¡Hola!. Aquí les dejo mi nueva historia. Será un recorrido a través de la temporada 7 (DEMILY por supuesto). No sé si utilizaré todos los capítulos o sólo los que me interesen para la historia. En cualquier caso, iré poniendo el título del que sirva de trasfondo para poder situar cada capítulo en el tiempo. Espero que les guste :).

1. Se necesita un pueblo.

Sentada en la barra del bar de Joe, Emily repasaba los acontecimientos del día con una copa de bourbon entre las manos. Hacía sólo unas horas, creía que sería sancionada por todo el asunto de Doyle, y sin embargo, ahora había aceptado la oferta de volver al equipo.

Perdida en sus pensamientos, apenas se dio cuenta de que alguien se sentó junto a ella.

- Una cerveza, Joe.

La inconfundible voz de Morgan la sacó de su ensimismamiento. Se giró hacia él sorprendida, y se encontró con su mirada profunda sobre ella.

- ¿Cómo sabías que estaba aquí?- Le preguntó con los ojos muy abiertos.

Derek alzó las cejas durante un segundo, y tomo un sorbo de la cerveza que le acababan de servir.

- No lo sabía- Se limitó a contestar encogiéndose de hombros.

Ella le dirigió una expresión de interrogación.

- Antes solíamos coincidir aquí después de un caso difícil- Le aclaró recalcando el "antes".

Emily frunció el ceño, un poco avergonzada por haber dado por hecho que había venido por ella.

- Oh...- Susurró mordisqueándose el labio inferior al tiempo que esquivaba sus ojos curiosos.

Derek la observó con interés. Primero a ella, luego la copa de bourbon, y luego otra vez a ella.

- ¿Acabas de llegar?- Le preguntó intrigado.

- En realidad, no.- Contestó con el desconcierto dibujado en su cara.

- Tu copa está llena- Le hizo notar haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la misma.

Emily asintió levemente, con la copa firmemente sujeta entre sus manos.

- ¿Por qué das por hecho que es la primera?..- Le cuestionó arqueando una ceja.

Derek sonrió, negando con la cabeza. Por un momento le pareció reconocer a la Emily Prentiss que había sido su compañera hasta que Doyle se la había arrebatado. Se preguntó cuánto quedaría de ella.

- Si no fuera así, tendría que llevarte a tu casa...- Se burló.

Emily lo miró con expresión divertida. La alegraba poder recuperar parte de su relación.

- En realidad no lo he probado- Confesó finalmente con sus ojos clavados en él. Podía darse cuenta perfectamente de que estaba desconcertado- Aún estoy con medicación...- Añadió con un suspiro- Pero me tranquiliza simplemente tenerla entre las manos.

No necesitaba que Derek dijera una palabra para saber que lo había entendido perfectamente.

- Lo siento...- Se apresuró a disculparse, con gesto apenado- Fue una estupidez preguntar.

Lo último que quería Morgan era recordarle lo que Doyle le había hecho. A él mismo le dolía recordarlo.

- No pasa nada, Derek...- Lo tranquilizó colocando su mano sobre su hombro- No voy a romperme, ¿sabes?- Añadió con suavidad- Sé que tenemos mucho de qué hablar.

Derek asintió en señal de comprensión.

- Pero no esta noche...- Le dijo con sus ojos fijos en ella.

Emily se estremeció ante aquella mirada que no podía descifrar No lograba descubrir si detrás de ella había dolor, odio, rencor, o culpa. Pensó que tal vez sería una suma de todo.

- De acuerdo...- Aceptó envolviendo de nuevo sus manos alrededor de la copa, al tiempo que esquivaba sus ojos.

Derek se sintió de nuevo un poco avergonzado cuando se dio cuenta del ligero rubor en sus mejillas. Supo en aquel instante que les quedaría un largo camino por recorrer.

Se giró hacia Emily, e inmediatamente ésta respondió con el mismo gesto.

- Oye...- Le dijo tomando una de sus manos entre las suyas- ¿Estás bien?.

Emily supuso que le quedarían muchos "¿Estás bien?" en las próximas semanas. En realidad, era una pregunta que no estaba preparada para contestar.

- Sí...- Mintió, aún a sabiendas de que la leería como un libro abierto. El hecho de que no fuera capaz de alzar los ojos hacia él, no ayudaba.

- Emily...- Dijo él con suavidad, sin soltar su mano.

El tacto cálido de Derek le hizo recordar los momentos en los que estaba ahí para reconfortarla después de un caso difícil. Sin embargo, también podía notar que había más que un simple consuelo en la forma de sostener sus manos, casi como si temiera que fuera a desaparecer de nuevo. Se sintió culpable sólo de pensar lo que debía haber sufrido al creerla muerta.

Emily por fin reunió fuerzas para enfrentar su mirada.

- No esta noche...- Le recordó esbozando una ligera sonrisa al tiempo que trataba de controlar las emociones que se agolpaban en su pecho.

Derek se detuvo en sus ojos brillantes, y optó por la prudencia. Era una situación extraña para los dos, como si tuvieran que comenzar otra vez desde cero, con el convencimiento de que además, nunca volvería a ser lo mismo.

- De acuerdo...- Aceptó después de un breve silencio- Pero déjame llevarte a tu casa... - Añadió con una sonrisa cómplice.

Emily contuvo una carcajada. Sabía que ahora no podría negarse.

- Sabes que soy perfectamente capaz de llegar sola a casa, ¿no?- Le señaló con expresión divertida.

Derek fingió dudar durante unos instantes.

- Lo sé... Pero no estoy seguro de que yo sea capaz de dormir si lo haces...- Le aclaró.

Pretendía ser una broma, pero ambos sabían que no lo era en absoluto. Durante unos segundos, un silencio torpe los envolvió hasta que finalmente Derek se levantó de su asiento y le tendió la mano.

- ¿Vamos, princesa?.

Emily no pudo evitar sonreír como si fuera una colegiala, ante aquel mote que tanto había echado de menos. Aceptó su mano, y se incorporó hasta quedarse frente a él, a solo unos centímetros de su rostro. Fue tarde cuando se dio cuenta del poco espacio que quedaba entre los dos, pero ella estaba atrapada entre su butaca y el propio Derek, y éste, no parecía estar interesado en dar un paso atrás.

Casi podía oír los latidos de su corazón golpeando en su pecho, y sintió que el rubor se apoderaba de sus mejillas. "¿Qué demonios me pasa?", se preguntó azorada por no poder controlar las reacciones de su cuerpo. Durante su ausencia, había tenido demasiado tiempo para reflexionar sobre su relación. El hecho de que lo echara más de menos a él que a ningún otro miembro del equipo era algo que la había sorprendido en su momento, pero ahora, eran de nuevo colegas y no podía permitirse ir más allá.

No después de que Derek se hubiera enterado de todo lo que había hecho durante el tiempo en que había trabajado encubierta. Se sentía incapaz de enfrentarlo.

- Claro- Acertó a decir casi balbuceando, haciendo un pequeño gesto con la mano.

Por fin, Derek se apartó, dejando espacio para que pasara.

- Podríamos ir dando un paseo- Le sugirió ella- Mi apartamento no está lejos.

Morgan asintió con un gesto de la cabeza.

- Lo sé...- Le dijo. Y luego vio su expresión confusa- Te llevé allí una vez...- Se interrumpió a sí mismo, recordando cuando Emily le había pedido pasar por allí el día en que habían encontrado muerta a su amiga Tsia. Ese mismo día, había desaparecido para ir tras Doyle.- Y luego estuve dentro con Rossi

- Por supuesto...- Susurró Emily. ¿Cómo no se le había ocurrido que Hotch habría enviado a alguien a registrar su apartamento?

Se sintió como si no se mereciera a alguien como él en su vida.

Practicamente en silencio, caminaron uno junto al otro, recorriendo la distancia que les separaba hasta el apartamento de Emily. Finalmente se detuvieron frente al portal del edificio. Emily hubiera deseado invitarlo a entrar, pero su cabeza le decía que era demasiado pronto.

- Gracias por acompañarme...- Le dijo en voz baja. Y luego se dio cuenta de que Derek debía estar a bastante distancia de tu casa- ¿Cómo vas a volver?.- Le preguntó con preocupación.

- Dejé el coche en el garaje de las oficinas- Le explicó.- Ahora iré a buscarlo.

Emily hizo un cálculo rápido. Habían tardado casi media hora en llegar hasta su casa desde el bar de Joe, si bien habían ido despacio. Éste no estaba lejos de las oficinas, pero al menos le quedaban diez minutos más.

- No debí dejarte que me acompañaras- Le señaló mordisqueándose el labio- Por mi culpa tendrás que caminar durante un buen rato...

Derek entornó los ojos, con expresión traviesa en la cara.

- Tenía que dejar a la princesa en su castillo- Se burló.

Emily contuvo una pequeña risita, negando con la cabeza.

- Derek Morgan...Estoy bastante segura de que nunca he sido una princesa - Le rebatió arqueando una ceja.

Éste la observó en silencio durante unos segundos.

- Mmmm...No sé, no sé...- Fingió dudar con el ceño fruncido- Una hermosa mujer, que aparentemente se queda sumida en una especie de sueño como si estuviera muerta... Para finalmente volver a la vida...¿ Estás segura de que no lo eres?- Añadió con un guiño travieso.

Emily no pudo evitar reírse mientras seguía el argumento de Derek, que ahora la miraba con aquella expresión descarada tan típicamente suya.

- Es raro...- Dijo ella siguiendo su juego- No recuerdo que viniera ningún príncipe encantado a despertarme con un beso de amor...- Continuó casi sin pensar.

Y de nuevo se encontró los ojos de Derek directamente sobre ella, o mejor dicho, como si pudieran ver a través de ella. Sintió que su cuerpo se estremecía, y se frotó las manos nerviosamente.

Otra vez se instaló entre ellos aquel silencio incómodo que llevaba toda la noche persiguiéndolos.

- Será mejor que me vaya...- Se excusó torpemente Derek.

Emily asintió con la cabeza, notando que el rubor se había apoderado una vez más de sus mejillas. No había forma de que él no lo hubiera notado, y quiso que la tierra se la tragara. No había pretendido que su comentario pareciera una insinuación, pero por la expresión de Derek podía darse cuenta perfectamente de que era eso exactamente lo que debía estar pensando.

A Derek, por su lado, lo invadió un sentimiento de ternura. De pronto, parecía tan vulnerable que sintió deseos de estrecharla entre sus brazos. Estaba confuso y desconcertado. No entendía por qué se sentía de aquella forma.

Instintivamente se acercó a ella, y le dio un beso en la frente.

- Buenas noches Emily- Se despidió con suavidad apartándose un poco de ella.

Emily lo miró sorprendida y tan perpleja como parecía estarlo él. "¡Por Dios, Emily, céntrate!", se regañó a sí misma.

- Buenas noches...- Susurró finalmente recuperando la compostura.

Y allí se separaron hasta el día siguiente.