**On the border of your world and mine
Is a prominent universe called Calanili**

Entre el borde de ambos mundos hay una isla que se llama Calalini

**It´s my island of dark paradise
So not every day is a vacation for me.**

Es un paraíso oscuro, no todos los días son buenos para mi

Kaai Yuki ya había perdido las esperanzas de librarse de Calalini, ya no podía luchar más, los gritos no cesaban y cada vez sus amigos la dañaban más.

Su madre estaba exhausta, su padre trabaja en el extranjero debido a que no soportaba estar en casa, y su hermano mayor no salía de su cuarto por miedo.

-Detente… DETENTE!- gritaba la pequeña peli-negra al ver como sycamore lastimaba notablemente a 4 Hundred, mordiéndolo y arañándolo.

Yuki pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en el ático que se había convertido en su habitación, todas las paredes estaban arañadas y en ellas se podía observar los nombres de todos los monstruos que veía: 24 hours y 80 hours (niñas), 4000 y Sycamore (gatos), Wednesday (rata), entre otros. Y la palabra Calalini escrita con sangre.

Día y noche se podían escuchar los gritos de la pequeña de tan solo 9 años, golpes en la madera o murmullos escalofriantes.

-"solo… solo quiero estar sola…"- pensaba abrazando sus piernas sentada en una esquina del ático.

-DEJENME SOLA- les gritó entre lágrimas.

-Ya no la soporto, es mi hija pero…- su madre también lloraba en la mesa, llevaba muchas noches sin poder dormir, tenía ojeras en los ojos y el cabello desordenado.

-Es un peligro si se queda aquí- comentó su hermano mayor con una expresión seria.

-Entonces… deberíamos internarla?- se secó las lágrimas y se sentó en la mesa del comedor.

-No queda otra opción, papá también estaría de acuerdo- se recargó en la pared con los brazos cruzados.

Se escuchó otro grito desgarrador de la pequeña, en cierta forma se habían acostumbrado a sus alucinaciones, pero los gritos seguían aterrorizándolos. Sin pensarlo dos veces tomó el teléfono y llamó al hospital psiquiatra (manicomio)

Yuki despertó en un cuarto completamente blanco, sin ventanas ni adornos, solo una puerta.

-¿Dónde estoy?- se preguntaba levantándose del suelo frio.

~En un manicomio~ habló 24 hours a sus espaldas.

-QUE?! No puede ser… y mi mamá y mi hermano, donde están?-

~Ellos te trajeron aquí~ contestó secamente, paseándose por el cuarto.

~Ya no podían soportarte más Yuki, por eso te dejaron aquí para que te pudrieras~ esta vez apareció 80 hours.

Comenzó a llorar, era cierto lo que decían, sabía que siempre había sido una carga para ellos, pero no creía que de un día para otro se deshicieran de ella sin siquiera despedirse.

Se escucharon pasos afuera, repiqueteaban en el silencio del pasillo, por curiosidad se asomó por la ventana y vió a dos hombres con batas blancas entrar a la habitación de enfrente.

4000 se subió a su hombro para ver mejor, al igual que 24 y 80 hours. Fue mala idea, ya que se podía observar a como le cortaban la cabeza a una persona con una cierra, y la sangre salpicaba el vidrio de la puerta. Yuki ahogó un grito.

~Sí, sangre más sangre jajajaja~ soltó una risa demencial 80 hours.

~No es un manicomio normal…~ susurro.

La puerta de enfrente de abrió lentamente, el más alto de los hombres cargaba la cierra aún goteando de sangre, mientras que el otro traía la cabeza en un costal. Salieron junto con un niño de cabellos rubios y mejillas rosas, traía una bata blanca con: 02-B escrito en ella. Se lo llevaron lejos…

-Tengo que salir de aquí, Tengo que salir de aquí, Tengo que salir de aquí, Tengo que salir de aquí- se repetía desesperada intentando forzar la puerta.

~Nosotros te podemos ayudar~ 24 hours le tocó el hombro.

-Solo son simples alucinaciones que no me dejan en paz!- gritó con todas sus fuerzas, arañándose los brazos.

~eso crees…~ susurraron todos al mismo tiempo. De repente abrieron la puerta, había dos hombres igualmente vestidos de blanco y una enfermera en frente de ellos.

-Has estado muy inquieta niña- llevaba empujando un carrito con jeringas, sueros y otros instrumentos.

Yuki intentó escapar pero los hombres la retuvieron a la fuerza.

-Se irá al circo como los demás?- preguntaba el hombre de cabello negro.

-No, servirá para los experimentos- contestó la mujer. Esta preparó una jeringa con un líquido verdoso, muy extraño.

-Alejense! Dejenme ir!- pataleaba per sus intentos eran inútiles mientras comenzaba a llorar.

~Quieres que te ayudemos?~ preguntó 24hours

-C-cómo?-

~solo danos tu consentimiento~ le extendió la mano, Yuki dudo al principio pero la tomó.

Lo que pasó después es demasiado traumatizante para una pequeña de 9 años. De repente todo se tiñó de rojo, las paredes, el suelo y su ropa. La enfermera fue la que más rápido murió, ya que 24 hours le cortó el cuello, pero los demás no fueron tan compasivos con los hombres que la sujetaban… Solo puedo decir que en el suelo ya no parecían ellos mismos.