La sonrisa plasmada en su rostro le sugiere algo más que sólo un simple contacto.
Las esmeraldas en sus ojos contemplan morosas a las azules de ella quien no logra captar bien aquel gesto que la mantiene atada a él como un captor a su presa, fresca.
Sus manos se concentran en explorar con cuidado cada curva que contorneaba su cintura y sus caderas, causando un pequeño estremecimiento por parte de ella. El sabor de su creciente excitación lo provoca a continuar su labor como su perfecto complemento.
Una parte de ella se resiste, el voraz galope en su pecho la hacen más deseable. Loki ya no podía esperar. Tenerla en sus brazos hacía que su pasión oculta y su lado invisible a los ojos de los demás surgieran sorpresivamente como las nubes en un día despejado.
La sensación de tomar posesión de su cuerpo y de su alma lo hacían desmoronarse lentamente en un extasiante delirio, la necesidad de rogarle que se quedara a su lado, que lo invitara a devorarla con sus labios, que la adicción y su deseo hacia ella lo iban a enloquecer de placer...
Y así Sigyn sucumbe. Los brazos a su cuello, su pecho sobre el de ella, con ambos corazones latiendo salvajemente, ambos labios unidos en una ardiente caricia que solo ellos podían comprender. Sus ojos cerrados, las manos del otro como cadenas en sus cuerpos...
Los susurros en su oído parecían encender aún más el deseo del cual Loki iba cayendo. Sigyn aferró sus manos a su espalda, y luego sumió una sobre el húmedo cabello de su amante, acariciándolo como queriendo calmar el frenesí. El joven dios ciñó con ambos brazos la cintura de ella, deteniéndose de sus agitadas acciones.
Se retuvo a mirarla; su cabello rubio revuelto, sus ojos azules entrecerrados, sus manos sobre sus hombros, que después subieron a su rostro, tomándolo suavemente. Sólo una leve sonrisa limitaba las palabras, que Sigyn hizo culminar con un suave beso en la frente de Loki, apartando con cuidado los mechones de cabello negro.
Loki finalmente cayó vencido, presa del cansancio sobre ella. Sigyn posó ambas manos en su espalda, dispuesta a compartir el sueño con él entre las sábanas...
