El 16 de Julio de 1995, se cometió uno de los más barbaros ataques del grupo terrorista Sendero Luminoso contra la capital de el Perú, Lima.

La reconciliación no es con asesinos, si no con las víctimas del conflicto.

P.d: Siento el contenido fuerte, pero necesitaba hacerlo. Lo que pasó a Perú hace 20 años...


El horroroso Sendero

16 de Julio de 1995.

Era una noche preciosa. Por fin Perú había logrado escaparse de la prisión de oro a la que le habían sometido en Palacio de Gobierno ¿Qué se habrían creído esos conchesumares? ¿Qué él no se enteraría de lo que estaba pasando en el país? Si el mismo sentía que se partía en dos. Tanta sangre derramada, tantos hermanos muertos, tanta locura a manos de un líder mesiánico.

La gente dentro de Palacio, incluido el Presidente y el Asesor del SIN que no le caían para nada lo habían confinado a un despacho, sin comunicarle absolutamente nada.

Pero él averiguaría todo.

Dejó a Cool Llama debajo de las sábanas a pesar de que este le mordió, amenazó y hasta aseguró comerse toda su colección de Malcriadas del Diario El Trome.

"Te daré un pollito broster cuando vuelva ¿ya?"

Se escabulló del Centro Histórico, tomó mil buses y llegó a Miraflores.

Se dirigió a Tarata. Allí vivía uno de los pocos amigos humanos que había hecho. Él le contaría todo lo que había pasado en estos meses, era lo más seguro.

Se fijó en su reloj. Eran las nueve con catorce minutos de la noche. Suspiró contento, su amigo lo esperaba a las 9 y media.

Y lo último que oyó fue una explosión.

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Perú solo sentía miedo. Mucho miedo. Él solo iba a ver a un amigo, repetía, mientras los hombres de negro lo llevaban a rastras. El niño no tenía porque tenía que reventar en su rostro.

No tenía porqué, no tenía porqué.

Se preguntó donde estarían Chile y Bolivia en estos instantes, e inconscientemente agradeció que estuvieran muy lejos.

Empapado de sangre, los gritos a su alrededor drenando su mente y la risa demente de los asesinos fueron el mejor detonante que pudo haber recibido sobre la realidad de su país.


Hasta pronto.