Él sabía que su vida no era para nada tranquila.

Pero vamos, que de un momento a otros aparezcas en el Olimpo. Estando de camino a su cita con la Listilla, una luz lo rodeo y cubrió su entorno, y ahora estaba allí. A un lado su listilla observaba todo con miedo, los dioses nos miraban confundidos... ¿Cómo si no nos conocieran? Bueno... Así comenzó su día.

Con Semidioses del pasado, del presente y del futuro. Leyendo toda su vida desde el principio de todo...

—Oye Sesos de alga...—Susurró a mi lado Annabeth. La miré con curiosidad.

— ¿No metiste en problemas de nuevo?

—Juro por mi padre... ¿Sabes qué?—Suspire. —Ni idea del porque estamos aquí. Se oyeron suspiros de frustración de parte de todos los semidioses.

—Típico de Percy...—Murmuraron algunos. — ¡Hey! No puede ser tan malo...

¿O sí?