Y ahí comenzaba de nuevo, el maldito Lucifer continuaba hostigándolo e impidiéndole que tuviera un solo segundo de paz.
-¡CÁLLATE HIJO DE PUTA!- gritó hacia su alucinación pero el ángel caído solo sonrió.
-¿Qué pasa, Sammy?- preguntó acercándose para subir a gatas a la cama y mirarlo con una amplia sonrisa- ¿Quieres dormir, Sammy? ¿Tienes sueño, Sammy? ¿Estás cansado, Sammy?-
-Cállate… por favor… ya basta…- suplicó el castaño casi llorando- Por favor…-
-Pobrecito, yo te ayudaré, ¡MI PEQUEÑO SAMMY! ¡VAMOS A DIVERTIRNOS!-
Sam se levantó llorando para ir a sentarse a un rincón del cuarto, dejar las rodillas flexionadas y apoyar la cabeza sobre ellas mientras se cubría los oídos. Solo deseaba que se detuviera, solo quería que acabara todo de una buena vez y poder dormir algo. Ya no lo soportaba.
-No me ignores, Sammy, no voy a desaparecer- dijo Lucifer caminando por el cuarto y aventando al aire una copa para luego atajarla- Vamos Sammy, mírame, no puedes cerrar los ojos y desear que desaparezca, no funciona así-
-No… no eres real, no eres real… no eres real…-
-¿Crees que no soy real, Sammy?- el ángel caído arrojó la copa contra la pared, cerca de donde estaba Sam- ¡¿ESO TE PARECE REAL?!-
El cazador se cubrió los ojos mientras las copas se estrellaban contra la pared a su alrededor. Ya no podía continuar, ya no quería continuar, ya no se sentía capaz de continuar y cuando ya daba todo por perdido, los ruidos cesaron, Lucifer se calló y todo quedó en silencio.
-¿Eh?- unos brazos cálidos lo rodearon y por unos segundos pensó que estaba alucinando al ver de quien se trataba- Gabriel…-
-Hola Sammy- dijo el bromista mirándolo mientras acariciaba su espalda con suavidad- Tranquilo, ya pasará-
-Duele, Gabriel- respondió el cazador abrazándolo mientras lloraba- Me duele mucho-
-Lo sé, Sammy… ojala pudiera hacer algo para borrar tu dolor- el castaño lo miró unos segundos.
-¿Por qué… estoy viéndote?- el arcángel sonrió de medio lado.
-Quizás tú pregunta deba ser ¿Por qué estoy aquí?-
-¿Eres real?-
-Lo siento pequeño pero por ahora, no conocerás esa respuesta-
El arcángel lo tomó en brazos para llevarlo a la cama y lo abrigó bien bajo las tapas. Se inclinó para darle un pequeño besito en la frente antes de recostarse a su lado para abrazarlo mientras tarareaba una canción.
-Gabe…-
-Cierra tus ojos, aunque sea por unos minutos, tendrás un buen sueño, no te rindas, Sammy-
El sueño se fue apoderando lentamente de él y Sam logró dormir, abrazando esa calidez mientras escuchaba a lo lejos "Hey Jude".
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Sam abrió los ojos rápidamente cuando escuchó un fuerte estruendo, el ángel caído estaba golpeando la pared con saña mientras se reía. Sam se incorporó llevándose una mano a la frente y desvió la vista triste al pensar que todo fue un sueño. Decidió levantarse cuando algo cayó de la cama y la rodeó llegando al otro lado para recogerla. Sostuvo la pequeña pluma blanca y esbozó una sonrisa.
-No me rendiré, Gabe… gracias por ayudarme de nuevo-
Sostuvo la pluma con fuerza y miró a Lucifer, no iba a rendirse aún, no después de que estaba seguro que lo ocurrido hace un rato fue real, que Gabriel aún estaba rondando por ahí, esperando la mejor ocasión para regresar y divertirse a costa de ellos de nuevo.
-No me rendiré-
Esa pequeña visita inesperada, le dio la fuerza suficiente para hacerle frente a su locura mientras esperaba el regreso de Dean.
