(Los personajes no me pertenecen, son creación de Mizuki e Igarashi pero la historia es completamente mía)
Capitulo 1.
+++FlashBack+++
-lo siento mucho Elroy –dijo Candy en medio de sollozos al ver a si a su mentora- necesito alejarme por un tiempo y mi trabajo me lo permite.
-¡No debe de ser así! –exclamo ella entre lagrimas- eres lo único por lo que me mantuve viva, fuerte… ¡Por ti! Te lo ruego…
-lo siento mucho, se que hiciste mucho por mi, y eres como una madre –ella se alejo tratando de zafarse de su agarre- quiero que entiendas que esto lo hago por mi, es egoísta, lo sé, pero necesito que me entiendas… él me mintió de muchas maneras y solamente quiero irme. No puedo si quiera andar por la calle, comiendo un helado o divertirme con mis amigos por que soy señalada. ¿Acaso esa es la vida que quieres para mi?
-¡No! Pero irte… ni siquiera sabré si estás viva, ¿no sabes cuenta gente muere? –de repente comenzó a ponerse nerviosa- ¡Es más, podemos irnos si quieres de la ciudad! Escocia seria una opción Candy, allá es muy tranquilo y nos alejaremos de las ciudades, solamente no me dejes… -se deslizo, hasta el suelo, sin quitar las manos de las piernas de Candy- quiero vivir mi vida junto a ti, soy vieja y quiero pasar cada momento de mi vida, hasta mi ultimo aliento.
-tienes que entenderlo, aunque me ruegues sabes que no voy a cambiar de opinión –suspiro y se limpio las lagrimas- mañana habrá un nuevo día para mi, y cambiar, el tiempo que este lejos de aquí me dará tiempo para pensar que es lo que quiero y lo que anhelo. Además, Ana estará aquí para ti, ella es una buena hija, todo lo que no fui yo. Solamente te di problemas y quiero darte un ejemplo de que cambie y no volveré a lo que fui antes, me arrepiento y se que algún día lo vas a entender. Ana también te necesita –dijo Candy, mirando a su hermana desde el enorme sillón donde lloraba- debes de creer en mi –se incoó y puso sus manos entre su rostro, acariciando los pómulos muy delgados de Elroy- sabrá cuidarte y siempre tratare de permanecer en contacto el tiempo que se me haga posible. Además, por esto elegí este trabajo, amo lo que hago y si salvar vidas es lo que tengo que hacer, lo hare. Todo pasara dentro de unas semanas y dejaran de ser acosadas por mi culpa, está es mi lección y mi elección, tienes que resistir y tener en cuenta de que volveré, no se cuando será Elroy, pero lo are y quiero que sonrías siempre a la vida.
Se alejo de ella y tomo la pequeña maleta de tela que le había proporcionado el servicio militar. Se acerco a Ana, que tenia ojeras debajo de sus ojos azules color hielo, tomo una se sus manos y la abrazo fuertemente.
-tienen que salir adelante Ana, no dejes que mire mucho las noticias, mantenla alegre como en aquellos tiempos en lo que nuestra vida era color de rosa –Ana se aferro a Candy- perdón por llenarla de cosas grises que fueran el motivo de todos los problemas que ocasione, esto es lo único que puedo hacer.
-se que podemos encontrar otra solución, las tres –dijo con voz temblorosa- la casa no será lo mismo sin ti… por favor Candy… no te vayas… quédate.
-eso también quisiera yo –sus lagrimas empezaban a picarle los ojos- no olviden que las quiero… mucho.
Candy se le partió al ver aquellas par de miradas tristes y rotas emocionalmente. Se alejo de Ana y camino hacia la puerta. No podía cambiar de opinión, se lo había propuesto y eso es lo que haría.
Antes de cerrar la puerta, Ana salió y se colgó de su cuello.
-Ana tengo que irme…
-¿no serviría de nada en pedirte que te quedaras? Te lo suplicare, si es así…
-Ana…
-te prometo que la cuidare como si mi vida se fuera en ello. Tal vez tengas que irte, nunca soy así pero creo que esto merece la pena –puso un collar y Candy la miro confusa- es un regalo, para que siempre vayamos cerca de tu corazón.
-Ana, no sabes cuanto te quiero –dijo volviéndola a abrazar- te debo un cumpleaños digno de ti –trato de enseñarle su mejor sonrisa, pero fallo- se supone que debía darte un regalo hoy.
-manejaré tu coche ¿eso cuenta como mi regalo? –Candy negó con la cabeza- vuelve Candy… quiero ver tu sonrisa de nuevo.
Candy comenzó a alejarse-. Lo hare, volveré…
+++Fin FlashBack+++
Habían pasado casi unas tres semanas desde su partida y seguí pensado en lo que estaría siendo de ellas. Candy se despertó, una lágrima rodo por su mejilla recordando las últimas palabras de su hermana Ana. Aunque ninguna de ellas compartía la misma sangre, tenían un gran carisma y eso las hacia peculiar de la demás familia Andley. Aunque Candy fue acogida por Elroy, después de que sus padres murieran, nunca quiso cambiar su apellido legalmente. Quería dejar pequeñas cosas importantes sin ser tocadas y ser parte de la que alguna vez fue la familia White, lo era todo para ella.
Se acomodo en la cama improvisada que habían montado hace un par de horas y miro a su alrededor. Todos aun yacían dormidos, aunque era el único momento donde podían tomarse un poco de tiempo para ellos mismos, y fantasear un rato. Candy miro su reloj de pulso que marcaba las cuatro y diecisiete de la madrugada, pronto deberían moverse de nuevo antes de llegar a Bagdad.
El camino había sido bastante difícil, aunque no había mucha acción el Teniente Winchester los había advertido de siempre estar alerta y aunque era la única mujer abordo, no sentía intimidación alguna por aquellos hombres.
Volvió a recostarse, debía aprovechar un poco más de "sueño embellecedor" como había dicho Andrew, otro medico que Candy se había hecho amigo desde la primera vez que se conocieron en el avión que los traería a Irak. Unos cuanto se burlaron pero Candy nunca se tomo sus comentario muy enserio y también bromeaba con ellos cuando se daba la oportunidad.
Pocas horas después Andrew movía a Candy frenéticamente.
-Candy, levántate.
-mmm… está bien. ¿Sucede algo? –dijo cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad y miro sus ojos dorados- te vez… preocupado.
-no quiero alarmarte, pero… -trago en seco- han visto movimiento alrededor de nuestro acampamento, tal vez son los terroristas, así que nos estamos moviendo de nuevo. Los demás y yo estamos preparando todo –Candy se tomo el tiempo y miro a su alrededor, y sí, efectivamente todos ya estaban levantados- por ordenes del Teniente Winchester, te dejamos dormir un poco más ya que ayer lucias algo cansada.
-bueno… gracias por las molestias –comento irritada.
-no quise que sonara como una ofensa Candy, pero te encargaste casi tu sola de la operación y valla que duro mucho tiempo.
-solamente fueron doce horas –suspiro- me alegro que haya sobrevivido, pero si continúan tratándome así, me esforzare más y más…
-se que eres muy independiente –Candy levanto una ceja- o por lo menos es lo que creemos, pero no te enojes –se aparto de ella- te dejare para que e cambies, no te demores demasiado o te dejaran si café –le guiño un ojo.
-si, claro.
Candy aventó la manta que la cubría a sus pies y se levanto más de a fuerzas que de ganas. Tenían casi 4 días que ninguno de ellos había tenido el placer de disfrutar un baño y era lo más exasperante que había pasado en su vida. Daría todo lo que fuera por una ducha de agua fría, por que de agua caliente –se rio ante sus pensamientos- si, eso seria imposible.
Faltaban al menos veintisiete horas ante de llegar a su destino y aun había tres paradas más que hacer. Y una de ellas implicaba ducha. Su boca se ensancho en una enorme sonrisa, de solo imaginar el agua contra su piel.
Resignada, cambio su ropa interior y se puso una nueva y limpia –limpia- camisa blanca y pantalones militares. Dispuso a reunirse con los demás y varias miradas la siguieron hasta que llego a ellos.
-Candy –casi grito uno de ellos llamando la atención de ella- el Teniente Winchester tiene una gran sorpresa para ti.
-¿de que trata? –pregunto curiosa, mirándolo.
-por fin tendrás la ducha que tanto añoras –Candy se sonrojo y los demás rieron- los muchachos me han dicho que tienes muchas granas de una.
-¡pero claro! ¿A quien de ustedes no le apetece una? No es como si hubiera pedido un milagro.
-con suerte llegaremos vivos hasta Bagdad –dijo Charlie, uno de los amigos más cercanos a Andrew- ven Candy, déjame servirte de mi magnifico café.
-no le creas Candy –dijo Yuh, que había venido con Candy desde el mismo hospital- es horroroso, ni siquiera se le puede llamar café –espeto.
Después de beber café, comenzaron a empacar los suministros y demás cosas para continuar hacia su destino. El Teniente llevo a Candy con él y le explico unas cuantas cosas:
-Candy no quiero que te ofendas, pero ya que eres la única mujer debes de cuidarte más mientras llegamos a Bagdad, en este momento estamos en zona roja y casi no traemos armas y mucho menos equipo medico suficiente como para defendernos de una tragedia. En este momento, nuestra misión en mantenerte a salvo ya que te necesitan mucho en Bagdad por que no disponemos de muchos médicos con tu capacidad en tu área. Eres un medico muy importante en este momento y hay personas tal vez esperando por ti, esperando tal vez ser salvadas.
-pero acaso… ¿no hay suficientes médicos? –pregunto mirándolo fijamente.
-hace dos días varios médicos salieron y fueron atacados y ninguno sobrevivió, hasta que no lleguemos habrá un restablecimiento y es primordial que lleguemos mucho antes de el tiempo requerido. Es por eso que hemos suprimido las dos paradas de tres que teníamos en el itinerario, si hoy apretamos el paso –le dedico una mirada a Candy antes de volver la mirada al frente- llegaremos a las seiscientas horas de mañana y ahí habrá alguien que nos escolte hasta Bagdad, entraremos en zona roja y es casi como el cuádruple de peligroso que esta área.
-entiendo.
-aunque usted es muy joven, admiro su fuerza. Si le soy sincero, hace aproximadamente seis meses vino también una muchacha de veintiséis años y solamente resistió una semana. Entro en estrés postraumático y tuvo que volver a casa.
-me imagino por qué –dijo Candy con ironía.
-se que no es el mejor lugar del mundo, pero siempre puede confiar en mi.
-muchas gracias Teniente Winchester. Lo tendré en cuenta.
Durante el trayecto fue bastante silencioso, miro por la ventana y solamente había un terreno, solo, ni nada de vida… opacada por todo lo que sucedía a su alrededor, aun no podía creer que ella estaba ahí, en un lugar donde la esperanza era lo único que moría al final.
Un poco antes de la caída del sol, se detuvieron a tomar un poco de agua, y hacer sus necesidades. El Teniente Winchester, aviso a todos que llegarían antes de lo planeado y eso alegro mucho a Candy, por fin esa ducha y ella tendrían su primer encuentro y seria tan romántico.
Mantuvo al Teniente Winchester despierto mientras manejaba, a veces lo hacia reír o fruncir el ceño.
Aunque era primavera, el calor era insoportable durante la noche, como en el día. Candy asomo su cabeza para refrescar un poco su cara y escucho carcajadas detrás de ella.
-tal vez debería amaestrarte Candy –dijo Ron, un hombre algo descarado pero Candy sabía como tratar con él- te puedo enseñar muchos trucos.
-atrévete y vamos a ver quien es el que sale amaestrado –Candy sabia que estaba orgullosa de sus palabras. Cuando le ofrecieron venir aquí, tuvo que levantarse más temprano de lo normal y asistir a clases básicas de defensa personal; tal vez no la salvaría de una bala, pero a mano limpia seria de mucha ayuda. Vio una sonrisa traviesa por parte del Teniente y ella también sonrió.
Cuando al fin llegaron, todos suspiraron de alivio, aun el sol no se mostraba y varios decidieron que debían bañarse antes de que algo sucediera. Candy espero a que todos –TODOS- terminaran de bañarse, Andrew, Ron y Charlie se había ofrecido a cuidar el baño para que nadie la espiara, ya que ninguno de los baños era individual y/o privado, ellos habían mencionado "en grupo", y se sintió un poco cohibida. Le agradeció y dispuso a bañarse.
Era la gloria, en pocas palabras.
Pero antes de salir escucho a alguien decir:
-¿es verdad que una mujer viene con ustedes?
Candy tuvo curiosidad de saber quien lo preguntaba, pero desistió mantenerse oculta.
-sí, es verdad –contesto Ron- ¿necesitas algo de ella?
-no es simple curiosidad –dijo otra voz- hace mucho que o vemos una… ya sabes.
.Pero que descarados –pensó Candy- ¿de que me vieron la cara…?
-es mejor que no te acerques a ella –dijo con voz autoritaria Charlie- todos esos hombres venimos con ella y no te la vamos a hacer fácil.
-Oh, Charlie se gano un punto más –pensó Candy divertida.
En eso golpearon la puerta.
-¿terminaste? –era Andrew.
-si vallan sin mi, en seguida los alcanzo –comenzó a cepillar su cabello hasta atarlo en una cola de caballo. Había tenido oportunidad de cortar su cabello, pero no había querido, ahora estaba por la cintura y le habían permitido llevarlo hasta ese largo. Volvió a ponerse los pantalones súper holgados de militar y una blusa verde de manga corta limpias y salió del baño.
Camino en silencio e ignorando las miradas lascivas y comentarios inoportunos de los demás soldados. Pero lo único que no ignoro fue a los bellos hombres que jugaban basquetbol en una pista improvisada de tierra mojada, algunos llenos de ¿barro? O tal vez ¿lodo? Sin alcanzar a distinguir siguió su camino, cuando alguien grito -¡Cuidado! –era demasiado tarde.
La pelota de basquetbol la había golpeado en la cabeza y había dolido mucho, realmente, pero antes de perder la conciencia lo último que vio fueron unos hermosos ojos azules y si él quien quiera que fuera, estaba completamente bañado de lodo.
El plan de permanecer limpia, no había funcionado.
Tampoco haberse bañado, había funcionado.
¡Maldición!
Continuara…
Hola mis queridas lectoras.
Antes que nada quiero aclarar que este fic está basado en hechos reales.
Es mi primera vez que escribo sobre Albert & Candy como pareja principal, aceptare cualquier consejo para mejorar la historia.
¡Saludos! Espero y les guste.
Atte: Cellyta G.
