I don't know why i'm doing this shit xD
Sólo desperté un día con ganas de hacer algo diferente y locochón, y como mi vida es patética pues me puse a escribir un teenlock, otra chica joven y hermosa se habría ido de party hard, yo me limité a poner música de Celia Cruz y los Fabulosos Cadilacs, bailar como estúpida completamente sola y escribir esto.
Se llevó una mochila suficientemente grande para cargar con los libros que le entregarían, podría considerarse extraño, pero a John Watson le gustaba el primer día de clases, las caras conocidas iluminadas por el sol del verano, la escuela oliendo a limpio, los bancos nuevos, quitarle el plástico protector a los libros recién entregados... era como un ritual, uno que se daba sólo una vez al año y había que vivirlo al máximo.
Había salido solo, pues Harriet no quiso esperarlo ni un minuto, sospechaba de su supuesta nueva "mejor amiga", Clara, una chica muy guapa, ¿cómo hacía Harry para ligar chicas tan bonitas?, bueno, su hermana no era para nada fea, aunque si odiosa a veces, en fin, el punto es que iba a la escuela y estaba feliz.
Ese año sería especial, era el último año de Greg, sí, se seguirían viendo porque Greg había decidido entrar a la academia de policía en vez de la Universidad, pero no sería lo mismo, así que habían acordado disfrutar más ese año, también era el último año de Harry pero sinceramente John no estaba muy preocupado por eso, la relación con su hermana siempre había sido difícil.
Saludó a los conocidos que fue encontrando por los pasillos que, de nuevo, estaban llenos de actividad, fue directo a la oficina de la maestra Hudson, encargada del programa de tutorías en el que John estaba inscrito como voluntario, la maestra estaba tan sonriente y amable como de costumbre, le ofreció galletas y té que rechazó educadamente, Greg llegó poco después, se saludaron con cariño, fue por el programa de tutorías que se habían conocido.
A John siempre le habían hecho burlas por su estatura, las agresiones se volvieron serias cuando tenía diez, todos los niños estaban poniéndose más y más altos, por lo cual les parecía gracioso molestar al "hobbit", la maestra Sara se había dado cuenta del problema y solicitó un tutor para él, ese tutor resultó ser Gregory Lestrade, un muchacho de trece años, noble y paciente, congeniaron enseguida, Greg ayudó a John a aceptarse y a no tener miedo, John siempre le estaría agradecido por eso.
- Bueno, muchachos-comenzó la maestra, sonriendo - ¿emocionados?, como será el último año de Greg, y sabiendo que ustedes dos son inseparables, quise encomendarles la tarea más importante de este año, recibiremos dos alumnos nuevos, muchachos muy brillantes, realmente brillantes, y quiero que ustedes los ayuden a adaptarse a la escuela-
John sonrió, sólo de imaginar las caritas de inocencia de aquellos niños se sintió feliz, miró a Greg quien le correspondió la sonrisa.
- De acuerdo, profesora, ¿cuándo conoceremos a los pequeños?- preguntó Lestrade, siempre era un poco gracioso escucharlo hablar así, sobre todo porque, desde los trece años, el cabello de Greg empezó a cubrirse de canas, ahora estaba casi gris, los amigos le apodaban abuelo.
- Parece que ya vienen- dijo la maestra.
Los dos muchachos volvieron la vista hacia la puerta, entraron dos alumnos pero no eran precisamente unos "pequeños" como los había llamado Greg.
- Los presentaré- agregó la profesora, acercándose a los recién llegados – Mycroft y Sherlock, estos muchachos son John y Greg, serán sus tutores-
- Profesora Hudson, la verdad es que…- comenzó John.
- Confío en que harán sentir a estos dos jóvenes como en casa- continuó la maestra – Mycroft, tú irás con Greg, Sherlock irá con John, sus horarios de clases son iguales así que no tendrán ningún problema, bueno, ya se pueden ir, ¡diviértanse!-
Los cuatro muchachos salieron de la oficina en silencio, por unos momentos se quedaron mirándose sin saber qué decir o hacer, Mycroft, el que asesoraría Greg, era un muchacho alto y fornido, de cabellos pelirrojos y lisos, sus ojos celestes observaron a Lestrade con interés.
- Deberíamos ir a clases- comentó Greg, tratando de sonar amable – entonces, ahm, John, creo que…te veo luego-
- Hasta luego- correspondió John, viendo cómo Greg se alejaba con Mycroft – Eh… Sherlock, ¿verdad?-
- Sí, Sherlock, Sherlock Holmes-
John tenía que mirar a Sherlock hacia arriba, tan alto era el muchacho, de piel palidísima y lisa, labios rosa tenue, su tez contrastaba con el cabello negro y rizado, vestía muy elegante para ir a la escuela, de rasgos alargados, igual que lo nervudos y delgados miembros, era inusual pero era bello, John se sonrojó cuando los ojos de Sherlock, una mezcla de azul, gris y verde, lo miraron de pies a cabeza.
- ¿No vamos a ir a clases?-
- Ah, sí, es decir, yo soy John Watson-
- Sí, ¿nos vamos?-
- No habrá clase- dijo John – si tenemos el mismo horario entonces nuestra primera clase es Español, con el maestro Vásquez, nunca viene el primer día-
- Ah, educación pública, claro-
Watson sonrió – sí, lo sé, podemos ir al salón de todos modos, para que lo conozcas-
- Claro-
Sherlock miraba a todos lados, John pensó que estaba nervioso así que trató de hacerle plática.
- ¿Te acabas de mudar?- preguntó el rubio.
- No, siempre he vivido en Londres-
- Ah, te cambiaste de escuela, bien, a veces es un poco difícil adaptarse pero no te preocupes, aquí todos son muy amables-
- ¿Ese es el salón?-
- ¿Qué?, ah, sí-
Entraron juntos para encontrar a todos los compañeros platicando y riendo, John pensó en presentar a Sherlock pero no lo hizo, lo mejor sería dejarlo hacer a él, fue a sentarse junto a Mary, Sherlock fue tras él.
- Hola, Mary, ¿cómo estuvieron tus vacaciones?-
Mary Morstan, el amor imposible de John, bueno, no tan imposible, habían salido al menos tres veces, se habían besado al menos tres veces, pero John no conseguía la "exclusividad" de Mary, en palabras más sencillas: Mary no quería ser su novia.
Con cabellos rubios dorados y ojos de esmeralda, Mary era fácilmente la chica más guapa de toda la escuela, ok, exageraba, una de las cinco más guapas de la escuela, vivió en India con su padre hasta los trece años cuando quedó huérfana y se mudó a Londres, entrando en la misma clase que Watson, a John le había gustado desde entonces, Mary sin embargo era del tipo de chicas que disfrutaban la atención masculina, tal vez demasiado, salía con quien quería sin estar realmente con nadie, le gustaba John, era un chico amable y tierno, pero prefería seguir siendo soltera.
- Estuvieron muy bien- dijo la rubia, sonriendo – mi tía me llevó a Canterbury, es muy bonito, ah pero, ¿quién es tu nuevo amigo?- continuó Mary, dirigiendo una interesada mirada a Sherlock.
- Sherlock Holmes- dijo el muchacho, tendiendo la mano a Mary.
- ¿Holmes, del corporativo Holmes?- preguntó Mary, sorprendidísima.
- ¿Me pierdo de algo?- John estaba confundido.
- ¡John!, ¡estamos hablando con un multimillonario!-
Sherlock rodó los ojos con fastidio – técnicamente el multimillonario es mi padre-
- ¿Entonces qué haces en una escuela pública?- preguntó John.
- Mi padre quiere que Mycroft y yo convivamos con el resto de a gente, y bla bla bla, no es importante-
- En pocas palabras, te acerca al vulgo- comentó Mary, riéndose – vaya, qué ideas tan locas tienen lo ricos-
Sherlock bufó.
- ¿Entonces es verdad?- insistió John, sin salir de su asombro.
- Sí- respondió el Holmes - ¿dónde está la biblioteca?, me gustaría echarle una ojeada-
- Te acompañaré- dijo John, no quería dejar tan pronto a Mary pero su responsabilidad como tutor era ayudar a Sherlock – hasta luego, Mary, ¿te llamo?-
- Tal vez- respondió la rubia – adiós-
Watson llevó al muchacho a la biblioteca, estuvo examinando algunos libros hasta que fue hora de la siguiente clase, les entregaron todos sus libros, John casi brincaba de la emoción, entonces reparó en algo: Sherlock no llevaba mochila.
- ¿Cómo piensas llevarte los libros?- le preguntó el rubio.
- Ah, sí, ese detalle…pues no sé, los meteré al casillero o algo así-
Entre los dos llevaron los libros de Sherlock, aquello era tan raro, era como si Holmes no…
- ¿Nunca has estado en una escuela?- preguntó John de repente, mientras Sherlock cerró el casillero en silencio.
- Me preguntaba cuánto tiempo más tardarías en notarlo, eres listo, seguro que tu amigo ni enterado y eso que le tocó fácil, Mycroft es tan borde a veces…-
- ¿Pero cómo es posible que nunca hayas estado en una escuela?-
- Me eduqué en casa con institutrices y maestros, igual que mi hermano-
- Ah, entiendo…- John suspiró – bueno, verás que no tienes problemas en nada, y si llegas a tener dificultades puedes pedirme ayuda, deberías venir a mi casa en estos días-
- Creo que deberías esperar a que regresen tus padres-
- No es problema, de hecho… ¿cómo sabes que mis padres están fuera de la ciudad?-
- Fácil, tu camisa está planchada pero no muy bien, lo cual indica que la planchaste tu mismo, ¿qué se puede concluir?, eres muy joven para vivir solo así que tus padres no están en casa, sin embargo tu ropa desprende un aroma a suavizante, probablemente tengas ayuda para lavar la ropa, juzgado por el estado de tu vestimenta en general deduzco que provienes de una familia acomodada pero no demasiado adinerada, por lo tanto no tienes asistenta, lo más seguro es que tengas una hermana mayor, sé que es mayor que tú por tu celular, es color blanco y parece que le quitaste algunas pegatinas, o sea que eres su segundo dueño, el blanco y las calcas indican una muchacha, te cedió su teléfono porque recibió uno nuevo, tus padres probablemente tengan favoritismo hacia ella, no dejas que te afecte mucho aunque tratas de no dar problemas, pero bueno, sólo te he conocido unas horas, no puedo decir más-
- Eso fue… ¡increíble!, ¿eres una clase de genio o algo parecido?-
- No- contestó Sherlock, sonriendo – sólo un buen observador, es curioso-
- ¿El qué?-
- Tú, la gente normalmente no se asombra de mis habilidades, no reaccionan así-
- ¿Y cómo reaccionan?-
- Me mandan a la mierda-
Los muchachos se rieron juntos.
- Era en serio la invitación- agregó John – Harry se la pasa en casa de su novia, tendremos la casa para nosotros solos-
- Gracias- respondió Holmes – eres muy…amable-
- Hey, antes de que lo olvide- John sacó el celular del bolsillo- tomémonos una foto-
- ¿Por qué?-
- Bueno, es una especie de tradición entre Greg y yo, siempre que ayudamos a alguien como tutores, tenemos una foto con cada chico, aunque bueno, tú no eres un niño… ahora que lo pienso, si no quieres tomarte la foto está bien-
- No, no, está…bien, tomémosla-
- Bien, acércate, sí, así, ehh, sonríe-
- Salgo gracioso- dijo Sherlock, sonriendo –tú te ves bien-
- ¿Quieres tomar otra?-
- No, esta está bien-
- La subiré a mi blog-
El celular de Sherlock sonó y vibró, el muchacho lo revisó, soltando un suspiro de fastidio.
- Es Mycroft, hora de irse- Sherlock guardó el celular – gracias por todo-
- Me dio gusto conocerte, Sherlock, nos vemos mañana-
Sherlock dedicó media sonrisa a John y se alejó caminando.
- ¡John!-
- ¡Ah, Greg!-
Lestrade se acercaba a paso veloz, con una sonrisa en el rostro.
- ¿Cómo te fue con Mycroft?-
La sonrisa se borró del rostro de Greg.
- Ugh, ese tipo… ¡es un pesado!, apenas y me habló, se la pasó mirando a todos con aire de desprecio y me obligó a cargar los libros hasta su auto, cuando le pregunté por qué me dijo "oh, pues eres el tutor, ¿o no?, se supone que debes ayudarme"-
John no se pudo aguantar las carcajadas, Greg cedió y comenzó a reírse también.
- Vamos, Greg, esos dos nunca han estado en una escuela-
- ¿Es en serio?- preguntó Lestrade, asombrado – vaya, Mycroft ni lo ha mencionado…-
- Según Sherlock, es un poco borde-
- ¿Un poco?, eso es ser generoso, pero por lo que dices parece que Sherlock sí habló contigo, ¿todo bien?-
- Bien, hasta pude tomar la foto- John mostró el celular a Greg – es buena, la pondré en el blog-
- Es muy buena-
- ¿Tú pudiste tomar la foto?-
- ¿Cómo demonios?, el tipo no quitaba esa cara de asco-
- Ay, Greg, al menos el año no será aburrido, ¿verdad?-
No les gusta comer camarones secos?, el único problema es que son muy salados, pero en general me agradan con salsa...
No estoy segura si debo continuarlo o no, equis.
