Disclaimer: Shingeki no kyojin no es mío, su respectivo dueño es Hayime Isayama
Dedicatoria: Para el eventos de la bella página de Attack on Homosexuality, y los amados admis: Patata, Summy, #ErenNoEsUke, A-Chan 3 (Of, course I love you ¬u¬)
The only exception.
I
Entonces despertó, tenía un par de gotas de sudor en la frente y el corazón acelerado. Aquella había sido una terrible pesadilla…
El despertador vibraba y timbraba sobre el buro al lado de su cama, poco a poco, calmando el ritmo de su pecho, se incorporó para apagar el aparato y checar la hora: 6:40 a.m.
Se dejó caer en la cama, haciendo las cobijas a un lado, todavía le quedaban algunos minutos… Miró de reojo la habitación: la pared a un lado, el escritorio con la mochila y los deberes que debía entregar ese día, algo de ropa tirada por el suelo. Las paredes eran de un verde pálido, en el centro una larga ventana rosaba el suelo y daba a una pequeña terraza –su lugar favorito para esconderse cuando era pequeño-, sin embargo estaba cubierta con cortinas, imaginando a cómo estaría el clima ese día.
Con un quejido Eren se levantó por fin. El ritual matutino de asearse y prepararse para la escuela lo relajó un poco, últimamente esas pesadillas lo atacaban cada vez más seguido, y no dejaba de preguntarse por qué:
Estaba herido, su brazo derecho estaba mutilado y toda su parte baja se hundía en un líquido rojizo, espeso y caliente, con humo evaporándose a su alrededor. Sabía que no era sangre porque esta era más oscura y más brillante, además de que ese líquido era acuoso. Luchaba, luchaba y luchaba por mantenerse a flote en ese horrendo pozo, pero seguía bajando, esa cosa parecía tragarlo… Un bulto grande a su lado, ¿algo de que detenerse? No, era más bien una mujer con el rostro desfigurado, todavía viva, intentando decirle algo. Parecía cera derretida. ¿Por qué no había nada para salvarse? ¿En dónde estaba? Antes de lo averiguara el líquido ya lo había tragado completo, su mano atrapaba el aire a su alrededor buscando no ahogarse, incluso la mirada se le cegaba por algo que le escurría de la cara… Un parpadeo y entonces…
Entonces despertada, la habitación de siempre y el despertador sonando, por unos segundos lucía confundido, como cerciorándose de que aquello fuera real.
Otras veces veía a un hombre parado en medio de un prado, estaba de espaldas con una capa verde rasgada, en la que se podía apreciar un extraño emblema: un par de alas entrelazadas. Intentaba avanzar hasta él pero tropezaba con algo, ¿una piedra? No, un cadáver desfigurado, al lado otro partido a la mitad, otro sin brazos… Seguía avanzando a trompicones hasta que el hombre lo ayudaba a levantarse, entonces se concentraba en su rostro, cubierto con la gorra de la capa, tenía el cabello negro y la piel era blanquecina, pero…
Despertaba. Aquel parecía más un vago recuerdo, no un sueño, ¿acaso era algo que había vivido antes? Si era así… ¿por qué no recordaba el resto? ¿Cómo había llegado allí?
…
- Hola, papá –dijo Eren al ver a su padre leyendo el periódico mientras tomaba un café.
- Hola, hijo –respondió él levantando un poco la vista del papel, Eren se servía jugo de naranja de una jarra y tomaba un tazón con cereal para ponerle la leche.
Sentado él en la mesa se quedaron un momento en silencio, Eren comía distraídamente llevándose cucharadas a la boca, por la ventana se podía observar el cielo gris, nublado ligeramente, de esos que las estúpidas nubes no se deciden a llover nunca y sólo espantan el día. Cuando terminó llevó los trastos al fregadero y salió corriendo apenas despidiéndose de su padre.
Después de todo, nunca hablaban demasiado, las mañanas siempre eran así: silenciosas.
Caminó por el pasillo hasta el elevador y tomó el ascensor hasta la recepción, y salió disparado a la calle sin saludar al viejo portero, un sujeto llamado Pixis que se la pasaba bebiendo.
Un coche los esperaba afuera, como todas las mañanas, para llevarlo a la escuela.
- Hola, Mikasa, Armin –dijo subiendo al auto tratando de sonar más optimista. La chica de cabellos negros lo notó enseguida y lo miró por el espejo retrovisor mientras avanzaba por la calle.
Armin cruzó miradas con él.
- ¿Estás bien, Eren? –dijo el chico rubio, Armin.
- Claro que sí, es sólo que no pude dormir muy bien
- No te creo nada –respondió Mikasa mirando al tráfico, su amigo le preocupaba, enserio, pero apenas intentaba ayudarlo, invitándole a salir o algo este se excusaba con cualquier cosa.
- ¿Eh? ¡Te digo la verdad!
- Deberías de relajarte un poco, ya casi acaba el semestre –intervino Armin
- ¡Pero si faltan los exámenes! Hay que estudiar y eso… -con un dramático movimiento se recargó en el asiento.
- Cierto, pero serán una pasada, Eren, sólo estudia un poco
- ¿Ya hicieron su parte del proyecto de Historia?
Siguieron hablando el resto del camino sobre los exámenes próximos, faltaba un par de semanas y después de eso ya sólo estarían ocupados en la graduación. ¡Por fin se iban de la preparatoria! Aunque había hecho buenos amigos, compañeros que conocían incluso desde más años atrás, iba a ser algo doloroso pero no dudaban de que seguirían viéndose de vez en cuando.
Llegaron unos minutos más tarde y apenas entraron al salón el timbre sonó. Las clases pasaron una tras otra, la mayoría de los maestros programaban los exámenes o trabajos finales, definitivamente esos días se las verían oscuras.
- Lo siento, chicos, no puedo llevarlos hoy –dijo Mikasa a Armin y Eren a la salida
- ¿Por qué? ¿Estás ocupada? –preguntó Eren
- Algo así, iré a recoger a mi primo al aeropuerto, llega en un par de horas, sino es que antes
- Descuida, nos iremos con Jean –dijo Armin, ella sonrió y de repente recordó algo. Eren y Armin iban unos pasos adelante
- ¡Eren! –gritó
- ¿Qué ocurre? –dijo él, dándose la vuelta. Mikasa salió del auto.
- Tenemos que acabar el proyecto, es para pasado mañana
- Lo hacemos mañana, no te preocupes
- Mañana no podemos, ¡es la fiesta de Sasha! ¿Lo olvidaste?
- Entonces… ¿Armin ya hizo su parte, verdad?
- Sí, sólo falta lo nuestro. Vamos, sube al auto, lo terminaremos llegando del aeropuerto
- Agh, como digas
Sin poder quejarse realmente subió al auto, Armin los saludó, Mikasa le mandó un mensaje más tarde diciéndole que terminarían el proyecto en la tarde. Y se pusieron en camino al aeropuerto, la música de Paramore sonaba como un fondo, no estaba tan lejos pero valía llegar temprano. O eso decía Mikasa.
- ¿Cómo se llama tu primo? –preguntó Eren
- Me gustaría que no te involucraras con él, es un cretino –respondió más para sí misma. No lo odiaba pero…, tenía que admitir que su primo era especial, en muchos sentidos.
- Como quieras, sólo preguntaba –dijo desviando la vista hacia la carretera, esa zona de la cuidad estaba más o menos vacía. Las canciones pasaron una a una y justo antes de que terminara el disco, llegaron al aeropuerto.
Mikasa se estacionó no tan cerca de la entrada como hubiera querido, algunos coches entraban y salían, al igual que la gente cargando maletas, bolsas y mochilas de todos tamaños. Una voz femenina anunciaba los vuelos por salir, los cancelados y viceversa. Había bastante movimiento, quizá porque las vacaciones de verano estaban a la vuelta de la esquina.
Se sentaron en un área con sillas, delante de ellos algunas pantallas anunciaban los vuelos por salir y por llegar.
- ¿De dónde viene tu primo? –dijo Eren por inercia
- De Francia, la familia de mi padre está allá.
- Con razón te vas cada verano
- Esta vez no me iré, me quedaré para arreglar lo de la universidad y eso
- Ah, sí, ¿cuándo te dan los resultados del examen?
- En una semana, ¡espero aprobar!
- Lo harás, no te preocupes, mejor reza por mi
- ¿Cuándo te dan los tuyos?
- En dos semanas
Siguieron hablando como siempre, bromeando entre los dos. A Mikasa le encantaba pasar tiempo con Eren, desde siempre se sentía muy cómoda estando con él, era su mejor amigo, no cabía duda. Pero, ¿podía llegar a ser algo más? Algunas de sus amigas no dejaban de molestarla con eso.
- Mira, ya está por llegar, si quieres espera aquí –dijo Mikasa luego de un rato de checar las pantallas
- No, te acompaño –respondió Eren
- Okay
Caminaron hasta el área de llegada, algunas personas se amontonaban cargando algunos letreros y otros miraban atentos a los pasajeros que desfilaban por el pasillo. De repente, entre un grupo de personas, apareció un muchacho de cabello negro.
Vestía casualmente, pero sus ojos estaban ocultos por unos lentes de sol, el cabello le rosaba el rostro, no parecía muy alto, y su figura era menuda, envuelta en un abrigo ocultando su piel blanquecina. Iba acompañado de una simpática chica de cabellos y ojos color miel, parecía que le decía algo y el otro sólo asentía. Un segundo después ella reparó en Mikasa y avanzó hasta allá, luego llegó otro chico, parecía mayor que los demás.
- ¿Mikasa? ¡Luces maravillosa! –dijo la chica acercándose y dándole un abrazo.
- Gracias, Petra. Hola, Levi, Auruo –respondió Mikasa mirando a de cabellos negros y al de aspecto viejo
- Hola, prima –respondió Levi, sin quitarse los lentes de la cara.
- Hola –dijo el otro, Auruo.
- ¿Quién es él? ¿Es tu novio? –dijo Petra mirando a Eren
- ¿Eh? ¡No! Él es mi amigo… -contestó Mikasa medio cubriéndose el rostro con la bufanda roja que acostumbraba llevar
- Soy Eren, mucho gusto –respondió dándole la mano a Petra, un poco avergonzado, últimamente todo el mundo lo emparejaba con Mikasa. Luego se giró hacia Auruo y también lo saludó, pero Levi se apartó. ¿Por qué sentía que ya lo había visto en algún lado?
- Haz un favor y ayuda con las maletas –dijo dando unos pasos, casi con cuidado, Petra lo alcanzó y enrollo su brazo con el de él.
- Por supuesto… -dijo Eren, un tanto confundido.
Auruo se acercó, tomó un par de maletas y siguió a Petra y Levi. Mikasa se giró hacia Eren y tomó otra.
- Olvide decirte algo sobre Levi…
- ¿Qué cosa?
- Levi es… Él está ciego
Siguieron avanzando hasta la salida en silencio, Eren estaba sorprendido, ahora entendía por qué los lentes y los pasos inseguros. "Me gustaría que no te involucraras con él…" Había dicho Mikasa, pero no terminaba de encontrarle el problema. Por un momento sintió algo se curiosidad, ¿cómo sería el mundo para él? Sombras, oscuridad y… ¿Qué más? Y, pronto esa curiosidad se esfumó, arrasada por un sentimiento de injusticia, de esos que sientes cuándo no le hayas sentido al mundo…
Al llegar al auto retomaron sus lugares, Petra, Auruo y Levi subieron atrás, este último se quitó por fin las gafas y pareció fijar su ausente mirada en la ventana, en el exterior. Eren lo vio a través del espejo retrovisor y su corazón dio un vuelco.
El viento le alborotaba un poco el cabello y sus ojos buscaban todo en donde no había nada, eran grises, como el cielo ese día, alargados, filosos, dándole un aspecto sombrío a su fino rostro, las facciones delicadamente esculpidas. Y se quedó así: sin despegar la mirada de su rostro, como queriendo que él lo sorprendiera y le ordenara dejar se acosarlo.
The only exception de Paramore sonó como un fondo, Eren intentó adivinar qué era aquello que sentía, lejos de preocuparle le gustaba esa sensación. Así que no despegó su mirada de él en ningún momento, ¿de verdad que no lo conocía? ¿O sólo lo había imaginado?
El observarlo lo llenó de un montón de emociones inexplicables, pensaba en que era injusto para las personas no poder ver, pensaba en que ya conocía a Levi de alguna parte y, por otra razón aún más inexplicable se le vino a la mente que estaba enamorado. ¿Amor a primera vista, acaso eso existía…?
Aunque no tenía ni idea de lo que comenzaba a crecer en su interior entonces, estaba demasiado confundido.
…
- ¿Quieres algo de tomar?
- Sí, gracias
Mikasa caminó hasta la cocina, Eren se quedó en el hall que ya conocía. Había ido cientos de veces a la casa de Mikasa pero últimamente no lo hacía mucho. Se dio cuenta de que no se sentía preocupado o asustado, no había pensado en las pesadillas en todo ese rato… Había pensado en Levi, en sus ojos grises, su cabello y se imaginó dándole un beso, sujetando su cuerpo contra el suyo y saboreando sus labios… Y por un momento recordó el hombre de sus sueños y dudó un poco en que se tratara de él, ¡bah! De seguro eran sólo estúpidas pesadillas.
¿Cómo sería besar a Levi…? Un escalofrío le recorrió por la espalda, y su corazón se aceleró. ¿De verdad quería besarlo? Sí, quizás sí estaba enamorado…
- ¡Eren! ¿Estás en las nubes o qué? –preguntó Mikasa arrimándole un vaso con una bebida, luego de llamarlo un par de veces. Eren se había quedado muy quieto y sin decir nada mirando la chimenea.
- Ah, lo siento… -respondió él, disimulando su lio mental
- Mañana se lo mostraré a Armin –dijo Mikasa acomodando un montón de hojas en una carpeta
- Uf… Una tarea menos
- ¿Mikasa? –dijo Petra doblando la escalera y entrando a la sala
- Petra –respondió ella-, ¿qué pasa?
- Farlan e Isabel vienen para acá
- ¿Qué? Creí que no vendrían…
- Llamaron hace unos minutos, Auruo salió a buscarlos pero lo más seguro es que se pierda, no conoce muy bien la ciudad
- Entonces…
- Hay que ir por ellos
- Pero ¿y Levi? No podemos dejarlo solo
- Yo puedo ayudar –intervino Eren, levantándose, Mikasa de improviso había avanzado hasta Petra. Ambas lo miraron. Eren sólo sonrió, tal vez estar un rato con Levi arreglaría su estado…
- ¿Puedes? Muchas gracias, Eren. Lo traeré para acá
Y antes de que Mikasa dijera nada subió por la escalera. La pelinegra miró a Eren algo extrañada, y comenzó a decirle algunas cosas que el otro ya sabía, de cómo tenía que tratar a Levi.
- Sólo será una hora a lo mucho… -dijo, en eso Petra bajó con Levi y lo condujo hasta el sofá. Luego ambas salieron moviendo las manos y diciendo que regresarían pronto.
Eren se quedó mirando a Levi si decir nada por un momento, el otro ya no llevaba el abrigo, sino sólo la camisa de mangas largas que se deslizaba por su torso, traía puestas las gafas y apoyaba las manos en un pequeño bastón, como hecho a su medida. Sin querer soltó una risita y caminó hacia él.
- ¿Eren? ¿Dónde demonios estás? –preguntó apretando los puños sobre el bastón, Eren se dejó caer a su lado.
- Aquí estoy –dijo acercando su mano a la suya, que descansaba sobre el sofá. Levi pareció apartarse un poco.
- ¿Qué clase de idiota eres, eh?
- ¿De qué hablas?
- De seguro un mocoso idiota, Petra está mal, no tenía porque…
- No es problema para mí acompañarte… -interrumpió Eren, Levi apartó su mano
- No finjas conmigo, mocoso, sé que lo haces sólo para agradar a la familia y ligarte a Mikasa
- ¡¿Qué?! Claro que no, Mikasa no me…
- ¿Entonces? ¿Qué haces aquí? –Eren suspiró, Levi tenía una personalidad un tanto extraña a lo que había imaginado, aunque, a decir verdad, le gustaba.
- Lo siento, Levi, creo que debieron preguntarte primero, me iré a otra habitación para no molestarte –y se levantó pero al momento de dar un paso cayó al suelo, Levi había tirado el bastón.
- No dije que te fueras –dijo, apoyándose en el sofá, cruzando los brazos.
- Agh… -dijo Eren levantándose, se había golpeado contra el borde de la mesa de centro. Luego pateó el bastón.
- ¿Pero qué haces? Dámelo
- Claro… –dijo un tanto enfadado, dio un par de pasos y tomó el bastón, luego regresó con Levi para entregárselo pero este lo jaló al momento de encontrar su brazo, con la intención de golpearlo de seguro. Eren se tambaleó y cayó sobre él.
- ¡Quítate! ¡¿Qué te pasa?!
- Fue tu culpa –respondió Eren apartándose un poco, los brazos uno a cada lado de Levi
- No es mi culpa que seas tan torpe, mocoso –dijo Levi, alisándose la camisa.
- Agh, lo siento…
- ¿Por qué te disculpas? ¿No era yo el qu…?
Levi no terminó la frase porque él había invadido sus labios con un beso, sabía que estaba extremadamente cerca pero… Lo besó, y osó lamer sus labios para abrirse paso en su boca en enrollar su lengua con la de él, buscó desesperadamente el bastón pero este había caído al suelo, él mismo lo había soltado por la sorpresa. Sus manos tocaron el pecho ajeno queriendo apartarlo, pero aparentemente su cuerpo estaba ocupado en otra cosa, inconscientemente una lágrima se había deslizado por su rostro mientras el estómago se le llenaba de una sensación extraña… ¿Por qué de repente ya no quería matarlo?
- ¿Levi? –dijo Eren al apartarse, le quitó los lentes. Levi lanzó sus puños hacia él, asestando un par de veces.
- Ya entendí, eres un puto desviado…
- ¿Eh? ¿Tanto te molestó?
- Tsk… -se giró hacia otro lado. Eren volvió a sentarse a su lado, esta vez más cerca.
- Me gustas, Levi –susurro a su oído, el otro buscó casi desesperadamente el bastón, pero Eren lo atrajo hacia sí
- Suéltame… -se quejó el otro, ¿qué diablos se suponía que debía hacer?
- ¿Por qué? –respondió atrayendo más, tomando su barbilla haciendo que sus ojos lo buscaran por unos segundos.
Levi sólo escuchaba sus palabras, el tono de su voz tan suave que le acariciaba los oídos, y los brazos rodeándolo, acorrucándolo con ternura y por un momento quiso verlo, aunque sabía que eso era imposible, su condición no se lo permitía. Así que sólo llevo sus manos hasta su rostro, descifrando las facciones con sus finos dedos, delineó la barbilla y colocó el pulgar en la comisura de sus labios.
- ¿De qué color son tus ojos?
- Verdes… -dijo Eren con el corazón acelerado, la sensación de sus manos descubriendo su rostro era especialmente abrumadora.
- Verde… ¿cómo el pasto? –recordó que cuando Petra describía los paisajes para él nombraba al pasto de color verde. ¿Cómo era el verde? ¿Brillante? ¿Oscuro? De niño se lamentaba no poder presenciar nada, se sentía inútil, las personas siempre murmuraban "lastima" por él, otros lo veían como un enfermo terminal, prometiéndole que rezarían por él para que algún día pudiera ver.
- No, como las esmeraldas –respondió Eren
- ¿Y cuál es la diferencia? Descríbelo mejor
- Es un verde más oscuro que los otros, pero muy brillante, creo
- ¿Y tu cabello? ¿Cómo es? ¿De qué color? Pareces despeinado, ¿o así estás siempre? –dijo tocando su cabello
- Pues sí, estoy un poco despeinado, mi cabello no es fácil de peinar, y es de color café, como…
- ¿La corteza de un árbol? ¿O como el cuero?
- Sí, como un árbol
- ¿Y tu piel?
- Es ligeramente más oscura que la tuya
- Y supongo que eres más alto que yo, ¿no es cierto?
- Sí
Se quedaron un momento en silencio, era extraño para Eren que le preguntaran todas esas cosas siendo que lo tenían enfrente, y no tardó en sentirse ligeramente triste otra vez.
- Tu rostro es… Pareces bien parecido… -dijo Levi, apartando las manos, luego percibió que Eren tomaba una y la besaba ligeramente- Deja eso, aléjate, por favor…
- ¿Ya no quieres golpearme?
- Cállate, ¿dónde pusiste mis lentes? Como detesto esta puta casa… -dijo moviendo las manos por el sillón. Eren agitó los lentes oscuros en su mano y se los pasó, tocando su mano apropósito.
Siguieron hablando sobre cualquier cosa, al parecer Levi no le daría importancia a lo que él había hecho. Eren no podía dejar de mirarlo y preguntarse si había hecho bien, si había sido demasiado precipitado o si él lo odiaría en lo sucesivo, pero que él estuviera tan tranquilo parecía extraño. ¿No estaría plañendo cómo golpearlo después? Entonces recordó la sensación de sus manos recorriendo su rostro, la de sus golpes y por último la de sus labios, aquella vibra que seguía recorriéndolo de pies a cabeza, ese no sé qué inexplicable… ¿Era él el sujeto de sus pesadillas, de sus sueños inconclusos…?
Un rato más tarde todos regresaron, acompañados de un chico albino y una chica pelirroja: Farlan e Isabel, viejos amigos de Levi.
- ¡Levi! –dijo Isabel saludándolo, Farlan le dio la mano. Entonces repararon en que Eren no estaba herido ni algo parecido y sólo lo saludaron.
- Farlan Church
- Isabel Magnolia
- Eren Jaeger –dijo dándoles las manos.
- ¿No se aburrieron…? –preguntó Petra, disimulando el asombro, sabía que Levi era una persona especial y tendía a ser muy agresivo.
- Para nada –respondió Eren con una sonrisa, y un ligero sonrojo.
- Por favor, Petra, este sujeto es un idiota, estuvo tonteando todo el rato –dijo Levi
- Creo que le caí bien –dijo Eren, como susurrándolo, esta vez Levi si hizo un ademán de golpearlo y todos rieron.
…
El resto de la semana transcurrió tranquilamente -a pesar de los exámenes-, Eren había averiguado por Mikasa que él y los demás habían venido a Frankfurt para pasar las vacaciones. Levi era cinco años mayor que él, aunque no lo aparentara y desde siempre había tenido esa personalidad, unos lo atribuían a su discapacidad pero lo cierto era que él era así, simplemente.
- Me gustaría visitarlo de vez en cuando –dijo Eren, Mikasa le dedicó un extraño gesto-, si no te molesta, por supuesto…
- Creo que Levi es el que tendría que decidir, no yo –respondió
- ¿Podrías preguntarle?
- ¿Por qué te interesa tanto?
- Porque… -buscó desesperadamente una inocente razón- es buena onda –agregó un segundo más tarde, Mikasa hizo una mueca.
- Le preguntaré, ¿sabes? Eres una de las pocas personas que no salió huyendo de él
- ¿Ah, sí? Qué cosa…
- Además, no sé, últimamente se porta extraño
- ¿Extraño cómo?
- Pues… Más tranquilo creo. Como sea, yo le preguntaré, si es lo que quieres
- Gracias, Mikasa
De momento Eren pensaba que lo mejor sería disculparse con él por haberlo acosado e intentar ser su amigo, por lo menos eso lo mantendría cerca. Y, últimamente, sus sueños eran sobre el hombre de la capa con el emblema de las alas, pero ahora buscaba desesperadamente ver su rostro… Tenía que asegurarse de que se trataba de él, pero, ahora, Levi se cruzaba en su camino de repente, lo ayudaba a levantarse y, tomándolo de la mano, lo arrastraba hasta un lugar incierto. Un momento más tarde se liberaba de su mano para lanzarse a sus brazos, abrazándolo, casi preocupado. Y cuando se estiraba un poco para besarlo…
Despertaba, con el par de gotas de sudor en la frente y el corazón acelerado. Aquella había sido una terrible… No, aquella no se era una terrible pesadilla.
Entonces se levantaba, corría las cortinas de la terraza y sonreía al día, pensando en él.
Qué locura: lo había conocido en sus sueños.
¡Hola a todos! n.n
Este fic no lo tenía planeado, pero lo actualizaré, algún día…
No es cierto xD, seguirá si ustedes lo piden, así que… ¿Qué les pareció? ¿Les gustó? ¿Sí? ¿No? ¡Cuéntenme por favor! ¡Espero sus reviews!
Y no sé, me encanta la idea de un Levi sin poder ver a Eren :3
Saludos! Gracias por leer!
Atte. Katherine
PD: Y sí, apoyo el Patatammy :3
