Después de la guerra, nuestros héroes regresan a Hogwarts para terminar sus estudios. Sin embargo, las cosas ya no son como antes y Harry comienza a experimentar nuevos sentimientos por alguien por quien jamás pensó sentir más que desagrado.
Hola… vuelvo después de mucho tiempo sin publicar nada, solo que ahora en una nueva categoría y pues esperando no hacerlo tan mal, pues no soy una gran conocedora de Harry Potter y tampoco me he leído más que un par de fics de este fandom, además de los libros, que una buena amiga mía me paso de su colección y admito que no sé si hay muchas historias de esta pareja en particular, pero como ella me insistió en que volviera a escribir y me pidió encarecidamente que lo hiciera de esta pareja, pues aquí me tienen.
Esta historia es para tí, mi Jess y para todos aquellos que gusten leerla.
Castigo
"-Ahh… y Potty, aléjate de él, entiende de una vez por todas que para Draco ya no eres nadie… ya no importas, ya no eres prácticamente nada, eres menos que nada para él. Es más, no existes."
Esas palabras aun resonaban en su cabeza una y otra vez, haciéndole tanto daño sin saber porque, alojando un punzante dolor en su pecho…
...
Todo sucedió tan rápido que apenas y se dio cuenta del lio que causo al hacer explotar la poción del rubio… y es que ahora mismo no podía apartar la vista del chico que yacía inconsciente y visiblemente lastimado en los fuertes brazos de su corpulento amigo, que gritaba para hacerse paso fuera del aula con su preciada carga.
Al parecer, ahora sí se les había pasado la mano.
Se trataba de una "simple y no malintencionada broma" según Ron.
Porque ¿qué tan peligroso podría ser, darle un pequeño empujón al Slytherin mientras revolvía meticulosamente su complicada poción en el sentido de las agujas del reloj? Bueno, ahora podrían dar testimonio de que si era muy peligroso y más, cuando quien lo prepara queda con el rostro casi dentro del caldero cuando este explota.
-¡Apártate Potter! - el fuerte empujón que recibió con esas palabras, lo hizo salir de su estupor para quedar frente a un Theodore Nott bastante molesto y rodeado por otros tantos iracundos Slytherin.
Harry recuperó el equilibrio ayudado por Ron que se encontraba a su lado cuanto todo eso ocurrió.
-Vete a fastidiar a otro Nott. – se interpuso entre su mejor amigo y el grupo de serpientes, al ver que Harry solo se dejó hacer sin siquiera defenderse.
-No te conviene meterte conmigo comadreja. – repuso el moreno al tiempo que apuntaba a Ron con su varita antes de que este reaccionara siquiera. Harry al ver lo que ocurría intento sacar su varita pero la punta de otra en su costado izquierdo le detuvo.
-Tu tampoco te atrevas a hacer un movimiento Potty… - se burló Zabini, antes de darle otro empujón lo suficientemente fuerte para hacerlo caer. – Y por cierto, no vuelvas acercarte a Draco, ni siquiera lo veas ni le dirijas la palabra otra vez, o nos veremos obligados a actuar como debimos hacer desde un principio. ¿Entiendes? - dijo antes de hacerle espacio a Nott para que este le propinara una fuerte patada en el estómago, ocasionando que su grupo riera por la patética imagen del "Salvador" y que los demás Gryffindor sacaran sus varitas y los hicieran retroceder para ayudar a su amigo.
"-Ahh… y Potty, aléjate de él, entiende de una vez por todas que para Draco ya no eres nadie… ya no importas, ya no eres prácticamente nada, eres menos que nada para él. Es más, no existes.- soltó irónico antes de dar la vuelta y reunirse con sus compañeros de casa, que seguían lanzándole miradas del más puro desprecio.
Hermione se acercó hasta Ron que ayudaba a Ginny a levantar a un aturdido Harry del suelo.
Harry trato de reponerse lo suficiente para comprender todo lo que recién había sucedido pero apenas y fue consciente de lo que Ginny le decía cuando la voz de su mejor amiga le trajo de vuelta a la realidad.
-Ambos están en serios problemas… - sentenció ella lanzándoles una dura mirada de decepción justo cuando la Directora se acercaba a ellos seguida del profesor Slughorn, que al parecer estaba bastante consternado por haber tenido que dejar la clase sola por un momento para atender una quemadura menor de una de sus alumnas.
La ahora Directora de Hogwarts, Minerva McGonagall, tenía el rostro apacible pero sus ojos no lograban ocultar el disgusto que sentía por el inapropiado comportamiento de sus estudiantes y de esos dos en particular.
Ella observó detenidamente a la clase reunida en dos grupos haciendo un severo gesto con sus labios firmemente apretados. -Síganme. - fue todo lo que dijo, antes de dar la vuelta y seguir su camino sin siquiera comprobar a los chicos detrás de ella.
Y Harry supo lo que venía… presentía que esta no iba a ser una simple charla y que no se salvarían de un buen castigo solo por ser Héroes de Guerra.
No señor, si la voz y la severa mirada de la Directora eran un indicativo, entonces quería decir que estaba al tanto de todas las "inofensivas bromas" que últimamente le gastaban al Slytherin. No que fueran tantas ni que fueran peligrosas como lo recién ocurrido, pero no podía imaginar que el llorón de Malfoy hubiera aguantado tanto sin ir de chismoso a contárselo todo. No necesitaba ser Trelawney para saber que se avecinaba un largo y doloroso castigo.
Y si con eso no bastara, el castigo que les impondrían no sería tan pesado como el sermón que les daría Hermione en cuanto regresaran a la Sala Común de Gryffindor. Solo esperaba que pudieran sobrevivir a ambos.
...
El día trascurrió más lento que de costumbre, ya que no solo fueron reprendidos por el daño causado a su compañero, sino también al aula en general. (Las bancas y sillas que se rompieron a causa de su supuesta confrontación con los de Slytherin y las que fueron dañadas por el caldero explotando) Así que tuvieron detención después de clases sin siquiera tomar su hora de comida, cumpliendo su castigo al estilo muggle… Y ahora después de horas y horas de fregar calderos, pisos y todo lo que se le ocurriera a Filch, podían ir a unirse a sus amigos en la cena.
A su lado Ron no paraba de maldecir de una u otra manera al "estúpido hurón" culpable de todos sus males, y no paraba de quejarse de que tendrían que aguantar todo un mes cumpliendo esa terrible condena.
Sin embargo, Harry solo podía pensar en cómo se encontraba el rubio y si en realidad estaba tan delicado como la propia Directora les había informado un par de horas antes de terminar con su ejemplar castigo.
Aunque no quisiera admitirlo, le importaba y estaba seguro que nunca antes se sintió tan culpable como en ese preciso momento que las miradas de todos en el gran comedor les siguieron hasta llegar a sus respectivos lugares en la mesa de Gryffindor. No sería tan malo, si solo hubiera visto la desaprobación en la mirada de los Slytherin pero no era así, había muchos compañeros de otras casas incluyendo la propia que no fingían su descontento con toda esa absurda situación. ¿Desde cuándo ellos se habían convertido en los malos de la historia?
Ya se sentía lo suficientemente mal con el remordimiento de saber que el rubio no estaría presente en los próximos días, según les había informado McGonagall, como para que el resto de sus compañeros también los juzgaran.
Algunos de sus amigos les sonrieron y les saludaron con simpatía mientras otros tantos como Hermione les ignoraron olímpicamente.
Él realmente no estaba prestando atención a los comentarios de ninguno de ellos, ni siquiera a Ginny.
Ron disimuladamente le pateó por debajo de la mesa haciendo un sutil gesto en dirección a su novia y Harry solo se encogió de hombros en una muda respuesta. Afortunadamente Ron que no parecía tener eso llamado conciencia, comenzó a devorar todo cuanto pudo reunir en su plato mientras platicaba animadamente con Neville y Seamus. Él apenas pudo comer o platicar con ellos cuando la inconfundible voz de Ginny, ahora si logro captar su atención.
-He oído decir a algunas chicas de Ravenclaw, que a Malfoy tuvieron que llevárselo a San Mungo. – soltó la chica bastante divertida como si no fuera nada de qué preocuparse. – A ver si así entiende su lugar de ahora en adelante.
Las chicas que estaban alrededor se rieron sin demasiado recato mientras otras que estaban más retiradas pero que también habían escuchado no dejaron de hacer notar su desaprobación como la propia Hermione que escogió ese preciso momento para apartar su comida y salir con premura del gran comedor.
El moreno la observo y decidió que ya tampoco tenía apetito, así que fue al encuentro de su mejor amiga ante la escéptica mirada de Ron, que prefirió quedarse y seguir comiendo, alargando así el momento de tener que enfrentarse a su furiosa novia.
-Hey Harry, te gustaría que te haga compañía… - se ofreció la pelirroja al notar que él también se retiraba.
-Lo siento Ginny, pero ahora no es un buen momento. – respondió con cansancio para luego irse sin dar oportunidad a la chica de alcanzarlo.
Y ahora mientras se alejaba sintió una punzada más de remordimiento al imaginar la decepción en el bello rostro de la chica.
En realidad no entendía lo que le pasaba, quería a Ginny y siempre se sintió a gusto en su compañía o al menos solía hacerlo antes de la batalla con Voldemort, pero llevaba bastante tiempo dándole largas o tratando de huir de ella cada vez que esta intentaba alguna clase de acercamiento con él.
Suspiro con fastidio… tenía que solucionar ese asunto pero en ese momento nada de eso importaba, solo quería hablar con Hermione y dejar que la sabía bruja lo hiciera sentir como el gusarajo que en realidad era.
Era patético, se sentía mal por Ginny pero se sentía aun peor por Malfoy…
Ese sentimiento lo estaba incomodando y no sabía bien como definirlo… sí, tenía remordimiento y estaba consciente de que había actuado mal pero ese sentimiento existía desde hace mucho tiempo atrás y ahora se le agregaba esta nueva carga que poco a poco lo estaba asfixiando.
Y luego estaban esas palabras que a cada tanto regresaban a su mente torturándolo ahora que no estaba ocupado en otras cosas "-Ahh… y Potty, aléjate de él, entiende de una vez por todas que para Draco ya no eres nadie… ya no importas, ya no eres prácticamente nada, eres menos que nada para él. Es más, no existes.- "– Ya no quería pensar ni sentir. Quería, necesitaba que todo eso parara.
Recorrió los largos pasillos y las escaleras hasta la sala común, en tiempo record pero no encontró a su amiga, la busco en la biblioteca y en varios lugares más pero sin tener éxito, así que resignado fue a su habitación. Que mejor lugar para seguir sintiéndose miserable.
Saco el Mapa del Merodeador y busco en el a su amiga… Hermione estaba en el dormitorio de las chicas, claro. ¿Cómo pudo no pensar en ello?
En fin, un misterio estaba resuelto pero ahora no pudo evitar buscar al rubio en el colegio, nada… absolutamente nada.
Draco Malfoy no estaba en Hogwarts.
Entonces comprendió que los rumores eran ciertos, Malfoy fue enviado a San Mungo o quizás a su casa, si… prefería pensar que al mimado rubio lo enviaron a casa. Al menos ese pensamiento lo haría sentir menos miserable en ese preciso momento.
Y aferrándose a eso, dejo que todo su cansancio se hiciera cargo de su adolorido cuerpo y se quedó dormido.
...
Cinco días habían pasado y en todo ese tiempo no había oído noticias de Malfoy y Hermione tampoco parecía querer hablar con ellos.
Parecía que nunca podían coincidir con ella, más que en las clases que compartían y ocasionalmente en la cena, aunque cuando ellos llegaban ella repentinamente se iba. Era claro que seguía molesta, tanto que ni siquiera quería reñirlos.
Y hasta ahora era que recordaba que Hermione nunca había dejado de hablarles por muy molesta que estuviera, al menos no a él, con Ron era otra historia.
Así que esa noche, decidió que debían enfrentarla y procuro realizar su castigo con la mayor rapidez, asombrando a Ron que en cuanto escucho su plan de hablar con Hermione, decidió que se apuraría para ir con Harry, pues este tenía el don de dulcificar un poco el carácter de su novia.
Y ahora con el apoyo de Ron, no tuvieron ningún problema en salir antes de su castigo asignado y encontrar a su amiga en la biblioteca.
La chica estaba hasta el final de un pasillo escondida en una pila de libros tan antiguos que parecían estar a punto de deshojarse al más mínimo toque, pero comprobó que no era el caso en cuanto descubrieron a su amiga ojeando uno con toda familiaridad y este no deshacía.
-Hermione… - le hablo Harry y la chica dio un pequeño respingo al ser abruptamente interrumpida. - Deja de actuar así con nosotros, sé que actuamos mal, pero solo fue una simple broma que nos salió un poco mal, se salió de control.
-Un poco mal has dicho, Malfoy está en San Mungo, y dices que termino un poco mal porque se les salió de control. ¿Que son ahora, unos matones, la nueva brigada inquisidora acaso? –inquirió la chica, dejando su libro y ahora si prestándoles toda su atención.
-¿Cómo te través a compararnos con ellos? Malfoy sí que era de la brigada y disfrutaba de ello. –soltó Ron bastante disgustado.
-¿Y ustedes no, acaso no han estado molestando a los Slytherin desde que comenzaron las clases?
-E-Eso no es del todo cierto. – Harry trato de justificarse pero Ron no le permitió continuar.
-A claro, ahora nosotros somos los malos ¿no? ¿Y que hay de malo con querer que paguen un poco por lo que nos han hecho? ¿Y que si queremos desquitarnos de Malfoy?
Las voces eran cada vez más fuertes así que Harry lanzo un hechizo para que Madame Pince no lograra escucharlos y los echara fuera, sabía que eso no ayudaría a su causa con Hermione.
-Es que no lo entienden, él no les ha hecho nada. Malfoy no se ha metido en su camino desde que inicio el curso y por si no lo han notado la guerra termino. – declaro la chica sin alzar siquiera su tono de voz.
-¿Lo defiendes a él por encima de nosotros, a él, al imbécil que te llamo sangre sucia y que nos ha hecho la vida imposible desde que entramos al colegio? ¿A él, que ha seguido molestando a Ginny y a sus amigas?
Esas palabras parecieron sacar a la castaña de quicio, porque los fulmino con la mirada antes de dirigirse a su novio con los dientes apretados por la rabia contenida.
-El no… Draco no es así, creo que nunca fue así… y dudo mucho que lo dicho por tu hermana sea cierto. – dijo apretando los puños por encima de la mesa.
-Ahh… solo eso me faltaba ¿con que ahora es Draco no? ¿Desde cuando defiendes al hurón con tanto ahínco?- casi grito el pelirrojo enfurecido por la ira que lo estaba consumiendo al ver a "su chica" defendiendo a otro con tanta pasión. Y no a cualquier otro, tenía que ser a su peor enemigo.
Pero la chica no se atemorizo por el tono de su novio y lo miro fijamente. -Desde que han perdido el juicio y que se comportan como un par de imbéciles.
-Él es el imbécil que me llama pobretón, que insulta a mi familia y a los padres de Harry, que hace la vida imposible de los demás estudiantes. Él maldito mortífago que trato de matar a Dumbledore y que debería haber sido condenado a Azkaban. – termino gritando antes de que la chica le soltara tremendo puñetazo que le hiciera probar el gusto de su propia sangre.
El pelirrojo la miró con incredulidad. Harry también.
Pero no quería intervenir, a pesar de haber visto a Hermione actuar así hacía mucho tiempo, nunca se dirigió de esa manera hacia ellos que eran sus mejores amigos y su novio respectivamente.
Y aunque no quería admitirlo, esa ferviente devoción con la que defendía al rubio le sentó mal, muy muy mal. Era algo parecido a lo que imaginaba sentía Ron. Celos, unos irracionales celos que casi lo hacían ver rojo y no precisamente por el mismo motivo que a su amigo.
-No entienden, si tan solo se dieran cuenta que todos perdimos en esta guerra, ambos bandos perdieron padres, hermanos, hijos, amigos… no todos son malos. Draco no actuó por maldad, actuó para proteger lo que más amaba y estoy seguro de que tanto ustedes como yo, hubiéramos hecho lo que estuviera en nuestras manos para proteger a los que amamos.
-Yo no haría lo que ellos hicieron, lo que Malfoy hizo.
-Sí que lo harías Ron, incluso yo lo haría si hubiese estado en sus zapatos.
-¿Que? No puedo continuar escuchando esto… - soltó el chico dando la vuelta para alejarse, pero la voz de la castaña lo hizo detenerse antes de avanzar lo suficiente.
-No lo hagas… pero estoy segura que hasta Harry si hubiera tenido la oportunidad de salvar a sus padres también hubiera actuado de esa manera.
-Entonces culpa a sus mortífagos padres, que lo pusieron en esa penosa situación. – respondió con sarcasmo pero sin quiera volverse.
-Su padre… no "sus", además tú lo has dicho, fue este el que tomo la mala decisión que marco su vida y él definitivamente no es su padre.
-Veo que estás muy convencida… - ahora sí que volteo a verla solo por algunos instantes. - Entonces no sé a quién demonios conocí durante todos estos años.
-Si te calmaras y me escucharas podrías entender que él en realidad nunca fue malo. Yo sé lo que les digo solo escúchenme… - casi suplico al borde de las lágrimas.
-Ahora mismo no quiero saber nada más de él, ni de ti… - dijo el chico antes de continuar su camino sin siquiera volver a ver a su novia y a su amigo, que en ningún momento abrió la boca para apoyarlo.
-Ron… - Hermione suspiró reprimiendo sus ganas de llorar hasta que el pelirrojo se perdió en el corredor dejándola sola con Harry, que después de todo ese arrebato entre sus mejores amigos, había dejado los celos de lado para remplazarlos con simpatía y tristeza al mismo tiempo por ver a su mejor amiga desmoronarse.
Y sin pensarlo dos veces se apresuró a sostenerla entre sus brazos mientras ella se aferraba a su cuello y sollozaba ya sin reparo por seguir conteniéndose.
Sin embargo, mientras la sostenía y le murmuraba tiernas palabras de consuelo, sintió curiosidad por saber lo que ella sabía de Draco Malfoy y él no.
-Hermione, discúlpalo… no, discúlpanos a ambos. Tienes toda la razón hemos actuado como unos matones y no es justo puesto que la guerra termino y no teníamos derecho de actuar de esa manera cuando ellos no nos han provocado, al menos no directamente pero bien sabes que Ginny y…
-No es cierto. – le corto la castaña mirándolo fijamente. – He escuchado de Luna, que Ginny y algunas de sus amigas fueron por ahí reclutando compañeras de otras casas para poner en su sitio a los Slytherin y que ellos no hacen solo que defenderse.
Harry la miro con incredulidad ¿desde cuándo Hermione le cree a Luna sobre Ginny?
-No digo que Luna sea mentirosa pero sabes que ella vive en un mundo… digamos diferente al nuestro.
La castaña se limpió el rastro de lágrimas y lo volvió a enfrentar.
-Puede que así sea, pero ¿crees que Luna defendería a Draco solo porque si? Ella estuvo cautiva en su casa, era para que se hiciera de la vista gorda y lo dejara pasar. Sin embargo, ella es una buena persona y puede ver lo que los demás no. Si ella lo dice, le creo y estoy segura que no es quién miente.
La chica ya más tranquila usó su varita para regresar los libros en sus estantes y guardar sus útiles en su bolso mientras Harry meditaba en sus palabras.
Había notado que Hermione ya no era tan cercana a Ginny desde el final de la guerra pero él lo atribuyo a alguna cosa de chicas o quizás a que él mismo se había alejado de ella y que Hermione quiso poner distancia por no quedar en medio de su mejor amigo y su cuñada pero jamás imagino que se debiera a otras circunstancias. Aunque ahora que lo pensaba mejor, Ginny tampoco era la misma.
-Yo no sé Hermione ¿Qué ganaría Ginny mintiendo?
-¿Y que ganarían los Slytherin molestándolas a ellas? – inquirió antes de tomar el bolso sobre su hombro y deshacer el hechizo de silencio lanzado por Harry.
Luego se apresuró a salir de ahí antes de que Madame Pince siquiera los notara.
-Pues saben que no pueden meterse con nosotros. – respondió encogiéndose de hombros una vez que estuvieron caminando hacia su sala común. – Porque entonces serían expulsados.
-Para ellos sería peor meterse con la hermana de un héroe de guerra y novia del salvador. ¿O no te has preguntado porque ni Ginny ni ninguna de sus amigas han ido directamente a la Directora?
-¿Por lo mismo que ningún Slytherin se ha encargado de poner al tanto a McGonagall de sus supuestas calumnias? – respondió con fastidio, no daba crédito a que su amiga los siguiera defendiendo.
-No lo entiendes Harry, ellas no tienen que perder. Pero ellos ¿Quién les creería? sería su palabra contra la de Ginny y su grupo. Y si ellas dijeran la verdad, ya hubieran ido de chismosas para que los expulsaran. Sin embargo ¿qué chiste tendría? Los expulsarían sin más, pero no ellas quieren dejar clara su postura. Inventando rumores para manipular a quien se deje incluidos tú y Ron, para que en su nombre les hagan pagar por todo.
-Pastel de calabaza. – murmuro Harry, en cuanto estuvieron frente al retrato de la Dama Gorda.
Esta los dejo pasar y Hermione se apresuró a la sala común. No se asombraron al encontrarla vacía, después de todo era la hora de la cena.
-Hermione, yo… no sé qué pensar, admito que tiene sentido lo que dices pero aun así no creo a Ginny llegar a tanto.
-Yo tampoco creería que tanto tú como Ron hubieran hecho de matones desde que empezó el curso y mira como me equivoque.
El moreno se sonrojo de vergüenza, sabía que la chica tenía razón y aunque actuó en nombre de otros nada justificaba su comportamiento. Nuevamente se sentía utilizado, un simple títere que se deja manipular por quien sea.
-¿Por qué aseguras que Malfoy no es así? – pregunto más por curiosidad que por salir del tema.
-No lo vas dejar estar ¿cierto? – dijo más para sí que para Harry.
Y entonces ella se apresuró a su dormitorio dejándolo solo y desconcertado por unos breves minutos antes de regresar con un puñado de cartas en sus manos.
-Estas son cartas que he recibido desde hace algunos años. Entenderás más si las lees pero antes quiero decirte que a diferencia tuya y de Ron, yo si me presente en el Tribunal del Wizengamot cuando Draco fue juzgado.
Harry la observo con incredulidad, los tres habían acordado que una vez que declaran sobre lo acontecido en la guerra ya no tenían por qué presenciar los juicios.
-¿Porque?
-Porque se lo debía…
...
Pues hasta aquí llega el primer capítulo de esta historia, que espero haya sido de su agrado.
Y a quienes se tomaron el tiempo, muchas gracias por leer…
