Tenía ganas de experimentar con un poco de Mabifica, ¿por qué? porque es poco común y la barrera del odio es algo difícil de romper.

No es nada realmente complejo, por ahora estoy atrapado en barrio cliché. Pero intentaremos evolucionar de eso. ¿vale? y definitivamente terminará con algo de smut.

Disfrútenlo.

'DISORDER'

capitulo I
Solid Ale

'De todos los lugares del mundo, de todas las escuelas habidas y por haber tenía que terminar específicamente en ésta' se escucha murmurar a una figura en el baño de damas de la facultad, pasos que rebotan en los pocos metros de blancas baldosas, luz blanca brilla emitiendo un ligero zumbido y Pacifica Northwest no puede parar de lamentarse contemplando en el espejo como su oportunidad se veía completamente esfumada. '¿Por qué, por qué Mabel Pines?' termina de decir cubriendo su rostro con ambas manos dejando escapar un bufido de exasperación.

Una nueva escuela suele ser un nuevo comienzo, oportunidad para hacer nuevos amigos e incluso para experimentar con nuevos o diferentes espectros de la propia personalidad.

La chica tímida que se une a las animadoras o busca novio, los escandalosos deportistas que desean enfocarse en sus estudios, o incluso las chicas malas que solo querían amigos de verdad.
Pacifica estaba dentro de esta última categoría, porque y aun habiendo sido el terror de su lugar de origen la rubia no tenía malos sentimientos para los demás, solo era la forma en que sabía comportarse, el cómo había sido educada para comportarse ya que siendo Gravity Falls un lugar tan pequeño y el apellido Northwest tan conocido dentro del mismo. Sus opciones se vieron dramáticamente coartadas. La vergüenza familiar esperaba en cada rincón, en forma de un comentario negativo, reseña u observación que los mostrara como algo más que los perfectamente felices y exitosos Northwest. Razón por la cual, desde que tiene memoria todo en su vida ha sido decidido de antemano para ella. Cabello, ropa, forma de hablar y amistades. Todo cuanto asegurara hacer de Pacifica un estereotipo sólido contra el mundo. Pronto se vio rodeada de amistades cuyo único tópico eran los otros y el cómo podían ser humillados y para su desgracia debía aceptar que era muy buena en ello.

Era un monstruo y lo sabía perfectamente, pero apenas y había tenido elección. Y ahora, viendo la oportunidad de salir de ese círculo del infierno esta niña de cabello largo y sonrisa atolondrada llega para arruinarlo. La conoce, y no solo eso, conoce la peor parte de ella hasta el punto en que saber haberse ganado su odio en los años que visitó el pequeño pueblo de Gravity falls, eso es suficiente para que el cambio de personalidad no fuera creíble, seguramente ya le había dicho a todo el mundo quien era, que clase de persona era y ahora no le quedaba más que esperar a que otras chicas ricas se acercaran e hicieran un cumplido sobre su familia para verse de nuevo en aquella jaula de sonrisas e hipócrita superficialidad.

Sus ojos se humedecen por la frustración, un poco aceptando su destino, intentando convencerse de que no podía estar tan mal Pacifica abre la puerta del baño dando un largo suspiro.
Los pasillos del nuevo instituto desbordan en actividad pero ésta fluye de manera tan mecánica que parecía no confundir a nadie realmente, el rostro de la muchacha se sentía particularmente triste mientras caminaba sin rumbo mirando las baldosas verdes y blancas de los largos corredores.
-¿Northwest?- Pregunta una voz sacándola de sus pensamientos - ¿Pacifica Northwest? – Pregunta una muchacha de cabello rojizo y bien cuidado a la par que una sonrisa impecable se estiraba en su rostro cubierto de pecas.
'Aquí vamos' –pensó la rubia apretando los labios antes de responder- ¿Nos conocemos? -Dijo
-No, lo siento. – Esta respondió con algo de nerviosismo apenas percibirle
-Supongo que has oído hablar de mi – Agrega la muchacha rodando los ojos esperando a que comenzaran, como de costumbre, las alabanzas a su familia y sus logros.
-Algo así– Dice la pelirroja soltando una risa simpática – Estas en mi lista – Dice mostrando una tabla de pisapapeles con nombres impresos- me llamo Daisy seré tu guía en el instituto, eres nueva. ¿No?

Los ojos de Pacifica se abrieron de par en par mientras una oleada de escepticismo la alcanzaba.
-¡S-si!, pero, eh… ¿no has oído hablar de mis padres… verdad? – musita mudamente sintiendo algo de rubor crecer en sus mejillas a lo que la otra muchacha solo responde con una sonrisa.
-¿Debería? Si es por algo malo no te preocupes aquí en Solid Ale no solemos preocuparnos de esas cosas, bueno al menos yo no – Termina de decir manteniendo su sonrisa blanca y fina completamente inalterada.
-sí, no… no importa, gracias Daisy en verdad me sentía un poco perdida. -
-Bien según lo que dice aquí tu casillero debería estar en el pasillo siguiente. Aquí tienes tu horario, la lista de electivos y un pequeño mapa del lugar, si te sientes confundida búscame o pregunta a cualquiera con una inicial roja del instituto, somos algo así como internos voluntarios. – Explicó rápidamente mientras depositaba papeles y volantes en las manos de la rubia - Yo tengo que buscar a otro de mis novatos, nos vemos Pacifica. – Termina de decir la pelirroja alejándose a paso relativamente apresurado entre las masas que se movían cuan reloj que evitaba a toda costa detenerse. La rubia estaba completamente enmudecida mientras intentaba dar espacio en sus manos a la gran cantidad de papeles y datos importantes que debía sostener, una sonrisa torpe escapó de ella mientras una pequeña esperanza crecía en su interior, la esperanza de que por primera vez no viviría a la sombra de un apellido el cual, al igual que casi todo en su vida, ni siquiera pudo elegir.

El resto del día pasó sin mayores percances, había mantenido su perfil tan bajo como era posible siendo una chica nueva, sus clases no llamaron mayormente la atención, las personas eran amables y hasta había hecho un par de conversaciones interesantes en clase de historia pero lo que no sabía es que un par de ojos la siguieron en todo el proceso.

-Esto no puede estar bien – Exclamó la chica de cabello castaño mientras mordía nerviosamente un gusano de dulce abriendo su bolso para llamar por quinta vez ya a su hermano, tomó su teléfono absurdamente decorado marcando con rapidez sobrehumana el teléfono de Dipper el cual contestó con cierto enfado.
-Mabel no puedes seguirme llamando así – dijo con exasperación manteniendo su voz en un susurro- casi me sacan de literatura por tu culpa. -
-Lo siento bro-bro – dice haciendo un puchero el cual si gemelo ni siquiera puede ver.
-No importa, ¿algo que reportar en el caso Northwest?
-Ella aún no hace nada, pero no tardará en equivocarse…
-¿me llamas porque tu vieja archienemiga no está haciendo absolutamente nada?
-¡No lo entiendes Dip! ¡Pacifica es un monstruo! Que ahora venga a mí mismo instituto vistiendo jeans y sudadera me parece demasiado sospechoso…
-¿Y no crees que esté intentando mantener bajo su perfil?
-¿Dónde quedó el señor perspicaz? No puede ser tan simple, no con alguien como Pacífica.
-Tengo una idea, acércate a ella y pregunta en lugar de estar jugando al espía… por cierto, ¿no deberías estar en clases?
-ups, se va la señal Dipper estoy pasando por un túnel…
-Mabel sabes que no…
-¡AHÍ VIENE UN TREN! Nos-vemos-Dip-te-quiero…- exclama ruidosamente cortando la llamada, sentándose sobre el frío suelo del pasillo. Nada bueno puede salir de esto, pensaba Mabel abrazando sus piernas y suspirando con profundidad, nada bueno…