Ninguno de los personajes me pertenece, le pertenecen a Masashi Kishimoto y Hayato Date, la trama pues, una adaptación de la historia que alguna vez escribí y recibe el mismo título. Saludos a todos

ZERO

Cuando la vida está en juego a manos de un poderoso asesino muchas cosas se colocan en perspectiva; el dinero siempre influye en el mundo eso es cierto, tanto, como para comprar la vida de cualquier persona.

El mundo que gira en torno al dinero es tan sucio y cruel que resulta indescriptible, mi vida terminó siendo un juguete en esta terrible red, estando comprometida con uno de los herederos más grandes del país soy presa realmente provocativa para ellos….los mercenarios que aborrecen a la poderosa familia de mi prometido. Siempre habrán reglas en el mundo de los verdaderos asesinos, la primera radica ganar a como dé lugar lo que se desea, pero la más importante es, bajo ninguna circunstancia, por nada del mundo…enamorarse.

Ahora si comenzaremos la historia, me referiré a mi personaje en tercera persona, de esa manera sería más fácil relatar la historia .Todo comenzó ante la llegada de una chica a Corea, una japonesa específicamente, cuyo nombre es Hinata, fue llevada al país a conocer a su futuro esposo, lamentablemente la influencia del dinero hacía nuevamente acto de presencia, la chica fue obligada a casarse con un perfecto desconocido sólo para que no dejaran en quiebra a su familia. El jefe de la familia a la que ella pertenecería al verla decidió hacer hasta lo imposible porque ella fuera el caprichito de su hijo, después de todo la chica era realmente hermosa, ojos grandes y extremadamente misterioso color plata, cuerpo delgado pero muy bien proporcionado, cabello largo color ébano con algunos toques azulados y una personalidad desconocida hasta los momentos, el punto es…que a sus 19 años de edad era el prototipo de mujer perfecta para cualquier hombre, una combinación de belleza e inteligencia nunca antes vista, la chica a su corta edad ya había sacado la carrera de psicología y además era demasiado trabajadora y educada.

Obviamente no podía ir de buena gana cuando estaba siendo obligada a casarse con un perfecto desconocido, siendo ella tan libre, fue separada abruptamente de su familia, de sus amigos y de todos a los que amaba solo para protegerlos.

Ahora pasemos a describir a los otros miembros de esta historia, la familia UZUMAKI KWONG, cuyo líder era el jefe de la unidad militar más poderosa del país, su hijo Naruto, un talentoso joven, cuya perfección lo hacia el modelo de hombre perfecto, cumplía a cabalidad todos los requisitos de un príncipe azul por así decirlo, alto, apuesto, con excelente cuerpo, cuyas habilidades en batalla eran únicas, desde joven fue criado como un policía, podía adivinar incluso el mínimo movimiento de un mercenario, su perfecto rostro lo hacía apetecible para cualquier persona, inteligente como nadie y muy caballeroso, el gran heredero de la familia después de todo, la mejor carta de su padre.

No todo es color de rosas para esta talentosa familia, el grupo de mafiosos más grande aun no era atrapado, conocidos como los ZERO por no dejar absolutamente ningún rastro cuando realizan sus actos, era liderado por Rasa, un ejecutivo multimillonario, su haz bajo la manga era su hijo Gaara, un chico de 22 años *como Naruto* un asesino innato, definitivamente la muerte era su arte, el era demasiado preciso, por algo era quien lideraba siempre los grupos que enviaba su padre, se le considera un tempano de hielo, sus ojos son como los de una serpiente, fríos e inertes, de un color Turquesa mate, su cuerpo perfectamente torneado, si Naruto pensaba como policía él estaba un paso adelante pensando perfectamente tanto como policía…como mercenario, fácilmente podía infiltrarse en las dos posiciones, guarda un rencor inmortal hacia la familia Uzumaki por ser los responsables de la muerte de su madre y su hermano, juró que algún día les arrebataría algo que apreciaran con toda el alma, este mercenario deseaba destruir a los Uzumaki, de hecho al ser tan preciso llegaba a ser incluso tan apetecible como Naruto.

La morena que estaba furiosa en la enorme limosina realmente odiaba el hecho de estar ahí, se preguntaba porque la vida tenía que castigarla de esa manera, recordar la amenaza de ese hombre le erizaba la piel y le provocaba unas enormes ganas de llorar, con solo unas palabras pudo manipularla en su totalidad, ella no quería ni estaba dispuesta a aceptar a la persona con quien deseaban obligarla a casarse. El auto se detuvo y un enorme hombre vestido de negro le abrió la puerta, bajó algo desconfiada viendo los alrededores, definitivamente eran más que millonarios, eran aproximadamente 2000 metros o incluso más, daba miedo lo grande que resultaba el lugar, estaba realmente sorprendida pero aun así indignada, el asco que le producía a consta de estar ahí no era fácil de superar, la escoltaron hasta la entrada de la mansión, fue recibida cual princesa por tres mujeres de la servidumbre, la llevaron hasta una habitación gigantesca que señalaron sería la suya, la antipatía de las mujeres era obvia pero la chica ignoro el asunto, se sentó en una cama 10 veces más grande que ella y vio a su alrededor, definitivamente ese sería el sueño de cualquier mujer, casarse con un millonario y vivir feliz para siempre…pero, ese no era el sueño de Hinata, ella deseaba sacar su maestría y ser una perfecta profesional, casarse algún día pero amando a la persona, otro asunto era que ella no sentía ninguna simpatía por los ricos, le parecían despreciables, se quedó viendo una terraza y se acercó lentamente a revisarla, era maravilloso lo grande que era eso, pero que importaba cuando ya estaba sola…cuando fue separada así de sus seres amados, la chica se acercó y vio un auto a la distancia pero a la final no le dio importancia y se adentró a la habitación, abrió el closet que era gigante y estaba repleto de preciosos trajes, sacó un vestidito blanco y se lo colocó, dos mujeres entraron y la sentaron de golpe para arreglarla, ella cual maniquí se dejo, pensaba que mientras más rápido saliera de eso, mejor sería, cuando terminaron se sorprendió a si misma lo hermosa que había quedado, pero esa no era ella, era una máscara.