¿Mi época pirata? Pues no fue tan maravillosa como la pintan, pasaba semanas lejos de casa en un barco.
No es que no me gustara, la aventura y la adrenalina que sentía al enfrentarme a los ingleses era la mejor parte.
Pero, siempre hay un pero ¿verdad? No todo era gloria, fiestas y mujeres.
Cuando conseguía regresar a casa encontraba a mi subordinado llorando por mi culpa, eso me hacia querer tirarme al mar y morir ahogado.
Me daban ganas de quedarme cuando él se enojaba con mi partida, le había prometido que no lo abandonaría ¿Y que es lo primero que hago?
Exacto, dejarlo solo. Aun me odio por eso y también por la muerte de todos mis hombres, pobre almas en pena que espero y hayan encontrado descanso.
Créanme cuando les digo que aun oro por ellos, están grabados a fuego en mi memoria.
Pero aun así añoro los días de gloria, en los que las peleas eran el plato del día. En los que una victoria no era solo tuya sino de todos los que te acompañaban.
Mas no hemos de olvidar el sufrimiento, crecí solo sin nadie que me enseñara, cuando apareció Romulo ya era tarde para aprender de él y no duro mucho con nosotros. Igual no me importo, aunque no lo parezca mi sonrisa es forzada y es así ya que mi pueblo esta antes que mis necesidades y siempre sera así.
¿Saben que recuerdo? Los días tranquilos en los barcos, cuando no atacábamos nada eh íbamos de exploración, yo solía subir a la parte mas alta del mástil y mirar las nubes, siempre lloraba por no estar en casa.
Me sentía solo, pues los hombres del barco eran solo eso, hombres, ninguno era mi amigo, ninguno me entendía.
Llegue al punto de emborracharme hasta no poder mas, pero un día regrese ebrio a la gran casa que compartía con Romano, cuando me vio ¡Oh! aun recuerdo la decepción en su rostro.
Y como no la iba a tener si regrese ebrio el día de su cumpleaños y para re matarla, mate a alguien frente a él.
Nunca me perdonare todas las muertes que cause, toda la destrucción que ocasione y mucho menos olvidare las lagrimas de Lovino.
Esa es mi cruz, quiero pensar que todos tenemos una.
