Disclaimer:

Jota Ká Rouling no sabe que tomé prestado a sus personajes para jugar a la casita con ellos, ¡Es un secreto!

Este short-fic participa del Reto "Celebrando el primer año" del foro "First Generation: The story before books"

Lista: Parejas; Categoría: Pareja extraña

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Prólogo: El día uno.

No conocía su nombre ni le interesaba.

Su noche había sido buena, pero era solo eso: una noche. La chica castaña se removió en sueños y murmuró "Gabson". Bufó molesto. Gabson la amaba y ella se la pasaba de bar en bar. Era difícil confiar en alguien, y es por eso que no confiaba en nadie fuera de su familia.

Se desapareció del hotel después de tirar unos galeones en la mesita de luz.

Ella estaba acostada en el sillón, un libro de quidditch descansando en su pecho. El cabello rubio de puntas rojas caía por un lado tapando su perfil dormido. Le gustaba que lo hubiera dejado así. La combinación perfecta, eso le había dicho aquella tarde después de la discusión que ella había tenido con sus padres. Resultaba infantil que a sus 17, Prefecta de séptimo año de Ravenclaw, peleara con sus padres porque no le permitían pintar su habitación de otro color. Sonrió con desgano mientras le quitaba "Howgarts: Una historia".

No es que se quejara por tenerla con ellos en Grimmauld Place, le encantaba tener a su primita con ellos. Aunque Dominique fuera una pequeña parte veela testaruda que todavía no había encontrado su pareja. No es que el estuviera entusiasmado porque lo encontrara, pero su tortuoso enamoramiento sería más llevadero si ella finalmente tuviera pareja. Maldijo por lo bajo. En toda la noche había logrado no pensar en eso y justo ahora le pasaba. Suspiró. La culpa la tenía el maldito verano con sus temperaturas altas que la pequeña renacuaja usaba de excusa para usar vestidos de un corte suculento y esos shorts que deberían ser ilegales.

¡Joder con Weasley!

¡Joder con sus sentimientos!

¡Joder con todos!

¡Era su primita!

Terminó por tirar el libro en la mesa ratona cercana al sofá. Con tanta mala suerte que tiró todo a su paso despertando a la chica dormida. Maldijo por lo bajo cuando los ojos azules de ella se encontraron con los ojos de él, seguramente de un color muy gris, como cuando estaba nervioso. Notó como se le formaba un flequillo y pudo distinguir el claro color naranja pálido: Tal y como lo sospechaba su nerviosismo no pasaba desapercibido. Ella le sonrió.

-Tardaste demasiado. Tío Harry y tía Ginny llamaron desde Francia para asegurarse de que todavía no nos habíamos arrancado los ojos. – soltó una risita disimulada y le acomodó el flequillo naranja. – Me recordaron que vuelven en cinco días exactamente. – notando que no le respondía frunció el ceño. – Iré a mi habitación, cachorro. – le susurró. En momentos como ese, su lado lobuno luchaba por salir. Un susurro bajo, unas r arrastradas y lo tenía comiendo de la palma de su mano. Efecto veela, pensó. Sintió unas manos empujarlo por los hombros y cayó sentado sobre la mesa ratona, cuando su mente logró enfocarse notó que Dominique subía las escaleras con parsimonia. Llevaba sólo una camiseta. Y estaba bastante seguro que era su camiseta.

¡Merlín lo salve de cometer alguna locura durante esos cinco días!

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Lo admito: estoy enamorada de Teddy, pero eso no me impide usarlo para jugar a la casita, ¿No?

Es mi primer Short-Fic, así que ¡Maldiciones imperdonables por favor al final!

Un abrazo.

Los quiere, Hoenn Malfoy :3