¡Hola! No estoy muerta, recuerden que solo soy muy floja, pero ya regresé.

23 Octubre 13

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Tenía que admitirlo, hasta llorando se veía hermosa, por eso a él le gustaba hacerla sufrir seguido, ver como por sus rosadas mejillas resbalaban lagrima tras lagrima mientras sus ojos se entrecerraban y sus manos se dirigían a secarlas rápidamente.

-¿Porqué?- preguntó en una suplica ella.

Observó su larga cabellera sin decir palabra alguna.

Sabía que ella lo amaba y que por más daño que le hiciera nunca se iría. Sabía que siempre estaría dispuesta a perdonarlo y volver una vez más con él.

-Porque todo ha cambiado- susurró.

No temía que ella pudiera enamorarse de otro hombre porque tenía la total certeza de que ella solo tenía ojos para él. Tal vez él no la amaba, ni siquiera la quería, tal vez solo era una mentira que empezó con una confusión al pasar tanto tiempo juntos pero que tenía que continuar si él quería seguir viendo ese rostro tan bonito. No sabía que pasaría una vez que él se enfadara de todo esto, pero cuando pasara, sabía que solo sufriría ella, y en sus grandes ojos rosados podía ver todas aquellas promesas de amor eterno que ella le había hecho algún día.

Lástima que ella nunca pudo ver sus demonios en los suyos.