Buenas jóvenes, esta es una pequeña historia que se me ocurrió cuando hice la imagen que ven de portada, tendrá yo creo que unos cuatro o cinco capítulos, espero sea de su agrado xD

Pareja única: GrimmNel

Serie: Bleach (pertenece a Tite Kubo-sama)

Kitty

Era una fría tarde de invierno, la lluvia caía con fuerza en la ciudad y el cielo totalmente oscurecido hacía que las cuatro de la tarde parecieran ya las seis, las calles estaban naturalmente desoladas, ni un alma se hacía presente, dentro de una de las cafeterías de barrio una chica aguardaba a que escampara un poco para poder seguir su rumbo a casa.

- Señorita, ¿desea tomar un café caliente mientras aguarda?- Cuestionó el mesero.

- No muchas gracias… Sabe, de hecho quisiera comprar pan, cinco para la semana por favor.

- Por supuesto, en seguida.- Y muy amablemente aquel hombre cogió cinco de sus mejores y más frescos panes, los puso en una bolsa y se los dio. La mujer seguía observando las gotas caer en la ventana.

- Aquí tiene, cinco de los mejores panes.

- Muchas gracias.- Le sonrió. Acto seguido sacó su billetera para pagarle y él le recibió.- Bueno, al parecer ya ha escampado un poco, mejor me iré de una vez antes de que vuelva a empeorar.- Dicho esto se acomodó la bufanda que traía alrededor del cuello, se colocó la capota de su largo gabán beige, se puso de pies con sus botas negras de caucho y mientras que con una mano sostenía la bolsa con el pan en la otra cargaba su paraguas listo para abrirlo justo apenas tocara el suelo externo. El viento soplaba fuerte. Caminaba a paso apresurado, pero no lo suficiente como para ir a resbalar, debía ser cuidadosa sobre todo con los charcos en la acera.

Mientras tanto, en uno de los tantos peligrosos y oscuros callejones del camino una pelea salvaje se desataba, los botes de basura rodaban por el suelo, había un desastre por todo el lugar, y la razón de aquel caos: una pandilla de seis integrantes de gatos andaba en controversia pues se enfrentaban a uno solo quien en su hocico cargaba con el último trozo de pescado viejo y rancio entre sus dientes, todos estaban con frío, mojados y sobretodo hambrientos, estaban seguros de que si no lograban arrebatarle aquello de su boca entonces se lo comerían a él vivo. Aquel pobre animal estaba acorralado contra el muro, no tenía de otra, lanzó aquel trozo de comida al aire cosa que los distrajera de momento para poder salir corriendo y escapar, no es que fuese un cobarde pero por el estado en el que se encontraba no tenía de otra, las fuerzas le faltaban, y creía que las pocas energías le alcanzarían para correr quizá un par de calles más. Así lo hizo pero para su infortunio dos de esos gatos predijeron sus movimientos y lo siguieron, no lo dejarían irse tan fácilmente de allí, no sin antes haberle dado su merecido escarmiento. Brincaron botes, latas de gaseosa, cajas de cartón, el gato perseguido ya podía visualizar la salida del callejón, pero antes de que pudiese poner una pata fuera por detrás uno de sus enemigos alcanzó a aruñarle la pata trasera haciendo que este gruñera del dolor, pero no lo detuvo.

El viento seguía soplando con fuerza, aquella mujer debía caminar con el paraguas hacia adelante para que la lluvia no le golpeara el rostro, mientras llegaba a uno de los callejones pudo percibir ruidos fuertes viniendo de él, como que caían cosas al suelo seguido de los gruñidos de unos gatos, tuvo que frenar en seco cuando vio que uno de los animales que acababa de escuchar pasó por el lado de sus piernas ubicándose exactamente detrás de ella y observando a lo lejos, levantó la vista y pudo divisar a otro par, se veían bastante enojados, erizados y emitiendo gruñidos desafiantes. Pudo comprender finalmente que se trataba de una pelea y aquel minino tras de ella estaba pidiéndole que lo protegiera, así lo hizo.

-¡CHU CHU! – Dijo con fuerza al tiempo que les salpicaba agua de un charco con las botas, a lo cual los animales salieron corriendo despavoridos.- Hola amiguito, ¿estás bien? ¿Te hicieron daño esos gatos malos?- La mujer se acurrucó al lado de aquel felino que se escondía tras ella, evidentemente estaba asustado, pero gracias a la herida que tenía en la pata y las pocas energías que le quedaban no pudo salir huyendo de ahí como quería para apartarse del lado de aquella fastidiosa humana, como cualquier gato callejero consideraba que para lo único que servían los humanos era para generar alimento, nada más.

- Mírate, estás todo sucio y mojado…

- "Pues ¿qué esperabas? ¿Que estuviese radiante, seco y con olor a lavanda? Humanos tontos…"- Dijo mentalmente pues era obvio que no podía hablar.

- Ven, te llevaré a mi casa y te daré de comer porque pareces estar hambriento ¿cierto?- Un leve gruñido de tripas se escuchó provenir del estómago de aquel animal, lo cual confirmó las sospechas de la mujer.- Bien, entonces ¡vamos!- Le dijo con una amplia sonrisa, el gato simplemente la miraba con gesto de desaprobación, pero si iba a darle de comer pues podría aprovechar y una vez estuviese satisfecho largarse de ese lugar. Ella lo cargó entre brazos como pudo y se lo llevó a casa.

Al llegar al edificio de apartamentos, la mujer tuvo que dejar en el suelo a su acompañante para buscar la llave y poder abrir la puerta, una vez dentro aquel gatito se dio a la tarea de explorar el lugar, aunque para él el sitio se veía inmenso se trataba solo de un pequeño aparta estudio, una cocina, un comedor con una mesa y dos sillas, la sala en la que había un único sofá de tres puestos, y más al fondo una puerta que conducía a la única habitación que había, el minino iba explorando y oliendo todo con minucioso detalle.

-¿Te gusta? Es mi pequeña pero cómoda morada.

- "Tsk, qué más da si me gusta o no, quiero ya la comida que me prometiste humana, ¡obedece!"

- MAU, MAU, MAU.- Era lo que podía escuchar la mujer.

- Mira que tierno te ves.- Sin percatarse, el animal tenía las pupilas dilatadas por la oscuridad, lo cual hacia verse más adorable de lo que ya era.- Espera me quito esto…- Dijo mientras se retiraba el gran chaleco, la bufanda, las botas húmedas, y las dejaba escurriendo en alguna parte de la cocina. Luego se agarró el cabello con un caucho en una coleta alta.- Primero que nada debes irte a bañar…

- ¿QUÉ? ¿A BAÑAR? ¿Acaso no ves que ya estoy lo suficientemente mojado?- Aquella mujer se iba acercando lentamente para agarrarlo, pero él no lo iba a permitir, salió corriendo despavorido y se metió bajo el sofá, claramente ella no podía alcanzarlo estando allí.

- Veeen gatito gatitooo, si no sales no te podré dar de comeeer.

- "JA, que truco ni más viejo, no me creas tan ingenuo humana…"- No tenía pensado salir de su escondite ni de riesgo.- "En algún momento se cansará y se irá a dormir y cuando eso suceda yo mismo me alimentaré y saldré de este apestoso lugar…"

- Bueno, de acuerdo, tu ganas…- Fue hasta la cocina, sacó una lata de atún fresco, lo sirvió en un plato y lo colocó en el suelo.- Acá te dejo para que comas.- Y la chica se retiró. Apenas puso ese atún el olor llegó directamente a narices del felino, despertando todos y cada uno de sus sentidos, empezó a saborearse la boca con la lengua, ansioso por acabar con esa hambre que le estaba carcomiendo las tripas desde dentro.

- "Maldición, mira ese jugoso y fresco atún… NO NO NO, debes controlarte, es solo un truco viejo para poder atraparme… Pero mira que delicioso se ve…"- Estaba en disputa consigo mismo hasta que finalmente se decidió y salió del escondite para comer. Justo iba a dar el primer bocado cuando vio que el plato se alejó de él, más y más.

- ¡AJA! Te tengo.- Dijo triunfante la mujer con el animal en manos.

- "¿Qué demonios? Pero ¿De dónde salió?"- La mujer se había recostado sobre el sofá sigilosamente sin que el gatito se diera cuenta, para que cuando saliera por la comida pudiese agarrarlo desde arriba.

- Bien travieso, ahora si vamos a bañarte…

- "¡NOOOOOOO MI COMIDAAA!"- Sobre el hombro de la humana podía observar de a poco alejarse de su festín. Llegaron finalmente al pequeño baño, la chica puso un balde en medio de la ducha que fue llenando poco a poco con agua caliente, obviamente cerró la puerta para que no se pudiese escapar.

- ¡Listo! Tu baño está preparado. ¿Qué prefieres? ¿Burbujas de jabón con olor a rosas o con olor a manzanilla?

- "Ni lo creas, yo ni loco me meto ahí, tendrás que pasar primero sobre mi frío y fétido cadáver. ¿Rosas? ¿Manzanilla? ¿Es que acaso piensas que soy una jodida hembra o algo por el estilo?"

- Mmmmm, bien, elijamos la manzanilla.- Se respondió a sí misma y fue vertiendo el producto en el agua del balde.- Ahora vamos a meterte…

- "No respondo si te acercas humana y no digas que no te lo advertí"- La mujer iba a tomarlo en sus manos cuando este, instintivamente le mandó un zarpazo, que logró hacerle una pequeña pero visible herida.

- ¡Haaay! ¡OYE! Eso dolió…- Dijo mientras se acariciaba la mano.

- "Te lo dije, necesitarás más que eso para meterme ahí"

- Entonces… con que así serán las cosas…- Ella había cambiado su semblante a uno tenso y escalofriante, buscó en uno de los cajones y se puso un par de guantes gruesos de caucho, ya no estaba de rodillas, ahora se encontraba de pies.

- "Ehhh ¿qué estás haciendo? ¿Por qué me miras de ese modo?"- Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo haciendo que los pelos de la espalda se le erizaran. La chica se le abalanzó encima para agarrarlo pero el minino con todas sus fuerzas trató de soltarse, hasta que finalmente logró agarrarlo de la parte de atrás de su cuello, dejándolo inmóvil.

- Bien, no quería llegar a estos extremos pequeño, pero no me dejaste de otra.- Como en cámara lenta, el animal veía acercarse poco a poco al balde espumoso, intentaba soltarse del agarre pero le era imposible.

- "NO NO, ESPERA, podemos negociarlo, tratarlo como animal y humano civilizados, si quieres te compro la curita para la mano pero… NOOOOO"- ¡Plush! Un sonoro chapuzón retumbó por todo el baño.

- Me lo agradecerás luego, estoy segura, además recuerda que después de esto viene la recompensa…- Iba masajeando cada rincón del cuerpo del animalito, detrás de las orejas, la naricita, las almohadillas de cada patita, la cola, el resignado gato simplemente se quedó quieto, haciendo mala cara, pero ya no tenía de otra.

- "Ya verás humana, esta me las cobraré después…"

Habiendo finalizado con el baño, le pasó una toalla por encima y el secador de cabello que ella tenía, con la espesa mugre que antes había sobre su pelaje no pudo contemplar sino hasta ahora el verdadero color del gatito, era blanco, totalmente blanco, sin una sola manchita, pero su pelaje tenía la particularidad de que a la luz se veía como si tuviese visos de color celeste, bueno, al parecer no era completamente blanco sino más bien de un tono azul pero muy muy claro, y no podía ignorar sus grandes y rasgados ojos azules delineados, como si se hubiese aplicado delineador negro.

-Pero mira que lindo te ves, ¿no prefieres estar así aseado y bien presentado?

- "Pff, a mí no me importa cómo me vea, humana ilusa. Más bien dame mi comida que ya bastante soporté hasta ahora"

- ¿Tendrás algún nombre?

- "Mi nombre no te importa, y ya me estás haciendo enojar, ¡QUIERO MI COMIDA YA!"

- Te llamarás…- Miró para todos lados del baño buscando algo que la inspirase, hasta que sus ojos se toparon con su cepillo de dientes en forma de Hello Kitty.- ¡YA SÉ! Te llamarás Kitty.

- "¿Qué? ¿Qué clase de nombre ridículo es ese? Ni siquiera es nombre de macho, no refleja lo masculino que soy. ¡Y quita esa cara de tonta que me dan ganas de aruñártela!

- MAU MAU MAU MAU.- Era lo que la mujer podía escuchar.

- Aaaaw, sabía que te gustaría, bueno ahora si puedes ir a comer…- Abrió la puerta del baño.

- "¡Al fin! Hasta que te decidiste hacer algo inteligente."- Salió corriendo hasta donde se encontraba el plato con atún, se lo devoró completo en menos de cinco minutos.

- Mira, acá tienes leche por si quieres.- Le acercó otro plato repleto del oasis blanco.

- "Hey, tú si sabes lo que le gusta a un felino. Bueno, a excepción del baño y los nombres cursis."- Finalmente quedó satisfecho.- "Bueno, ahora sí, es tiempo de largarme de aquí…"- Se acercó a una de las ventanas y con la pata empezó a aruñarla, indicándole a la mujer que quería salir de ahí.

- ¿Ya te vas? Creí que ibas a hacerme más compañía…

- "No fastidies humana, si quieres compañía consíguete un perro faldero, o yo que sé, a mí me gusta la libertad…"

- Pero bueno, si así lo quieres…- Se dirigió hasta donde estaba y abrió la ventana, tenía planeado bajar por las escaleras de emergencias, esas que se usan en caso de incendio, pero una vez asomó la cabeza fuera sintió una fuerte y húmeda ventisca que le golpeó el rostro, la tormenta aún seguía.

- "Tsk, demonios…"- Retrocedió un paso atrás.

- Bueno… si quieres puedes quedarte esta noche, y te vas en la mañana cuando la tormenta haya cesado.

- "Carajo… bueno al parecer no tengo de otra."- Dijo con resignación.- "Muy bien humana, escucha con atención, a mí me gustan los lugares amplios y calientes, las cobijas de lana, exclusivamente lana porque otro material me hace dar alergia, espero que dejes durante la noche un plato con agua porque me da mucha sed…"

- Awww mira…- Lo alzó del suelo.- Tienes una patita herida Kitty.- Dijo mostrándole un pronunciado puchero en señal de lástima.

- "AJA ¿Y? ¿Qué con eso? Los gatos de calle nos hacemos heridas todo el tiempo, es normal. ¡Y MI NOMBRE NO ES KITTY!""

- Pero no te preocupes, mamá tiene la solución.

- "¿Mamá? ¿Te acabas de decir a ti misma mamá? ¿Es que acaso tienes problemas de doble personalidad y a veces te crees gato o qué coño?" Se lo llevó hasta la habitación y lo dejó sobre la cama mientras ella iba a buscar el botiquín de primeros auxilios.- "¡Exacto! Precisamente a esto me refería humana, una amplia y cómoda cama solamente para mi"- Se fue enrollando sobre sí mismo para acomodarse.

- Aquí está…- Se sentó al lado del gato.- Ahora vamos a curarte esa patita.

- "¿Qué parte de "no fastidies, estoy bien y quiero dormir" no entendiste? ¿Por qué tengo que repetírtelo todo?"

- Vamos Kitty, te prometo que no va a doler…

- "A quien le va a doler algo es a ti si no dejas de moles…adskadadj…"

- ¿Quién es uno gatito lindo? ¿Quién?- Le decía mientras rascaba por detrás de sus orejas.

- "Oh si, si, que bien se siente… Más arriba humana, a la derecha, ahora la otra oreja…"- Y cuando finalmente se había desenrollado pudo agarrarle la pata herida y vendarla.

- ¡Listo! Fue rápido.

- "¿Qué? ¿Rápido qué? Oooh"- Se vio el vendaje y comenzó a olerlo y lamerlo.

- No te lo vayas a quitar, eh. Es para que se te cure rápido la linda patita.

- "Si, si, como sea. Date la vuelta más bien que me voy a dar un baño, este olor a manzanilla del asco me tiene mareado…"- La chica fue a guardar el botiquín, para cuando dio vuelta su acompañante lamía sus… partes íntimas.

- Oye que sucio, ¿Qué no puedes hacer eso en otro lado?

- "¿Qué me miras humana? ¿Acaso te gusta lo que ves? ¿Te gusta irrumpir en la privacidad de los demás?"

- Y esa es mi cama, así que no puedes dormir encima de ella.- Lo tomó en sus manos para dejarlo en el suelo.

- "Pues te recuerdo que quien me trajo aquí fuiste tú, así que se hace lo que yo diga"- De un brinco volvió a la cama.

- Kitty, no seas desobediente.

- "Mujer, lamento decirte que no acostumbro a obedecer humanos, así que tu verás donde duermes, yo ya me quedo aquí"- Se volvió a acomodar en la misma posición.

- Ash, está bien, puedes quedarte ahí, solo espero que no me vayas a llenar de pelos la cama.

- "Si, si, lo que digas. Ahora vete y déjame dormir…"- La chica comenzó a desvestirse para colocarse la pijama.- "Agh, por Neko-sama, al menos avisa cuando vayas a hacer eso por favor…"- Se cubrió los ojos con las manitas. La chica, lista para meterse en la cama quitó las cobijas, se acomodó y volvió a arroparse.

- "¿Y dónde esperas que yo duerma? ¿Sobre tu trasero?"- No hubo respuesta por parte de la humana.- "Okay, me acostaré donde me plazca entonces."- Efectivamente se acomodó en las caderas de la joven que se encontraba acostada de medio lado.- "Este parece ser un sitio acogedor… tal vez me quede un par de días más…"- Y ambos quedaron profundamente dormidos.


Bueno, acá termina la primera parte. Nos veremos luego! ;)