Prólogo

"Hace mucho tiempo atrás

el mal flotaba en toda la tierra.

Las criaturas que se escondían en la oscuridad

castigaron a los hombres llevando a cabo su

aniquilación.

En su desesperación,

los hombres rezaron al cielo,

y en un destello de luz...vino la esperanza.

LAS PIEDRAS SAGRADAS.

Estos cinco gloriosos tesoros, ayudaron a encerrar la

oscuridad..

El héroe Grado y sus guerreros,

usaron las piedras para combatir el mal.

Derrotaron al Rey Demonio y lo encarcelaron en las

cinco piedras,

Con el mal aprisionado, la paz volvió a Magvel.

Pero la paz no duraría...

Hace 810 años el mal surgió de entre las rocas,

Apoderándose de Lyon, hijo del heredero de Grado,

trató de gobernar la Tierra una vez más, pero un grupo
de héroes dirigidos por la princesa Eirika de Renais,

logró encerrarlo nuevamente en la única piedra que

quedaba...

La paz volvió nuevamente a Magvel, pero..

el mal siempre se mueve, nunca descansa..."

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Lyon había desaparecido nuevamente atravesado por la espada. Eirika había tenido este sueño infinitas veces desde que derrotó al Rey Demonio. Todas las noches se preguntaba si todo podría haber sido distinto, y si su hermano Ephraim tendría razón en que no se puede volver de la muerte a las personas.

Eirika se levantó y caminó hasta las afueras del Castillo de Renais, se sentó frente al establo, donde los caballos apaciguados dormían.

Lyon estaba allí, cerca de los caballos, caminando, viendo, inocente. Eirika no lo pudo creer, se resfregó los ojos una y otra vez, era él, era esa persona que ella tanto adoraba.

-¿Lyon?-Eirika se levantó y quedóse mirando- eres tú...¿verdad?

-Eirika...-se acercó a ella y la abrazó- te extrañé infinitamente...debo decirte algo Eirika...la piedra...aún la tienes en tu poder?
- Claro...está resguardada junto a las armas legendarias...¿por qué?-Eirika empezó a preocuparse, algo le decía que las buenas noticias habían acabado
- Ve...ve a verlas...algo terrible sucederá Eirika...el Rey Demonio...él..-Lyon comenzaba a desaparecer, mientras que Eirika solo estaba parada, anonadada.
-Ly...Lyon...

Capítulo 1: Reunión en Frelia

La piedra no estaba, tal y como había dicho Lyon la noche anterior. Eirika no sabía que pensar, no sabía quien podría haberla sacado sin que nadie se diera cuenta, pues ningún soldado tenía acceso a la cámara baja, y su hermano estaba en Frelia, junto a Innes y Tana.

Eirika comenzó a empacar, esto debía saberse, si la piedra había desaparecido, era necesario buscar en todo el continente, en todo lugar y recoveco posible. Seth llegó a su lado, y la miró. No dijo nada, la belleza de su esposa era suficiente para calmar cualquier tempestad.

-Seth...-sin mirarlo- debes quedarte...

-Eirika...tú sabes...yo te protegeré siempre, no puedo dejar que te vayas así como si nada...-tomándola del hombre, girándola, besándola- no puedo...

-Seth...alguien debe quedarse, sin reyes...el pueblo podría caer en cualquier peligro, confío en ti Seth..., tu sabes...-mirólo tranquila- tú...mi noble caballero...eres magnífico, no dejarás que le pase nada a Renais, tú y tus tropas...

-Está bien, reuniré a Kyle y Forde...seguramente dejarán de vagar por allí...todo estará bajo control Mi Majestad...

Al amanecer del día siguiente, esperaban afuera Kyle y Forde, Eirika los encontró a ambos platicando y a penas la vieron, adoptaron una posición diferente, de respeto.

Buenos días...-Eirika se alegraba de verlos nuevamente- disculpen la molestia...-mirando a Seth- ¿ya nos vamos?

No aún Reina Eirika...estamos esperando a la "Compañía Especial de Forde"..

Deja de bromear – Kyle miró a Forde fulminante- no puedes comportarte así frente a la Reina.

No importa, ustedes son de confianza- Eirika soltó una risita.

Habían pasado tres minutos cuando dos caballeros pegasus llegaron fugaces desde el cielo. Vanessa se posó al lado de Forde, y Syrene al lado de Kyle.

-Estamos listos!-Forde dio una media vuelta- General Seth...confíe en nosotros...

No me queda otra opción...-Seth no bromeaba, si fuera por él...iría con Eirika personalmente.- una vez que lleguen a Frelia, manden un mensaje...no quiero preocuparme toda una vida...-se acercó a Eirika- y tú cuidate...no...te precipites...

Eirika y los cuatro escoltas partieron de inmediato, el camino era largo, pero no peligroso. Sin embargo, en otra región del continente, un mal horrendo se formaba. Algo tan indescriptible, incluso mucho peor que lo sucedido años atrás.

Ephraim había recibido las noticias de que su hermana iba en camino, mientras que Innes iba a en busca de Joshua junto a L'Arachel. Cuando llegaron, se dieron cuenta que la promesa de Joshua había sido saldada, Jehanna había sido totalmente reconstruida, y los aldeanos vivían como si nuna nada hubiera ocurrido.

Entraron al castillo, caminaron por el pasillo real hasta encontrar el trono, solo se encontraba Natasha, mirando hacia fuera, con la vista totalmente apagada. Innes se le acercó y posó su mano sobre Natasha

- Hemos venido por Joshua...-Natasha no lo miraba, solo se dio vuelta luego de unos minutos.
- Él está visitando la tumba de su madre, detrás del castillo, mejor esperen acá.

- Está bien...-mirando a L'Arachel- bueno, será mejor que esperemos, no tenemos mucha opción.

Cuando Joshua llegó, traía de la mano a un pequeño niño, con el aura parecida a la de Joshua y los rasgos físicos mayoritariamente de Natasha, tenía 3 años de edad. Joshua se sorprendió al ver a Innes y a L'Arachel, los saludó efusivamente, y luego se posó junto a su esposa. Innes le explicó la situación, rarezas, desapariciones, y la piedra robada. Magvel corría peligro nuevamente, era tiempo de investigar, él no quería suponer más allá, pero si en realidad el Rey Demonio había vuelto, sus armas legendarias deberían volver a juntarse y encerrarlo nuevamente.

Aún no atardecía y Joshua estaba listo para partir.

- Cuida a nuestro hijo...no tardaré en volver...

- Tengo miedo Joshua, no quiero que todo esto se repita...muerte...dolor...-aferróse fuertemente al espadachín, y le dijo todo lo que debía en un fuerte abrazo. Luego se despidieron, la pena no era demostrada, solo lo haría más difícil. Salieron del castillo y montaron sus caballos, al día siguiente ya estarían en Frelia.

Cuando Innes y su grupo llegaron, ya estaban sentados los otros representantes de los reinos, solo faltaba Carcino, quien no había hecho caso de las advertencias.

Innes se sorprendió al ver a Vigarde, el padre de Lyon. No lo juzgó, la piedra podía controlar a toda persona de mente débil, Innes sabía que Vigarde no era exactamente el mejor sujeto que había conocido. A pesar de ser un mago, el no aceptaba que, en tal condición, se hubiese dejado llevar por la locura y el poder absoluto.

- Esto es urgente...he sabido que en Carcino se han conformado grupos de rebelión contra nuestros reinos, y eso no es todo, las redes de Carcino hacia otros puertos ha logrado llamar la atención de mercenarios que han cooperado con dicha orden- Hayden miraba ansioso- no podemos permitirlo, si logra llegar a alguno de los cuatro reinos podría usar su poder y convencer a todo el pueblo de unirse...

- Eso sería un problema grave- Ephraim se levantaba de su puesto- no podemos luchar contra personas inocentes..bandidos y mercenarios es una cosa, pero niños y mujeres...

- Sería una matanza inútil, pero hay que actuar cuanto antes, no podemos descuidar nuestros reinos...-Hayden fulminó a Innes con la mirada- tú comandarás un grupo de frelianos hasta Carcino, sabemos también que Jehanna no tiene los recursos aún necesarios para sustentar un ejército grande, por eso Tana irá con otro grupo a abastecer dicha ciudad.

- Yo comandaré a mis hombres por la otra entrada de Carcino, si algo pasa entraremos en acción-mirando a Eirika- tú, hermana, debes quedarte en Renais...

-Iré contigo!

-No...si me pasa algo, tú debes heredar el trono, no podemos morir ambos...-Eirika no pudo aguantar las lágrimas- lo siento hermana, debes regresar con Seth...yo iré en busca del General Duessel y él contactará a Cormag...está en un batallón, de seguro podré hablar con su superior y él entenderá...

- Hermano...no hagas tonterías y no te hagas el valiente...te conozco...

- Es una promesa...

Así comienza la batalla final, los cuatro reinos unidos se embarcan a distintos destinos, cada uno llevado por el deseo de paz. Innes y Ephraim entrarían en Carcino, no sin antes que Ephraim contactara a Duessel y Cormag, Eirika debería regresar a Renais, Tana y Joshua irían a Jehanna, mientras que Vigarde regresarñia a Grado para tener sus tropas listas.

Sin embargo, lejos de allí, en un lugar desconocido...
- Artur...estás bien?-Lute se acercó de súbito al ver como Artur caía al suelo.
- Si...sentí...algo...
- ¿Estás bien¿No quieres algo?...-acercándole un vaso de agua.
- ...-Artur cae desmayado, convulsionando, mientras Lute, horrorizada, ve la silueta de alguien en su casa, la silueta de un ser oscuro, de alguien conocido, pero tapada por muchas capas...sus ojos brillaron de rojo, y mientras se acercaba, Lute solo pudo emitir un sonido...
- Knoll...