No soy una escritora con experiencia, no pretendo con este fic nivelarme ni compararme con la exitosa mujer de cuyo puño y letra nació esta adictiva trilogía, soy una admiradora, que en un rato de ocio decidió compartir un sueño extraño y un par de ideas que quizás estén fuera de lugar.
Este es un fic basado en el libro y tomando algunas simplificaciones de la película, soñé con una Anastasia que también tiene sombras, un personaje mucho mas radical, un reto que hubiera sido mucho mas difícil de aceptar para Grey, una Ana que se debate con mucho mas que su falta de experiencia y su atracción por un ser cuyo corazón y psiquis esta rota.
Espero les guste o al menos comprendan lo que he querido expresar.
Voglio solo condividere i miei sogni , in modo da vivere attraverso le mie parole la mia immaginazione.
RoseMalfoyGranger1
Tus Sombras y Mis Sombras
Capitulo I
Yo, yo y mi otro yo
La imagen que me devolvía el espejo no podría ser más deplorable, los ojos hinchados y adornados por semilunas violáceas dejaban muy claro la ausencia de horas de sueño, mi piel, más pálida de lo normal, mis labios resecos y mi cabello, oh dios, mi cabello. "No debes meterte a la cama con el cabello mojado", me replica mi subconsciente, asentí, no podría estar mas de acuerdo, no tenia tiempo para arreglarlo, no podía volver a lavarlo, ni dedicar media hora alisándolo con la plancha, era tarde, muy tarde.
¡Maldita Katherine Kavanagh¡, debería estar estudiando para mis exámenes finales, no haciendo un esfuerzo sobre humano para verme presentable, hacer un viaje en auto hasta Seattle y entrevistar a un multimillonario empresario, cuyo nombre jamás había escuchado. Pero esa malvada duendecillo, con sus ojos enrojecidos por el resfriado, el cabello rubio revuelto y ese endemoniadamente tierno pijama rosa de conejitos, eran tan convincentes.
"Por favor Ana, tarde nueve meses en conseguir esta entrevista", me había dicho, por un momento sentí pena por quien hubiera tenido que atender sus constantes y sin duda tenaces llamadas, "Si pierdo esta oportunidad seguramente la próxima seria, si acaso, en seis meses, para entonces ambas estaremos graduadas", Oh, esa mirada.
Kate era mi compañera de piso, mi mejor amiga, algo así como una hermana mayor, sobreprotectora y mandona, pero desde que la conozco ha sido mi mayor apoyo. No podía negarme.
"Claro que podías", me riñe mi subconsciente, es cierto, pero jamás he podido negarle nada.
Me miro de nuevo en el espejo, no tengo remedio, corro a mi habitación envuelta en una toalla, abro la pequeña puerta que lleva al vestidor, una estancia de no más de 2x2, con una cómoda coronada con un espejo ovalado, me miro de nuevo, las luces encendidas del marco me reclaman mi mal aspecto, miro a la chica delgada de cabello castaño alborotado y enormes ojos azules que me devuelve la mirada, es Ana, solo Ana, el lienzo en blanco, el cuerpo sin mascara, solo Ana, mi yo medio, mi yo neutral, mi yo mas profundo y secreto, uno que solo yo conozco.
Me giro, las dos puertas corredizas me miran, me tientan y tratan de seducirme, cada una a su manera, "¿Quién serás hoy?", preguntan, "No lo se", contesto, la verdad es que suelo pensarme como un bloque, uno con tres segmentos, algo así como un folleto plegable, dependiendo del comprador escojo una sección, reservando la hoja de información mas profunda solo para mi, suelo escoger mi máscara según mi entorno, es un estilo de vida, una manera que adopte para sobrevivir, pero, en esta ocasión, la verdad es que no tenia la menor idea de a donde me dirigía, no había tomado tiempo para revisar Google y saber a quien me iba a enfrentar, la verdad es que mi querida Kate tampoco había sido tan atenta como para pasarme una breve biografía o una simple descripción del hombre en cuestión.
Avanzo indecisa, a la derecha esta mi armario, un closet lleno de jeans, camisetas y zapatillas, quiza un par de faldas o un vestido,nada obstentoso, es el armario de A.S, como yo la llamo, estructurado para pasar desapercibida, a la izquierda esta lo que yo llamo "el otro armario", el de A.L, el paraíso – según kate- de los vestidos, zapatos y bolsos de diseñador, cada uno destinado a cubrir una parte de mi vida, desconocida por todos los implicados del lado contrario a los limites de cada una, todos menos Kate, ella es un agente libre, danza a gusto entre mis dos vidas, cumpliendo con su papel de hermana mayor.
Finalmente decido por probar ese termino medio al que tanto temo, no importa, será una breve entrevista, no seré mas que una interlocutora, un apéndice de Kate, 20 minutos y no volveré a ver a este hombre, decido no ir tan suntuosa abro ambas puertas, tomo una falta de la izquierda, una blusa de seda con pequeñas flores rojas, una chaqueta azul de lino y zapatillas bajas de la derecha, recojo mi cabello con un prendedor, esperando que el despeinado pase desapercibido, una capa muy ligera de maquillaje, tomo mi bolso y un abrigo antes de salir de la habitación, en la sala me encuentro a una desmadejada Kate, aun en su pijama rosa de conejitos, reservado para aquellos momentos donde su cuerpo y su alma están a punto de entrar a cuidados intensivos.
-¿Tienes la grabadora y las preguntas?- inquiere, mirándome de pies a cabeza, mientras toma un sorbo de sopa, se ve realmente mal.
-Si- contesto introduciendo la grabadora en mi bolso.
-¿Iras vestida así?- me pregunta en tono divertido y sarcástico, ha notado que las dos se han mezclado hoy, no se le pasa nada.
-ok, que tal un poco menos de platica y mas de comer, ¿Si?- digo riendo- ¿Te convencí?- solo asiente y ríe.
Salgo en busca de mi auto, el Nissan Verse negro esta aparcado junto al Mercedes de Kate, me sorprende, que aun viviendo en una residencia cercana a las dependencias universitarias, dos chicas solas, con dos autos como estos, en cuatro años, no hallamos sido victimas de asalto, claro que mi auto es mucho menos suntuoso, a proposito, "Desapercibida Ana", me recuerda la voz de mi abuelo, asiento y mi subconciente asiente con mayor rapides y energia, ambas recordamos bien lo que nos puso en esta situacion.
Un escalofrio recorre mi columna vertebral, baja hasta alcanzar mis rodillas y me hace flaquear justo cuando alcanzo la manilla de la puerta del conductor, aprieto el boton del control remoto y me escabullo dentro, me aferro con fuerza al volante mientras aprieto mis parpados rogando por evitar el recuerdo, pero fallo estruendozamente.
Sin poder evitarlo el ruido de los neumaticos rechinando sobre el asfalto, los disparos y el escape de las motocicletas, vienen a por mí, se siente como una avalancha, aplastante, se me corta la respiracion, palidezco, se me seca la boca y mis pulmones sienten una fuerte opresion.
"¡Despierta!", grita mi subconciente, "¡Ya no mas!", exige y la complazco, ha sido una larga noche de recuerdos como para agregarle algo mas, giro la llave en el contacto y salgo al trancito, no tardo mucho en llegar a la interestatal 5, el cielo comienza a verse gris, la temperatura baja paulatinamente y aunque estoy calida dentro de la cabina, el vidrio comienza a empañarse como signo inequivoco, presiono mi pie contra el acelerador, 80, 90, alcanzo los 100 kph, voy mas rápido de lo que es mi costumbre, pero realmente quiero llegar a tiempo.
Paso todo el camino intentando recordar alguna mencion de Christian Grey, pero se me hace imposible, seguramente su empresa esta en otro ramo que yo nunca he considerado, no seria extraño, se poco del negocio familiar fuera de mis areas de trabajo. Finalmente llego a un enorme edificio, muy moderno, estructura de acero y paredes de vidrio, aparco el auto y corro a la entrada, mas calmada por haber llegado con unos minutos de ventaja, en la puerta un sutil esmerilado cita "Grey's House", un portero sostiene la gran puerta de vidrio con pasamanos de acero pulido, me detengo a mirar el Lobby, austero, es la palabra que se me viene a la cabeza, sobrio, elegante, moderno, un gran escritorio de marmol a modo de recibidor, donde una chica rubia, despanpanante, debo mencionar, me sonrie, pronto me doy cuenta que debi optar por prendas del otro armario.
-Hola, Soy Anastasia Steele, tengo una entrevista con el Sr. Grey, vengo de parte de Katherine Kavanagh- digo tratando se controlar el nerviosismo en mi voz, quiza debi pedirle a Joe que viniera conmigo, todo esto me pone muy nerviosa.
-Claro Srta. Steele, el tercer elevador al final del pasillo es el ultimo piso- me dice alargandome un pase con la palabra "VISITANTE" en letras mayusculas, no podria ser mas apropiado.
Me dirijo a travez de una amplia galeria, de paredes grises con cuadros elegantes, me resulta incomoda la sensacion de estar en una galería, sin adornos, mi blusa floral parece un cono de transito, grita "Mírenme, soy la única aquí vistiendo algo de color", comienzo a pensar que es parte de su trabajo vestirse de gris, negro y blanco, combinan con las paredes, es extraño.
Grey´s House es un edificio empresarial, una torre de oficinas de 31 pisos, ingreso al ascensor, totalmente cubierto de espejos, del techo al piso, incluidas las puertas, la pantalla tactil que reemplaza el panel de botones me deja claro que su arquitecto no reparo en tecnologia, presiono con suvidad el numero 31 y el artefacto asciende a una velocidad que me produce vertigo, la imagen que me devuelven los espejos, por extraño y sorprendente que me parezca, ya no esta tan mal, "muy profesional" sentencia mi subconciente asintiendo desde su sofa de cuero negro.
Las puertas se abren e ingreso a una estancia muy similar a la recepción, desde un escritorio en forma de L de madera negra una mujer de cabello rubio, vestida elegantemente con un traje de falda y chaqueta, el cabello recogido en un impecable moño alto y sin un solo cabello fuera de lugar.
-Srta. Steele, el Sr. Grey la atendera en diez minutos, puede tomar asiento- dice sonriente.
Me acerco a el sofa que domina el centro de la estancia, a su lado hay una mesa pequeña con tope de cristal y un florero con calas blancas, un aroma dulce impregna el lugar, volteo a ver a la mujer rubia, conversa con otra rubia, casi tan despampanante como la de la recepción, esta parece estarle riñendo por algo y puedo notar como la castaña se retuerce las manos nerviosa, la rubia número dos me mira y me sonrie, dirigiendose a mi, sus zapatos de tacon marcan el paso con ritmicos "Tics, tics, tics" sobre el piso de marmol pulido.
-Srta. Steele, El Sr. Grey la recibira en breve- recita en un tono muy atento- ¿Ya le han ofrecido algo de tomar?- inquiere.
-No...- su mirada se endurece y de inmediato siento que no debi delatar a la otra chica.
-¿Desea algo en especial?, ¿Agua?, ¿Té?, ¿Café?, ¿Una gaseosa?- pregunta
-Agua, por favor- me sonrie de vuelta
-Olivia, tráele de inmediato un vaso con agua a la Srta- dice en tono rigido mientras la fulmina con la mirada y esta sale disparada y se pierde detras de una puerta de doble hoja- lamento la demora, Olivia es nueva, aun en practicas, esta aprendiendo las formas- me limito a sonreirle.
La rubia toma lugar en un escritorio contiguo, me estremezco al pensar que si esa chica trabajara para alguien que conozco, solo por algo tan tonto como esto ya estaria despedida, Olivia vuelve de inmediato con un vaso con agua, demasiado helada, que me ofrece con cortesia, tomo un par de sorbos, es reconfortante y relaja mis musculos tensos, maldigo interiormente a Kate, debió darme alguna pista sobre Grey, podria ser un viejo aburrido o un joven sumamente inteligente, todo es posible, la decoración de las estancias me deja claro que tiene gustos refinados, etereos, quizas sea una persona ecleptica, paso la mirada por las preguntas de Kate, pero antes de llegar a la tercera, las puertas del despacho se abren, un hombre afroamericano, cuyo perfil reconozco de algun lado sale de la oficina del enigmatico Sr. Grey, voltea a verme y me sonrie, su expresion me confirma que no es la primera vez que nos vemos, pero ambos pasamos de un comentario, me limito a responder la sonrisa.
-¿Jugamos golf el sáabado Grey?- no alcanzo a escuchar la respuesta y el hombre se marcha, no sin antes hacerme un gesto con la cabeza al entrar al ascensor, mi subconciente toma notas, "recordar al grandulon moreno que parece conocerme".
-Srta. Steele, el Sr. Grey la atendera ahora- me dice la rubia.
Me levanto de un tiron, tomo mi bolso, las preguntas y me dirijo a las enormes puertas de tono gris metal, tomo el pomo y empujo, estoy a punto de caer pero increiblemente mi equilibrio aparece y salva mi dignidad, la estancia es elegante, muebles de madera noble y oscura, cuadros abstractos dan color a las paredes grises y una enorme pared de vidrio ofrece una hermosa vista del centro de Seattle, un hombre joven y debo decir, extremadamente guapo, salio desde atrás del escritorio, con paso firme, se acerco a mi y me extendio la mano.
-Srta. Kavanagh, Christian Grey, es un placer- dijo en tono muy formal, sus ojos grises me escudrinaron un momento, con una expresion que no supe dilucidar, lleva un traje gris impecable, una camisa blanca y corbata del mismo tono, en definitiva es el uniforme de la empresa, su cabello cobrizo despeinado ligeramente, es alto, muy alto y ¡Madre mía¡ es realmente guapo.
¡Lo has dejado claro¡ grita mi subconsciente tratando de disimular que esta tan consternada como yo.¿
-Anastasia Steele- dije, tratando de recordar las largas lecciones de modales que habia recibido en mi infancia, "Mira directo a los ojos, hombros atras, voz firme", las palabras de mi tutora resonaban en mi cabeza,tomo la mano que me ofrece y nos saludamos, inmediatamente una extraña sensación de cosquilleo me recorre el cuerpo, retiro la mano con rapidez, sintiéndome incomoda, me mira con ojos consternados un momento -La Srta. Kavanagh me envío, ella se encuentra indispuesta.- me limite a decir.
-Ya veo- dice en un tono un poco mas relajado- ¿También estudia usted periodismo?- inquiere, pero su voz no refleja el interes que parecen mostrar sus ojos.
-No, Literatura Inglesa, Kate es mi compañera de piso- explico y el asiente, me guia hasta un escritorio elegante, con tope de vidrio, extremado cuidado en los detalles, es decir poco, las carpetas ordenadas a la perfección, un ordenador impecable, una pila de lapices alineados, vaya, es sorprendente.
-¿Le molesta que grabe la entrevista?- pregunto tan relajada como me es posible, su mirada me perturba, el aroma dulzón de la oficina me llena los sentidos y de repente me siento aprisionada, busco la grabadora dentro de mi bolso, la miro, desafiante, callendo en cuenta de que no tengo idea de como usarla, busco el maldito botón de encendido y luego me debato buscando en esta arcaica maquina de Kate el botón para iniciar a grabar.
-¿Con lo que le ha costado entenderla aun me pregunta si me molesta?- me dice ironico, bien eso me molesta, no puedo evitar fruncir el ceño y mi subconciente se pone guantes de boxeo, no soy buena para aceptar bromas a mi costa, parece denotar mi reacción, se reclina en el sillon de cuero y sonrie vehemente - No Anastasia, no me molesta- hace énfasis en el No, su voz acaricia mi nombre alargando las silabas, me pone nerviosa, pocas personas me llaman por mi nombre completo, en su mayoria comparten mi ADN, es, en cierto modo perturbador, me doy cuenta que aun en este tipo de ambiente, propio del "otro armario", prefiero ser solo Ana.
-Bien- digo aun algo molesta, colocando la grabadora sobre el escritorio- Esto es para el número de Graduacion de este año- anuncio sintiéndome perdida en la situacion.
-Si, lo se, sere orador honorario y entregare los diplomas este año- palidezco, tendre que verlo de nuevo, a este perturbdor y ostentosamente guapo hombre que en menos de diez minutos logro hacerme enojar, algo que por cierto, casi nunca pasa.
-Bien, ¿Empezamos?- pregunto, intentando que suene a desafio.
-Cuando usted disponga- su voz me dice que acepta el reto.
Dirijo la mirada a la hoja de preguntas de Kate, respiro hondo e inicio.
-Es usted muy joven para haber amasado todo un imperio, ¿A que debe su exito?- maldigo a Kate, hasta yo considero la pregunta un cliché. Sus ojos se posan sobre mí, conozco esa mirada, la veo seguido, aunque suelo estar vestida completamente con prendas del "Otro armario", me estudia, como el animal que recorre su territorio tratando de identificar alguna amenaza.
Me mira incredulo, cambiando drasticamente su semblante, como si contemplara la posibilidad de pasar a una apregunta mas seria, pero desiste y respira profundamente antes de contestarme.
-Los negocios se tratan de personas, soy bueno leyendo a las personas, lo que les gusta y disgusta, lo que les apasiona, se lo que quiero de mis empleados y como obtenerlo, tengo un buen equipo y les pago bien- responde con sencillez, es una respuesta estudiada, repetida, adornada con una sonrisa burlona y una rastro de decepción en su rostro, su postura me revela algo de su personalidad, es muy joven, ¡Por Dios¡, si este hombre tiene mas de treinta años, yo soy Jefe del departamento de bomberos, se le ve, habla con algo similar a la prepotencia o quiza mas parecido al egocentrismo, pero con la calma y la fiereza de un viejo leon.
-Quiza solo es suerte- digo sin poder reprimirme, con un tono tan desinterezado como puedo.
-No creo en la suerte, Anastasia, pero creo que si entiendo a mis empleados entonces controlo mi suerte, creo que para tener éxito hay que dominar el entorno- ladea una sonrisa y me mira con ojos entornados.
-Parece que esta obsecionado con el control- la afirmacion sale de mi boca antes de poder reprimirla, de nuevo, me estudia con la mirada y vuelve a sonreir.
-Controlo todo a mí alrededor Anastasia- dice con ire autosuficiente.
Si, definitivamente es un enfermo del control, me limito a volver a la lista, recordandome que soy una interlocutora. Por un momento la atmósfera cambia, hay algo, alguna especie de corriente electrica que me cosquillea en la piel, como una niebla invisible que no me deja apartar la vista de él.
-¿Cuáles son sus intereses aparte del trabajo?- pregunto con tono neutro, maldita Kate.
-Tengo intereses muy diversos Anastasia- vuelve a acariciar mi nombre con la lengua y se me seca la boca, no se como explicar la senscion que produce en mi- Me permito algunas diversiones como planear o bucear, depende de mi estado de animo- reponde, vaya, por como lo veo ahora su estado de animo podria ser un cuadro de picazo, como el que reconozco claramente en la pared de fondo a la derecha, multicolor, cambiante, en constante evolucion, sus ojos me miran atentamente y vuelvo a bajar la vista a la hoja entre mis manos.
-Su empresa abarca el ramo de las telecomunicaciones- leo, ah, por eso no tenia idea de quien era- Pero tambien parece interesado en organizaciones que trabajan con niños desamparados en Africa, ¿Por qué ha escogido ese campo?- vaya al fin una buena pregunta, bravo Kavanagh, el parece concordar y me dedica una sonrisa de lado, como si estuviera seguro de que su respuesta seria contradictoria.
-Es buen negocio- dice casi disculpandose, mis ojos se abren de par en par, pero trato de evitar la exclamacion tan insultante que queda formulada a media en mi boca.
-Asi que la filantropia no es su fuerte- suena mas mordaz de lo que queria, pero Grey parece no inmutarse. Se levanta del sillon y rodea el escritorio, posandose justo delante de mi, con su peso apoyado en el tope de vidrio, a contra luz sus facciones se intensifican y sus ojos grises parecen mas oscuros, me mira y levanta sus hombros antes de justificarse.
-El hambre de esos niños, no es un juego para mi, pero sí, me brinda la oportunidad de llevar mis tecnologias a otro nivel, les sirve de ayuda y a mi, bueno, me genera ganancias.- responde
-Cruda respuesta para alguien que busca alimentar a niños desamparados- aguijoneo, él causa esa sensacion de reto persistente que no puedo evitar aceptar, es atrayente, demasiado cautivador, engreido y tan sinico que lo convierte en la victima perfecta de mi elocuencia estudiada. "Quiza seas tú la victima" susurra mi subconciente, pero lo ignoro.
-Bueno, algunas personas piensan que no tengo corazón- sentencia, pareciendose orgulloso, Ja! Falsedad, ¡Conozco esa mascara Grey!
-¿Por qué lo piensan?- inquiero
-Porque me conocen bien- responde sencillamente cruzandose de brazos- Usted no lo cree- afirma, quiza incitado por mi expresion.
-Lo que yo crea es irrelevante- sentencio rapidamente.
-Por favor, me gustaria oirlo- dice de repente, Oh Dios, realmente tiene un muy elevado autoestima, o simplemente es masoquista. Le miro un tanto soprendida, pero no puedo evitar entornar los ojos, ha tocado la tecla, las palabras solo surgen.
-Creo que es usted un hombre de muchas y muy estructuradas máscaras, esconde mucho y muestra solo lo que mantiene sus puntos vulnerables fuera de alcance para quien le rodea, asi mantiene su imagen de perfecta calma y eso le permite controlar el entorno, creo que tiene corazón, solo que no lo expone, aunque tambien podria ser un mercenario más, pero yo no le conozco- esa es A.L haciendo su aparicion, sin filtros, sin remordimientos, Grey entorna los ojos y me mira, parece analizarme, sonrie divertido y toma asiento en la butaca a mi lado.
-Muy perceptiva- se limita a decir, cruza una pierna sobre su rodilla y entrelaza los dedos de las manos a la altura de la cintura.- ¿Tiene mas preguntas?- inquiere luego de un par de segundos de silencio.
Me obligue a despegar mi vista de esos orbes grises, por Dios, comenzaba a sentir de nuevo, con mayor intensidad, ese cosquilleo, esa electricidad en mi piel.
-Eh si- bajo la vista y leo sin prestar atencion- ¿Es usted gay?- me arrepenti justo en el momento en que lo dije, mi subconciente palidecio y se escondio detras del sofa.
-No, Anastasia, no soy gay- dijo reprimiendo una sonrisa, pero algo en sus palabras parecia implicito, algun tipo de promesa o quiza, otro reto mas.
-Lo siento- dije sintiendo el rubor en mis mejillas- Kate puede ser un tanto...-
-¿Entrometida?- finalizo la frase por mi, si ese era el termino, pero no podia ser desleal.
-Curiosa- dije en tono de disculpa.
-Entonces no son sus preguntas- afirmó
-No, el articulo es de Kate yo solo soy una interlocutora- me limite a decir.
-Ya veo, ¿Por qué no me pregunta algo que usted quiera saber?- Dijo, oh, ¡Madre mía¡, es que, ¿Puede ser mas tentador?, mi subconciente se despierta de su ensimismamiento formulando automáticamente la pregunta.
-No me corresponde- digo simplemente
La puerta detras de mi se abre con suavidad, pero no puedo despegar mis ojos de los de él, y al parecer el no tiene intension de despegarse de los mios.
-Sr. Grey su proxima reunion es en 5 minutos- reconozco la voz de la rubia despampanante numero dos.
-Suspende todo lo que tenga en la proximas dos horas Andrea- una orden directa, sin inmutarse, sin dejar de mirarme.
-Si señor- se limita a responder y escucho como la puerta vuelve a cerrarse.
-Dijo que estudiaba literatura inglesa, digame, ¿Fue Jane Austen, Emily Bronte o Thomas Hardy, lo que la llevo a escoger su carrera?- pregunto con tono aparentemente casual, pero su postura, inclinado hacia mi, lo hacia parecer, ¿Interesado?.
- Hardy- reconozco y no puedo evitar sonreir.
-Hubiera pensado de Jane Austen- dice ladeando la cabeza, vaya, me ha maljuzgado y se ha delatado con ese simple comentario. Solo puedo negar con la cabeza.
-Dígame, ¿Que hará cuando se gradue?- Oh no, esa pregunta, mi cabeza hace click, he evadido esa pregunta por mucho tiempo, no es que A.S no tuviera un plan, lo tenia, pero solo para fines de informacion irrelevante, temas de conversación banal para los amigos y allegados, la coartada.
Como explicarle a este hombre, a este completo extraño lo complicado que se volvera mi mundo luego de recibir mi titulo.
"No tienes que hacerlo" exclmo mi subconciente presa de un ataque de panico, era verdad, bastaria con una respuesta neutral.
-Solo quiero pasar los examenes finales.- dije, pero antes de que me diera cuenta el pequeño filtro entre mi cerebro y mi boca hizo cortocircuito.- luego me mudare a Seattle, con Kate- eso no era del todo falso, pasaria mucho tiempo en esta ciudad.
- Tenemos un muy buen programa de practicas- me contesto, sus ojos se oscurecieron levemente, ¿Que era ese brillo tan extraño y tentador en sus ojos?
-No creo que sea adecuado- dije, era verdad, este no era precisamente mi ambiente ideal, pero iba mucho mas alla de eso, yo ya tenia un compromiso que atender.
-¿Por qué no?- inquirió con suspicacia.
-No encajaria aqui- dije, era cierto, aunque no por las razones que A.S admitiria.
-Considerelo por favor- dijo.
Cuando finalmente acabe con la interminable hoja de Kate, Christian me acompaño a través de la estancia, Andrea, la rubia despampanante número dos apareció con mi abrigo azul indigo, un Channel, que el practicamente le arrebato de las manos y me ayudo a calzarme, posando sus manos sobre mis hombros por una fracción de segundo, Oh, esa electricidad de nuevo.
-¿A conseguido lo que necesitaba?- pregunto con demasiada educacion.
-Si, creo que Kate estara satisfecha- por alguna razón creo que su pregunta no transmitió en palabras lo que habia formulado en su cabeza.
Alargo el brazo y llamo al elevador, nos miramos un par de segundos, quiza los mas largos de mi vida, algo me atraia a el, una fuerza demasiado intensa, el pitido y las puertas abriendose me sacaron de mi ensimismamiento, "Sal de aqui" gritaba mi subconsiente, comenzaba a sentir una extrana sensación de asfixia, di un par de pasos y me adentre en aquella elegante caja de espejos, me gire, el me miraba fijamente, presione el boton de Planta Baja en la pantalla tactil, las puertas comenzaron a cerrarse con lentitud.
-Anastasia- dijo con un tono que no supe definir.
-Christian- me despedi justo antes de encontrarme de nuevo con mi reflejo en el espejo de cuerpo completo de la puerta.
Sali al recibidor y me movi rapidamente entre los cientos de personas que caminaban, casi tan apresurados como yo, el portero abrio la puerta para mi, la atravesé sin tener la minima cortesia de dar las gracias o quiza desearle buenas tardes, el aire frio de Seattle y la ligera llovizna que comenzaba a caer me ayudaron a despejar mi mente, me di cuenta entonces que habia pasado la ultima hora controlando mi respiracion, que mi cuello se había tensado ante el estrés que me habia producido la conversacion con Christian Grey, oh Dios, jamas en toda mi vida me habia sentido tan abrumada.
Corrí hacia el estacionamiento, tan rápido como mis piernas temblorosas me lo permitieron, me escabullí dentro del Nissan y me obligue a normalizar mi respiración. Giré la llave en el contacto, realmente desesperada por alejarme.
"¿Segura?", reto mi subconsciente mirándome por arriba de sus gafas de media luna, no lo sabia, no quería saberlo, me sentía presa de un inminente ataque de pánico, aunque no estaba segura de entender la causa. Me adentre en el tráfico y encendí la estero, "Le quattro stagioni" se deja oír, con cada nota mi cuerpo se relaja y mi mente se adormila, es un estado neutro que me permite aclarar un poco mis pensamientos.
Christian Grey, un reto, había causado en mi cuerpo un efecto que jamás nadie más había producido, suelo ser yo quien reta, quien exige y cuestiona, al menos en ese tipo de ambiente, comienzo a pensar que este bloque de tres piezas no fue una buena idea, ha sido mi primer acercamiento entre las tres partes que me componen, A.S debía ser la única en surgir, pero el ha logrado, con apenas miradas y palabras medidas sacar mis otras máscaras.
Quizás no ha sido Grey, quizás ha sido solo la mención de mi vida después de la universidad, era un tema delicado para mi, él solo ha hecho una pregunta casual que muchos suelen hacer a personas en mi posición, aunque no creo que halla muchos en mi predicamento, pero bueno el no lo sabe, decido obviar todo esto, retrazarlo tanto como me sea posible, me quedan al menos tres horas en la carretera interestatal 5, decido dejar que mi mente repose luego del entretenido maratón con el enigmático Sr. Grey, ya veré después como organizar todas estas ideas.
