falta uno? ¿Que hace un héroe cuando no es necesitado?

Eso era algo que los cuentos nunca abordaban, y recién ahora el muchacho comenzaba a darse cuenta de eso.

Si no había nadie a quien salvar. Nada a lo que proteger, quizá no hacía falta un héroe después de todo...

Eso fue hasta que vio el primer indicio de los que esperaba ver en la ciudad a estas horas de la noche. Un niño pobre, tirado contra la pared, dormido y con una lata en frente, la cual tenía apenas unas monedas dentro.

Le miró con detenimiento. Sus sospechas eran reales.

Era un faunus. Un chico mitad animal, a quien varios humanos seguramente había repudiado.

Por sus andrajosos ropajes y su sucia piel, concluyó que estaba hambriento, por lo que se dispuso a encontrar un lugar donde obtener algo para comer.

Caminó otro rato, hasta que encontró, en la entrada de un club, un par de guardias de ancha espalda con un sándwich a medio comer endureciéndose en el aire.

Lo irónico del asunto es que le hacían acordar a Cardin Winchestesr, el matón oficial del colegio desde casi siempre, por algunos detalles:

Sonrisas creídas, pechos inflados de aire, brazos enormes no por el ejercicio si no de nacimiento, bromas que se jactaban de su superioridad corporal frente a los demás, y ese aire de autoridad respaldada en la fuerza.

Bien. La forma amable primero.

Al acercarse y explicar la situación de una forma mas o menos creíble a los guardias, Jaune pudo notar que, en efecto, eran ambos como Cardin Winchester.

- ¿Que puede importarme lo que le pase a un mugroso niño Faunus? Es mi sándwich y haré con el lo que yo quiera.

- Pero si lo dejaste a un costado. Ni siquiera debes tener hambre- Repuso el muchacho, escudado tras su disfraz.

- Mejor que se pudra antes que lo coma un faunus. Ahora !Fuera de aquí antes que pierda la paciencia¡

Con la música del club de fondo, Jaune se alejó, doblando en el callejón.

Bien. La forma fugaz después.

El guardia hablaba con su compañero acerca de los faunus, cuando una motocicleta a enormes velocidades pasó a su lado.

Su conductor le arrebató el sándwich y pasó de largo, dejándoles con polvo en la cara.


Mientras tanto, Weiss caminaba entre los callejones para acortar camino hacia el puerto.

Muchas cosas poblaban su cabeza, ¿Debería estar haciendo esto? ¿Tenía algún sentido ayudar a alguien tan terca como para malgastar su tiempo de esa forma?

Se sorprendió así misma asintiendo a cada una de esas preguntas. Realmente debía de estar volviéndose loca...

Sin embargo, no todo era locura. Blake era su amiga, y como tal, debía de ser cuidada. Esto que hacía, lo hacía por ella. No por si misma...

Eso le dio buenos ojos a su proposito, y ajustándose su campera, apresuró la marcha con el pecho inflado con orgullo.

Su causa era benigna, y estaba totalmente justificada. Además, si algún día iba a ser una cazadora, peligros como este serían el menor de sus preocupaciones...

Su cadena de pensamientos se interrumpió al oír un grito en la lejanía. Mas precisamente, cerca del puerto.

- ¿Penny? - Un instinto guerrero le dijo que era necesitada mas adelante, y trazando un símbolo en el aire, pasó corriendo atravez de el, ganando una velocidad enorme que levantó la basura del suelo violentamente.

Tardó apenas unos segundos en llegar, pero al parecer, de mucho se había perdido, ya que reconoció la figura de Roman Torchwick , el ladrón, abordando un vehículo volador, mientras huían de algo que disparaba entre los vagones del puerto.

Alarmada, corrió hacia el atacante, sin verlo aún "!No puedo dejar que lo mate¡ !Si lo hace no podremos saber sus planes ni los de los White Fang¡".

Doblando por las esquinas de los vagones, se encontró frente a frente con... Un paladín, irradiando color verde flúor por sus cables, quien abría fuego de forma demencial al vehículo.

Sin perder tiempo, creó un glifo gélido en el piso, congelandolo al instante.

El traje de combate resbaló sus pies, y cayó al suelo.


Los enorme ojos verdes de Penny se fijaron en la pantalla.

Habrían visto a Weiss, una chica vestida de blanco y con el cabello, atado en cola de caballo, de la misma forma como la había percibido anteriormente.

Como una amiga. O, por lo menos, una amiga de una amiga... Alguien conocido y apreciado.

Pero ella estaba cerrada a todo eso. Ella no quería funcionar un segundo mas siendo algo que no quería ser.

Ella quería que la desconectaran para siempre, y si nadie le concedía su deseo, ella se encargaría de obligar a cualquier a hacerlo. Aunque tuviera que apagar todos sus circuitos a excepción de los mas básicos.

Alcanzar la desconección definitiva, y quitar de su camino cualquier obstáculo...


(Ost : Avengued Sevenfold- Afterlife)

- !Ah¡- Gritó la muchacha, mientras saltaba hacia un costado. El paladín, aun caído, le había disparado desde su hombro.

Ella ya había enfrentado a uno antes junto a todo su equipo, pero no recordaba que el robot tuviera esa capacidad de fuego.

"Ni mucho menos esa movilidad" pensó al ver como el traje de combate se levantaba con movimientos casi elegantes, apuntando todas sus miras láser hacia ella.

Solo le quedaba una opción. Huir.

Con un rápido movimiento, reventó el hielo en el suelo, formando una neblina, mientras comenzaba a correr en la dirección por donde había venido.

La ultima vez que había enfrentado a un paladín, había servido para distraer el fuego...

Pero claro, este no estaba piloteado por alguien que conociera en profundidad la armadura. Por ello le sorprendió lo cerca de su cuerpo que estaban los disparos que recibía. Por suerte, ninguno hiriéndola.

Sin embargo, esto ultimo lo atribuyó a pura suerte.

Haciendo unos símbolos en el aire en los cuales saltó, corrió como si fueran escaleras hasta arriba de uno de los vagones, buscando refugio de las numerosas miras láser de su enemigo.

Habría pensado en quien había emitido el grito desde el puerto de no haber sido por su bella vista... de ocho misiles buscando abrirse camino hacia ella entre la blanquecina neblina.

Sin tener tiempo de respirar, levantó otro símbolo en el aire, permitiendo que una pared de hielo se levantar entre ella y los misiles, al saltar hacia el otro lado del vagón.

La explosión de todas maneras la envió a volar varios metros hacia adelante.

Cerró sus ojos para recibir el suelo, pero se extrañó de encontrarse contra algo apenas mas liviano. Abriendo sus delicados ojos, se encontró tendida sobre la espalda del extraño de chaqueta marrón, y estando convenientemente sentada sobre la motocicleta extravagante en la cual había venido a la ciudad.

- !"Lock and loaded"¡- Gritó rápidamente el conductor, mientras sacaba el freno del vehículo y aceleraba con gran alboroto.

La muchacha no tuvo tiempo de replicar, ya que la motocicleta arrancó a altas velocidades, obligándola a sujetarse de la cintura del conductor con fuerza.

Jaune habría sonreído a este detalle si no fuera por la vista de su espejo retrovisor. Había varios misiles siguiéndolos aun.

Si el quería perderlos, tendría que valerse de varios obstaculos...

!Pero los malditos misiles eran teledirigidos¡ !Esquivaban los vagones del puerto como si estuvieran conducidos por algún loco robot suicida¡

- !¿Que rayos estas haciendo?¡- Le gritaba su pasajera, con los ojos cerrados y asustada. Estas velocidades eran demasiado, incluso para Yang. Y , sinceramente, el conductor atribuía a la suerte que no se hubieran chocado contra nada aún.

Sin embargo, el rubio llegó a una conclusión. Los misiles no iban a dejar de perseguirlos sin importar los obstáculos del medio. Pero que tal obstáculos creados súbitamente. Eso debía funcionar...

Pero para que pudiera trabajar en eso, necesitaría espacio abierto.

No bien dejó el puerto atrás, notó que el robot, digno de ser villano de cualquier película de robocop, les seguía por los techos de los edificios, con una rapidez abrumadora, mientras abría fuego contra ellos.

Esto era malo. Zigzaguear para esquivar las balas y mantener la velocidad para que los misiles no las alcanzaran era en si complicado, pero si seguían así, no pasaría mucho tiempo antes de que alguien saliera herido.

Necesitaba llevarlos a un lugar mas deshabitado, pero que fuera transitable.

!Las altas autopistas¡ Luego de un incidente hacía unas semanas, habían cerrado esa calle para reparaciones, y con algo de suerte, a esa hora no habría ningún obrero en la zona.

Acelerando aun mas, el muchacho optó por armarse un atajo hacia su destino.

- !"Rules of nature"¡- Gritó, mientras con una mano señalaba rápidamente hacia un poste de luz bastante grueso, arriesgándose al poner su andar recto durante unos segundos.

Weiss, entre el viento que le tiraba la ropa y los cabellos hacia atrás, los sonidos de las balas y los gritos de la gente espantada, combinados con las alarmas de los autos encendidas por el fuego continuo del paladín y el estruendo de los misiles acercándose, apenas si oyó la frase. Pero también, siendo inteligente como era, se dio cuenta del mensaje en breve.

La ley de la naturaleza dice que si se aplica un corte hacia algo alto, ese algo cae hacia el primer costado que hiciera peso sobre el. Y el poste de luz se erguía frente a ellos.

Con un rápido movimiento, aprovechando que la moto ahora estaba andando en línea recta, dibujó un símbolo con su estoque, el cual nunca había soltado, sobre el cual dio un corte directo.

El viento en frente se arremolinó, y tomando un color violeta, avanzó hacia adelante como si fueran extensiones del corte, ganando distancia a la motocicleta y cortando el poste por debajo.

El muchacho vio que era su momento de aportar - !"Lock and loaded"¡ - Informó, a lo que su acompañante se agarró contra su cintura con fuerza, mientras el tiraba del manubrio hacia atrás, levantando la rueda delantera.

Luego, bajó una de sus manos hacia las llaves puestas en la motocicleta, y dio contacto a ciento ochenta grados.

Súbitamente, los caños de escape de la moto vomitaron fuego con potencia, mientras el vehículo ganaba aun mas velocidad, se elevaba en el aire, y ante los gritos de sus dos conductores, chocaba contra el poste de luz.

Utilizándolo como superficie, y tocándolo con su rueda delantera, la motocicleta continuó su aceleración, ascendiendo y saliendo como si fuera una rampa hacia el techo con el cual había colisionado el poste.

- !No creo que tengas licencia de conducir¡ - Replicó Weiss, mientras el extraño sentía un escalofrío en la espalda al ser apretado tan fuertemente por la cintura - !¿A donde vamos?¡

- !"I save up for the figth"¡ - Respondió el extraño, mientras comenzaba a esquivar los disparos de el paladín, quien ahora podía apuntarles mas fácil puesto que los tenía en línea recta.

Quizá no había sido la mejor de las ideas el huir por los techos de un enemigo que te dispara desde... las techos.

¿Pero quien iba a decir que las ideas de Jaune Arc eran acertadas? Nadie en su sano juicio...

Por que las terrazas conectadas por las casas y edificios en duplex se acabaron eventualmente. Con otro grito por parte de los dos pasajeros, la motocicleta salió disparada por el aire al borde de una casa, mientras los misiles los seguían de cerca...

Cuando menos habían llegado a la parte de abajo de las autopistas.

Reaccionando rápidamente, Weiss dibujó un símbolo en el aire, que desencadenó en varios símbolos en seguidilla, formando una rampa hacia arriba.

Increíblemente, la motocicleta tomó contacto con ellas como si fueran una superficie plana Sin darse tiempo a impresionarse, el muchacho aceleró por ellas, aprovechando la rampa...

Y en el aire, activó de nuevo la propulsión del caño de escape, quedándose sin combustible para una tercera.

Pero rindió sus frutos. Alcanzaron mas altura, y cayeron sobre la autopista, aún andando.

- !Creo que deberías hacer cualquier cosa menos conducir una motocicleta¡ - Protestó Weiss, en un grito totalmente disgustado. El muchacho no respondió nada mas que:

- !"The temperature rising"¡- La muchacha admitió que este mensaje, dada la situación, lo tuvo claro.

Los misiles seguían siendo la misma cantidad, así que esto quería decir que tenían algún mecanismo de búsqueda que les permitía esquivar objetivos sólidos.

Pero quizá si lo atacaban con algo que no fuera sólido. Que aumentara la temperatura de la inflamable carga explosiva que transportaban los misiles, sin ponerles nada sólido a lo cual esquivar.

Y teniendo en cuenta que tomaron un curso nuevamente recto, sin zigzaguear, con la autopista vacía, sin ningún auto alrededor, era el lugar perfecto...

Apuntando su estoque hacia atrás, mientras la otra mano la usaba para sostenerse de la parte de atrás de la moto, dibujó otro símbolo en el aire, el cual volvió a cortar con rapidez, haciendo una llamarada de fuego bastante grande y ancha con su filo, cubriendo el espacio detrás del vehículo.

Los misiles pasaron por la cortina de fuego, y luego de un rato, comenzaron a explotar en seguidilla, haciendo temblar la autopista.

La muchacha sonrió con sus delicadas facciones, mientras su cola de caballo chocaba contra su mejilla, durante unos segundos, hasta que entremedio de las explosiones, con un titánico salto, el paladín salió con ambos puños hacia arriba, como un coloso tras sus enemigos.

La velocidad del traje era enorme, incluso para la motocicleta, que ahora volvía a zigzaguear para evitar las balas enemigas y las miras láser.

Luego de un momento, al parecer, el traje se quedó sin municiones, por lo que siguió su persecución

sin disparos.

Fue entonces que, una vez retomaron un rumbo mas recto, Weiss prestó atención a que su "Scroll" estaba sonando.

Por estúpido que pareciera, su instinto le dijo que debí atender la llamada. Y así era.

En su aparato, la imagen de la cara de Penny, alumbrada vagamente por las verdes pantallas internas del robot, le miraba con ojos vacíos, carente de toda emoción... ademas de la desesperación.

- No... voy... a vivir... como algo... que... no... quiero ser...- Murmuraba una y otra vez, como si estuviera poseída.

- !Penny¡ !Penny¡ !¿Puedes oírme?¡ !Soy yo, Weiss¡ !Detente¡ !Somos amigas¡

Las palabra de la muchacha no hacían efecto alguno. O estaba siendo ignorada, o no podían oírla. La chica dentro del robot seguía repitiendo la frase como si fuera un mantra personal.

Los ojos delicados de Wiess se enturbiaron con una silenciosa frustración, mientras el conductor giraba su cabeza hacia atrás, escuchando el mensaje.

En el fondo de su corazón, el presintió otra cosa. Otro detalle que, al parecer, su acompañante fallaba en darse cuenta.

En la voz de la piloto del paladín, parecía haber algo mas que automatismo. Había un deseo. Había..

Un sueño. Un sueño destrozado.

Un sueño negado.

Algo a lo que Jaune Arc era muy familiar.

El sabía de estas cosas. Y de estas personas.

Sin mas preámbulos que ese, comenzó a bajar la velocidad del vehículo para sorpresa de la muchacha.

- !¿Que rayos...?¡- Comenzó a protestar, pero, para su sorpresa, el perseguidor comenzó a bajar su velocidad también. Para cuando ambos pararon, eran treinta metros los que mantenían la distancia entre uno y otro.

(Fin del Ost)

El viento soplaba muy suavemente, con una humedad casi deliciosa, mientras el conductor puso la traba a su vehículo, y comenzó a bajarse lentamente del mismo.

Sintiendo que había algo mas de lo que los ojos podían ver a simple vista en este accionar, la muchacha de vestido blanco le imitó.

El robot dejó caer sus numerosas armas al suelo, mientras desplegaba varias mas en sus hombros y rodillas, aunque sin disparar. Solo poniendo listas las municiones de repuesto.

El extraño le miró en silencio, mientras el aire movía las telas de su capucha con delicadeza, haciendo que en sus anteojos negros se reflejaran algunos papeles flotando por el lugar.

-!Penny¡ !Por favor¡ !Se que estas ahí¡ !Respondeme¡- Le imploraba la muchacha, pero sin resultados. El traje permanecía inmutable y listo para atacar

- Penny ¿Verdad? Quiero que me digas exactamente que es lo que quieres y haré lo que pueda para lograrlo.

La muchacha, mientras acomodaba con un fino ademán su cola de caballo así no le molestaba mas, le miró extrañada. Esa voz le sonaba familiar...

Sus sospechas fueron interrumpidas cuando vio como la cabina del paladín se abría de par en par, mostrando a la muchacha de ojos verdes, Penny, conectada al traje mediante unos cables que salían de su cuerpo.

¿Acaso Penny era un robot? ¿Pero como...?

- Quiero … quiero que me... desconectes. Para siempre- Pidió la autómata, sin sentimiento en su voz.

El extraño la miró sin siquiera pestañear, y su rostro de piedra recriminó fríamente – Eso es mentira.

Otro silencio expectante siguió a eso, mientras el viento seguía transmitiendo su fresca humedad.

La autómata sacudió su cabeza de un lado a otro, mostrando señales de dolor y rabia, mientras abriendo sus ojos como platos, puso emoción a su tono por primera vez en toda la noche - !Soy una maquina¡ !No puedo desear nada imposible¡ !Yo no nací, fui echa¡ !No puedo soñar¡... No tengo derecho a soñar...

El extraño sonrió por unos momentos, rompiendo su mascara de piedra – Entonces, todo lo que quieres es soñar ¿No?

Otro silencio expectante. Otro silencio tortuoso.

La cabina del paladín se cerró, mientras el robot comenzaba a incorporarse para el ataque.

El extraño volvió a poner su cara de piedra, y lentamente, llevó su mano hacia el cierre de la chaqueta abriéndola sin muchos alardes.

El viento elevó sus telas hacia atrás, mientras mostraba unas placas flacas en el pecho, y una cintura con dos cintos. Uno para los jeans. Otro...

Para Crocea Mors.

(Ost : Avenged Sevenfold - Welcome to the Family )

- Weiss, voy a necesitar que me cubras, y cuando no esté, que lo distraigas – Murmuró, mientras sacaba los anteojos de sus ojos, guardándolos en un bolsillo de su chaqueta. Luego se tiró la capucha hacia atrás, mientras con su otra mano desenvainaba su espada - ¿Podrás hacerlo "Snow Angel" ?

La sorpresa le hizo olvidar la lógica, el enojo y las curiosidad.

Las lógica de que ese muchacho, el torpe y bufón de la academia, fuera el extraño todo el tiempo.

El enojo de ser llamada por ese apodo que tanto le enfurecía tener en la academia.

Y la curiosidad, de que hacía Jaune Arc saliendo a la ciudad a esa hora.

Todas sentencias particularmente válidas, pero abrumadas por la sorpresa. Y, simplemente llevada por el momento, asintió con el shock, aun en su rostro.

El rubio le miró, y mientras el viento le movía los cabellos, sonrió, asintió, y con la mano libre que le quedaba, tomó un manubrio de la motocicleta, pateo la palanca de freno, y se subió rápidamente a ella, acelerando potentemente.

Con un estruendoso sonido de las ruedas contra el suelo, el vehículo comenzó a andar, dejando polvo detrás de el, mientras el robot comenzaba a abrir fuego sobre el objetivo.

Reaccionando lo mas rápido que pudo, la muchacha dibujó símbolos en el aire, activandolos, y estos apareciendo, alrededor de la motocicleta, cubriéndole de las balas casi totalmente.

Palabra clave. Casi...

Aún no entendía por que Jaune aceleraba hacia el robot, y no en dirección contraria. Aun mas se alarmó cuando el paladín comenzó a correr hacia el muchacho, sin dejar de dispararle.

Cuando estuvieron a solo unos metros, Weiss cambió el símbolo en el aire, provocando que el suelo debajo del paladín se congelara de nuevo, haciéndolo tropezar.

Pese al contratiempo, el traje logró meter un derechazo mientras perdía el equilibrio, alcanzando la motocicleta.

Sin embargo, nunca llegó a tocar su objetivo.

Sacando la llave del contacto, el muchacho saltó de la motocicleta, la cual se desarmó en el aire... dejando las ruedas y sus soportes salir hacia adelante, junto con otros varios pedazos de vehículo... dejando solo la parte de arriba sana.

Los caños de escape formaban la parte trasera, el colchón del asiento formaba el largo y pesado mango, las líneas de metal el motor de la motocicleta, la cabeza de carnero el frente, y los manubrios sus cuernos. El hacha la conexión entre las ruedas delanteras y el resto de la motocicleta.

La "Bloodtrocuted" fue desenvainada en el aire, mientras sosteniendo ambas armas, el muchacho salía disparado por encima del robot.

En el aire, envió un hachazo hacia la carcasa trasera del torso del traje mecánico, deteniendo su andar en el aire.

Con un leve empujón, se posicionó detrás del mismo.

El paladín trató de enviar sus brazos hacia atrás, para deshacerse de la amenaza, pero varios virotes de fuego impactaron contra sus hombros.

Dejando salir un grito de combate, Weiss saltó hacia su enemigo, realizando finos, pero peligrosos cortes para mantener su atención centrada en ella.

Sabiendo que la muchacha no duraría mucho tiempo contra el robot en mano a mano, Jaune gritó con todas sus fuerzas mientras clavaba a Crocea Mors atravez del metal del robot, para luego usar su filo como palanca y abrirse paso.

Al hacerlo, tuvo que ignorar que sus manos se cortaran al tener que apoyarlas contra la hoja del arma al no tener punto de apoyo en el mango.

No importaba. Necesitaba guardar el aura para algo mas. Algo que sentía que podía hacer...

Los papeles volaban en el viento, mientras con un grito de superación, el muchacho lograba sacar el metal de en medio, dejando ver a Penny, la autómata, mirándole con algo que podía percibirse como...

"Resignación". "Renuncia". La perdida de un sueño.

- Desconectame... por favor...- Susurró suplicante.

La mano de Jaune comenzó a brillar con fuerza, y un color blanquecino.

El sonido fue sordo. Como el de un caño al romperse.

El paladín, antes de dar un puñetazo a la muchacha de blanco con su enorme y poderosa extremidad, sufrió un retorcimiento sobre su espalda.

Elevó su pecho hacia el aire, como si su corazón fuera arrancado, y luego quedó tirado en el suelo, inerte... inmóvil...

El silencio mortuorio que siguió a eso tuvo a Weiss paralizada durante lo que parecieron horas, aunque apenas fueron segundos.

Con muy poca delicadeza, la compuerta del piloto fue abierta a patadas. Literalmente.

Luego se escuchó como alguien hacía esfuerzos para levantar algo, para dejar ver a los pocos segundos como Jaune cargaba a Penny sobre su hombro, sangre cayendo de su frente y mejillas, luchando para salir del traje.

Una vez afuera, depositó lentamente a la autómata sobre el metal del ahora desactivado robot.

Preocupada, Weiss fue hasta donde estaban - ¿Jaune?

- Estoy... bien...- Susurró el muchacho, antes de dejar notar como sangraba su mano derecha – Solo necesito... dormir un poco...

El viento húmedo de la noche continuó moviendo los cabellos de ambos, mientras una Penny dormida yacía en el piso.

(Fin del Ost)

Dos días después, justo a la hora en que todos debían estar almorzando, Ozpin miraba por el vidrio de su oficina, tomando su café.

Estaba pensativo. Muy pensativo...

Ironwood le había llamado recientemente... Y las noticias no eran para nada alentadoras.

Según informes, los "White Fang" se habían echo con tecnología militar avanzada, y eso ponía en grave peligro a la ciudad, por lo cual un despliegue mayor de fuerza sería necesario para garantizar la seguridad, provocando pánico entre los alumnos si los rumores llegaba a correr con rapidez.

Y lo harían. Después de todo, era una academia llena de adolescentes.

Por ello era que, con mucha, mucha reticencia, el general Ironwood accedió a aceptar algo de Ozpin a cambio de no hacer un despliegue total de tropas en su territorio, y así disminuir el terror de un hipotético ataque a sus alumnos. Y ese era aceptar a un alumno de su academia en Atlas, movido a Beacon.

Lo que le preocupaba era, justamente, la reticencia del general al dejar ir al alumno.

¿Que clase de ser despiadado enviaría a su escuela? Ciertamente no quería repetir el asunto de Nathan Meller de nuevo...

De echo, si fuera por el, habría también expulsado al señor Arc, de no ser por que observó los videos de las cámaras de vigilancia con detenimiento y concluyó que, dentro de todo, fue en defensa propia.

Además, sorpresivamente, Glynda, su asistente, había insistido en la permanencia del muchacho en la academia. Algo remarcable, considerando su frialdad con respecto a los alumnos.

Aún así, la familia Meller, pese a no hacer muchos escándalos con respecto a la muerte de su hijo, si lo hacían con respecto a la academia en particular, induciendo la idea de que eran incapaces de prepara personas para ser cazadores al no transformar a Nathan en uno antes de su muerte.

Muchos dilemas que atender, y tan poco tiempo.

Respirando hondo, se decidió por hacer lo mas sencillo en ese momento. Aceptar el ingreso del nuevo alumno a Beacon...


Ruby debía admitir que algo raro estaba pasando con Weiss esta mañana.

Esta bien, no es que fuera la persona mas fácil de hablar en el mundo, pero ella simplemente no había tocado su comida. Solo mantenía la vista perdida en la ventana, como reflexionando.

- Weiss... Weeeeeeeeeeeeeiss. Remnant llamando a Weiss !Weiss¡- Gritó su líder, haciendo saltar de la sorpresa a su amiga.

- ¿Que? ¿que? - Repitió la muchacha, sobresaltada.

- Has estado rara esta mañana – Indicó Yang, mientras recibía un pequeño tomate arrojado a su boca por Nora desde la otra mesa.

- Ah... Es que simplemente estaba pensando- Respondió, antes de ser interrumpida se sobresalto por alguien atacando su espacio personal.

- Así que así es como se reacciona antes una sorpresa ¿Eh? !Wow¡ Debes enseñarme a hacer eso – Dijo una muchacha de cabello naranja espiralado hacia delante.

- ¿Penny?

- !Ruby¡ - Exclamó la chica nueva, mientras aparecía detrás de la líder del equipo como por arte de magia, y la abrazaba fuerte, levantándola de su asiento- !Ruby Ruby Ruby¡ !Ahora soy una chica de verdad¡- La pobre muchacha de rojo y negro tenía dificultades al respirar ante tal muestra de "Cariño". Luego de un rato, fue soltada.

- *Cof* *Cof* … Ugh...-Tosió antes de que una realización viniera a su mente- Espera... ¿Estas respirando?- La recién llegada estaba haciendo mucho sonido con su nariz.

- !Si¡ !Los olores son geniales¡ !Puedo oler todo ahora¡ !Comida, ropa, sudor, excremento¡ !Es genial¡

- ¿Ex...cremento?- Preguntó Yang, de repente, totalmente incómoda, mientras dejaba que una naranja pasara volando por encima de ella.

- Espera, espera... ¿Respirar? ¿Reaccionar ante una sorpresa? ¿Que eres tu? ¿Un robot? - Preguntó Blake, extrañada, desde el otro lado de la mesa.

- Eso era cuando papa uno punto cero me construyó – Explicó Penny con una enorme sonrisa en su cara. Ruby la miró shockeada. Pensaba que ese era un secreto, y ahora lo decía tan abiertamente. El resto de la frase ciertamente le shockeó mas- Pero luego vino papa dos punto cero y me hizo una niña de verdad.

- Suena a pinocho -Murmuró apreciativamente Blake, mientras se apoyaba sobre la mesa. Sus ojeras pronunciadas. Aun no conseguía dormir bien.

- ¿Papa... dos punto cero?- Preguntó Ruby, sin entender nada.

- !Si¡ !Papá dos punto cero, quien...¡ !Papaaaa¡- Exclamó antes de salir corriendo hacia adelante a una velocidad inhumana.

Jaune Arc salió del baño relajado, entrando a la cafetería.

Un día tranquilo para despejar su mente y liberar su alma... que bien que sonaba eso.

Sin duda, mejor que el sonido de sus huesos quebrándose ante el abrazo mas poderoso del universo...

Bueno, quizá Nora abrazara mas fuerte, pero ese no era el punto.

- !Papi,papi,papi,papi,papi,papi,papi,papi¡- Gritaba la voz de la autómata, mientras lo zangoloteaba de un lado a otro, cariñosamente...

Luego lo bajó al suelo. Lo que siguió a eso fue el rubio corriendo hacia un basurero...

A su cita con la reafirmación de su apodo.

- Ese es el chico vómito, damas y caballeros – Se mofó Yang con media sonrisa.

- Penny... ¿Por que le decías papá a Jaune?- Preguntó Ruby, extrañada, mientras se levantaba de la mesa para alcanzarla.

- Papi hizo algo muuuuuuuuy bueno. !Me hizo nacer de nuevo¡ - Exclamó, mientras tiraba sus brazos al aire en una pose muy rebuscada de presentación - !Mira¡ !No es genial¡- Mientras hablaba, llevaba sus manos al pecho, corría la blusa para el costado, sin importarle que se vieran pequeños ángulos de su corpiño blanco. En su pecho izquierdo, abrió una pequeña compuerta, mostrando en ella lo que parecía ser un pequeño corazón transparente, de color blanco, latiendo con fuerza- Esta echo de aura. Y eso hizo que en tooooooooooodo mi cuerpo comenzara a correr esa misma aura, creando órganos, músculos, huesos, vertebras, glóbulos !Y hasta gérmenes¡ !Ahora puedo hacer lo que hacen las chicas que nacieron sin dejar de ser una chica "Echa"¡

- Pero... ¿Como?

- Imitación – Respondió Ren, el miembro oriental del equipo de Jaune, mientras aparecía en escena con una mano en su barbilla – Un semblante de aura que permite a alguien reproducir algo instintivamente, creando una ilusión de eso. Eh escuchado que Sun tiene ese semblante también, aunque debo admitir que el que pudiera recrear todo el sistema de un cuerpo dentro del tuyo es algo asombroso – Admiró el muchacho, impresionado – Mucho cuidado de todas maneras. Si tu sistema interno entra en contacto con algo de manera muy fuerte, se desvanecerá.

- No te preocupes. Penny es resistente como el metal – Se mofó la autómata, orgullosa, mientras cerraba la compuerta – Además se que papi haría un corazón nuevo si eso pasara.

Todos se volvieron hacia el muchacho que, sin poder parar, seguía echando la cena del día anterior en el cesto de basura.

Lo habían sacudido como nunca en su vida.

Los viajes en avión eran algo deseable comparado con eso.

- Papi ¿Eso es vómito? !Quiero oler¡ !Nunca e olido el...¡

- !No¡ No Penny, algunas cosas deben permanecer en el anonimato – Interrumpió Weiss, mientras la tomaba del brazo con fuerza... y tapaba el pecho semi descubierto de la chica, evitando algunas mirada con doble sentido de los presentes en la cafetería.

La autómata le miró con curiosidad. Luego le sonrió.

Fin del capítulo.


Así cerramos por hoy!

Bueno, simplemente no puedo evitarlo. El fic "It must be this way" tiene demasiado potencial para dejarlo en un solo one shot. De echo, este Jaune al cual llegamos tras esa traumática experiencia en el oneshot me parece muy interesante de desarrollar, además que tengo ideas para todo el resto del elenco de RWBY para desarrollar una historia completa :D

Como siempre, les agradecería que me digan que les pareció y si les ha gustado. Se que ha sido un poco largo, pero si les gusta, acostumbrense, que, por lo menos este fic, promete capítulos con mucho contenido.

De echo, ya tengo el segundo capítulo escrito, y ya voy por el tercero, aunque ahora voy a parar. Mañana lo dedicaré a actualizar mis otros fics, que también necesitan amor :P .

Sin mucho mas que agregar, les agradezco que se hayan tomado el buen tiempo de leer todo esto, y les deseo mucha suerte :D.

HASTA LA PROXIMA!

PD: Díganme que les ha parecido los OST. Siempre puede estar sujeto a cambios.