-Así que al final te vas a ir. Crei que solo era una de tus amenazas.

Dave Strider,un joven guardia nocturno,no puede evitar hablar con cierta distancia en sus palabras. Hoy va a ser el día en el que tendrá que despedir a alguien a el se encuentra su compañera de trabajo y amiga de toda la vida,una muchacha rubia que sostiene entre sus manos unas maletas,dentro de ellas unos pasajes de avión,casualmente ella es ese alguien especial.

Ambos se encuentran de pie en frente de la salida trasera de un hotel prestigioso,pero a ninguno de ellos parece importarle en lo más mínimo aquel detalle. Los dos están apunto de despedirse,mañana va a ser demasiado tarde para ello.

-Por favor Strider,evitemos el melodrama.-

-Nah,ni que tanta mierda...Tan solo se va a extrañar ver la cara del jefe cuando le jodes.

-Tomare como un "Voy a extrañar trabajar contigo Rose.

Hacia ya varias semanas que Lalonde comenzó a tener enfrentamientos con su jefe. Algunas veces roces de miradas y en varias ocasiones confrontaciones verbales,bastante alarmantes. Dave simplemente se limito a ignorar aquello. si bien siempre le importo bastante su compañera,comprende a la perfección que ella puede valerse sola,y que nunca se dejaría pasar por encima por ningún imbécil,como lo es su jefe.

Y así fue,no se dejo pisotear por aquella persona. Lalonde emprendió búsqueda de un nuevo empleo,y en cuanto logro conseguirlo,renuncio a su labor como recepcionista para emprender un viaje hacia America del Sur,donde va a ejercer su nueva labor estudiando y ejerciendo como psicoanalista .

Un logro y una perdida. Pues Rose tendría que desempeñar su labor muy lejos de su buen amigo.

-De seguro te despiden a la semana,si vamos a los jaleos de capullos que hay por alli. Vuelve si algo de eso pasa.

-Claro Strider,por supuesto volvere a mi tedioso infierno en el caso de que mis sueños se frustren.

-Al menos...Deberías dejar que te pida un taxi. La ciudad es mas peligrosa de noche,con todos los saqueos y esas mierdas de gente..

-Se cuidarme,Dave. Prefiero caminar si no te molesta. Las calles tiene unos toques melancólicos cuanto uno se esta por marchar,¿sabes?

El rubio no puede más que sonreír ,por un momento decide dejar de lado su típica fachada de persona inexpresiva. Su sonrisa apenas es visible,y las gafas oscuras que lleva,no aportan mucho a una despedida tan emotiva y a la vez reservada. Pero esto no parece importarle a ninguno de los dos jóvenes.

-Adios,te llamare en cuanto pueda.

-Adios Lalonde,no me dejes colgado esperanto un puto llamado como un maldito enclenque.

-Claro Dave...Por cierto,trata bien a la nueva muchachita.

Dicho esto la rubia partió. Su destino,el aeropuerto. Los vuelos nocturnos siempre fueron de su agrado. El muchacho vuelve a ingresar al hotel,pues ya comenzaba su turno,y aunque ahora ya no se encontraba su compañera pero la labor tiene que continuar. Aunque las palabras de su amiga le dejaron muy intrigado. Pensaba que el jefe contrataría a un recepcionista masculino en lugar de a otra jovencita...

La curiosidad se hace presente en la mente de Dave.