Hola.

Seré breve. Me torcí el tobillo, tengo esguince, tengo más tiempo para escribir, lo siento mucho por tardarme y en este fic participará el OC de Joy Hamato.

Disclaimer: Las TMNT y el Oc de Joy Hamato no me pertenecen.

Capítulo 1: Nuevo instituto.

Beep, beep, beep, be- ¡Crash!

Molesta, se levantó de la cama. Ya era el tercer despertador que rompía en lo que iba de mes. Bostezando, se levantó y se dirigió al baño para poder asearse. La chica con la que nos acabamos de encontrar, se llama Ainhoa Guitarri. Tenía la piel extremadamente pálida, ojos marrones oscuros y pelo del mismo color hasta media espalda y ondulado, y tenía 14 años.

Salió del cuarto de baño, fue a la cocina y cogió una galleta. Luego, se dirigió a la habitación de su hermana menor, abrió la puerta y se dirigió a su cama.

- Carolina… despiértate, que si no me comeré tu galleta- le dijo Ainhoa. Carolina se levantó de un salto mientras abría los ojos, dejando ver unos atemorizados ojos marrones que casi rozaban al color negro.

- ¡NO! ¡NO TE ATREVAS!- Tarde. Ainhoa ya se había comido la galleta.

- ¡NOOOOOO!- dramatizó la chica de 14 años, dejándose caer en la cama mientras su pelo marrón oscuro le cubría la cara.

- Era broma. Esta galleta era mía, melona. Las tuyas siguen estando en la cocina, a no ser que quieras que me las co- No pudo ni acabar la frase al ver como su hermanita se dirigía a la cocina corriendo.

Una vez allí, cogió sus galletas correspondientes y las abrazó como si fueran sus propios hijos.

- Tranquilos, pequeños. Mamá está aquí y no dejaré que ese feo troll os coma- le dijo Carolina a sus "hijos".

- ¡¿CÓMO ME HAS LLAMADO?!- gritó una MUY enojada Ainhoa. La comenzó a perseguir, el entrenamiento de atletismo que había hecho durante seis años, le ayudó a alcanzar a su hermana y darle un fuerte coscorrón.

- ¡AUCH!- se quejó su hermana mientras se frotaba la parte adolorida.

- Venga, date prisa. Tenemos que llegar a clases- le dijo su hermana mientras se dirigía a su habitación.

Después de prepararse, se dirigieron al instituto Roosevelt. Allí, cierta pelirroja de 15 años y un chico pelinegro de 15 años las estaban esperando.

- Disculpad, ¿Sois vosotras las hermanas Ainhoa y Carolina?- les preguntó la pelirroja amablemente.

- Amm, sí, somos nosotras. ¿Ocurre algo malo?- preguntó Ainhoa con un rostro de confusión.

- No, tranquilas. Solo pasa que la directora nos dijo que os enseñáramos el instituto- respondió el pelinegro.

- Bueno, en ese caso, un placer. Me llamo Ainhoa, y ella es mi hermana Carolina-dijo mientras señalaba a su hermana. Carolina levantó la mano y les dirigió una tímida sonrisa.

- Un gusto. Mi nombre es April O'Neill y éste es mi amigo Casey Jones- presentó April.

- Oh, y Carolina, no seas tímida, que nosotros no mordemos- le dijo Casey con una sonrisa.

- Lo siento, no lo puedo evitar- se disculpó ella avergonzada.

- Tranquila, no pasa nada. Venga, vamos. Tenemos que enseñaros el instituto- les dijo April.

Todo iba bien, pero cuando llegaron a los casilleros, ahí surgió un pequeño problemilla. Tres chicas las miraban mientras cuchicheaban entre sí. La que parecía ser la jefa, se llamaba Julie y tenía el pelo negro y liso y los ojos azules. La segunda era una chica de cabello corto de color marrón y ojos del mismo color que su pelo. Se llamaba Ellie. Y la tercera, era una chica que se llamaba Noemi, de pelo rubio y ojos verdes.

- Vaya, vaya, vaya… pero si es la pringada de April O'Neill.- siseó Julie con veneno en la voz.

- Ah, hola Julie. ¿Me puedes dejar en paz, por favor?- le dijo April sin mirarla.

Como respuesta, solo recibió un puñetazo en la cara que la hizo caer al suelo.

- ¡Ja, ja, ja! Eres paté…- una bofetada la interrumpió.

Ainhoa estaba con el brazo extendido hacia ella, demostrando que ella le había dado la bofetada mientras que Carolina y Casey ayudaban a April a levantarse.

- Vuelve a tocarla con tus mugrientas manos y juro que no seré tan suave la próxima vez- le advirtió Ainhoa.

Ellie y Noemi ya se habían puesto a temblar, pero Julie ni se inmutó.

- ¿En serio? ¿Y qué me harás, paliducha? ¿Golpearme hasta la muerte?- y comenzó a reír.

Su risa se vio interrumpida por dos fuertes manos que la agarraron por la garganta y la estrellaron con uno de los muchos casilleros que había allí. Ainhoa le sonrió maliciosamente.

- Sería un placer, pedazo de idiota- le susurró al oído. La soltó bruscamente y esta vez sí que se largó con su grupo de arpías a otra parte, gruñendo por lo bajo.

- ¿Estás bien?- le preguntó Carolina a April.

- Sí, tranquila. Venga, vamos a clase, que llegaremos tarde- le respondió April con una sonrisa.

- El resto del instituto os lo mostraremos después- dijo Casey.

Así, la mañana transcurrió tranquilamente.

Continuará…