La noche caía en la ciudad de Nueva York, y por la quinta avenida muchas personas iban y venían, entre esas personas, una diminuta silueta era muy distinguible a la vista de él, si, era imposible no reconocer a la pequeña Rachel Berry, pero solo pequeña en su estatura, porque ella era muy grande, demasiado grande, incluso más grande que él, y lo sabía, no conocía a ninguna persona que tuviera toda su vida planeada como Rachel Berry, todas sus metas y sus grandes sueños, parecían locos de cumplirse cuando los mencionaba, pero ella no parecía darse por vencida, y se lo había demostrado ya dos años atrás y lo seguía haciendo cada día que pasaba, y el adoraba toda la seguridad y absolutamente todo de ella, incluso su forma de hablar sin parar, toda ella la adoraba.

El frío cada vez era más intenso, y debía apresurar el paso si quería alcanzarla, así que ajusto su gorro al modo que cubriera sus orejas y evitara que se congelarán por el aíre, respirando profundamente se echó a correr abriéndose paso entre la gente, pidiendo permiso y una que otra disculpa por las malas caras que la gente le ponía, pero él no perdía la vista de ella, solo ella, su objetivo, su vida, su sueño, su todo , si es cierto, Rachel Berry tenía toda su vida planeada y sus metas definidas y él, bueno, él ya tenía definido su sueño, y su meta, ella.

-Pequeña estrella- Fueron las únicas palabras que pudo decir al llegar totalmente agitado a su lado, pero fueron las palabras correctas para que ella supiera quien era y bastará solo escuchar su voz, para que girara la vista y pudiera ver el rostro de la persona que ella imaginaba.

-¿Qué estás haciendo aquí? - Su cara parecía estar en un estado de shock, tanto que hasta las palabras que uso no parecían las palabras que utilizaría con él, no con él.

-Bueno, ¿sabes? Yo también me alegro de verte-

- Perdóname Finn, pero es que ….. No entiendo-

-Who, eh dejado a Rachel Berry sin entender, ¿Quién lo diría? Jajá- Las carcajadas de Finn terminaron por contagiarla a ella.

-Adoro tu sonrisa- Las palabras de Finn provocaron un leve sonrojo en las mejillas de Rachel, y una diminuta sonrisa se formó en sus labios.

-Estem… creo que deberíamos hablar en un lugar un poco más… bueno, tu sabes, caliente-

-Te estabas tardando Berry: 3- Rachel tomo su mano guiándolo hasta su departamento.

Cuando llegaron al departamento Rachel dejo su abrigo en el sofá y tomo el de Finn entre sus manos acomodándolo justo encima del suyo.

-¿Quieres tomar algo?- Pregunto girando su cabeza, evitando cualquier contacto con sus ojos, pero Finn lo pudo notar, así que se acercó a ella, y la tomo de los hombros obligándola a girar y que sus ojos quedarán justo enfrente de los suyos.

- Eh venido a Nueva York por tres motivos, y son estos , uno y el menos importante, quería conocer la ciudad, dos, tú estás aquí, y tres, yo estoy donde tú estés.