Dedicado con cariño a Marianita-chan. Porque eres una heroína de la vida real…

Descargo de responsabilidad: Miraculous: Tales of Ladybug & Chat Noir le pertenece a mucha gente en varios países, pero yo no tengo nada…


MUTACIONES Y MUTANTES

—¿Mutaciones? —Adrien estaba horrorizado—. ¿Pero qué dices de mutaciones, Nino?

—¡Que sí, que sí! —exclama su amigo—. ¡Ladybug y Chat Noir tienen que ser mutantes!

—No, no, no… —niega Adrien—. Eso no es así…

—¿De qué hablan, chicos? —pregunta Alya, que se había acercado a los dos muchachos, arrastrando del brazo a una renuente y muy nerviosa Marinette.

—¡Alya, Marinette! —las saluda Nino. Adrien las recibe con una sonrisa tenue y Marinette atina a corresponderle con un tímido gesto de la mano—. Le decía a Adrien que Ladybug y Chat Noir tienen que ser mutantes…

Marinette se pone rígida como una tabla. Alya asiente vehementemente a la afirmación de su amigo.

—Estoy seguro de que te equivocas… —insiste Adrien. Marinette sigue callada, jugando ahora nerviosa con los dedos de sus manos.

—¿Y sus poderes, Adrien? —interviene Alya—. ¿Cómo los explicas? Su hiperdesarrollada agilidad, esos saltos imposibles, esa resistencia sobrehumana a golpes e impactos…

—No pueden ser humanos normales y corrientes, como tú y como yo… —concluye Nino, cruzando los brazos para dar por zanjada la cuestión.

—¿M-Magia? —se oye la voz titubeante de Marinette. Todos la miran, esperando que se explique mejor. Ella se siente observada, pero que no se diga que es una cobarde… Endereza la espalda, alza la barbilla y declara con voz más firme—. Es magia. Una magia arcana y ancestral… —y aquí los ojos le brillaban—. Una magia milenaria, tan antigua que no se sabe cómo comenzó…

Sorprendido, Adrien se la quedó mirando. Demasiado tiempo… Casi como si la viera por primera vez. Como si por primera vez notara que sus ojos tenían el mismo tono exacto de azul que los de aquella que le robaba el sueño… ¿Podría ser que Marinette…?

Ella se siente inquieta bajo su mirada, pero no aparta la vista de esos profundos ojos verdes, que la miran con la misma intensidad que los de cierto gatito que conoce… ¿Podría ser que Adrien…?

Pero al final el muchacho rompe el lazo que lo tiene hipnotizado y dice:

—Magia. Definitivamente magia —concluye Adrien—. Nada de mutaciones.

—Nada de mutantes —añade Marinette, asintiendo efusivamente.

Y los dos dicen a la vez.

—Magia.

Y de nuevo se miran, verde y azul, por primera vez conscientes de que una conversación cualquiera podría revelar aquello que se oculta a plena vista. Justo a su lado…